miércoles, 15 de junio de 2016

Valdecolmenas de Arriba y Valdecolmenas de Abajo en la Tierra de Huete. Cuenca

Valdecolmenas de Arriba fue de los Sylveira en el siglo XVII

Un paseo por Valdecolmenas

Los Sylveira también están presentes en Palomares  Campo y en Olmedilla del Campo 

Valdecolmenas de Abajo fue de los marqueses de Santiago, Cuevas de Santiago en Cuenca

Juan Alfonso de Lancina, nacido en Huete y señor de Cuevas de Santiago en la tierra de Huete desde 1691.

A mediados del siglo XIX Cuevas de Santiago es descrita como 

granja en la provincia de Cuenca, partido judicial de Huete, término jurisdiccional y a 1/4 leguas de Mazarulleque. Tuvo una ermita y una venta y en el día existe una sola casa destinada a la labranza.



El  marquesado de Santiago con la primitiva denominación de marqués de Uterviejo fue creado por  Felipe V el 20 de diciembre de 1706 a favor de Francisco Esteban Rodríguez de los Ríos Ledesma y Bernal, mudaba la denominación por la actual y cancelaba el vizcondado previo de San Esteban.
Dichas denominaciones aludían a sendos lugares de señorío jurisdiccional del concesionario, arrabales de la ciudad de Huete en la diócesis y actual provincia de Cuenca: la aldea y parroquia de Uterviejo (perteneciente entonces al municipio de Caracenilla, después incorporado a Huete) y la antigua villa de Cuevas de Santiago, que por entonces ya era un caserío del municipio de Mazarulleque en el  Valle de Altomira.
El concesionario fue proveedor general de los ejércitos de Felipe V durante la Guerra de Sucesión y arrendatario de diversas rentas reales como las de la sal, de la Santa Cruzada y del maestrazgo de las Órdenes Militares. El otorgamiento del marquesado y de los señoríos que le dieron denominación fue resultado de una transacción con la Real Hacienda, que así saldaba las deudas que mantenía con el asentista por sus suministros al ejército.
Obtuvo las jurisdicciones y el marquesado como resultado de una transacción con José de Grimaldo, ministro de Hacienda de Felipe V. Otorgando estas mercedes, la Real Hacienda saldaba las deudas que mantenía con el concesionario por su actividad de proveedor de los ejércitos durante la Guerra de Sucesión. Los lugares de Uterviejo y Cuevas de Santiago —antiguos señoríos del linaje optense de los Rodríguez de la Encina— habían sido incorporados por la Corona poco antes, y su jurisdicción le fue concedida a Francisco Esteban Rodríguez de los Ríos mediante el mismo Real Decreto que le creaba marqués de Uterviejo, dado el 20 de diciembre de 1706. El siguiente día 31 se le despachó la Real Carta, que mudaba dicha denominación por la de marqués de Santiago y cancelaba el vizcondado previo de San Esteban.

Qué fueron estas ruinas?


Camino del VERANO en los campos de Loranca














Paredes. Cuenca












miércoles, 8 de junio de 2016

Parque del Oeste. Madrid. Un Jardín Histórico



Fuente de Juan de Villanueva en el Parque del Oeste



Escuela de Cerámica


Antes del siglo XX, los terrenos que actualmente ocupa el Parque del Oeste eran el principal vertedero de basuras de la ciudad. La construcción del parque fue iniciativa de Alberto Aguilera, alcalde de la ciudad a principios del siglo XX, quien en 1906 pidió al paisajista Celedonio Rodrigáñez el trazado de un lugar para el paseo y descanso. Cuenta con lugares únicos y bellos como «Rosaleda del parque del Oeste», en la cual se celebra anualmente un concurso internacional de rosas. El Templo de Debod también se encuentra en esta zona.
La obra comenzó en 1893 y quedó inaugurada la primera fase en 1905. Esta fase comprendía una superficie aproximada de 87 hectáreas entre las actuales calles de Moret, y Séneca, más un Paseo de Coches, hoy Paseo de Camoens.
Durante la Guerra Civil el parque del Oeste se convirtió en campo de batalla de la batalla de la Ciudad Universitaria, abriéndose trincheras y construyéndose búnkeres que todavía hoy se pueden ver en su extremo norte. En 1906 continuaron las obras de la segunda fase, llegando hasta el Cuartel de la Montaña (actual ubicación del Templo de Debod). Se extendió en paralelo al paseo del Pintor Rosales, sobre antiguas escombreras.
Una vez acabada la guerra, Cecilio Rodríguez, responsable de los parques municipales, se encargó de su reconstrucción, que duró hasta finales de los años cuarenta. Se respetó el carácter paisajista, el tipo de plantación y el trazado de los caminos.
Durante los años 1956 y 1973 se amplió, ocupando los terrenos del Cuartel de la Montaña, construyéndose La Rosaleda y el parque de la Montaña, ubicando en él el Templo de Debod.




Monumento a Miguel Hernandez




Discurría por los terrenos del Parque el arroyo de San Bernardino que luego seguía por la calle Princesa e Isaac Peral hasta Cristo Rey lugares conocidos  como camino de San Bernardino o de Las cruces.








Monumento a Simón Bolivar

















Columna a la Virgen