La Equitativa. Calle Alcala, esquina con la calle Sevilla.
Iglesia de las Calatravas en la calle Alcalá.
Plaza del Carmén. 1935. La Iglesia del Carmén se quemó en este mismo año. Junto a ella se localizaba un Mercado.
Plaza de Santa Ana, 1920. Vista del Hotel Victoria.
Las Vistillas. 1885.
San Cayetano. Calle de Embajadores. 1922.
El Gobierno de
Cafés y tertulias en la Puerta del Sol.
El Café de Madrid, en la calle Alcalá, en la acera de los impares, según se salía de Sol, donde germinó la generación del 98;
La Horchatería Candela, también en esta calle, lugar de paso cuando se salía del café Madrid;
El Nuevo Café de Levante en la acera izquierda de la calle del Arenal, según se entra por Sol. Café de melómanos donde se daban las más importantes tertulias literarias y artísticas.
Café Oriental en la manzana entre las calles de Carmen y Preciados en la Puerta del Sol. Ocupó esta manzana la primera inclusa de Madrid. Ocupa el Café la esquina con la calle Preciados. Situado en los bajos del Gran Hotel Denia ParK.
1892. La calle de Alcalá. Fotografía de Hauser y Menet
El antiguo Teatro Apolo, del que se hablará más, financiado por el banquero Gargollo, fue construido entre 1871 y 1873 por los arquitectos franceses P. Chanderlot y F. Festau. Estuvo situado en la calle Alcalá, sobre el solar del antiguo convento de San Hermenegildo, y junto a la iglesia de San José, desamortizado en 1836 y derribado en 1870.
Inaugurado el 23 de marzo de 1873 por la compañía del actor Manuel Catalina, el Apolo fue uno de los teatros más emblemáticos del Madrid de la Restauración, quedando en la memoria histórica de la ciudad como la -catedral del género chico- pues en él se estrenaron algunas de las más conocidas zarzuelas, como La verbena de la Paloma (1894), La Revoltosa (1898), o Doña Francisquita (1923).
El Apolo, fue cerrado el 30 de junio de 1929, tras ser comprado por el Banco de Vizcaya, quien posteriormente lo derribó para construir su sede en Madrid.
Atocha, 1929.
Estación de Atocha.
Calle y Glorieta de Atocha. Hotel Nacional. En el paseo del Prado con vuelta a la calle de Atocha. Levantado entre 1921 y1923.
Obras de López Otero en Madrid son:
- Proyecto y construcción de la Casa de Torán y Harguindey en la calle de Álvarez y Baena (1913-1915).
- Proyecto y construcción de la Casa de Ejercicios Espirituales de la Compañía de Jesús en la plaza del Duque de Pastrana (1917-1919).
- Proyecto y construcción de los desaparecidos Almacenes Rodríguez de la Gran Vía, 19 (1917-1921).
- Proyecto y construcción del Hotel Gran Vía, en la Gran Vía, 25 (1919-1925), junto a su más estrecho colaborador Miguel de los Santos.
- Proyecto y construcción del Hotel Nacional en el paseo del Prado con vuelta a la calle de Atocha (1921-1923).
- Proyecto y construcción del edificio de la Unión y el Fénix Español en la calle de Alcalá, 23 (1928-1930), junto a Miguel de los Santos.
- Proyecto y construcción del Arco del Triunfo de la plaza de Moncloa (1949-1956), junto a Pascual Bravo.
Otras obras son el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, la Iglesia de Santo Tomás de Aquino, los Viaductos del Aire y de los Quince Ojos y varios edificios de viviendas en Recoletos. Fuera de Madrid cabe destacar el Monumento a las Cortes de 1812 en la plaza de España de la ciudad de Cádiz (1912-1919), junto al escultor Aniceto Marinas; y el desaparecido Hotel Cristina de Sevilla (1925-1929), realizado junto a Ricardo Magdalena Gallifa.
