Fernández de Béthencourt
Hermanos García Carraffa,
Fernán
Jeremías casa con Mayor Suárez, o bien con Inés Benegas. Debió de tener este
caballero otra segunda mujer ya que en un documento del año 1098 se le cita como
esposo de doña Ermesenda García.
Hijo
de la primera esposa y su heredero fue Payo o Pelayo Fernández, señor de
Ferreira de Aves. Casa con Teresa Pires, Teresa Pérez, que algunos genealogistas
llaman Inés y fue su hijo, Pedro Páez quien casó con Teresa Ramírez de Acuña,
de este mismo linaje de los Pacheco, señora de la Casa de Acuña, de cuyo
enlace fue sucesor, Ruy Pérez, señor de Ferreira de Aves, que casa con Teresa
Pérez de Cambra. Hijo de los anteriores fue Fernán Ruiz, primero que tomó el
sobrenombre de Pacheco.
Fue
Fernán Ruiz Pacheco señor de Ferreira de Aves y Alcaide Mayor de Celorico y uno
de los conquistadores de Sevilla. Casó este caballero con Constanza Alfonso de Cambra,
o Constanza de Riba de Visela. Tuvo entre otros, al primogénito, Juan Fernández
Pacheco, casó con Estefanía López Paiva, cuyo hijo Lope Fernández Pacheco. Había
casado este caballero dos veces, la primera con María Gómez Tavera y en
segundas nupcias con María Ruiz de Villalobos.
Fue
este caballero del Consejo del rey Fernando I y del partido contrario a los que
apoyaron el casamiento de este soberano con Leonor Téllez de Meneses, en contra
del matrimonio concertado por éste con la hija de Enrique II de Castilla, por
lo que se instaló en Castilla al servicio de Enrique III, permaneciendo en la
corte castellana hasta la muerte del rey don Fernando de Portugal en 1384,
entrando definitivamente en este reino donde falleció en 1389, siendo enterrado
en un túmulo de la Capilla de San Cosme y San Damián en la cabecera de la catedral
de Lisboa.
Del
primero de estos enlaces nació entre otros, Diego López Pacheco el Grande, Ricohombre
en Portugal, señor de Ferreira de Aves, Penela, Oliveira, Bellas y Celorico en
Portugal, Embajador en Castilla, Notario mayor de Castilla y en este reino Señor
de Béjar, que casó con Juana Vázquez Pereira.
De
este d Diego López Pacheco, junto a don Coello y don Álvaro González, se valió
el rey Alfonso IV para asesinar a su nuera Inés de Castro en 1355, esposa no
legítima del príncipe don Pedro, que una vez heredó el reino con el nombre de
Pedro I, persiguió al referido don Diego López Pacheco que se refugió en
Castilla, y desde allí escapó hacia Aragón entrando al servicio de don Enrique
de Trastámara, hasta su coronación en 1369 con el nombre de Enrique II, por lo que
el rey le premió por sus servicios con el señorío Béjar en 1375. A todo
renunció para volverse a Portugal a la muerte de Pedro I, quien en su
testamento le había reconocido su inocencia, siendo restablecido en su honra y
señoríos en la Ciudad portuguesa de Santarém en 1377.
Había
casado Diego López Pacheco con Juana Vázquez Pereyra siendo padres de Juan
Fernández Pacheco, señor de Ferreira de Aves, Penela, Celorico y Oliveira. Mayor
del rey Juan I de Portugal, estuvo presente en 1384 en la Batalla de Aljubarrota,
de donde pasó a Castilla al servicio del rey castellano Enrique III, confiscándosele
todos sus bienes en Portugal, por lo que el monarca castellano le concedió en
compensación la Villa de Belmonte de la que fue su primer Señor. Había casado
en Portugal con Inés Téllez de Meneses, cuya unigénita y heredera María Pacheco
fue la segunda señora de Belmonte.
Casa
esta señora con Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña, hijo de Martín Vázquez
de Acuña, primer conde de Valencia de don Juan, y de Teresa Téllez Girón.
Ambos
eran parientes por lo que hubieron de disponer de una bula de dispensa
pontificia.
Nacieron
dos hijos de este matrimonio que fueron dos de los más destacados personajes de
la corte del rey Enrique IV:
Juan
Pacheco,
primer marqués de Villena, primer conde de Xiquena y primer duque de Escalona.
Pedro
Girón, primer señor de Ureña y maestre de la Orden de Calatrava, de quien
descienden los duques de Osuna.
