lunes, 25 de junio de 2012

Los Vazquez de Acuña.


Títulos del apellido Acuña

Condes de Buendia
Condes de Obedos
Condes de Requena
Condes de Valencia de Don Juan
Duques de Huete
Marqueses de Bedmar
Marqueses de Casa Fuerte
Marqueses de Castrofuerte
Marqueses de Escalona
Marqueses de Prado
Marqueses de Villanueva de las Torres
Señores de Pajares
Señores de Pinto
Señores de Requena
Señores de Villalba


El linaje Acuña se asentó en tierras del obispado de Cuenca a comienzos del siglo XV, especialmente en el área de Huete y Buendía. Tuvieron una importante presencia señorial y protagonismo en la vida política de las ciudades de Huete y Cuenca, así como en los acontecimientos de la guerra civil castellana durante el reinado de Enrique IV, alineados en el bando Alfonsino.  Igualmente en la guerra de sucesión castelana entre las princesas Isabel y Juana.

La derrota castellana en Aljubarrota provocó, entre otras consecuencias políticas, la huida de un grupo de nobles portugueses a Castilla, los que habían apoyado las pretensiones al trono de Juan I. Entre ellos, LOS ACUÑA.


Lope Vázquez de Acuña recibió el título de señor de Buendía y Azañón durante el reinado de  Enrique III, así como sucesivas mercedes. Per­teneció al Consejo Real de Juan II y fue Guarda mayor del monarca, cargo que mantuvo durante el reinado de Enrique IV. Se casó con Teresa Carri­llo de Albornoz, señora de Paredes, Portilla y Valtablado. 

Durante el rei­nado de Juan II Lope Vázquez de Acuña, afincado en la ciudad de Cuen­ca, ejerció diversos cargos concejiles y realizó una política de afianzamiento del linaje con la apropiación legal e ilegal de determinadas heredades en la tierra de Huete.


En 1464 Enrique IV entregó la villa y la fortaleza de Huete al marqués de Villena -tutor de don Alfonso-.  La toma de posesión en nombre del infante es encargada a Lope Vázquez de Acuña, hijo de Lope Vázquez y Teresa Carrillo, cuya adscripción al bando alfonsino era completa al ser nombrado camarero mayor de las armas y recibir importantes cantidades en concepto de quitación, lanzas y juros de heredad. La tenencia de la fortaleza de Huete le fue ratificada con carácter hereditario en 1465 y por ella recibía 60.000 maravedíes anuales

También tuvo presencia concejil en Cuenca, como regidor de la ciudad en 1478, año en que renunció el oficio y lo traspasó a Pedro de Barrientos.

Los abusos de poder de Lope Vázquez de Acuña sobre los vecinos de Huete motivaron la llamada de éstos al capitán García Méndez de Badajoz, defensor de la causa enriqueña, quien en 1465 intentó tomar la ciudad, pero fracasó ante las tropas del arzobispo toledano Carrillo, hermano de Lope. 

En 1470, junto a sus hermanos Pedro y Alfonso Carrillo, se apoderó de algunos lugares de la jurisdicción conquense, pertenecientes a los sexmos de la Sierra, del Campo y Torralba. 

Tras la guerra civil, los Reyes Católicos encomendaron a sus capitanes el dominio de las fortalezas que habían estado en rebeldía. Lope Vázquez de Acuña, como alcaide de Huete, renunció a todos sus derechos en la vi­lla en enero de 1478, habiendo recibido previamente el perdón regio y la garantía de cobrar determinadas indemnizaciones y recuperar algunas pro­piedades, cargos y rentas arrebatados por el concejo y sus vecinos. 

Lope Vázquez de Acuña tuvo que litigar la posesión de determinadas propiedades, rentas y vasallos que poseía en vida de Enrique IV y le ha­bían sido arrebatados «después de los mouimientos e a cabsa dellos». En el momento de ponerse al servicio y obediencia de la reina Isabel, Lope Vázquez pertenecía al Consejo Real y suplicó que le restituyeran las  here­dades que poseía «en linde e término de la dicha qibdad de Huete». Pre­sentó en el Consejo Real el documento regio -una merced de 1465- que le acreditaba en la posesión del heredamiento de Albendea, pero Pedro de Sancho Martínez se interpuso y dijo tener derecho a él. La reina Isabel or­denó al concejo de Huete que no consintiera que Lope Vázquez fuera des­pojado de la posesión del dicho heredamiento, aunque este debate prosiguió hasta 1479. También reclamó algunos lugares como Huelves, Torrejoncillo y el despoblado de Valdejudíos, dehesa que indebidamente había sido ocupada por el concejo de Huete. Los monarcas habían acordado con Lope Vázquez en las capitulaciones que recuperaría todo lo que tema y poseía públicamente antes de que comenzara la guerra civil.