En 1913, con tan sólo 28 años obtuvo la Cátedra de Proyectos de Conjuntos, en 1923 fue nombrado director de la Escuela de Arquitectura de Madrid -cargo que ocuparía hasta 1955-; en 1915 obtuvo el Premio Ayuntamiento de Madrid por la construcción de la desaparecida Casa de Miguel Blay (1913-1915); en 1917 repitió galardón con su edificio de viviendas Juan Cisneros (1913-1916), en la calle de Fortuny con vuelta a Jenner, y obtuvo la Medalla de Segunda Clase de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924. También obtuvo el reconocimiento del mundo académico con su ingreso en las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando (1926) y de la Historia (1929) por su labor conservacionista y sus estudios sobre la historia de la enseñanza de la arquitectura.
A partir de 1928 López Otero se ocuparía principalmente de la planificación y dirección de las obras de la Ciudad Universitaria, su obra más importante -en la imagen-. Pocos años después, con el advenimiento de la Segunda República fue relevado de la dirección técnica por el arquitecto Sánchez Arcas. Acabada la Guerra Civil (1936-1939), y junto a Pedro Muguruza Otaño, volvió a hacerse cargo de las obras de las Ciudad Universitaria, que hubo que reconstruir prácticamente en su totalidad y en la que fue introduciendo un estilo de inspiración nacional, fundamentado en la idea de un Madrid Imperial que hundía sus raíces en las construcciones herrerianas de la España de Felipe II.
Calle Mayor y fachada del ayuntamiento de Madrid, 1910.
Antiguo acueducto y calle de Segovia. Año 1900.
Teatro Apolo. A la izquierda la iglesia de San José. En un principio, la programación del Teatro sólo sería de comedia hablada, lo que en la época se conocía como "teatro en verso", por ello el primer nombre que tuvo fue Teatro Moratín. En 1905, y por disposición gubernativa, el ministro de la Gobernación don Juan de la Cierva, promulgó una orden prohibiendo que las representaciones teatrales terminaran más allá de las 00:30 horas. Las localidades eran muy caras: desde 0'75 cts. a 2'75 ptas. y estaba muy retirado. Todo lo que estaba más allá de la calle Sevilla era lejísimos.
Café de Fornos. Situado en la esquina derecha, frente a la iglesia de San José, de la calle Alcalá con Peligros, fue fundado por un sirviente del marqués de Salamanca, José Fornos. Frecuentado por políticos, literatos y artistas cerró sus puertas en 1908. Junto a la iglesia de San José estaba el teatro Apolo, luego Nuevo Apolo en la Plaza del Progreso. Su inauguración fue todo un acontecimiento. Decorado con pinturas, tapices y magníficas alfombras; llamaban la atención su cómodos y espaciosos divanes de color rojo, que pronto fue el símbolo del Café. Sus reservados, situados en el entresuelo, fueron testigos de muchos encuentros galantes y también de algún que otro pistoletazo de marido ultrajado. Famosa fue su cocina, con su exquisito cordero y lenguado al horno y sus postres. Los parroquianos del Café Fornos abandonaban los divanes rojos y los reservados dirigiéndose a la célebre Cuarta de Apolo. Después de ésta, ya nacida la madrugada, vuelta al café para degustar la cena de 2 ptas. y distribuirse por las muchas tertulias políticas, teatrales, literarias, mundanas y galantes, que de todo había en aquel nocturno y divertido Madrid.
Mercado de La Cebada, 1947.
El edificio fue demolido en 1904 para ampliar el ancho de la calle Toledo y la portada se recuperó, presidiendo desde los años sesenta la entrada a la Escuela Superior de Arquitectura de La Universidad Politécnica de Madrid. Como vemos es una portada tipícamente renacentista, que recuerda en Madrid a la de la casa de los Luzón y a la de los Cisneros en la Plaza de la Villa.
Fue fundadoen 1493 por Doña Beatriz Galindo, “la Latina"y por Francisco Ramírez, su marido; si bien Mesonero Romanos fecha la fundación en 1512. Estuvo dedicado el convento a la Concepción Francisca y destinado a estas religiosas, en el edificio que dejaron las monjas Jerónimas cuando se trasladaron a un nuevo convento. Lo más notable del convento fueron su portada y la escalera, de estilo gótico flamígero, obra del maestro Hazan.
