sábado, 12 de abril de 2008

Minas de Espejuelo en tierras de Cuenca-Torrejoncillo del Rey-

El Lapis Specularis- yeso selenítico- es un mineral de aspecto hialino y de gran tamaño, cristalino, laminable. En tierras de Cuenca es denominado espejillo, espejuelo, reluz, piedra del lobo al brillar al reflejo de la luna, espejo de asno...... Hay minas de este mineral en Alconchel de la Estrella, Cañaveruelas, Culebras, Valparaíso de Abajo, Osa de la Vega, Torrubia, los Hinojosos- con un centro de interpretación de las minas romanas-, Villas Viejas. Huete, entre otros. En el entorno inmediato de Campos del Paraíso se localiza una mina de espejuelo en el cerro de la Mora de Torrejoncillo del Rey llamada “La Mora Encantada”. Descubierta en 1955 por don Pedro Morales, vecino de Torrejoncillo, en una pequeña elevación conocida como el Cerro de la Mora Encantada. Tras la muerte de don Pedro fue olvidada. Se convierte en objeto de investigación arqueológica en el marco del Proyecto “Cien mil pasos alrededor de Segobriga” para el estudio la minería romana del Lapis Specularis . Apenas un kilómetro al noroeste de la población se localiza al lado de un antiguo camino a Valparaíso de Abajo; aquí la cueva de la Quebrada. Hay indicios por lo menos otras diez minas más en el entorno inmediato y en el cercano Cerro del Telégrafo o de San Bartolomé, al lado de la autovía Tarancón-Cuenca. El complejo minero y el centro del primer procesamiento del mineral, con abundantes restos de escoria procedentes de fraguas y de fundiciones relacionadas con la fabricación y el mantenimiento de los útiles metálicos mineros necesarios para la explotación minera, se articula mediante una calzada a lo largo de las márgenes del río Cigüela configurando una de las más extensas áreas de explotación del lapis specularis que se completa con asentamientos de población. El registro arqueológico asociado al establecimiento minero se data en el siglo primero d.c. con restos de cerámicas-común, terra sigillata hispánica, gálica, marmorata-, restos de ánforas y escombreras de estériles de espejuelo y placas cortadas con sierra. En sus cercanías hay un asentamiento agrícola. La actual población de Torrejoncillo del Rey sería el núcleo poblacional de mayor entidad que retuvo la población tras el abandono de la explotación minera y donde la sociedad campesina que daba servicio a las minas se establecería. Las minas de espejuelo fueron de suma importancia como elemento dinamizador de la economía romana. Tanto es así que vías principales de comunicación y en especial la calzada que unía Segobriga con Cartago-Nova se articulaban en función del aprovechamiento de este material cuya explotación tenía tanta relevancia en la economía romana como la de los metales.

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