Andrés González Caballero, vecino y procura­dor de Huete, alegó que poseían «por suyos e como suyos ¡os términos de Valdejudíos, aldea e lu­gar despoblado de la dicha cibdad [...]. E porque dis que, de me­dio año a esta parte poco más o menos tienpo, Lope Vásques de Acuña e sus alcaydes que tiene en las fortalesas de Costil de Acu­ña, Cuenca e Castillejo por su mandado, contra toda rasón e jus­tiçia, que lo perturban e molestan».

Y por cierta sospecha del prior de Uclés, Juan de Velasco, pidieron al Consejo Real la restitución de los términos mencionados y que cesaran las entradas en ellos de la gente de Lope Vázquez. Y en 1497 continuaba reclamando la devolución de algunas heredades en Carrascosa y el término de Valdejudíos, que algunos labradores de Huete tenían ocupados.


Buendía.-

Dada  por Enrique III (Burgos4 de octubre de 1379 - Toledo25 de diciembre de 1406), padre de Juan II,  a Lope Vázquez de Acuña el viejo, muere en 1489, casado con Teresa Carrillo de Albronoz,  para premiar los servicios prestados en la toma de Setenil-Setenil de las Bodegas-, Ronda y Antequera.

Esta villa pertenecía al obispado de Cuenca y sus términos colindaban con tierra ae La ciudad de Huete y con las heredades de la Orden de San Juan en esta comarca. 

La merced real comprendía además de la villa y su tierra, los vasallos, pechos,
derechos, rentas, términos, prados, pastos, jurisdicción, justicia civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio y todas las cosas pertenecientes al señorío de la dicha villa.

Lope Vázquez de Acuña y Teresa Carrillo de Albornoz constituyeron un mayorazgo con esta villa y otros bienes a favor de Pedro de Acuña, su hijo primogénito y ya I conde de Buendía, Buendía permaneció vinculada a los titulares del linaje.

Pedro de Acuña y Albornoz recibió el título de conde de Buendía en 1465, cuando defendía la causa del infante Alfonso frente a su hermano Enrique IV.

Azañón.-

Enrique III también la da a Lope Vázquez de Acuña junto a la villa de Buendia el lugar de Azañón. Su hijo segundo Lope Vázquez de Acuña, camarero mayor de Enrique IV y I duque de Huete, recibe en su mayorazgo este lugar. 

Pedro de Acuña, nieto del I duque de Huete,  vendió esta villa junto con Viana al II Conde de Tendilla y I Marqués de Mondéjar, en 1485, Iñigo López de Mendoza, en cuya casa, luego nominada de marqueses de Mondéjar, permaneció hasta el siglo XIX.


Enrique III le hizo merced de estas villas en Don Jimeno, aldea de Arévalo, el 5 de Noviembre de 1397. En las Cortes de Alcalá de Henares de 1398 se le entregó el Privilegio Rodado de la merced el 13 de Septiembre de 1398. 

En 1177, tras la reconquista de Cuenca, queda incluido en el Común de Villa y  Tierra de Cuenca,

En 1253,  Alfonso X "El Sabio" lo da junto a Viana, Cifuentes, Val de San García, Valdeolivas y Palazuelos a su amante Mayor Guillén de Guzmán, señora de Alcocer. A la muerte de esta pasa a su hija Beatríz, reina de Portugal por su boda con Alfonso III.  En 1283 lo cedió a su hija la Infanta  Blanca. En 1312, Blanca, Infanta de Portugal y entonces Abadesa y Señora de la Huelgas de Burgos, había acordado vender el Infantado de Alcocer, con Azañón, Viana, Cifuentes, Palazuelos y varias aldeas burgalesas a su primo el infante don Juan Manuel, hijo del infante don Manuel, por 650.000 maravedíes, de los cuales, el comprador satisfizo, a cuenta, una primera entrega comprometiéndose al pago del resto dentro de un cierto plazo. Don Juan Manuel tomó posesión de las tierras pero incumplió el acuerdo establecido, de forma que volvieron a  Blanca quien, en uso de sus derechos, las vendió en 1314 a su común primo el infante Pedro de Castilla, hijo de Sancho IV "El Bravo". Don Juan Manuel  en  represalia hace continuas algaradas por estas tierras llegando a las comarcas de Huete, Guadalajara e Hita.  En febrero de 1316,en Cuéllar (Segovia), se reúnen don Juan Manuel y el infante Pedro. Acuerdan adquirir y pagar cada uno la mitad de las villas en litigio. Para  don Juan Manuel,  Cifuentes, el Val y otros lugares. El infantado de Alcocer, con Azañón y Viana al infante  Pedro. Cuando muere en  1319 pasaron a su viuda, la infanta María de Aragón.

