Fotografías enviadas por Antonio Medina.
lunes, 31 de enero de 2011
Ledesma.
Fotografías enviadas por Antonio Medina.
BRANDILANES 1640 – GUERRA CON PORTUGAL.
BRANDILANES 1640 – GUERRA CON PORTUGAL.
El reinado de Felipe IV fue un periodo de guerras constantes y numerosos frentes. España se encontró a lo largo de dicho reinado en guerra con: Países Bajos, Inglaterra, y Francia. En septiembre de 1640, aumentan los conflictos del reino al producirse la ruptura entre Cataluña y el monarca Felipe IV.
En diciembre de 1640 es proclamado rey de Portugal, con el nombre de Juan IV, el duque de Braganza, firmando de inmediato la paz con los holandeses, a la vez que obtiene el beneplácito de Franceses e Ingleses.
Esta nueva insurrección afecta muy directamente a Zamora y su territorio. Mientras el rey pedía más soldados, dinero y mantenimientos para atender estas nuevas guerras, los portugueses reunían, en numerosos puntos de la frontera, a todo su ejército.
Brandilanes, como vanguardia fronteriza de España con Portugal, no solo no pudo verse ajeno al conflicto entre ambos reinos, sino que fue de las poblaciones más perjudicadas.
El Autor Ursicino Álvarez Martínez, en su “Historia General Civil y Eclesiástica de la Provincia de Zamora”, cita una de las numerosas incursiones, relatando lo siguiente:
“… En 1640, reunían los portugueses en la frontera un ejército de 14.000 infantes y 800 jinetes con ocho piezas de artillería. La gente de Zamora á quien se dio por capitán general al conde de Alba de Aliste, formó cuerpo de milicia de 300 que fuese á defender línea de trincheras que se practicó en Carbajes y Alcañices.
En Octubre de 1641 atacaron los portugueses á Brandilanes y Alcañices haciendo prisioneras cuatro compañías, con lo que la capital exhausta de soldados y de medios de resistir, se decidió, no obstante, á hacerlo no desmintiendo los alientos que había mostrado en ocasiones parecidas…”
Es fácil entender que, al ser la población de Alcañices la fortificación más importante de la comarca, cualquier incursión militar portuguesa pasaba, en el sur, por las poblaciones de Brandilanes o Moveros, a fin de cercar la guarnición de la citada fortificación.
No terminan las penurias en los años citados, sino que la comarca, y por lo tanto Brandilanes como primer frente hispano ante Portugal, en años sucesivos continuó en lucha, y como Ursicino Álvarez sigue narrando:
… En el dicho año de 1653 sufrió incendio el hermoso palacio del conde de Alba de Aliste… y en el siguiente Fermoselle, Cerezal, Pino y otros pueblos, se vieron invadidos por los portugueses que aprisionaron gentes y rapiñaron ganados dándoles encuentro importante las fuerzas del país entre Alcañices y Carbajales en que hubo mucha mortandad.
Como se ve, la carestía, la despoblación, el esquilmo y la guerra fueron el nublado fondo del cuadro histórico de la época en ésta zona de la tierra Zamorana, extremando aun más la decadencia, ya muy acentuada en los dos anteriores reinados.
A la muerte de Don Felipe IV, en 1665, le sucede Don Carlos II, niño aún. En 1668 la paz con Portugal desahogó algún tanto los gastos y atenciones, a la vez que animó el trabajo, la industria y el comercio de esta tierra.
Aún así, para las guerras de Cataluña y Flándes se pidieron en 1676, 800 soldados a Zamora, que debido a su mal estado, solo consiguió llenar la leva con presos por causas leves y gentes sin ocupación.
domingo, 30 de enero de 2011
María Inés de Pimentel.
Zúñiga.
Pimentel.
De María Inés de Pimentel, “Dama honesta”, que puede ser de la Casa de los duques de Benavente, a la que pertenece su Madrastra, tuvo Pedro de Zúñiga, II conde de Bañares, I conde de Ayamonte, padre del II duque de Bejar e hijo del I duque casando este en segundas nupcias con Leonor Pimentel, hija de Juan Alonso Pimentel, I conde de Mayorga, hijo de Rodrigo Alonso Pimentel, II conde de Benavente. Es tia de Leonor la segunda esposa del condestable Álvaro de Luna de nombre Juana con la que casa el Condestable en 1431.
Pedro de Zúñiga, I señor de la Aldehuela y de Vayos. Fundó en 1487 con su mujer los mayorazgos de Cisla y Aldehuela, lugares de Flores de Ávila. Siendo estudiante en Salamanca casa con Beatriz Palomeque Olarte y Gil Dávila, señora de Cisla y de Jantos, hija de Juan Palomeque, señor de Itero y de Cantaelpino, y de Catalina de Olarte Gil y Dávila, señora de Cisla, vecina de Ávila. Fueron padres de Pedro de Zúñiga y Palomaque que casa con Juana de Maldonado. Padres de Pedro de Zúñiga y Maldonado que casa con su sobrina Beatriz de Zúñiga y Benavides. Padres de Pedro de Zúñiga Palomeque, “el de Rivilla”, quien contrajo
matrimonio con Antonia Flandes Palomeque, natural de Arévalo en Avila. Fueron padres de
Diego de Zúñiga Palomeque, vecino de Arévalo, quien casó con Ana de Lezama. Padres de Pedro de Zúñiga Palomeque que casa con Isabel de Pano o Pamo Viviesca y Guzmán. Padres de Petronila de Zúñiga Palomeque que sera la VI marquesa de Flores Dávila, natural de Avila, quien casó en dos ocasiones: la primera con Pedro de Barros, y la segunda con Jerónimo de Peñalosa y Machuca, hijo de Juan Peñalosa y de Leonor Gómez de Tiedra, vecinos de Santa María de Nieva, en Segovia, con sucesión.
y de Diego de Zúñiga Palomeque, II señor de la Aldehuela, Cisla, Itero y Cantaelpino. Reedificó en 1525 el Convento de San Agustín de Salamanca y compró el señorío de Flores Dávila en 1 de Abril de 1542. Contrajo matrimonio con María Velázquez de Castro, natural de Cuéllar, hija del Licenciado Gutierre Velázquez de Cuéllar y de Catalina Franza de Castro. De este enlace nació Pedro de Zúñiga y Velazquez, II señor de Flores-Dávila, señor de la Aldehuela, de Cisla, Itero y Cantaelpino. Casó con Catalina Nieto de Benavides y de la Noceda, hija de Fernando Nieto de Benavides y de Catalina de la Noceda. Padres de Beatriz de Zúñiga Palomeque y de Diego de Zúñiga Palomeque, comendador de Almendralejo en la Orden de Santiago en 1576, señor de Flores-Dávila, Cisla, La Aldehuela, Itero y Cantalpino. Regidor perpetuo de Salamanca, corregidor de Toledo, Embajador en Francia. Casa con Ana Antonia Cabeza de Vaca y Dávila, VII señora de Arenillas. Fueron padres de Pedro de Zúñiga Palomeque, I marqués de Flores-Dávila el 11 de Abril de 1612, señor de Cisla y la Aldehuela, Gentilhombre de Felipe III y su Embajador en Inglaterra, caballero de Santiago y comendador de Almendralejo en 1583, de Bienservida en 1605 y de Corral de Almagueren 1609. Falleció sin sucesión el 21 de Octubre de 1631. Sigue en el marquesado de Flores Davila su hermana Catalina con sucesión hasta el V titular.
El 18 de enero de 1487 Pedro de Zúñiga Pimentel y su mujer Beatriz Palomeque Olarte y Gil Dávila, fundaron los mayorazgos de Cisla y Aldehuela, lugares de Flores de Ávila.
Don Pedro y doña Beatriz fueron enterrados en el Convento de San Agustín, en la Capilla de San Pedro, en Salamanca. El convento desapareció o fue destruido durante la Guerra de la Independencia. A estos primeros señores de Flores Dávila les sucede su hijo don Diego.
