sábado, 29 de marzo de 2008

Recorrido por la villa segoviana de Fuentidueña, lugar de señorío de los Luna.


Escudo de los condes de Montijo.





















COMUNIDAD DE CASTILLA Y LEÓN 18421 RESOLUCIÓN de 13 de septiembre de 2005, de la Dirección General de Patrimonio y Bienes Culturales, de la Consejería de Cultura y Turismo, por la que se acuerda incoar procedimiento para la declaración de la villa de Fuentidueña (Segovia) como bien de interés cultural con categoría de Conjunto Histórico .














































































































































































































Situada en el extremo norte de la provincia de Segovia, la villa de Fuentidueña se alza sobre un estrecho valle formado por el río Durató situación geográfica única que explica la importancia de la villa durante la Edad Media.
El caserío que en origen se localizó en lo alto de la ladera, en el entorno del castillo y la Iglesia de San Martín se va desplazando hacia la ribera, en un proceso que se ha ido acelerando en las últimas décadas, ocupando en la actualidad el tercio inferior del recinto amurallado y la zona extramuros contigua, zona que ya era vital en la Edad Media como atestigua la existencia del puente y la iglesia románica de Santa María.
A pesar de los problemas que causaron las razias de Abderramán II durante la primera mitad del siglo X y las terribles y siempre victoriosas incursiones de Almanzor durante la segunda mitad del siglo, la comarca debió ser repoblada muy tempranamente, siendo uno de los núcleos de repoblación más antiguos de la provincia. La segunda mitad del siglo XII y todo el siglo XIII, debió ser la época dorada de la villa, que se rodeó de una amplia muralla, que pronto quedaría desbordada por el lado septentrional, como atestigua la existencia del templo románico de Santa María, convirtiéndose a comienzos del siglo XIII, en Comunidad de Villa y Tierra. A partir del siglo XIV, como consecuencia de la perdida de la función militar y administrativa que fue la base de su existencia, se produce el lento declinar de la villa. En la actualidad la antigua Comunidad de villa y Tierra de Fuentidueña, mantiene aún su estructura y su cabeza en esta villa, agrupando a 21 pueblos.
El conjunto, constituye un fiel testimonio de la evolución de una comunidad humana con un pasado cuajado de hechos históricos y personajes relevantes del que conserva importantes restos, algunos de ellos declarados de Interés Cultural: Las ruinas del Castillo y recinto amurrallado, con tres puertas de acceso la puerta Salidero, la puerta de la calzada, la puerta de trascastillo, declarado Bien de Interés Cultural por Decreto de 22 de abril de 1949, y afectados por el expediente de delimitación del entorno de protección por Decreto de 7 de marzo de 1996. Tres iglesias, la de Santa. Maria, la iglesia arruinada de San Martín y la de San Miguel, estas últimas declaradas Bien de Interés Cultural por Decreto de 3 de junio de 1831 y 21 de diciembre de 1995 respectivamente. Las ruinas del Hospital de la Magdalena, declaradas el 18 de mayo de 1995. La capilla del palacio de los Condes de Montijo fue declarada Bien de Interés Cultural el 9 de mayo de 1996. En la parte superior del recinto amurallado junto a los restos de la iglesia de San Martín, se encuentra una necrópolis excavada en roca, con sepulturas antropomorfas de cronología medieval. Asimismo el conjunto conserva un gran puente de piedra y aunque escasos, interesantes ejemplos de arquitectura popular, entre los que cabe destacar el espacio urbano ubicado en la calle nueva con construcciones mixtas de entramado de madera. Asimismo se conservan numerosas piezas armeras, escudos, estelas funerarias medievales y restos de portadas medievales civiles.
Los orígenes de Fuentidueña son prerromanos, en su entorno se localizó una necrópolis de época celtibérica. Así mismo de época romana hay constancia de la existencia de una villa y de un asentamiento rústico a su alrededor. Sus tierras fueron repobladas en el siglo XII por el rey Alfonso VIII, trayendo para ello pobladores burgaleses procedentes de las tierras de Oña. Su nombre en 1135 era Fontedona, y en el siglo XV llegó a ser señorío de don Alvaro de Luna, para pasar posteriormente a ser posesión de sus sucesores los condes de Montijo. A mediados del siglo XVI Fuentidueña contaba con una morería o barrio morisco, que según se cree estaba en el arrabal de Santa Cruz. Dentro de su término también se sabe que existen dos despoblados, conocidos como La Serranilla y Valcavado del que todavía se intuyen las ruina de su iglesia. Fuentidueña fue la cabecera de su comunidad de Villa y Tierra, a la que pertenecían otras veinte poblaciones y de la que todavía se conserva su casa de comunidad en la Plaza Mayor del pueblo.