En 1327 Azañón pasó a formar parte del municipio de Viana con derecho de Azañón a nombrar sus alcaldes y jueces y el poder de actuar en los asuntos de menor cuantía, mientras que otros de caracteríaticas superiores quedaban bajo el control de las autoridades de Viana. Esta dependencia aún se mantenía al menos en 1578 tal y como se refleja en las Relaciones Topográficas hechas en tiempos de Felipe II.

En el siglo XV, y ya desgajados del Común de Cuenca, lo lugares de Azañón, Viana, La Puerta y otras aldeas y villas alcarreñas, pasaron a pertenencer al caballero Pedro Nuñez de Prado, noble vecino de Guadalajara. 

Pedro Núñez de Prado, vecino de Guadalajara, pidió a los monarcas la restitución de la fortaleza y el lugar de Viana, «que es en los confines de la cibdad de Güete», ocupadas militarmente por gentes del arzobispo de Toledo y de Lope Vázquez hacía «veynte e quatro años poco más o me­nos». Pedro Núñez reclamaba las rentas, pechos y derechos que le pertene­cían legítimamente por la defensa de la fortaleza. Los monarcas ampararon a Pedro Núñez en la posesión de la villa y la fortaleza de Viana, en virtud de las leyes ordenadas por Juan II en las Cortes de Valladolid de 1447 y por los Reyes Católicos en las de Madrigal de 1476. La villa de Viana había pertenecido a Juan Martínez de Prado «su padre, de quien él ovo cabsa e título como su fijo legítimo mayor». En otro documento el agraviado co­mentaba que podía «aver veinte e ocho años» que Lope Vázquez había tomado la fortaleza «contra derecho e por propia abtoridad, syn manda­miento de jues alguno». Las leyes de Valladolid y Madrigal contra los que entraban en propiedad ajena por la fuerza, decían que «es ya venido el atreuimiento de personas e el poco temor que han de vuestra justicia, que no se tiene ya por orne a quien alguna cosa se deue, que por su propia abtorídad non prende a aquel que algo le deue sy menos puede que él, e quando a él no puede aver, prende al fijo e a cada vno que puede entra los bienes e heredades agenos por propia abtorídad e por fuerqa, syn mandamiento de jues, e el dueño no puede cobrar lo suyo, e sy lo ha de cobrar por pleyto cóbralo tarde o nunca».


 Paredes.-

Teresa Carrillo de Albornoz con parte de los bienes que provenían del patrimonio señorial de los Carrillo constituyó con facultad real y autorización de su esposo, un mayorazgo para su hijo mayor, don Pedro de Acuña, con la villa de Paredes, su tierra, vasallos, pastos, montes y con todas las cosas pertenecientes al señorío de la villa, con la jurisdicción, justicia civil y criminal, baja y alta, mero y mixto imperio. 

Esta villa limita con término de la ciudad de Huete y la villa de Uclés y al igual que la de Buendía pertenece al obispado de Cuenca.’


Dominios señoriales  en tierras de Atienza.-

No sólo recibió mercedes regias el titular del linaje, sino que también otros miembros de esta familia vinculados a la corte de Juan II por mediación de su primo don Alvaro de Luna, vieron compensados sus servicios con concesiones territoriales.

