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Ordoño García, de los Aza, a quien hallamos en 259 diplomas de Alfonso VIII, no confirmó diplomas de Alfonso VIII entre 1178 (septiembre, 2) y 1180 (noviembre, 10), en tanto que en 1180 consta como tenente en Campos en documentos del reino de León.
Pedro García de Lerma, hermano del anterior, al que encontramos en 338 diplomas, durante el largo período de 1161 a 1202, fue mayordomo real de Alfonso VIII en dos ocasiones: el período de 1161 a comienzos de 1172, ocupando de nuevo el cargo, tras la muerte de Pedro Rodríguez de Guzmán en Alarcos, durante un más pequeño período documentado de 8 de diciembre de 1195 a 25 de enero de 1198. Este importante personaje consta como tenente de Extremadura en diplomas del reino de León entre 23 diciembre de 1186 y junio de 1187 y confirmó entonces documentos del rey de León. Si bien confirmó dos diplomas de Alfonso VIII del 4 y 6 diciembre de ese año, y otro de 15 de mayo de 1187, no volvió a confirmar con el rey castellano hasta 1191 (noviembre, 22) y en 1189 consta como tenente de León, estando documentado también en otras tenencias del reino de León.
En el caso de los Aza percibimos una evolución a lo largo del reinado, consistente en una tendencia a la reducción de sus miembros presentes como confirmantes.
Contando con el hecho de que personajes de esta familia fueran el mayordomo, Pedro García de Lerma, o el alférez real, Gómez García de Roa, llegó a haber hasta 3 ó 4 Azas como confirmantes en el mismo diploma.
Todos ellos hijos de García García de Aza-excepto los de Roa que parecen descender de Mayor, hermana de padre de García García de Aza-, además
de Pedro y Gómez,
Ordoño García, y de manera ocasional, García García de Roa, sobrino segundo de Ordoño García.
Ello se dio sobre todo en los años setenta, pero en cualquier caso, hay diferencia con respecto a los Lara, pues los Aza sólo tuvieron entre los años 1161 y 1189 tres confirmantes en 69 diplomas y 4 confirmantes en otros 2 diplomas, en tanto que los Lara hasta 1180, inclusive, tuvieron 3 miembros confirmantes en 110 diplomas y 4 confirmantes Lara en otros 77 diplomas.
Desde los años ochenta en los diplomas hubo por lo general 2 miembros de la familia Aza.
Desde los años noventa sólo quedarán dos o un confirmante.
Hay que tener en cuenta que los dos confirmantes Aza fue lo más habitual hasta 1193, habiendo sólo uno desde entonces, fuera Gonzalo Gómez, Ordoño García (muerto en Alarcos) o especialmente Pedro García, quien volvió a ser mayordomo en un breve período, de fines de 1195 a comienzos de 1198, y que siguió confirmando diplomas reales hasta 1202 (agosto, 15); por entonces (1202, julio, 23) empezó a confirmar Gil García, hijo de García García de Roa, quien lo hará hasta 1206 (abril, 29) en 25 documentos reales, siendo el último Aza confirmante de Alfonso VIII.
En 1143 Alfonso VII otorgaba fuero a Roa,
García Gómez, primo hermano por su madre de los hijos de Garcia García de Aza, fue tenente de Roa y, tal y como se dice en su fuero de 1143, tuvo la responsabilidad de repoblar la zona.
Al igual que su tío, también pudo legar la localidad a sus sucesores, estableciendo una dinastía que se convertirá en una rama menor de la familia Aza.
Pedro García quien no sólo recibió la tenencia de la famosa y reputada villa de Lerma, sino que ejerció la mayordomía de la curia de Alfonso VIII en dos periodos, (1161 – 1173, y 1195 – 1198).