II Señor de Flores Dávila, Diego de Zúñiga y Palomeque, señor de la Aldehuela, Cisla, Itero, Aldegue y Contaelpino. Regidor de Salamanca, a quien sucede su hijo don Pedro.
III Señor de Flores Dávila, Pedro de Zúñiga Palomeque y Velázquez de Castro, que en el año de 1535 edificó la capilla de San Pedro, para su enterramiento y los de su familia y en donde están enterrados sus abuelos los fundadores del Mayorazgo. Le sucede su hijo don Diego.
IV Señor de Flores Dávila, Diego de Zúñiga Palomeque y Nieto de Benavides, le sucede su hijo don Pedro.
V Señor de Flores Dávila, Pedro de Zúñiga Palomeque y Cabeza de Vaca, también conocido como Pedro de Zúñiga y de la Cueva, embajador de Inglaterra y caballero de Santiago, a quien Felipe III, el 11 de abril de 1612 le concede el título de I marqués de Flores Dávila y en el que le que sucede su hermana Catalina.
II Marquesa de Flores Dávila, Catalina de Zúñiga Palomeque y Cabeza de Vaca, le sucede su hija doña Mayor.
III Marquesa de Flores Dávila, Mayor Ramírez de Zúñiga y Nieto, a la que sucede su hijo don Pedro.
IV Marqués de Flores Dávila, Pedro Diego de Zúñiga y de la Cueva, a quien sucede su hijo don Antonio.
V Marqués de Flores Dávila, Antonio de Zúñiga y de la Cueva Manrique de Silva, nacido en 1654, le sucede su prima cuarta doña Petronila, ambos descendientes del III señor de Flores Dávila.
VI Marquesa de Flores Dávila, Petronila de Zúñiga Palomeque y Pano nacida sobre 1653. A ella la sucede otro primo lejano, don Ignacio Antonio, ambos descendientes del II señor de Flores Dávila.
VII Marqués de Flores Dávila, Ignacio Antonio de Guzmán y Zúñiga Alarcón y Toledo, que nació el 10 de enero de 1725, II marqués de Almarza, a quien sucede su tío don Juan Antonio.
VIII Marqués de Flores Dávila, Juan Antonio de Guzmán y Anaya nacido sobre 1668, III marqués de Almarza, a este le sucede su sobrina doña Isabel María.
IX Marquesa de Flores Dávila, Isabel María Nieto de Silva Pacheco y Guzmán, VIII marquesa de Cerralbo, condesa de Alba de Yeltes y de Villalobos, fallecida en 1736, a la que sucede su hijo don Vicente.
X Marqués de Flores Dávila, Vicente de Moctezuma Nieto de Silva y Guzmán, IX marqués de Cerralbo, conde de Alba de Yeltes, IV marqués de Almarza, fallecido el 19 de mayo de 1752, le sucede su hermana doña María Manuela.
XI Marquesa de Flores Dávila, María Manuela de Moctezuma Pacheco Nieto de Silva y Guzmán, X Marquesa de Cerralbo, Grandeza de España de segunda clase concedida por Carlos III el 20.8.1780; V marquesa de Almarza, condesa de Alba de Yeltes, fallecida el 6 de junio de 1787. Le sucede su sobrino don Manuel Vicente.
XII Marqués de Flores Dávila, Manuel Vicente de Aguilera y Moctezuma Pacheco, IV conde de Casasola del Campo; XII marqués de Cerralbo desde 1789, Grande de España, marqués de Almarza, conde de Villalobos, de Alba de Yeltes, de Fuenrubia, y de la Oliva de Gaytán. Gran Cruz de Carlos III, nació el 2 de junio de 1741 y falleció el 2 de noviembre de 1795. Le sucede su hijo don Manuel Isidoro.
XIII Marqués de Flores Dávila, Manuel Isidoro de Aguilera y Galarza Moctezuma, XIII marqués de Cerralbo, marqués de Almarza, V conde de Casasola del Campo, de Alba de Yeltes, de Villalobos, de Peñalba, de la Oliva de Gaytán, de Foncalada y de Fuenrubia, nació el 2 de enero de 1762 y falleció el 3 de diciembre de 1802. Le sucede su hijo don Fernando.
XIV Marqués de Flores Dávila, Fernando de Aguilera y Contreras, XV marqués de Cerralbo, marqués de Almarza, marqués de Campofuerte, conde de Alcudia, conde de Casasola del Campo, conde de Villalobos, conde de Alba de Yeltes, conde de Oliva de Gaytán, conde de Foncalada y conde de Fuenrubia. Embajador en Sajonia, presidente del Consejo de Ordenes Militares, Caballero del Toisón de Oro, de Alcantara, de Carlos III, de San Jenaro, de la Corona Verde de Sajonia, Caballerizo y Ballestero Mayor de la reina Isabel II, nacido en 1784 y fallecido el 2 de mayo de 1838. Le sucede su hermano don José.
XV Marqués de Flores Dávila, José de Aguilera y Contreras, XVI marqués de Cerralbo, conde de Alba de Yeltes, conde de Fuenrubia, conde de la Oliva del Gaytán, marqués de Almarza, conde de Casasola, conde de Foncalada, conde de Alcudia y conde de Campofuerte que nació el 23 de septiembre de 1787 y fallecido el 25 de diciembre de 1872. Le sucede su nieto don Manuel.
XVI Marqués de Flores Dávila, Manuel de Aguilera y Gamboa, por renuncia de su hermano Enrique. Manuel nació el 25 de agosto de 1848 y falleció el 6 de febrero de 1899. Le sucede su hijo don Manuel.
XVII Marqués de Flores Dávila, Manuel de Aguilera y Pérez de Herrasti, nació el 15 de julio de 1877 y falleció el 23 de noviembre de 1925. Le sucede su hijo don Manuel.
XVIII Marqués de Flores Dávila, Manuel de Aguilera y Ligues, XVIII marqués de Cerralbo; nació el 7 de marzo de 1904 y falleció el 1 de junio de 1977. Le sucede la hija de su primo hermano Fernando de Aguilera y Abarzuza, doña Margarita.
XIX Marquesa de Flores Dávila, Margarita de Aguilera y Narváez. Orden de 9 de enero de 1998 por la que se manda expedir sin perjuicio de tercero de mejor derecho, Real Carta de Sucesión en el título de Marqués de Flores Dávila, a favor de doña Margarita de Aguilera y Narváez.
Los Zúñiga pierden Ledesma que pasa a la Casa de Alburquerque.
El condado de Ledesma fue concedido por Enrique IV de Castilla el 23 de abril de 1462 a su valido don Beltrán de la Cueva, I duque de Alburquerque, I conde de Huelma y Gran Maestre de la Orden de Santiago. Su nombre hace referencia a la villa de Ledesma, en la provincia de Salamanca. Su actual propietario es Juan Miguel Osorio y Bertrán de Lis, XIX duque de Alburquerque.
Pedro de Estúñiga y Leiva, Stúñiga/Zúñiga, nació el año de 1384 en Valladolid y falleció en julio de 1453 en Valladolid, fue I conde de Ledesma, I conde de Plasencia, señor de Béjar, Miranda del Castañar, Cáceres, Trujillo, Curiel, Candeleda, la Puebla de Santiago, miembro de la Casa de Zúñiga, justicia mayor y alguacil mayor hereditario de Castilla, alcalde mayor de Sevilla.
I Conde de la Oliva de Gaytán, el 18 de mayo de 1699 a don Diego José de Galarza y Suárez de Toledo Gaytán de Mendoza y Godoy, Señor de Torneros, Regidor Perpetuo de Cáceres, de Badajoz y de Talavera de la Reina y Procurador Sindico General perpetuo de Talavera de la Reina, poseedor del los Mayorazgos de Suárez de Toledo y de Gaytanes de Mendoza de la de la Camera y de otro de Godoy y Ponce de León de la ciudad de Córdoba, heredados de sus padres García José de Galarza Godoy y Ovando y Gracia Suárez de Toledo y Gaytán, Señora de la Oliva de Gaytán. Le sucede su hijo.