La reina doña María, esposa de Juan TI, para dotar a su camarera doña María de Castilla, nieta de Pedro I, para su matrimonio con don Gómez Carrillo, camarero mayor de Juan II e hijo de Lope Vázquez de Acuña y doña Teresa Carrillo, les otorgó por juro de heredad para siempre jamás los siguientes lugares: 

Mandayona, El Olivar, Durón, Budia,
Valdelaguna, Henche, Gualda, Sotoca, Gárgoles de Yuso, Gárgoles de
Suso, Fuentepinilla, Solanillos, La Jímeda de Extremo, Moranchel,
Masegoso, Las Inviernas, Alaminos, Cogollor, Yela, Almadrones,
Itirabueno, Aragosa, Utande, Villaseca, Castejón, Bujaiharo, Jadraque
y Jirueque.

Todos estos lugares estaban poblados y habían pertenecido hasta el momento de esta concesión a la jurisdicción de la villa de Atienza. 

Además les concedió otros lugares despoblados que igualmente formaban parte de este Común de Villa y Tierra como son: Picazo, El Peral, Peñarrubia, tvlenibrillera, El Villar, Terrueria,
Val de San Martín, Pinarejos, Pinilla, Terradillos, Palacio, Cevita,
Villunquer, Villanueva, La Tovilla, La Casa Manuel, Almadrones,
Fontanares, Atance, Morcilla y Henarejos. 

A través de esta concesión, don Gómez Carrillo y su esposa tenían derecho a la jurisdicción civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, rentas, pechos, derechos, penas, calumnias pertenecientes al señorío de dichos lugares, así como a sus vasallos, términos, territorios, distritos

Este importantísimo dominio consolidado sobre el alfoz de la tierra de Atienza fue heredado por don Alfonso Carrillo de Acuña, hijo de Gómez Carrillo y doña Maria de Castilla. 

Además, se vio incrementado con la concesión de su hermano, el arzobispo de Toledo de la villa y fortaleza del Corlo, para recompensarle por la ayuda que le había prestado en sus intensas actividades políticas en la corte.

El arzobispo de Toledo, don Alfonso Carrillo de Acuña, miembro también de este linaje recibió de Juan II importantes mercedes territoriales en esta comarca; así además de la mencionada fortaleza del Corlo el monarca le otorgó los lugares y aldeas de los sexmos de Bornova y Henares con sus término, tierras, vasallos, pechos, derechos, rentas, prados, pastos, dehesas, montes, penas y caloñas, así como con la justicia, jurisdicción civil y criminal, alta y baja y mero y mixto imperio.’

Alfonso Carrillo de Acuña  vendió a doña Brianda de Castro la villa de Mandayona con su fortaleza y lugares de su tierra: Villaseca de Henares, Aragosa, Mirabueno y Barrio de Algora, así corno con el molino de la villa de
Mandayona. Con todos los términos, dehesas, montes, prados, pastos, territorios y rentas: martiniega, portazgo, yantares, escribanías, tercias, pechos y derechos, vasallos, justicia, jurisdicción civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, con el señorío sobrela villa, fortaleza y lugares, con sus fueros, usos y costumbres. Se pagó por esta villa y su tierra 1.590.850 de la moneda corriente en Castilla.

Vendió a García Rcdriguez Gallego, vecino de la ciudad de Sigúenza, los lugares de Matillas y Hedancho con todos sus términos, dehesas, montes, prados, pastos, exidos, riegos, hierbas, ríos, aguas corrientes, estantes y msnantes, con las rentas de la martiniega, portazgo, escribanía, salinas, yuntas, velas y con todos los otros pechos, derechos y servicio3, con los vasallos del lugar de Matillas y del término de Hedancho, con la jurisdicción y señorío, justicia civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, por el precio de 55.000 maravediés.

De igual modo otorgó por juro de heredad para siempre jamás a doña Beatriz de Torres, señora de Sotillo y vecina de Medinaceli, el lugar de Las Inviernas, que pertenecía a la tierra de Mandayona y se encontraba próximo al Sotillo, por el precio de 41.000 maravediés

El conde de Cifuentes compró los lugares de Gá:rgoles de Suso y Yuso y Sotoca por 1.000.000 de maravediés  así como Hencbe, Solanillos, La Olmeda, El Villar y Ureña del Campo, por el precio y cuantía de 765.000 maravediés. 

Viana.-

La venta a los Acuña incluía el lugar con todos sus términos, dehesas, montes, prados, pastos, exidos, aguas estantes y manantes, términos, distritos, territorios, rentas, al:abalas, tercias, martiniega, escribanía, portazgo, pechos, derechos, vasallos, jurisdicciones, justicia civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, con el señorío, usos, costumbres y servidumbres del lugar. 