En 1157, García García de Aza donó el monasterio de San Llorente a la abadía de Silos, “quod est situm in riuo de Aza, et est iuxta de Tor de Galindo et de Montegho”.
https://www.redalyc.org/pdf/3675/367552393005.pdf
Su hija María en 1182, ya viuda de su esposo Gonzalo de Marañón, creó un monasterio familiar en la villa de Aza llamado Santa María, al que puso bajo la advocación de la abadía de Bujedo y la dirección de su hija Inés, dotándolo con las distintas propiedades que tenía en la propia Aza, las cercanas aldeas de Torregalindo y Hontangas y otros lugares y derechos, algunos de ellos en Sepúlveda.
https://www.elcisteriberico.com/Paginas/castillaleon/Aza/Aza.html
Aunque estas transacciones se realizan dentro de unos marcos de parentesco, no siempre estaban exentas de conflictos.
Es lo que le ocurrió a Gonzalo, hijo de Pedro García de Lerma. En el año 1232 concedía al cabildo de su propio monasterio de Santa María de Husillos, del que era abad, las aldeas de Hoyales y de Fuentelisendo. No obstante, su primo Pedro González de Marañón no quedó satisfecho con su decisión e intervino violentamente en ambos lugares, por lo que fue necesaria la celebración de un pleito.
Dos falsedades históricas en torno a la Batalla de las Navas de Tolosa. Carlos Vara Thorbeck. Universidad de Málaga
El primer miembro reconocido de esta casa fue Ordoño García, padre del famoso conde García Ordoñez, al que el rey Alfonso VI dio el condado de Nájera y nombró ayo de su único hijo varón, el infante Don Sancho.
Tanto el Infante como su ayo perdieron la vida en 1109, en la batalla de Uclés.
El hijo primogénito del conde García fue García García de Aza, alférez de Alfonso VII el Emperador en los años 1126 y 1127. Asistió a la conquista de Coria y era habitual su presencia en el séquito del Rey. A la muerte del Emperador, García García de Aza siguió gozando de la confianza de Sancho III.
Se casó con Sancha Pérez, y con ella tuvo nueve hijos.
El primogénito y continuador de su linaje, Gómez García, Señor de Roa, se convertiría precisamente en el ayo de Alfonso VIII y algunos años después en su alférez.
El segundo hijo de Don García y Doña Sancha, Pedro García, Señor de Lerma, consta que fue mayordomo de Alfonso VIII hacia el año 1172.
El tercero, Ordoño García, gozó, como sus hermanos, de la máxima confianza del rey Alfonso VIII. Tanto él como sus hermanos Gonzalo García y García García fueron los representantes del Rey en el juicio al que se sometieron los reyes de Castilla y Navarra ante el rey Enrique II de Inglaterra, como confirma Roger Hoveden en los Anales de Inglaterra. Se casó Don Ordoño García con Doña María García de Villamayor, hija de Diego Martínez de Villamayor y de María Ponce de Minerva, y nieta por lo tanto del conde Ponce de Minerva. Según Pellicer, en el año 1195 heredó Doña Mará García de Villamayor los estados de su familia, tras la muerte de sus tíos en la batalla de Alarcos
Gonzalo García que sucedió en el cargo de alférez a su hermano mayor, Gómez.
García García, el hermano menor, se casó con Doña Leonor Fortúñez, hija de Fortún López, el poblador de Soria, y nieta de Don Pedro Núñez de Fuente Almegil, que había sido precisamente el libertador de Alfonso VIII en Soria. Don García y Doña Leonor tuvieron un hijo, llamado Rodrigo Garcés de Aza, que llegó a ser Maestre de Calatrava por renuncia de Rui Díaz de Yanguas, malherido en la batalla de las Navas de Tolosa. Este Rodrigo Garcés de Aza fue el encargado de la toma de Vilches en los días posteriores a la batalla. En su escudo figuraba la Cruz de Calatrava roja en campo de oro, orlada por diez aspas rojas en campo de plata y enmarcada por un perfil negro. Sobre esta orla, otra más alta con diez calderas negras en campo de oro.
La numerosa progenie de la familia García se completó con cuatro hijas, hermanas de los personajes anteriormente relacionados: Mayor García, Sancha García, María García y Juana García.