II Conde de la Oliva de Gaytán, Fernando de Galarza y Ovando, Regidor Perpetuo de la Villa de Talavera de la Reina, sin sucesión, le sucede su tío, hermano del I Conde.
III Conde de la Oliva de Gaytán, Francisco de Galarza y Suárez de Toledo, a quien sucede su hija.
IV Condesa de la Oliva de Gaytán, María Cayetana de Galarza y Brizuela, Condesa de Foncalada , V Condesa de Fuenrubia y Condesa de Peñalva.
Sucedió en el Condado de Peñalva a Juana de San Clemente Monroy y Meneses, Condesa de Foncalada, de Peñalva y del Sacro Romano Imperio, que murió sin sucesión. Dado que era la sexta nieta de Antonio de Meneses y Ulloa. A María Cayetana sucede su nieto.
V Conde de la Oliva de Gaytán, Fernando de Aguilera y Contreras, XV Marqués de Cerralbo, XIV Marqués de Flores Dávila, Marqués de Almarza, Marqués de Campofuerte, VIII Conde de Alcudia, Conde de Casasola del Campo, Conde de Villalobos, VIII Conde de Alba de Yeltes, Conde de Foncalada y Conde de Fuenrubia. Embajador en Sajonia, presidente del Consejo de Ordenes Militares, Caballero del Toisón de Oro, de Alcántara, de Carlos III, de San Jenaro, de la Corona Verde de Sajonia, caballerizo y ballestero mayor de la reina Isabel II. Jefe político de Madrid durante un trienio liberal. Le sucede su hermano.
VI Conde de la Oliva de Gaytán, José de Aguilera y Contreras, XVI Marqués de Cerralbo, con grandeza de España; IX Conde de Alba de Yeltes; Conde de Fuenrubia; Marqués de Almarza; Conde de Casasola; XV Marqués de Flores Dávila; Conde de Foncalada; IX Conde de Alcudia, con Grandeza de España y Marqués de Campofuerte.
Alférez Mayor de Burgos, Ciudad Rodrigo y Aranda de Duero. Caballero veinticuatro de Salamanca y de Granada. Gentilhombre de Cámara.
La sucesión correspondía a su nieto, Enrique de Aguilera y Gamboa, pero esté cede sus derechos a su hermana María Francisca.
VII Condesa de la Oliva de Gaytán, María Francisca de Aguilera y Gamboa. Real carta de sucesión en el título de Conde de la Oliva del Gaytán, por la renuncia que de su derecho le hacen sus hermanos D. Enrique, Marques de Cerralbo y D. Gonzalo, el 13 de septiembre de 1876. Sucede su hijo.
VIII Conde de la Oliva de Gaytán, Virgilio Marín de Aguilera, a quien sucede su hijo.
IX Conde de la Oliva de Gaytán, Juan Francisco Martín de Aguilera y Arenales
jueves, 27 de enero de 2011
Cosas y Gentes de Cuenca. "La ciudad de las cien torres", y de las Cien Leyendas.
La moderna Casa de la Moneda, 1661-1728, estaba en unas huertas que con su agua fueron compradas a la orden de Santiago por 50.000 reales en la orilla izquierda del Júcar en las proximidades de la puerta de Huete de la muralla medieval de Cuenca, cerca de donde el Huecar da sus aguas al Júcar. "La vieja" del siglo XI, estaba situada en el al-Qacar hispano-árabe, donde queda tras la conquista cristiana. En el antiguo Alcázar árabe donde estaban las casas del marqués de Cañete. En los siglos XV y XVI sus dependencias se desperdigan por calles y plazas próximas. "era fácil inundar con las aguas del río Huécar la llanura que ahora son arrabales, haciéndola inaccesible por aquella parte"
La Puerta de Valencia de la muralla es la zona de acceso de la ciudad nueva a la vieja, del llamado extramuros a intramuros de Cuenca. Desde la Puerta de Valencia podemos ver ya uno de los dos ríos de la ciudad: el Huécar. Calle Puerta de Valencia. Aquí, el barrio de San Francisco, donde podemos ver la portada barroca del Convento de la Concepción Franciscana, o Convento de las Concepcionistas llamado de la Puerta de Valencia. Se le conoce por este último nombre al situarse al lado de donde antes estaba dicha puerta, hoy totalmente desaparecida. Fue construido en 1504 por don Álvaro de Sotomayor sobre una antigua casa templaria.
Desde la anteplaza del Ayuntamiento sale una ruta que nos permite visitar “Las Blancas”, nombre popular del fabuloso Convento de las Santísimas Esclavas del Santísimo Sacramento y una visita que no podemos perdernos. Más adelante, tras subir la preciosa escalinata adyacente al convento llegamos a la preciosa Plaza de la Merced, donde encontramos tres de los monumentos más importantes de la ciudad, el Convento de la Meced y la Iglesia de la Merced, originales del s. XVI, el Museo de las Ciencias, antiguo asilo de ancianos del s. XVIII, y el edificio del Seminario Conciliar de San Julián;
En 1684 abandonaron los mercedarios su retiro de la Fuensanta- junto al Huecar y no lejos del actual hospital Virgen de la Luz- y del Campo de Futbol, lamado así; de la Fuensanta-donde vivido habían casi durante tres siglos. En su iglesia la capilla mayor la costearan hacia 1427 Sancho de Járava y su mujer María de Toledo. Se trasladaron a la magnfica residencia del marqués de Cañete en el barrio del Alcázar, junto á la cual se edificó más tarde el seminario de San Julián. Fundó este seminario en 1584 el obispo don Gómez Zapata, en 1628 lo trasladó don Enrique Pimentel a unas casas situadas detrás de San Pedro, y en 1745 lo edificó don José Flórez Osorio tal como ahora está sobre las del marqués de Valverde. Las del marqués de Cañete, antes de establecerse en ellas los mercedarios, eran grandiosas según la descripción de Mártir Rizo, con cuatro ó cinco pisos, jardines y fuentes.
Museo de Ciencias de Castilla-La Mancha. Abrió sus puertas a finales de los 90. En la Plaza de la Merced.
En el numero 87 de esta calle-de Alfonso VIII-foto- se alza la Casa del Corregidor, o Cárcel Vieja, palacio del siglo XVIII, de planta rectangular; que presenta tres alturas a esta calle y alero de madera policromado a la hoz del Huécar. Es un bello edificio palaciego, pesé a su apariencia abandonada, de planta rectangular y fábrica de sillería, que data del siglo XVIII. A principios del siglo XVI, la residencia o casa del corregidor estaba situada en el barrio del Alcázar y también servía como cárcel. En torno a 1541 el Concejo acuerda construir una nueva cárcel. Esta cárcel real fue demolida a mediadas del siglo XVIII, y en el solar que aquélla ocupaba se erigió el edificio que hoy subsiste.
José Martín de Aldehuela, el maestro turolense con tanta presencia en Cuenca y su provincia, diseño un edificio de tres plantas en la fachada principal, que se convierten en siete en la posterior, separadas por cornisas. En los ángulos dispone cadenas de sillares fingidos. Los huecos están armónicamente distribuidos, aunque en el lado izquierdo fue necesario acercarlos; su número, cinco por planta, permite que haya un claro eje central, configurado por la portada; en el balcón campea el escudo de España, que irrumpe en el piso alto hasta el alféizar de la ventana. El predominio del eje central queda resaltado aún más por la ornamentación de los huecos, frente al tratamiento plano que se da al resto y por el mayor vuelo de la cerrajería del balcón, apoyado sobre jabalcones.Tiene un amplio zaguán, con dos pilares, del que arrancan dos escaleras: Una, pequeña y estrecha, nos conduce a los sótanos, que es donde estuvo instalada la cárcel, y otra, que tiene cierta prestancia, nos lleva a la que fue vivienda del Corregidor.