Murallas de Fuentidueña.
Dada la estratégica situación de la villa, esta sería fortificada en los inseguros siglos XII y XIII, por lo que aún hoy veremos algunos restos del que fuera su castillo, las murallas, algunas torres y la puerta de Alfonso VIII. Próxima a esta puerta también veremos alrededor de las ruinas de la iglesia de san Martín, una necrópolis de tumbas antropomorfas excavadas en la roca, que se fecha entre los siglos X y XII. El ábside románico de San Martin fue canjeada por el estado español al Metropolitan de Nueva York por las pinturas espoliadas de las ermita románica de San Baudelio de Berlanda y allí puede vere en el Museo de los Clauatros y éstas en el Museo del Prado. La iglesia parroquial de san Miguel es un espléndido templo del románico segoviano, cuya planta se organiza en una sola nave a la que en el siglo XVI se la añadieron dos capillas laterales, y que se cubre con bóveda de medio cañón. Cuenta con un excelente pórtico de ocho vanos en el lado norte con columnas geminadas, una bella portada occidental formada por cinco arquivoltas, y un magnífico ábside semicircular con cuatro columnas entregas, tres ventanales y un bello repertorio de canecillos figurados. Pero el interés especial de esta iglesia reside en los capiteles de su nave por su variedad temática, con escenas de tipo religioso poco frecuentes en tierras segovianas, que se inspiran directamente en el monasterio de Santo Domingo de Silos. Pieza extraordinaria es asimismo el retablo mayor de estilo barroco, relacionada con el famoso escultor renacentista Bartolomé Ordóñez que conserva una imagen de la Virgen sentada con el Niño Jesús en su regazo. En la capilla del marqués de Prado se guarda una buena escultura de Cristo Crucificado del siglo XVII.
Dentro del pueblo, podemos ver la portada del gótico tardío del palacio de los condes de Montijo y Obedos; hoy en proceso de rehabilitación, y las ruinas del Hospital de la Magdalena cuya fachada plateresca se trasladó a la iglesia de Calabazas de Fuentiduela. Junto al río Duratón, se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor o del Arrabal, también de época románica, que conserva dos sencillas portadas de este estilo artístico. En el interior destaca un retablo gótico de finales del siglo XV, y los dos tardomanieristas de san Sebastián y san Pedro con pinturas de Simón de Escobar Mansilla. Próximo al mencionado río empieza el camino de cruceros de piedra que termina en el convento franciscano de San Juan de la Penitencia. Por otra parte, salvando las aguas del río Duratón también podemos contemplar un buen puente medieval con su cara erístico perfil de "lomo de asno". En la actualidad, la antigua Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña mantiene aún su estructura y su cabeza en esta villa, agrupando a 21 pueblos.

















































































































El ábside de la iglesia románica de San Martín, en ruinas, fue cedido en 1957 de forma temporal indefinida al gobierno de Estados Unidos a cambio de seis pinturas de San Baudelio de Berlanga de Soria, a pesar de estar protegida como Monumento Nacional desde 1931. Tras desmontarse piedra a piedra, a principios de 1958 se transportó en barco desde Bilbao hasta el Museo de los Claustros de Nueva York, donde se reconstruyó añadiendo al interior pinturas y elementos que no tenía el original.



















































2 comentarios:

  1. Muchas gracias por difundir nuestra villa. Cualquier esfuerzo en este sentido, merece nuestro más digno elogio.

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  2. Me ha gustado mucho el post. Muchas gracias por compartirlo con todos. Si no te importa, la he compartido en mi página de facebook. A la cual, estáis todos invitados a uniros:
    https://www.facebook.com/pages/La-Villa-de-Fuentidue%C3%B1a/231729700209096

    Un saludo.

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