María García se casó con Gonzalo Marañón, el último mayordomo de Alfonso VII el Emperador, fundador del monasterio de Bujedo, y alférez real desde 1171 a 1178.
La última de las hermanas, Doña Juana García de Aza, casada con Don Félix Guzmán, ha pasado a la Historia como madre de Santo Domingo de Guzmán,
pero,.
el profesor Martínez Diez no está de acuerdo con este parentesco.
Colección diplomática Monasterio cisterciense de Santa María la Real: Villamayor de los Montes. Gonzalo Martínez Diez y Vidal González Sánchez.
Tampoco lo acepta, Ignacio Alvarez Borge
A este respecto, las obras de Iván García Izquierdo
Los dominios de un noble de la corte castellana en la primera mitad del siglo XIII: García Fernández de Villamayor. Ignacio Álvarez Borge
Don Ordoño, casado, como ya comentamos más arriba, con Doña María García de Villamayor.
De este matrimonio nacieron dos hijos varones:
Gonzalo Ordoñez, (que, como confirma Rades, fue maestre de la Orden de Santiago en los años 1203 y 120431), y García Ordoñez, padre de Don Fernando, señor de Villamayor y Celada.
García Ordoñez, el padre de nuestro protagonista, firmaba documentos reales en el año 1170, cuando se juró la concordia establecida entre el Rey de Castilla y su primo, Alfonso II de Aragón.
Su hijo, Don Fernando García, señor de Villamayor y Celada, nació, según Pellicer, en 1174, aunque Luis Fernández cree que fue en 1175. Su nombre aparece en las crónicas como mayordomo del rey de León desde el 20 de diciembre del año 1194 hasta el 27 de agosto del año siguiente.
Es necesario recordar que el 20 de abril de 1194 se firmó el tratado de Tordehumos, por el que se había logrado la paz y la concordia entre los reinos de León y de Castilla.
Pero el día 18 de julio del año siguiente, Don Alfonso VIII sufre la terrible derrota de Alarcos, y a su vuelta a Toledo se encuentra en la ciudad al rey de León, que no había llegado a tiempo para intervenir en el combate. El leonés reclamó al castellano la devolución de algunos castillos, y ante la negativa de Alfonso VIII, estalló de nuevo esa irreprimible hostilidad que parecía separar a los dos primos.
Don Fernando vuelve a ser mayordomo el 13 de julio de 1197, y se mantiene en el cargo hasta el 6 de Enero del año 1200. En el año 1198, nuestro protagonista es tenente de la dote de Doña Berenguela en León, junto a otros once caballeros de la confianza de Alfonso VIII. En esta fecha era mayordomo de Doña Berenguela Don Pedro Fernández Benavides. En marzo de este mismo año, ambos mayordomos acompañaron a los recién casados en su visita a Compostela.
Después de una breve etapa de nueve meses, durante los que deja de figurar en el cargo, vuelve a ser mayordomo desde el 30 de noviembre de 1200 hasta el 18 de diciembre de 1202. Durante este periodo nace el futuro Fernando III, y en 1204 tiene lugar la disolución del matrimonio de Doña Berenguela con Alfonso IX de León.
En 1209 encontramos a Don Fernando, junto a otros nobles, jurando por Castilla la amistad vitalicia de ambos reyes, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León, y treguas por cincuenta años entre ambos reinos.
Las etapas en las que Don Fernando ostentó la mayordomía del reino de León coinciden precisamente con los periodos en los que existía una relación más amistosa entre los dos monarcas.
Se casó Don Fernando con Doña Sancha Rodríguez, descendiente de la familia de los Salvadores, y tuvo un hijo, García Fernández, que fue mayordomo de la reina Doña Leonor desde 1211.
En 1214, como consecuencia de la muerte de la reina madre, García Fernández pasó a ser mayordomo de Doña Berenguela.
En el año 1223, dos grandes familias castellanas, los Girón y los Meneses, vendían por un precio simbólico (concretamente unos guantes) el monasterio de San Vicente de Villamayor de los Montes, ubicado en la actual provincia de Burgos, a Don García Fernández y a su segunda esposa, Doña María Arias.