La vida sentimental y privada de Juan Pacheco
fue tan agitada como su trayectoria política. Contrajo matrimonio tres veces,
tuvo al menos doce hijos legítimos que le sobrevivieron, y unos cuatro o cinco
bastardos. El primer matrimonio continúa siendo aún hoy un episodio ciertamente
inédito y poco conocido de su vida. Por fortuna, la información que he hallado
en el Archivo Ducal de Frías nos proporciona bastantes datos sobre este
singular casamiento. Los otros dos, especialmente el segundo, están mejor
documentados.
http://institucional.us.es/revistas/historia/36/art_6.pdf
LAS MUJERES DE JUAN PACHECO Y SU PARENTELA Alfonso Franco Silva, 2009.
Pacheco todavía pudo encontrar tiempo para
engendrar otros cinco hijos bastardos, de los que tenemos constancia, porque es
muy probable que hubiese tenido alguno más.
De estos cinco bastardos, tres eran varones y dos
las hembras.
La primera de ellas, llamada Beatriz, fue casi con seguridad la primera hija que tuvo Pacheco,
es muy probable que incluso antes de estar casado con María Portocarrero. En
cualquier caso, fue la mayor de todos los hijos que tuvo el primer marqués de
Villena, tanto de los legítimos como de los ilegítimos.
Pacheco utilizaría a esta hija como instrumento
para deshacerse de un peligroso competidor, Rodrigo Portocarrero, que hacia
1448 estaba ganando con rapidez los favores del príncipe Enrique. Pacheco, temeroso
de perder la privanza absoluta que hasta entonces había alcanzado junto a don
Enrique, dio un golpe de mano y en una jugada maestra consiguió alejar del
círculo íntimo del príncipe a su rival. Para ello, le dio en matrimonio a
Beatriz, previamente legitimada, con lo que convertía a Rodrigo en su yerno,
logrando del príncipe que le concediese el título de conde de Medellín, además
de las villas y tierras que lo formaban y que Pacheco le cedió gustosamente con
tal de quitárselo de en medio. Había que conseguir alejar a Portocarrero de la
influencia de don Enrique y enviarlo a tierras extremeñas, aunque este objetivo
se hiciese al precio de una renuncia porque, en efecto, Pacheco le daba sus
tierras de Medellín, además de a su hija bastarda. Los esponsales se celebraron
en 1453. Pacheco daría como dote a su
hija la villa de Villarejo de Fuentes y su tierra, según hizo constar años más
tarde en su testamento. Viuda de Rodrigo Portocarrero, doña Beatriz volvió
a contraer matrimonio, años más tarde con el segundo conde de Cifuentes, don
Alonso de Silva. Fue una mujer de gran valor y temple como lo demostraría
luchando en tierras extremeñas en el bando de su hermano Diego contra los Reyes
Católicos en la guerra de sucesión castellana.
El segundo bastardo se llamaba Juan, como su padre.
Fue también legitimado por cédula de Enrique IV dada en Écija, el 25 de abril
de 145651. Pacheco alude a él en sus testamentos. Al parecer, tanto Juan, como
Beatriz, y la siguiente bastarda llamada Isabel, eran hijos de una misma mujer,
Catalina Alfón de Ludeña.
Don Juan
Pacheco logró hacer carrera en la orden de Santiago, gracias al apoyo
prestado por su padre que era maestre de esa orden.
Isabel de
Meneses, llamada después de Pacheco, fue la tercera hija bastarda del
marqués de Villena. Fue también legitimada en 1456 por Enrique IV, y parece que
era igualmente hija, como los dos anteriores, de Catalina Alfón. Su padre
también alude a ella en sus testamentos cuando dice que ya la ha casado con el
Adelantado Mayor de Castilla, Pedro López de Padilla. Un excelente matrimonio
para una bastarda, igual que el que había hecho su hermana mayor, Beatriz.
El cuarto bastardo de Juan Pacheco se llamaba
Alonso. Aunque su padre no le menciona en sus mayorazgos, ni tampoco en sus dos
testamentos, sabemos que fue especialmente querido por su hermano Diego,
segundo marqués de Villena, con el que colaboraría en todas sus empresas
militares. El Archivo Ducal de Frías conserva alguna información sobre él, en
concreto el inventario que de sus bienes mandó hacer su hermano Diego tras la
muerte de Alonso en 1490 combatiendo en la vega de Granada. Se ignora el nombre
de la madre de este bastardo. Tras ser legitimado, su padre lograría para él la
encomienda de Villafranca y Castilseras de la orden de Calatrava, consiguiendo,
más tarde, en 1473, por donación de Enrique IV, las rentas del servicio y
montazgo de los ganados que pasaban por el Campo de Calatrava. Don Alonso dejó
dos hijos ilegítimos, Alonso y Juan Pacheco, que quedarían bajo la protección de
su tío el marqués don Diego.