Hija natural de Juan Hurtado de Mendoza, I marqués de Cañete- muere en 1490-, y Elvira Rabanel es María Manrique. Casa con Pedro de Barrientos, I señor de Valdecabras en Cuenca, Serranillos en Avilla y Fuentelsaz en Guadalajara, hijo natural de Lope de Barrientos, obispo de Ávila, Segovia y Cuenca, con importantes herdamientos en tierras de Cuenca y Ávila. Para algunos sobrino. Padres de Inés, Ana de Barrientos, señora de Valdecabras y Serradilla que casa primero, con sucesión, con su tío Luis Hurtado de Mendoza y Barrientos, señor de la Frontera y Beamud, hermano de su madre, y después con Luis Carrillo de Albornoz y Mendoza, señor de Torralba, Beteta y Casa de Rivagorda, alcalde mayor de los Hijosdalgos de Castilla, señor de Albornoz, hijo de Pedro Carrillo de Albornoz, señor de Torralba, Beteta- señor de Albornoz- y de Ocentejo, alcalde mayor de los Hijosdalgo de Castilla, y de su prima segunda Mencía de Mendoza, hermana del II conde de Tendilla y I marqués de Mondéjar, prima hermana del II duque del Infantado. Eran los Cañete y los Albornoz vecinos en Cuenca.
Fernando Carrillo de Mendoza, VII conde de PRIEGO, señor de Escavas y Cañaveras, señor de las escribanías públicas, del pontazgo y de las penas de cámara de la ciudad de Guadalajara, embajador del rey Felipe II en Portugal, Asistente de Sevilla, Mayordomo mayor de Juan de Austria, con quien se halló en Lepanto, muerto en 1579, caa con Juana de Cárdenas, hija de Luis Carrillo de Albornoz, señor de las Casa de Albornoz, señor de Torralba y Beteta, Alcalde de los Hijosdalgo de Castilla, y de Inés de Barrientos Manrique, hija de Pedro Barrientos, señor de Valdecabras, hermano- puede que hijo natrual de Luis de Barrientos, obispo de Cuenca y Avila. Padres de
- Luis,VIII conde de PRIEGO. Muere soltero en 1589, un año despues de su padre.
- Pedro, IX conde de PRIEGO, que seguirá.
Calle Alfonso VIII La calle principal de acceso a la Plaza Mayor tomó forma definitiva a lo largo del siglo XVIII. En ella se conservan dos magníficas casonas, del XVII, situadas frente a la escalera de la Plaza del Carmen. Una es la Casa del Corregidor, de planta rectangular, fábrica de sillería en esquinas y noble estructura, pese a su descuido actual. La otra es la casa-palacio de los Clemente de Aróstegui, con muy buena rejería y dos blasones a la altura del balcón principal.
El Caserón del Carmen, un edificio de viviendas del siglo XIX, de forma rectangular y con fachada de estilo neoclásico.
Antes de llegar a “
Auditorio. Se construye en la piedra caliza del cerro del Socorro, en la hoz del Huécar, siguiendo el proyecto de García de Paredes. Cerro del Socorro, hoz del Huecar.
Las Quinientas. Destacan por formar un racimo de viviendas de dos plantas, muy visitadas por los turistas. De los años 60 del siglo pasado. Populosa barriada del “Obispo Laplana”, conocida popularmente por “Las Quinientas”. Junto al Huecar al final de la Avenida de los Reyes Católicos.
Jardín de los Poetas. Se ha instalado este parque en el claustro de la antigua Iglesia de San Gil, hoz del Huecar, de la que solo queda en pie, su torre y la portada de acceso. Recibe su nombre a instancias del poeta conquense Federico Muelas. En este parque, sobre los cimientos del mencionado claustro se han celebrado distintos recitales de poesía. Barrio de San Gil.
Cruzando el puente romano del Canto, sobre el verde río Xúcar, Vad o Guad-el-Xúcar se llegaba a extramuros de la ciudad, al barrio de San Antón. Este había tomado el nombre de su hospital principal, aunque había otros hospitales aledaños como el de San Lázaro, el de San Jorge o el de Belén. Los familiares de los enfermos habían ocupado la antiquísima barriada y se malganaban el sustento como herreros, olleros o curtidores.
La Casa Curato de San Antón, una sencilla edificación del siglo XIX, y el puente de San Antón, de dos ojos de medio punto sobre el río Júcar, que sustituyó, en el siglo XVIII, a otro mucho más antiguo, de origen, al parecer musulmán. Era el puento del Canto.El hospital de San Antón había sido fundado en el siglo XIII por un grupo de seglares franceses procedentes de
En San Antón estaba la pequeña figura de una Virgen conocida bajo las advocaciones de Nuestra Señora de
Tenues quejidos y ruidos de cadenas confirmaban que en algún lugar recóndito de aquel laberinto se hallaban las famosas cárceles secretas de
En todos y cada uno de los treinta y cuatro mesones de la ciudad se conocía sobradamente el asunto que constituía, prácticamente, el único baturrillo de sus paisanos.
La sede principal, entonces, de
En el barrio de San Martín, colación de la parroquia de San Martín, además de las Casa Colgadas se encontraba el palacio de los Gómez Carrillo. Luego señores de Albornoz. Levantado sobre el solar de lo que fueron casas de la familia del condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo que lo fue hasta 1473. Eran los Lucas de Iranzo originarios de la villa conquense de Belmonte, del marquesado de Villena. Fue el I marqués de Villena y señor de Belmonte su protector. Antes de situarse en tierras andaluzas, en Jaén, regresó a Cuenca, pasando por su pueblo natal.
El edificio que ahora ocupa el Archivo Provincial en la parte de la ciudad, donde arranca el espolón del Cerro de San Cristobal por donde se derrama la Ciudad, calle del Trabuco como continuación de la calle de San Pedro una vez pasada la Plaza Mayor. Prácticamente junto a los restos de la muralla, en un antiguo edificio medieval que fue sede del Tribunal de la Santa Inquisición, para pasar a convertirse con el tiempo, en cárcel provincial. Fechado en el siglo XVII, estuvo englobado en el conjunto del castillo, en un primer momento. Hay quienes en la noche de Todos los Santos oyen todavía ruidos de cadenas de quienes estuvieron presos allí y fueron ejecutados, así como lo fueron los jefes del movimiento comunero por orden de Inés Barrientos. Junto al Arco de Bezudo,resto más importante de la muralla y una de las puertas de acceso a la Ciudad viniendo de la Sierra.
El barrio de San Pedro, en Cuenca, es el más antiguo de la ciudad y está situado en su parte alta, al lado del castillo y de la plaza del Trabuco. Es de origen musulmán y fue un barrio noble en la Baja Edad Media, después barrio de canónigos en el siglo XVIII. Posteriormente fue un barrio muy popular, ya en el siglo XIX para posteriormente convertirse en la zona favorita de la ciudad para los famosos artistas del grupo El Paso, originarios de Cuenca: Saura, Rueda y Torner. Esta zona conserva numerosos vestigios de la historia de la ciudad además de las ruinas del castillo: la iglesia de San Pedro, el antiguo convento de las Carmelitas Descalzas, la capilla de Caballeros, el antiguo convento de las Angélicas o los restos del colegio de Jesuitas.
- El Convento de las Angélicas fue fundado por el Comendador Constantino del Castillo, en 1561. De él destaca su portada gótica de medio punto, con grandes dovelas.Destruida su iglesia propia durante la Guerra Civil, está unido a la iglesia de san Bicolás de Bari, situada en la plaza del mismo nombre, por una tribuna.