La villa y fortaleza de Viana, que a mediados del siglo XV pertenecía a Pedro Núñez de Prado casado con una dama de la Infanta Catalina, hija de Juan II, llamada Mencia de las Torres.


La Infanta Blanca, 1259-1321, nieta natural de Alfonso X el sabio,  profesó como religiosa en el monasterio de las Huelgas de Burgos, y fue nombrada señora del mismo. La infanta Blanca  aportó como dote al monasterio de las Huelgas de Burgos los municipios de Alcocer, Viana, Peñas de Viana, Acebón, Cifuentes, Valdesangarcía, Palenzuelos y Santiago de la Puebla, y en 1313 donó al monasterio las salinas de Poza y las de Añana. Fruto de su relación con el portugués Pero Estebanez Carpentero nació un hijo ilegítimo llamado Juan Núñez de Prado (¿?-1355). Maestre de la Orden de Calatrava y caballero de la Orden de la Banda. Fue ejecutado en 1355 en el castillo de Maqueda por orden del rey Pedro I de Castilla.




Enrique IV da 400 vasallos a Lope Vázquez de Acuña en Villanueva de Alcorón, Peralveche, Mantiel y La Puerta, lugares próximos a Viana, el 10 de Diciembre de 1462, este caballero aprovechando estas circunstancias se apoderó del lugar de La Puerta, que pertenecía a  Pedro Núñez de Prado, y éste a su vez tomó por la fuerza ciertas cantidades de maravedíes, pan, sal, aceite, ganado y otros bienes que le pertenecían a don Alfonso Carrillo por ser de su mesa arzobispal. Al parecer en una primera sentencia dictada por un juez apostólico se adjudicó la posesión de la villa de Viana y el lugar de La Puerta al arzobispo, taL vez en compensación de los bienes que le habían arrebatado.

Alfonso Carrillo hizo donación a su sobrino Lope de Acuña, hijo de Lope Vázquez de Acuña, de la villa y fortaleza de Viana, en compensación por los muchos, leales y buenos serivicios que le había hecho.

La villa de Viana y su fortaleza pertenecían a  Pedro Núñez de Frado por vía de mayorazgo y Lope Vázquez de Acuña se la usurpó, puesto que, en 1477, se ordena a este caballero que se la restituya a su legítimo dueño, Pedro Núñez de Prado. Los Reyes Católicos amparan a don Pedro en la posesión de la villa y fortaleza de Viana, situada cerca del río Tajo, ya que Lope Vázquez de Acuña se las había tomado por la fuerza.


La Puerta y Piedralueches- Peralveche-.

Lope de Acuña, hijo de Lope Vázquez de Acuña y Teresa Carrillo, los había ocupado siendo al parecer términos de la ciudad de Cuenca. Los altos intereses de los Acuña en el sur de la Alcarria, que buscaban el control de enclaves estratégicos para poder desarrolla:s sus ambiciones políticas, explican las presiones y la intromisid’n de este linaje en el dominio señorial de Pedro Núñez de Prado.

Anguix.-


(1152, finales de agosto-principios de septiembre). Júcar.
Alfonso VII da a Martín Ordóñez y a su mujer Sancha Martínez la peña
de Anguix, en la ribera del Tajo, para que la pueblen y construyan allí
un castillo.



1174, diciembre 30.
Acuerdo entre el maestre de la Orden de Calatrava Martín Pérez de
Siones y el abad de Santo Domingo, Pascasio, por el cual el primero
recibía Auñón y el segundo Anguix; caso de construir un castillo en este
último lugar lo dividirían a partes iguales.



1234, octubre 18. Burgos.
Fernando III manda al concejo, jueces y alcaldes de Huete que entreguen
a la Orden de Calatrava y a su maestre Fernando Pérez las casas y la
heredad de Cuadrón y Anguix.




El valido Beltrán de la Cueva acepta ser desterrado de la corte y renuncia al maestrazgo de Santiago (que el papa le acaba de confirmar) a cambio del título de primer duque de Alburquerque (26 set)(1464-92) y la posesión de las villas de Alburquerque (Badajoz), Roa (Burgos), Cuéllar (Segovia), Atienza, Anguix (Guadalajara) y otras, así como la tenencia de la fortaleza de Soria.


Enrique IV toma para sí (posiblemente por compra) el castillo de Anguix (Guadalajara) (1464-74).