Pacheco dejó todavía un último bastardo, Rodrigo,
muy niño aún cuando él murió. Quedó también a cargo del primogénito del linaje,
don Diego, que, al parecer, consiguió en 1508 de Fernando el Católico que le
concediera un beneficio eclesiástico. Don Rodrigo no tuvo sucesión.
La crónica portuguesa Nobiliario del Conde don Pedro
retrotrae el origen de los Pachecos a los comienzos del siglo XII, al
gallego Fernán Jeremías, quien acompañó al conde Enrique de Borgoña, esposo de
la hija de Alfonso VI, doña Teresa, a conquistar Portugal para convertir el
ducado que regentaba en un reino independiente de Castilla, aprovechándose de
las turbulencias políticas y militares entre Castilla y Aragón por el
enfrentamiento de los desavenidos esposos doña Urraca de Castilla y Alfonso el
Batallador de Aragón. En recompensa por los servicios prestados, en 1126 doña
Teresa le concedió el señorío sobre Ferreira de Aves, que será el lugar
solariego de los Pacheco portugueses.
A Fernán Jeremías le sucede su hijo Payo o Pelayo Fernández,
quien acompaño al rey portugués Alfonso Enríquez en varias expediciones
guerreras de conquista… Por sus servicios al rey, éste le confirmó en su
señorío sobre Ferreira.
Los sucesivos señores de Ferreira fueron Pedro Páez, su hijo
Ruy Pérez y el hijo de éste, Fernán Ruiz.
Fernán Ruiz de Ferreira es el personaje más famoso de la
familia después del fundador. Este
personaje es el que comenzó a tomar el sobrenombre-mote- de Pacheco. Fue señor
de Ferreira de Aves, alcalde mayor de Celorico y brilló por la defensa heroica
de esta plaza, sitiada durante tres meses en 1246.
El hijo de Fernán Ruiz fue Juan Fernández Pacheco, señor de
Ferreira, personaje irrelevante del que nació Lope Fernández Pacheco, uno de
los personajes más notorios y relevantes del Portugal de su época. Su sucesor
fue su hijo Diego López Pacheco, nacido hacia 1304 y que murió nonagenario en
1385.
Diego López Pacheco junto con Alonso Gonçalves y Pedro
Coelho, por orden del rey, dieron muerte a puñaladas a Inés de Castro
aprovechándose de que el príncipe Pedro había emprendido una cacería. Esta dama
gallega formaba parte del séquito de doncellas que llevaba consigo doña
Constanza Manuel, hija del señor de Villena don Juan Manuel, cuando desde el
castillo de Garcimuñoz fue a Portugal para casarse con el príncipe heredero don
Pedro. El príncipe se enamoró locamente de Inés de Castro con la que tuvo
cuatro hijos, al mismo tiempo que atendía, a la vez, a doña Constanza Manuel,
que murió de parto en Santarém al dar a luz al futuro rey de Portugal, Fernando
I.
Su hijo fue Juan Fernández Pacheco, señor de Ferreira de
Aves, Penela, Celorico y Olivenza, alcalde mayor de Santarém y perteneciente al
Consejo Real. Tanto el padre como el hijo participaron en la decisiva batalla
de Aljubarrota de 1385 defendiendo los derechos dinásticos de Juan de Avis. Dado
que sus hijos legítimos ya habían fallecido y que su hijo Juan era bastardo,
don Diego López Pacheco logra que el rey legitime a este hijo en 1389; y en
1392 logra que le confirme a él mismo en el mayorazgo de Ferreira de Aves para
que pueda heredarlo su hijo Juan.
El 16 de enero de 1398, en Tordesillas, Enrique III concedía
a Juan Fernández Pacheco el señorío de Belmonte, Cuenca, con sus aldeas de Osa,
Monreal e Hinojos
A este bastardo Juan Fernández Pacheco lo heredará una hija,
a la cual transmitirá un solo apellido, el cual será justamente el mote de
Pacheco. María Pacheco.