Iglesia de San Esteban, en la plaza de la Hispanidad. Dicha iglesia parroquial, de estilo moderno, es famosa en la ciudad por ser principio o final de algunas de las procesiones de la Semana Santa de Cuenca. Cerca el Palacio de la Diputación. Se empezó a construir en 1881 dada la necesidad de sustituir por su mal estado al que se utilizaba entonces, el antiguo convento de los Carmelitas Descalzos. Se terminó a principios del siglo XX, en 1926, para ser ampliado en 1980 con el levantamiento de otra planta en forma de mansarda- buhardilla-. Convento de las Carmelitas Descalzas. Fue construido en el siglo XVII.
La Iglesia de San Pedro es una de las más antiguas de Cuenca. Levantado sobre una anterior mezquita y situada en la plaza del Trabuco, el edificio es de planta octogonal en el exterior y circular en el interior. Aunque su origen es románico, ha sido destruida varias veces, siendo su actual planta del siglo XVIII. Su portada es barroca y cuenta con una capilla de artesonado mudéjar. Subir a su campanario por su impresionante escalera y ver estupendas imágenes de Cuenca.
Puerta y Torre de San Juan. San Juan tuvo un templo conquense bajo su advocación. De hecho, la ermita que se dedicó al evangelista figuró entre las primeras que fueron erigidas en Cuenca. No lejos de este punto, se abría una de las puertas de la muralla que circundaba la ciudad. Los musulmanes llamaban a este acceso Al Jara, La esquila, pues lo cruzaban por costumbre los rebaños que pastaban en las proximidades del Júcar. Aprovechando esta rutina, los caballeros de Alfonso VIII se cubrieron con pieles de carnero, y mediante ese fingimiento, engañaron al centinela ciego que custodiaba la entrada. Calle Fedérico Muelas, poeta conquense.
Cuenca es ciudad de misterios y leyendas. A los ya citados añadir, de cómo sanó Constanza de Aragón, enfermiza desde niña, tras un sueño en el que se le apareció San Julián y le indicó recoger una cestilla, San Julían vendía cestillas antes y después de ser obispode Cuenca y los donativos ayudaba a los poblres, en la catedral relacionada con el Santo Grial. Al parecer se curó y pudo casarse con su amado, el emperador Federico II, aunque murió un año después. El segundo misterio está relacionado con las profecías de Nostradamus, que identifica a la Catedral con el "Templo donde se guarda el Tesoro" y que protegerá a quienes se refugien en él el día del Mundo.
Callejeando por Cuenca.
Museo de Arte Abstracto Español. Casas Colgadas, Casa del Rey.
Museo Diocesano de Arte Sacro. Está situado en la s plantas bajas del Palacio Episcopal.
Museo de la Catedral.
Museo de Ciencias de Castilla-La Mancha. Abrió sus puertas a finales de los 90. En la Plaza de la Merced
Fundación Antonio Pérez. Importante centro cultural de la ciudad en la Ronda de Julián Romero. Edificio Carmelitas.
Museo de Cuenca y Museo Provincial. En la calle Obispo Valero, cerca del Palacio Arzobispal.
Iglesia de San Felipe Neri. Iglesia barroca de pequeñas proporciones, adosada al Convento de los Oblatos, también conocida como el Oratorio de San Felipe Neri. Data del siglo XVIII, y se construyó bajo la dirección de Martín de Aldehuela, siendo su mecenas y promotor el arcediano de Moya, don álvaro de Carvajal. Siempre destacó por la belleza de sus capillas interiores de estilo rococó. Quedó gravemente dañada durante la Guerra Civil, siendo destruída en gran medida su decoración interior, que incluían obras de Alonso Cano y Salzillo, pero ha sido restaurada en varias ocasiones. La última en 1989 fue realizada por la Escuela Taller de Cuenca. Plaza del Carmen.
Ermita de Nuestra Señora de las Angustias. Situada en un bello enclave sobre el río Júcar, se llega a la ermita a través de un bello paseo abierto entre rocas, que pasa también ante el atrio de los Descalzos. La iglesia original se construyó en finales del siglo XV, pero la que se puede visitar actualmente data del siglo XVII. Es una iglesia que cuenta con un gran número de devotos, de la que todavía destaca un tramo de escalera esculpido en la roca. Tres eran los requisitos que tenían que cumplir los antiguos cofrades de las Angustias: buena forma, buenas costumbres y limpieza de sangres, es decir que no descendieran de judíos o moriscos o de personas que hubieran sido juzgadas por la Inquisición. Calle Pilares.
Iglesia de San Pedro. Es con muchas probabilidades la primera iglesia que se construyó en la ciudad. El edificio original, muy probablemente de factura gótica,y construído sobre los restos de una mezquita, fue destruído en el siglo XV. Volvió a levantarse en el siglo XVII y restaurada en el siglo XVIII por Martín de Aldehuela. Por fuera presenta forma octogonal, cubiertsa por una bóveda semicircular, mientras que por dentro es circular. Una torre planta cuadrada con tres cuerpos se encuentra adosada al edificio. En su interior, en una de las capillas laterales, no hay que dejar de apreciar su techo de alfarjía. En las escaleras del templo está enterrada la beata del Vilar de águila, Maria Isabel Herraiz, que pretendió ser la amante de Jesucristo. Sus restos fueron depositados allí para que el pueblo, como castigo, pudiera pisarlos cada vez que accediera a la Iglesia. Plaza del Trabuco
Iglesia de San Martín. Se construyó sobre una mezquita y ha sufrido numerosas reformas. Su base es circular, con el exterior poligonal y portada barroca. Solamente quedan las ruinas de su ábside románico. Barrio de San Martín, junto a las Casas Colgadas.
Iglesia de El Salvador. Parroquia del siglo XVIII, de una sola nave, que en el siglo XIX se convirtió en una de las parroquias más importantes de la ciudad. Destaca su magnífico conjunto de retablos barrocos. En el exterior cuenta con una sencilla portada con una hornacina en la que se sitúa la imagen del Salvador y destaca también su peculiar torre de diversos estilos construída en el siglo XX, de gran altura y esbeltez que se distingue en la lejanía.
Convento de las Petras. Conocido también como el convento de San Pedro y San Lorenzo, se trata de un edificio del siglo XVI, con iglesia del XVIII, construida por Alejandro González Velázquez y reformada por Martín de la Aldehuela. En el templo, de planta elíptica, con una gran bóveda sin linterna, y con decoración de corte neoclásico, se pueden admirar unos magníficos frescos. A lo largo de su historia ha sido víctima de múltiples incidentes, tales como guerras e incendios, por lo que en la actualidad presenta un aspecto muy restaurado. Cuenta con una leyenda conocida como la leyenda del Cristo del Pasadizo. Julián un apuesto mozo de familia humilde y la noble y bella Inés, se juraron fidelidad. Fue la joven quien rompió la promesa uniéndose a otro muchacho. Los dos valientes se batieron en duelo por el amor de su amada y ambos murieron. La doncella sintiéndose culpable se recluyó en este convento para expiar sus pecados. Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento.
Iglesia y Convento de la Merced. Construido en el siglo XVI fue en su origen convento de mercedarios. Posee dos portadas, ambas de estilo barroco. De las dos, la más pequeña, da acceso al convento de clausura de las Esclavas del Santísimo Sacramento. En esta fachada se puede contemplar un escudo de los Hurtado de Mendoza, una de las familias más importantes de la ciudad. Adosada a ésta, se encuentra la otra portada, la más espectacular que corresponde a la de la Iglesia. Distribuida en dos pisos, en ella vuelve a aparecer el escudo de esta familia, a la que perteneció el solar en el que anteriormente se levantaba un palacio gótico de su propiedad. Este convento fue el lugar en el que permaneció desterrado, durante tres años, fray Gabriel Téllez, conocido como Tirso de Molina. El escritor escribió aquí su obra "La Prudencia en la mujer". Plaza de la Merced.