La villa de Anguix había sido otorgada en señorío por Alfonso XI a Alfón martínez, pero al seguir a  Enrique de Trastámara sus bienes fueron consfiscados y así la villa y fortaleza de Anguix fueron entregadas a la villa de Huete a cambio de 18.000 maravedíes. Cuando accedió don Enrique al trono de Castilla, Anguix fue otorgada a la viuda de don Alfón, Inés Fernández, y a su hijo, Lope López, con la condición de que se devolviese a la ciudad de Huete la cantidad mencionada.


....habiendo sido eximido esta lugar de la jurisdicción de
la ciudad de Huete, como resultado de una sentencia dictada por un
juez designado por Juan II correspondió la jurisdicción criminal de
Anguix a Huete y la civil con todos sus pastos, prados y aguas a Juan
Carrillo, que en aquel momento era señor de Anguix...



En tiempos de Juan IT era señor de Anguix Juan Carrillo, vecino de Huete, casado con Leonor Sandoval, pero en extrañas circunstancias perdió el dominio del señorío. Con posterioridad, su hermano,  Luis Carrillo, recuperó por compra Anguix, obtuvo de Leonor de Sandoval la mitad del lugar y de Alfonso Alvárez de Toledo, Contador Mayor, la otra mitad, ya que este señor con anterioridad se la había comprado a Mosén Pedro de Vera y Magdalena de Torres.

Luis Carrillo, hermano de Juan, compró en 1454 a Leonor de Sandoval su mitad de Anguix y ya había comprado en 1452 la otra mitad que vendiera Juan.


Leonor casa en segundas nupcias con el caballero Garci López de Cárdenas, comendador de León en la orden de Santiago.


Cuando Juan II confirió el título de ciudad a Huete se celebraron allí fiestas con toros, torneos y justas de amor. Juan participó en estas fiestas, y también el caballero Garci López de Cárdenas quien ganó los juegos de cañas, algunos torneos y las justas poéticas. Por ello podía escoger a la reina de la fiesta, y escogió a Leonor. El caso es que poco después hubo amores entre Garci y Leonor.



Garci Lopez de Cárdenas, comendador de Caravaca y luego comendador mayor de Leon, señor de Cervera en Cuenca y Casablanca-que luego vende al contador mayor Alfonso Álvarez de Toledo-, muy esforzado caballero y uno de los que en 1445 asistieron á la elección de D. Álvaro de Luna para gran maestre de la orden de Santiago. 

Leonor Sandoval, hija de Gutierre de Sandoval, señor de la Ventosa en Cuenca, y de Blanca Coello de los señores de Montalbo también en Cuenca.

Gonzalo, Alfón, Pedro y Blanca, hijos de Pedro Carrillo, renunciaron a cualquier derecho que pudiesen tener en Guadalajara el 30 de Novienibre de 1483, además doña Blanca con licencia de su esposo Juan de Stúñiga, volvió a renunciar el 11 de Diciembre.

Enrique IV  compra a Luis Carrillo la parte que poseía en esta villa y que en concreto, comprendía su fortaleza, se la otorgó a Lope Vázquez de Acuña, su Camarero MayorLope Vázquez de Acuña  da su hijo Alfonso Carrillo de Acuña, la fortaleza de Anguix con su término, jurisdicción, pertrechos y rentas, para que a través de su venta u otros procedimientos pudiese sufragar los gastos de su viaje a Roma y con la condición expresa de que renunciar a la legítima parte que le correspondía de la herencia de sus padres.


Hay una avenencia entre don Alfonso Carrillo de Acuña y Lope Vazquez de Acuña, su hermano Y I duque de Huete, acerca de los bienes de sus padres por la que se estableció que Alfonso Carrillo recibiría la posesión de la casa y fortaleza de Castillejo, Saelices, con todos los términos, pastos, abrevaderos, rentas del pan y pertrechos y que a don Lope, por su parte, le corresponderían las casas de Castil de Acuña, Anguix, Viana y Azañón, así como sus vasallos. Al parecer este acuerdo no resulto del todo satisfactorio, ya que don Alfonso Carrillo renunció a todos los derechos que tenía sobre el mayorazgo de Azañón a favor de su hermano don Lope, considerando que éste tenía herederos legítimos que podían continuar la sucesión del linaje y en compensación don Alfonso recibió la fortaleza de Anguix.