Fue construido en 1865 por el arquitecto José Contreras como residencia del financiero José Xifré, quien llegaría a ennoblecerse al desposarse con María Chacón y Silva, hija del marqués de Isasi.
El palacio de Xifré fue uno de los edificios privados más hermosos que ha tenido la ciudad. Todos los detalles -desde la verja de cerramiento, la fachada, y hasta las habitaciones interiores- imitaban de una manera perfecta aunque muy costosa la época dorada de la arquitectura árabe.
A lo largo de su historia ha tenido otros usos y huéspedes: sede de la Embajada de México y residencia del duque del Infantado.
Inexplicablemente fue derribado a principios de la década de 1950 para construir sobre su solar la Casa Sindical, actual ministerio de Sanidad y Consumo.
Calle de Alcalá, 1893. En su confluencia con la Gran Vía , antes de iniciarse la Gran Vía. En la Esquina se situaria el edificio Metrópolis, 1907-1910. Al fondo en la calle Alcalá, acera de la derecha, la cúpula de la iglesia de Las Calatravas. En primer plano la iglesia de San José. A su lado, a la derecha se situaria el teatro Apolo y a su izquierda en el edificio que sobresale en altura tendria su piso de calle ocupado por el Café de Fornos.
Plaza del Callao, 1910. Antes del tradazo de la Gran Vía
Gran Vía. 1916.
Plaza de Toros de la Fuente del Berro.
La Plaza de Cibeles en 1857. Subida en 2008. La fuente de Cibeles, mira al palacio de Alcañices, lugar que ocupa ahora el Banco de España. Está la Fuente paralela al palacio de Buenavista. Se situaría donde termina el Paseo de Recoletos.
Puerta del Sol, hacia 1850. Podemos ver la calle Mayor, con lo que sería actualmente la localización de la pastelería La Mallorquina, a la derecha ahora la entrada a la calle Arenal ocupada por una casa, ahora desparecida. A la izquierda la actual sede de la Comunidad de Madrid y antigua Casa de Postas. Subida en 2009, bajo el título Puerta del Sol.
Puerta del Sol, 1862. Mirando hacia la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo.
Puerta del Sol, 1904.
Puetrta del Sol, 1909.
Construcción de la Casa de Correos entre 1766 y 1728.
La Puerta del Sol en 1862.
Nevada en
El archivo parcialmente inédito del fotógrafo de prensa Diego González Ragel se expone en el Museo de la Ciudad.
Nacido en Jerez de la Frontera en 1893, Ragel trabajó como fotógrafo en Madrid durante 35 años y su firma apareció en las principales publicaciones de la época: Mundo Gráfico, Heraldo Deportivo, La Esfera, ABC y Blanco y Negro, así como varias extranjeras.
"Ragel. Reporter fotógrafo" es la primera exposición que se realiza con los fondos de su archivo, inédito en su práctica totalidad.
La colección está compuesta por más de un millar de fotografías (clichés de cristal, acetatos y negativos) y ha sido conservada y catalogada por Carlos González Ximénez, nieto del fotógrafo.
Fue fotógrafo titular del Banco de España desde 1941 hasta su muerte, en 1951.
Al margen de su actividad profesional, Ragel hizo muchas fotografías de Madrid, vinculadas a su vida cotidiana, en las que refleja sus paseos habituales, sus barrios predilectos, los alrededores de su domicilio o de su puesto de trabajo.
Asimismo, el jerezano mantuvo una estrecha relación con la familia Sorolla, en especial con el único hijo varón del pintor, también llamado Joaquín, al que retrató en numerosas ocasiones.
Hola soy Julio Querol y dando vueltas por la red me he encontrado tu blog y me gustan bastante las fotos de ésta entrada.
ResponderEliminarSaludos y saludos.
Tambien por casualidad he encontrado tu blog tan interesante.Enhorabiena y un saludo.
ResponderEliminarAngel Alonso