Seminario Conciliar de San Julián. Edificio construido sobre los restos del Palacio del Marqués de Siruela, en 1975, bajo los auspicios del obispo José Flores Osorio. Destaca su gran portada barroca y el retablo gótico, obra del Maestro de Horcajo. Adyacente al Convento de la Merced
Convento de la Concepción Francisca. También se le conoce como el Convento de las Concepcionistas de la Puerta de Valencia, al estar construído junto a dicha puerta, de la que ya no queda nada . Edificado sobre una de las casas propiedad de los Templarios, su creación se remonta a 1504 y se debe a Álvaro Pérez de Sotomayor. Fue uno de los edificios más dañados durante la Guerra Civil. Su iglesia, adjudicada a Martín de Aldehuela, es de planta elíptica y conserva su portada timbrada con blasones, aunque ha tenido que ser restaurada.
Iglesia y Hospital de Santiago. Se accede hasta estos edificios renacentistas construidos sobre un cerro, aunque su factura original sería probablemente gótica, a través de una majestuosa escalinata. Cuenta la historia que fue Alfonso VIII, quien seguramente los creó después de la reconquista, con las donaciones realizadas por los Caballeros de Santiago, de ahí su nombre. En el siglo XVI se erigió un edificio de nueva planta que se fue reformando con añadiduras en el siglo XIX. El hospital que sigue en funcionamiento es un edificio que se distribuye en torno a un claustro interior. Aledaña al hospital se encuentra la iglesia barroca, de gran belleza, de una sola nave que se atribuye a Martín de Aldehuela, y que destaca por su gran espadaña de dos huecos. Calle Colón.
Iglesia de la Virgen de la Luz. También conocida como la Iglesia de San Antón, alberga la venerada imagen de Nuestra Señora de la Luz, patrona de la ciudad. Posee dos portadas, una de ellas plateresca. El interior se encuentra profusamente ornamentada con pinturas y estucos y una cúpula elíptica.
Ermita de la Epifanía. Fundada originariamente por Alfonso IX y posteriormente restaurada. Destaca su fachada renacentista. Calle San Pedro.
Convento de las Angélicas. Convento fundado a finales del siflo XVI, bajo los auspicios del comendador Constantino del Castillo. Calle San Pedro.
Convento de Carmelitas Descalzas. Convento en el que se instalaron las monjas procedentes del pueblo conquense de Huete, que hasta 1608 habitaron la Iglesia de San Martín. En la actualidad acoge la Fundación Antonio Pérez y en el edificio contiguo se encuentra la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), y el Vicerrectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha. Calle San Pablo.
Iglesia de San Miguel. Se sitúa al borde del precipicio, desde el que se tiene una de las mejores panorámicas de la hoz del Júcar. Se trata de una de las iglesias más antiguas y bonitas de la ciudad. Es de estilo gótico temprano, excepto su hermosa portada de corte renacentista. Cuenta además con un bello artesonado mudéjar. Alberga diversas obras de arte que fueron perdidas en la Guerra Civil. Actualmente hace las veces de Auditorio, para diversos actos culturales. Junto a la iglesia se encuentran los restos de los baños públicos, construidos en época árabe. Era el Fuero quien se encargaba de legislar el uso de estos baños que compartían árabes, judíos y cristinos, penando, por ejemplo, con cortar las orejas a quien robaba algo en los baños. Establecía también el Fuero los días en los que los baños estaban reservados para las mujeres. Si un hombre entraba esos días en los baños, moría despeñado. Final de la bajada de la calle de San Miguel
Convento de Franciscanos Descalzos. Antiguo convento fundado por Marcos Parada, señor de Huelves, que data del año 1578. Lo que más destaca de este convento es la cruz de piedra conocida como Cruz del Convertido, que ha originado una popular leyenda. Cuenta esa leyenda que Don Diego, un joven conquense noble, tuvo escarceos amorosos con una joven, Diana. La noche de Todos los Santos, tras haber hecho el amor con la joven, Don Diego se dio cuenta de que la doncella tenía el vestido levantado. La sorpresa fue mayúscula cuando al mirar bajo la falda no vio el blanco muslo de su amada, sino la peluda pata de un macho cabrio. Aterrorizado Don Diego se aferró a la Cruz de Piedra donde todavía se puede ver la marca de su mano. Tras la experiencia el noble se recluyó en este convento. Próximo a la Ermita de las Angustias.
Convento de San Pablo. Data del siglo XVI. Se construyó por iniciativa de Juan del Pozo y sus obras se iniciaron en 1523. Su portada, bellamente labrada, de estilo churrigueresco, fue realizada en el siglo XVIII. Cuenta con un hermoso patio. La Iglesia del convento es de planta de cruz latina con una bóveda gótica. A los pies de su altar mayor fue enterrado el canónigo fundador de la iglesia. Sobre su sepulcro se puede admirar un bajorrelieve en piedra blanca. El templo con portada churrigueresca, que marcó un hito en la Historia, es uno de los más queridos de Cuenca, hoy cerrado al culto, se celebran en él las Semana de la Música Religiosa. El convento en sí, acogió en un principio a los dominicos, posteriormente y hasta 1974 se utilizó como Seminario de los Padres Paulares. Desde 1993, fecha en la que sufrió un gran proceso de restauración, el edificio se transformó en el Parador Nacional de Turismo. Su estratégico enclave, es otro de sus atractivos, ya que se encuentra situado sobre la hoz del río Huécar y frente a las casas colgadas, a las que se accede desde un puente metálico. Parador Nacional de Turismo.
Ermita de la Luz. También conocida como la Ermita de San Antón, se llama así por albergar a la imagen de la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Luz, una Virgen negra. Se encuentra emplazada al otro lado del Júcar. De corte sobrio rozando lo austero, se la reconoce entre cualquier otro templo de la ciudad por su color rojizo. Cuenta con dos portadas, una plateresca, la otra con el escudo de la Orden de San Antón. Su interior es de estilo rococó, profusamente decorado. Se trata de una ermita con historia. Cuenta la leyenda que fue el lugar en el que durmió Alfonso VIII, la noche que comenzó la reconquista de la ciudad. Mientras dormía se le apareció la Virgen y le ordenó la edificación de la Ermita, que se realizó en el siglo XVI.
Iglesia de Santa Cruz. Construcción que se dio por finalizada en el siglo XVII, restaurándose un siglo después por Martín de la Aldehuela. La leyenda cuenta que en las ruinas de esta iglesia se escuchaba un atormentado mea culpa en Hebreo. Actualmente alberga a un centro cultural permanente de exposiciones de artesanos. Barrio de San Martín.
Iglesia de San Pantaleón. Fechada entre los siglos XIII y XIV, sería uno de los pocos símbolos de la Cuenca Medieval. Sólo quedan las ruinas de este edificio que fue una de las primeras parroquias de la ciudad. Se conserva un arco ojival de gran belleza a la entrada, así como una serie de símbolos que recuerdan el paso por estas tierras de los Caballeros Templarios. Calle de San Pedro.
Convento de las Celadoras del Sagrado Corazón. Antiguo palacio del que destacan su fachada y su escalera, convertido en convento. El edificio data del siglo XVII. Junto a la iglesia de San Pantaleón.
Iglesia de San Nicolás. Templo de factura extremadamente sencilla, de una sola nave y estilo renacentista. Situado junto a las casas que ocupara Esteban Jamete, actualmente restaurante San Nicolás.
Iglesia de San Juan. Se considera una de las primeras iglesias construídas en Cuenca de la que sólo quedan la torre de planta cuadrada y la puerta, como única pieza de su estructura defensiva primitiva, que rodeaba la ciudad. Se trata de la puerta por la que pasaron por primera vez las tropas de Alfonso VIII en la conquista de Cuenca. Frente al Palacio de Justicia.
Iglesia de San Andrés. Data del siglo XVI y tiene una planta trapezoidal cubierta por bóvedas de arista. Del exterior merece la pena contemplar su portada de estilo herreriano. Actualmente la Junta de Cofradías guarda en ella los pasos de Semana Santa. Detrás de la Iglesia de San Juan.