Pero no permaneció este dominio por mucho tiempo en su poder, ya que tal vez por exigencias de su oficio eclesiástico y sus continuos viajes a Roma o por otras razones, resolvió encomendar a los monjes del monasterio de San Bartolomé de Lupiana, en Lupiana cerca de Guadalajara. En 1484  la fortaleza de Anguix es vendida por Lópe Vazquez de Acuña, también a Iñigo López de Mendoza a la muerte de su hermano Alfonso Carrillo de Acuña en 1481. Así, el II conde de Tendilla y I marqués de Mondejar redondea sus posesiones en torno al río Tajo y sus afluentes, conformando un gran señorío territorial, que le permitió lograr una importante posición social y ocupar altos puestos en la Corte de los Reyes Católicos, como embajador en Roma y comandante de las tropas que tomaron Granada en 1492.

Viana de Mondéjar es la cabecera del marquesado de Viana, creado en 1875 por Alfonso XII para Teobaldo Saavedra (1839-1898), hijo del III duque de Rivas.

Es el II marqués de Viana, José Saavedra y Salamanca (1870-1927),  Jefe de Palacio de Alfonso XIII y amigo del Rey. Hijo de don Fausto de Saavedra y Cueto, I conde de Urbasa y señor de Viana, hijo, a su vez, del ilustre literato y político Ángel de Saavedra, duque de Rivas, y de Fernanda Salamanca y García, sobrina ésta de José de Salamanca y Mayol, queda huérfano de padre a los 7 años encargándose de su educación su tío Teobaldo de Saavedra y Cueto, I marqués de Viana, casado con Carmen Pérez de Barradas, hermana de la duquesa de Medinaceli.

A José Saavedra y Salamanca el nuevo marques de Viana, su tía la marquesa viuda de Viana le había dejado como heredero universal.

Juan Bautista Cabrera y Bernuy, marques de Villaseca, muere  el 15 de Octubre de 1871 bajo el ultimo testamento que hizo, la tarde del 13 de Octubre de 1.871 ante el notario de Madrid dejaba por heredera universal a su esposa Carmen Pérez de Barradas y Bernuy



Juan Bautista Cabrera y Bermy Bernuy, contrajo matrimonio con María  del Carmen Pérez de Barradas y Bermy Bernuy, su prima hermana, hija de los marqueses de Peñaflor, dejando al morir, a ésta la herencia de todos sus bienes, sin existir descendientes. Doña Mª. del Carmen contrajo segundas nupcias con don Teobaldo de Saavedra y Cueto hijo del Duque de Rivas, sin sucesión. Don Teobaldo, al tener el señorío de Viana, logra el Marquesado de la misma denominación.

Juan Martín Pérez de Saavedra y Cueto, I duque de Rivas, casa con una Mendoza. 


Viana de Mondéjar conserva ruinas del castillo levantado por Pedro Núñez de Prado en 1445 y en los estudios de Juan Catalina García remonta sus orígenes al patrimonio (Viana, Cifuentes, Alcocer, Azañón, Palazuelos y Val de San García) que formó Alfonso X el Sabio para su amiga de juventud, doña Mayor Guillén de Guzmán; luego pasó a su hija, la Reina de Portugal, doña Beatriz, que en 1295 lo cedió a su primogénita, la Infanta doña Blanca de Portugal, futura abadesa del convento de las Huelgas Reales, Burgos. Hijo de doña Blanca fue Juan Núñez de Prado, maestre de Calatrava, cuyo descendiente, el dicho Pedro Núñez de Prado, logró en 1418 el señorío de Viana. 


Relación de los bienes patrimoniales de Los Acuña.

Dos pares de casas en la plaza de Buendía con sus cámaras.


Tierras de pan llevar, viñas, huertas y cañamares sin
especificar sus dimensiones en la villa de Buendía.


Las casas de su morada en Buendía.


Cueva con vasijas en la villa de Buendía.


Casas, heredamientos y otros tienes sin indicar su tipología
en la villa de Paredes.


Casas y heredamientos en el término de Medinaceli: Casa de
Anguita, Alfaranueva y Huertapelayo.


Casa y molino en Trillo.

Heredad del Palomar que se encontraba en términos y labranzas de los lugares
de Cogollor y Hontanes.


30.000 maravedíes de juro en las alcabalas y tercias de las villas de Azañón y Viana.


13.000 maravedíes de juro en las alcabalas y tercias de los lugares de Mantiel, La Puerta, Cereceda y Piedralueche.





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