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https://rutasbtt-cuenca.blogspot.com/2017/07/mas-alla-de-verdelpino.html
Verdelpino
de Cuenca
Era un despoblado de tierras cultivables en torno a una villa
cercana al llamado “Abrigo de Verdelpino”. Un asentamiento datado entre 12 mil
y 2 mil años a.C.
https://revistamansiegona.com/wp-content/uploads/2019/01/Revista_13.pdf
El rio
Valdecabras se adueñó del abrigo desde sus inicios, decidiendo la instalación
y. eventualmente, el abandono o la inutilización de ese espacio para ser
ocupado.
En el XVI, Sancho de Jaraba y Luis de Herriega, hacendados del lugar, se oponían con firmeza a que cinco vecinos procedentes del inmediato señorío, de Valdecabras, se instalasen allí de forma definitiva por mantener el control de dehesas y pastos.
Por
el Catastro del Marqués de la Ensenada, sabemos que a este conjunto de
edificaciones ya se le llamaba “Caserío de Verdelpino” hacia mediados del siglo
XVII. Voz que ha permanecido hasta la actualidad.
No confundir con el Verdelpino de Huete
https://palomatorrijos.blogspot.com/2022/09/verdelpino-de-huete-agosto-2022.html
Por este mismo texto sabemos que en aquella época era su párroco Matías Polo, como también lo era del “lugar de Buenache”, y que Mateo Rodrigo, que había sido vecino de Uña, lo era de Verdelpino, a quien Pedro Caja le había comprado un pedazo de tierra en la Muela de la Madera.
A mediados del siglo XIX, Madoz recoge que Verdelpino
consta de 9 casas y de 9 vecinos pero, a finales de este siglo, el tatarabuelo
de Juan Ramón y Rodrigo, los hermanos de Luz, don Juan Ramón Sainz Roig,
adquirió la heredad utilizando, para dicha compra, dinero que obtuvo de la
explotación de minas de hierro en Beteta-Vadillos.
https://www.villardecanas.es/gonz3/geluz.htm
La iglesia de Valdecabras, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, fue reformada hacia los años 30 del siglo pasado y, aunque de construcción moderna, coquetea con formas góticas y con su torre que, realmente, aunque a pequeña escala, recuerda a la de la iglesia de El Salvador, de Cuenca.
https://ramhg.es/images/stories/pdf/nobiliaria-articulos/conferencia%20cabildo.pdf
https://elarteencuenca.es/blog/castillo/san-clemente-santiago-de-la-torre
https://www.castillosnet.org/fortificacion.php?r=CU-CAS-074&n=Castillo+de+Santiago+de+la+Torre&album=&fc=1416&fn=Miguel+%C1ngel+Cebri%E1n+Mart%EDnez&p=1
https://www.elprovencio.com/el-pueblo/que-visitar/castillo-iglesia-santiago-de-la-torre/
https://historiadelcorregimientodesanclemente.blogspot.com/2021/02/la-significacion-historica-de-santiago.html
https://www.academia.edu/40523337/Santiago_de_la_Torre
https://www.ramhg.es/images/stories/pdf/anales/09_2005-2006/07_madrid.pdf
Tras la toma de Alarcón el año de 1184 por el capitán de Alfonso VIII, Fernán Martínez de Ceballos, todas las villas de su alfoz quedan inicialmente liberadas de sus habitantes musulmanes, pero no repobladas
Hacia 1279 la Orden marinera de la
Estrella o Santa María de España, como sucedió con el resto de Órdenes
Militares, había entrado en territorios del concejo de Alcaraz, en el lugar de
El Quebrado para repoblarlo, incluso ya se había fundado su iglesia, de modo
que el rey Alfonso X se lo entregó para evitar problemas de términos entre este
concejo y el de Alarcón. Tras la batalla de Moclín, la Orden de Santa María de
España se integra en la Orden de Santiago, El Quebrado pasa entonces a
pertenecer a dicha Orden. El lugar pasa
a llamarse Santiago El Quebrado y queda dentro del ámbito del concejo de
Alarcón.
Más tarde pertenece al infante don Juan Manuel, señor
de Villena, por cesión que realiza la Orden de Santiago; hacia 1319 el infante
concede carta puebla al Provencio al que da derechos de franqueza, de pechos y
derecho a labrar en los vecinos términos de Santiago el Quebrado, dando de modo
indirecto legalidad a la usurpación de esos terrenos por los vecinos de Alarcón
o por los servidores de don Juan Manuel.
El 13 de noviembre de 1404 el concejo de
Alarcón entrega a su vecino, Rodrigo Rodríguez de Avilés, Santiago el Quebrado,
que se constituiría así en el primer señor del nuevo señorío que ya comienza a
llamarse Santiago de la Torre, con todos los pechos derechos e tributos”,
junto con el despoblado de Martín Ovieco, en agradecimiento por ciertas buenas
obras que él y su padre hicieron en favor de Alarcón.
Rodrigo Rodríguez de Avilés pertenecía a
los nobles caballeros de la ciudad de Alarcón, una de las familias con
raigambre en la ciudad, junto a los Ruiz de Alarcón o los Sánchez del Castillo
y González del Castillo.