Oratorio de la Esperanza. Abierta al culto, se trata de una pequeña capilla, muy antigua, que cuenta con una sola nave. Durante la Edad Media gozó de importantes beneficios eclesiásticos.
Ermita del Cristo del Amparo. Se levanta en el lugar que estuviera ocupado en otros tiempos por una sinagoga judía. Construída en el siglo XVI, es de estilo barroco, y en un principio su función fue la de Hospital de Indigentes. Barrio de Tiradores.
Convento de las Monjas Benedictinas. Más conocido como Convento de las Monjas Benitas, data del año 1446. Pese a las múltiples reformas que ha sufrido sigue destacando su bóveda de crucería gótica, de gran belleza.
Iglesia de Santo Domingo. Este templo fue derruido casi por completo a comienzos del siglo XX. El único elemento que consiguió sobrevivir fue su Torre.
Ermita de San Isidro. Se trata de una pequeña ermita rural que tiene un cementerio a cada uno de sus dos lados. Es el lugar en el que se celebran las fiestas de San Isidro, de gran tradición popular, en las que se "rapta" la imagen del Santo, que posteriormente es devuelta. Extramuros de la ciudad, sobre la Hoz del río Júcar.
Convento del Carmen. Construido en el siglo XVII, se trata de un convento de grandes dimensiones que originariamente acogió a frailes de la orden de los carmelitas descalzos. De estilo barroco, fue restaurado para destinarse a colegio público. Plaza del Carmen.
Catedral
Iglesia y Monasterio de la Merced y Seminario Conciliar.
Hospital e Iglesia de Santiago. Edificios renacentistas construidos sobre un cerro y en los que destacan el claustro interior y la fuente.
Iglesia de San Antón. Alberga la venerada imagen de Nuestra Señora de la Luz, patrona de la ciudad. Posee dos portadas, una de ellas plateresca. El interior se encuentra profusamente ornamentado con pinturas y estucos y una cúpula elíptica.
Murallas. Situadas en la parte más alta de la ciudad, constituyen un excelente mirador sobre la intersección de las dos hoces que rodean la ciudad. Disponía de seis puertas y tres portillos de las que se conservan la Puerta de San Juan, aledaña a la Iglesia del mismo nombre y el Portillo de San Pablo.
Escalerillas del Gallo. Se cree que este era el lugar en el que se encontraba una de las nueve puertas que pertenecía a la estructura defensiva de la ciudad. Se encuentran junto al Posito o Almudí.
Castillo. Apenas sobreviven los restos casi imperceptibles de la que fuera una fortaleza de origen árabe, yq que fue dinamitado prácticamente por completo durante la época napoleónica. Se conserva el Arco del Bezudo, restaurado y una parte de un torreón. Calle del Trabuco
Casas Colgadas. Es uno de los emblemas de la ciudad. Una de las imágenes más reconocibles y un ejemplo de la arquitectura gótica conquense. Son de origen medieval, se cree que se construyeron en el siglo XVI y se sitúan al borde de una elevada pared vertical, sobre la hoz del Huécar, sobre la que vuelan las renovadas balconadas de madera. Las Casas Colgadas están formadas por dos edificios: la Casa del Rey, que cuenta con algunas pinturas murales y que ha sido reformada en este siglo, acogiendo en la actualidad el Museo de Arte Abstracto, y la Casa de la Sirena de tres plantas, que ha sido transformada en un mesón. Esta última cuenta con una leyenda muy trágica. Se cree que esta casa fue el refugio de la amante a la que despreció, por ser una plebeya, don Enrique de Trastamara, y fue también el lugar en el que la doncella crió al hijo que habían tenido. Don Enrique, que era muy supersticioso, haciendo caso de malos augurios, hizo desaparecer, no se sabe cómo, al niño. La mujer se volvió loca y se lanzó al vacío. Sus gritos, parecidos a los de una sirena, de ahí el nombre de la casa, se estuvieron escuchando durante mucho tiempo. Entre las casas colgadas y el Puente de San Pablo se puede contemplar una escultura obra de Luis Marco Pérez. A través de la calle del Obispo Valero, junto al Palacio Episcopal.
Ayuntamiento. Data del siglo XVIII. Sus obras comenzaron, según consta en su fachada, en 1762 y fue restaurado en los siglos XIX y XX. Es un hermoso edificio de estilo barroco con tres arcos que sujetan unas bóvedas de crucería que sirven de paso entre las calles, y por la que se accede a la plaza, que acoge la casa consistorial de la ciudad. La fachada se encuentra rematada por un frontón curvo con un escudo y, en lo más alto, un mono coronado de cantería, obra realizada en el siglo XX por el artista local Francisco Sanz Lobo. Sufrió una gran restauración en el siglo XIX y otra en el XX. Plaza Mayor.
Palacio Episcopal. Edificio que se construyó entre los siglos XIII y XVI (aunque la portada es posterior, concretamente del XVIII). Conserva una severa estructura de corte neoclásico, timbrándose su fachada con escudos pertenecientes al obispo Flores Osorio y al obispo Diego Ramírez de Villaescuesa. Por uno de sus laterales se accede al Museo Diocesano y cruzando la puerta de su fachada principal al Archivo Diocesano. Destaca su claustro, con un hermoso patio. Adosado a la fachada sur de la Catedral.
Casa del Curato. Edificio medieval del siglo XIII, situado frente a las Casas Colgadas, muy cerca de la Catedral, que acoge en la actualidad el Museo Provincial. Conserva algunos elementos góticos. Calle Obispo Valero.
Colegio de los Jesuitas. Edificio que data del siglo XVII en el que destaca su portada, de una gran sobriedad, timbrada con el escudo imperial. Calle San Pedro.
Casa del Canónigo Juan del Pozo. Destaca su portada adintelada de sillería. Este es el elemento más importante de la casa que sirvió de morada al Canónigo Juan del Pozo, fundador y mecenas del Convento de San Pablo y del puente del mismo nombre. Calle San Pedro.
Palacio de la Diputación. Se trata de un edificio de gran sobriedad rodeado de amplios y cuidados jardines, erigido siguiendo el estilo del neoclasicismo del XIX. Construído en sillería, su portada presenta tres arcos de medio punto. Calle de San Francisco.
Casa de las Rejas. Pósito o Almudí. Construido para Posito Real, fue una excelente muestra de la arquitectura civil barroca que caracterizó a Cuenca. Hace esquina con una de las caras del Convento de las Monjas Benitas y data del siglo XVI. Su planta rectangular se distribuye en dos alturas y reúne los principales elementos de este tipo de arquitectura tales como su portada clásica, su rejería y sus escudos. Fue restaurado en el siglo XVIII. A lo largo de su historia ha desempeñado muchas funciones. Ha sido museo, gimnasio y conservatorio. En la actualidad es utilizado por el Ayuntamiento como sala de exposiciones.
Torre Mangana. Situada en el solar que ocupaba el antiguo alcázar árabe, del que todavía se conservan algunos restos. En sus alrededores se ubicó también una sinagoga. Fue restaurada a principios del siglo XX, siguiendo un estilo neomudéjar, y en la actualidad es el reloj que marca las horas de los conquenses. Se cree que su nombre significa torre del Reloj o máquina, en referencia a que sobre ella se hubiera situado un reloj de sol, o quizá a que estuviera colocada, por encima de sus almenas una máquina lanzapiedras para defender la ciudad, pero solo son creencias.
