Carrera de San Francisco
y calle de Don Pedro. Casa de Villafranca.
En la parte exterior de Puerta de Moros, bastante poblada
ya de caseríos especialmente a las inmediaciones del
«antiquísimo convento de San Francisco, quedó todavía extramuros, y considerada
como un mezquino
arrabal, hasta que, creciendo en importancia, con la
sucesión de los tiempos, el aumento de la población y de las construcciones, mereció
ser incluida en el
recinto de la nueva villa cuando, a poco tiempo de
establecida en ella la Corte ,
y reinando todavía Felipe II, se alargó fuera de la antigua
muralla la parte baja de la calle de Segovia o Nueva de la Puente , se construyó
éste y la Puerta
de la Vega o de Segovia (la misma que ha sido demolida en estos
últimos tiempos), y se dirigió la moderna cerca hasta la puerta de Toledo,
abrazando ya los altos de las Vistillas. En ellos,
aunque elevados tan enormemente sobre la calle de Segovia, que casi les impide toda comunicación con la otra mitad de
la villa, se formaronnuevas manzanas de casas y se construyeron por algunos
magnates y grandes del
reino considerables edificios, formando las dos espaciosas
calles de Don Pedro y Carrera de San Francisco y sus traviesas.
La primera, que primitivamente formaba con la de la Redondilla un paseo muy concurrido
en los tiempos
de Enrique IV, desde el cual arrancaba la alcantarilla o foso
antiguo que corría por delante de Puerta de Moros, fue convertida en calle,
conservando ambos nombres de la
Alcantarilla y también de Don Pedro Laso
de Castilla, cuyas notabilísimas casas o palacio están
situadas a la espalda de ella. Calle de don Pedro, por el marques de Villafranca del Bierzo, consorte de la duquesa de Alba
A la acera derecha de esta espaciosa calle se ve
hoy la hermosa casapalacio de los Duques de Medina Sidonia, Marqueses de Villafranca,
que mide la considerable extensión de 51.715 pies ; y
más allá la que ocupa
exclusivamente la manzana 127, construida a fines del siglo
XVII para su
habitación, por los señores Duques del Infantado, y
que hoy se halla ocupada por las oficinas de la casa y la preciosísima Biblioteca y
Armería del ilustre poseedor de aquel título. -Como tal es dueño también de gran parte
de aquel distrito, siendo de su pertenencia, ademas de los extensos palacios
ya citados de Laso de Castilla y del Infantado, el otro principal, moderno, que
está situado al final de dicha calle de Don Pedro y frente del descampado de las
Vistillas; magnífica casa, mandada construir en el siglo último para la señora
Duquesa, viuda, princesa de Salm Salm, y que recuerda por su forma y
gusto especial el de los palacios de la nobleza parisiense en el Faubour y
Saint-Germain, entre la Cour d'honneur de su entrada
y su grande y preciosísimo jardín, límite de Madrid por aquella parte. Su actual dueño, el Sr. Duque de Osuna y
del Infantado, Conde de Benavente, la habita hoy, y es imponderable la riqueza y
buen gusto con que están decorados sus bellos salones y dependencias. Las
otras casas, o más bien manzanas de casas contiguas, casi todas propiedad del mismo
título, están destinadas, unas a las oficinas y dependencias de los
diversos estados que han venido a reunirse en aquella ilustre casa; otras, para
habitación de los empleados y dependientes, y otra, finalmente, la señalada con el
número 5 antiguo de la calle de los Dos Mancebos, ha sido convertida, por la
esplendidez del actual Duque, en un precioso hospital o enfermería para los
criados subalternos de la misma.
No sólo los edificios, sino también los huertos,
bajadas, y hasta el mismo
inmenso descampado de las Vistillas, aumentado con la
demolición de la
manzana 128, que formaba la calle del Corral de las
Naranjas, son propiedad de la casa del Infantado; por cierto que en estos últimos
tiempos, y siguiendo los mismos impulsos de grandeza, ha proyectado y emprendido el
Sr. Duque actualuna obra colosal de mejora, desmontando y rebajando aquella
inmensa explanada en más de diez pies, para reducirla a un hermoso plano a
que se ha de dar forma de paseo, con un bello jardín o glorieta en el centro.