Casó con Beatriz Pacheco, hija bastarda
de Juan Fernández Pacheco, uno de los nobles portugueses que vino huyendo de Portugal
y se estableció en el concejo de Alarcón y fue compensado con las donaciones
reales de Belmonte y Los Hinojosos. El crecimiento de esta familia fue rápido y
grande, al conseguir su nieto don Juan Pacheco altas dignidades dentro de la
corte de Enrique IV, quien le nombró marqués de Villena y Osuna, y maestre de
la Orden de Santiago.
Poco duraría la suerte de Rodrigo
Rodríguez de Avilés que tuvo su fin en la conquista de la fortaleza de Huércal.
Por el rescate de Rodrigo Rodríguez de
Avilés exigió el sultán 2.500 doblas de oro, unos 87.500 maravedís, lo que
endeudó a la familia durante más de diez décadas.
Recuperó la libertad y pudo conservar su
señorío de Martín Ovieco, haciendo testamento en Alarcón el 6 de julio de 1417.
Tenemos noticia que se pidió prestado y
se obtuvo el rescate por distintos medios.
No pudieron soportar la deuda contraída
por el rescate de Rodrigo Rodríguez de Avilés y en 1428 se vende el señorío de
Santiago de la Torre al doctor Pedro González del Castillo.
Pedro González del Castillo, casado con
Isabel Portocarrero, bien situado en la corte, fue oidor y contador real de
Juan II, de quien había recibido el señorío de Santa María del Campo, era pues
vecino de Santiago de la Torre, cuando ofrece la compra de dicho señorío a los
Rodríguez de Avilés, que fue confirmada por Juan II el 3 de enero de 1428.
Con todas sus posesiones de Alarcón, el
matrimonio funda un mayorazgo para su hijo Juan el 3 de noviembre de 1443 en
Tordesillas. El mayorazgo incluía la villa de Santa María del Campo, Santiago
de la Torre, la heredad de Las Pedroñeras, del Robledillo, una casa en Castillo
de Garcimuñoz y varias posesiones en Salamanca.
Esta irreparable pérdida nunca fue
asimilada por la familia Rodríguez de Avilés, siempre quedó en su memoria el
señorío de Santiago de la Torre, de modo que cuando los Carrillo Portocarrero
abandonan sus posesiones y mayorazgo de la Mancha, Santa María del Campo y
Santiago de la Torre, probablemente el año 1579, un sucesor, Alonso Pacheco de
Guzmán, regidor de Toledo, casado con doña Leonor de Armenta y Guevara, lo
compra para constituir un nuevo mayorazgo el año de 1603, con licencia real, en
la que se dice que:
“Santiago de la Torre había sido de
Rodrigo Rodríguez de Avilés, vuestro quinto abuelo, y de doña Beatriz Pacheco,
su muger, e entrando con setenta lanças, el dicho Rodrigo Rodríguez, a socorrer
y defender el castillo de Huércal, junto a Lorca, de los moros que lo venían a
çercar, fue captivo el año de mill e quatroçientos y siete, y para su rescate
se vendió y vos lo avéys vuelto a comprar” (AHN,Nobleza,Frías,leg.698,
números 14 y 15)(21).
Pareciera que la sucesión de Rodríguez
de Avilés no tuviera el favor de los hados.
El hijo y sucesor de Alonso Pacheco y
Leonor de Armenta murió; sin otro hijo varón que pudiera recibir el mayorazgo
fue a parar a su hija Beatriz, casada con su primo Juan Pacheco Guzmán, quien
se convirtió así en señor de Santiago de la Torre. Juan Pacheco fue hombre
débil que tampoco dejó sucesión cuando falleció. Hacia 1649 continuó su yerno
don Antonio Pacheco Treviño, pero no de buen gusto porque la familia andaba con
problemas sucesorios, iniciándose un pleito por la posesión del mayorazgo que
duró largos años y generándose un problema que ha llegado hasta nuestros días,
con una propiedad compartida por una multitud de propietarios.
Santiago de la Torre parece que fue siempre
una villa de pocos vecinos.
En el censo de 1528 se relacionan
únicamente 19 vecinos, unos 95 habitantes:
Durante 1649 en Santiago de la Torre no
aparecen los señores del lugar y quedan pocos vecinos, no llegan a media
docena, unos 25 habitantes, y las tierras de su término son explotadas por
renteros vecinos del Provencio.
Hacia 1566 la fortaleza ya estaba
deshabitada, tenía uso de cárcel, y solo vivía un carcelero que cuidaba del
mantenimiento de los presos y dormía en el patio de armas.
Sobre la mazmorra de Santiago de la
Torre entresacamos ciertos sucesos acaecidos a los vecinos del Provencio contra
su señor don Alonso de Calatayud, que fue sometido a juicio popular el año de
1520 y expulsado del pueblo por sus desmanes y su actuación, propia de un señor
absoluto y feudal, no pagando los bienes que tomaba, infringiendo castigos y
heridas por no aceptar su voluntad, interviniendo en los casamientos,
amancebándose con más de una mujer, no pagando los salarios que debía,
castigando a los vendedores foráneos y un largo etcétera que se vio reflejado
en las declaraciones de 80 de los vecinos de El Provencio que le denunciaron.
Algunos de esos desmanes con la colaboración de don Bernardino del Castillo
Portocarrero, señor de Santiago de la Torre.