Archivo Provincial. Ubicado en los alrededores de la muralla, en un antiguo edificio medieval que fue sede del Tribunal de la Santa Inquisición, para pasar a convertirse con el tiempo, en cárcel provincial. Fechado en el siglo XVII, estuvo englobado en el conjunto del castillo, en un primer momento. Hay quienes en la noche de Todos los Santos oyen todavía ruidos de cadenas de quienes estuvieron presos allí y fueron ejecutados, así como lo fueron los jefes del movimiento comunero por orden de Inés Barrientos. Actualmente alberga el Archivo Provincial. Próximo al Arco de Bezudo
Rascacielos. Estas construcciones forman parte de la identidad de la ciudad. Son construcciones medievales de planta estrecha y gran altura que poseen distintos elementos arquitectónicos que las dotan de una marcada personalidad, como sus balconadas de madera o sus vanos de distintos tamaños ordenados caprichosamente. Se trata de dos conjuntos de edificios situados al borde de las hoces formadas por dos ríos: el Júcar y el Huécar. El desnivel en el que se sitúan los edificios es muy grande, contándose hasta diez plantas desde el lado que se asoma al río. En este caso los portales cuentan con dos escaleras, una superior y otra inferior. Estos edificios se comenzaron a edificar en los siglos XIV y XV, cuando los habitantes de Cuenca se encontraron con que tenían un problema con el espacio urbano que cada se había reducido más. Estos rascacielos fueron su ingeniosa solución. Se accede a ellos por la calle de Alfonso VIII, donde solo tienen cuatro alturas. Antiguamente existían muchos más pero sus dueños las fueron abandonando y se fueron desmoronando.
Plaza Mayor. Se trata de una plaza de corte trapezoide de forma irregular que constituye el auténtico casco viejo de Cuenca. Es el alma de la ciudad. En ella se celebran las principales fiestas conquenses tales como las procesiones de Semana Santa que deben llegar hasta aquí o las vaquillas de los encierros de las Fiestas de San Mateo. En esta plaza se encuentran algunos de los edificios más importantes de la ciudad como el Ayuntamiento o el Convento de las Petras.
Posada de San José. Es uno de los edificios más emblemáticos de la calle Julián Romero. Antiguo Colegio de los Infantes de Coro de la Catedral, vivieron en él Juan Bautista del Mazo y su mujer, hija del pintor Velázquez, que venía a visitarlos con regularidad. Se cree que Velázquez pudo realizar uno de sus primeros bocetos de Las Meninas en alguna de las salas de esta casa. Actualmente se ha acondicionado como hotel. Calle Julián Romero.
Casa de los Mendoza. Recia casona de data de los siglos XIV y XV. Calle Alfonso VIII.
Casa del Corregidor. Se la conoce también como la Cárcel Vieja. Es un bello edificio palaciego, pesé a su apariencia abandonada, de planta rectangular y fábrica de sillería, que data del siglo XVIII. Calle Alfonso VIII.
Casa de los Clemente de Aróstegui. Es una de los más bellos ejemplos de arquitectura civil con los que cuenta la ciudad de Cuenca. Se trata de una gran casa-palacio de planta irregular, balcones y un conjunto espléendido de rejas, que data del siglo XVII. Campean su fachada dos escudos nobiliarios. Calle Alfonso VIII.
Casa de los Albornoz o Cuarterón. Fue el lugar en el que nació en 1300 el obispo Gil Carrillo de Albornoz, quien primero se convirtió en Arzobispo de Toledo y posteriormente el Papa Clemente VI le nombró Cardenal. Gobernó los Estados Pontificios y fue además quién fundo el Colegio de San Clemente de Bolonia.
Audiencia Vieja. Se trata de una casona del siglo XIX que fue totalmente restaurada y que en la actualidad acoge el Conservatorio de Música, que a su vez alberga el gabinete de música electroacústica. Calle Palafox.
Escuelas Lucas Aguirre.
Auditorio. Se construyó en la piedra caliza del cerro del Socorro, en la hoz del Huécar, siguiendo el proyecto de García de Paredes. Cerro del Socorro, hoz del Huecar.
Las Quinientas. Destacan por formar un racimo de viviendas de dos plantas, muy visitadas por los turistas.
Palacio de don Luis Carrillo.
Jardín de los Poetas. Se ha instalado este parque en el claustro del la antigua Iglesia de San Gil, de la que solo queda en pie, su torre y la portada de acceso. Recibe su nombre a instancias del poeta conquense Federico Muelas. En este parque, sobre los cimientos del mencionado claustro se han celebrado distintos recitales de poesía. Barrio de San Gil.
Parque de San Julián. Se trata de un agradable parque situado en pleno casco urbano, en el que se celebran distintas ferias como la Feria del Libro, durante la primera semana de agosto. En él se pueden apreciar distintas esculturas del artista conquense Marco Pérez. Destaca su templete de forma octogonal, su quiosco para conciertos, situado en el centro del parque y que cuenta con una decoración de azulejos de estilo modernista. Calle de Carretería.
Recreo Peral. Junto al río Júcar.
Parque Fluvial del Júcar. Se trata de un parque construido por la Confederación Hidrográfica que logró acondicionar 1.200 metros de las riberas del Júcar a su paso por la ciudad. Se pueden encontrar pasarelas, muelles de pesca, embarcaderos, zonas infantiles y zonas de barbacoa. Se ha plantado allí una vegetación única. El parque fue inaugurado en 1994, concretamente el día de San Antón. Si se quiere realizar una merienda al aire libre, dar un paseo o disfrutar de las posibilidades que ofrece para los deportes, este lugar es el idóneo. Entre esos deportes destaca el piragüismo, que se puede realizar en su canal de aguas bravas, el único construido en España después del que se realizó para las Olimpiadas de Barcelona.
Hoz del Huécar. Recorrido de gran belleza, de un total de 10 kilómetros, que se puede iniciar en la parte alta de la ciudad, junto al castillo y finalizar en la puerta de Valencia. En esta ruta se llega hasta el caserío de los Molinos de Papel, donde antiguamente se fabricaba pasta de papel. Muy cerca de éste se encuentra Palomera, una preciosa villa en la que destaca una plaza con posada del siglo XV y una iglesia parroquial.
Cerro del Socorro. En lo más alto de este cerro, desde donde se tiene una de las mejores panorámicas de la ciudad, se encuentra el momumento al Sagrado Corazón de Jesús. Carretera forestal de la Hoz del Huécar.
Cerrillo de Santiago. Se trata de un mirador enclavado en la ciudad antigua.
Hoz del Júcar. El recorrido por esta hoz comprende 20 kilómetros de extensión. Realizando esta ruta, que se recomienda iniciar en el barrio del castillo, se puede visitar el Recreo Peral, la Playa Municipal y la ermita de San Julián.
Santuario de San Julián el Tranquilo. Más que el santuario, merece la pena visitar la cueva, aledaña al templo, a la que el santo acudía a poner en remojo el mimbre. Trabajaba haciendo cestos que luego vendía y con el dinero que obtenía socorría a los pobres.
Puente de San Pablo. Está hecho de hierro fundido y mide 144 pies castellanos que equivalen a unos 60 metros. Comunica el convento de San Pablo con el casco urbano, salvando la hoz del río Huécar. Ubicado a una impresionante altura, sustituye al primitivo puente de sillería, que constaba de cinco arcos, erigido en el siglo XVI por el canónigo Juan del Pozo.
Puente de los descalzos. Se trata del puente que da acceso a la ermita de las Angustias y al salón acuático Recreo Peral. Desde este puente se ofrecen unas magníficas perspectivas de la ciudad.
Puente de la Trinidad. Puente de dos ojos que se sustenta sobre los restos de la antigua muralla, cruzando la hoz del río Huécar.
Puente de San Antón. Construido en el siglo XVIII, muy probablemente sobre la antigua estructura de un puente medieval anterior a la conquista de Cuenca. Está formado por dos arcos de medio punto, y constituye el lugar donde comienza la hoz del río Júcar.
Puente Colgante. Está hecho de hierro fundido y cruza la hoz del Huécar
Valdecabras. Se trata de un poblado cercano a Cuenca en el que destaca la Iglesia de la Presentación. Un templo del siglo XVI, de una gran sobriedad y belleza, que se conoce, incluso internacionalmente por su Retablo Mayor. Una obra cumbre del renacimiento conquense cuyas pinturas, 17 tablas en las que se narra escenas de la Virgen, fueron realizadas por Gonzalo y Pedro de Castro.