Como afirma Martínez Diez, la operación fue más una cesión que una venta, y se materializó con el fin de colaborar en el proyecto de Don García, que pretendía fundar un monasterio de monjas cistercienses: «..et de precio et de robra somos pagados con estos lues (guantes) que nos dades, et por esto somos pagados de uso et otorgamos nos aquel monasterio de Villamayor con todas las cosas que nombradas son o podrían seer, que lo ayades por iuro de heredad por siempre».
Encontramos más tarde a Don García ostentando el cargo de ayo de Alfonso X, y en 1232, cuando Alfonso dejó de ser niño, pasó a convertirse en mayordomo de su padre, Fernando III.
En 1266, Fernando III le donó el pueblo de la Higueruela, hoy ayuntamiento de Villar del Pozo, aldea que encontramos al ocuparnos del itinerario seguido por las tropas cristianas que participaron en la batalla de las Navas de Tolosa.
Don García acompañaba todavía a su rey en la toma de Córdoba, en 1235, pero, debido a su avanzada edad, dejó de ostentar el cargo de mayordomo de Fernando III en 1238.
En 1242 hizo su testamento en Villaldemiro, localidad en la que murió en el mes de octubre del mismo año. Fue enterrado en su monasterio de Villamayor, y allí reposa todavía hoy, en un sarcófago nuevo que estuvo ubicado hasta hace dos años en el centro del coro. Actualmente se han trasladado sus restos al ábside de la iglesia.
Doña María Arias, su esposa, ayudó con sus mesnadas al rey en la toma de Sevilla, por lo que recibió una posesión en la ciudad hispalense, a la que puso el nombre de Celada, en recuerdo del pueblo burgalés.
Alfonso X, siendo ya rey, donó a su antigua aya el Señorío de Cevico de la Torre, en tierras de Cerrato, cerca de Dueñas, en la actual provincia de Palencia.
Tampoco se olvidó el rey de su amigo de la infancia, Juan García, hijo de Don García y de Doña Mayor, y lo convirtió en su mayordomo y ministro de Hacienda desde 1252 hasta 1259.
En esta última fecha fue nombrado almirante mayor de Castilla.
Su hermano, Alfonso García, a quien sacó de la pila bautismal y puso su nombre Alfonso X, cuando todavía era príncipe, fue adelantado de Murcia desde 1258, y a partir de 1260 simultaneó este cargo con su equivalente en Andalucía, hasta 1271.
A modo de resumen, podemos afirmar que Don Fernando García de Villamayor y Celada fue sin duda un rico-hombre, y que procedía de una gran familia, cuyos miembros fueron de la absoluta confianza de los reyes Alfonso VI, Alfonso VII, Sancho III y Alfonso VIII. No puede extrañar, por tanto, que en un momento decisivo de la batalla de las Navas de Tolosa se atreviera a dar su opinión al propio rey. A nuestro juicio, su papel fue decisivo a la hora de tomar decisiones en el transcurso de la batalla, y consideramos que, con toda justicia, se le podría catalogar en el lenguaje actual como verdadero jefe de Estado Mayor del ejército cristiano. Su familia no le fue a la zaga. Tanto su primo, nombrado Maestre de Calatrava, como su hermano, Maestre que fue de Santiago, destacaron en la lucha por la Reconquista del territorio peninsular. Su hijo y sus nietos siguieron gozando del favor real y regentando puestos de absoluta confianza, tanto de la reina Doña Berenguela primero, como de su hijo Fernando III y de su nieto Alfonso X después.
Ponce contrajo matrimonio antes de mayo de 1140 con la condesa Estefanía Ramírez, miembro del linaje de los Flaínez, hija del conde Ramiro Froilaz y de su esposa la condesa Sancha Rodríguez, y nieta del conde Fruela Díaz.
Los hijos de este matrimonio fueron:
- Fernando Ponce, fue alférez real y conde en 1180. En 1173 Fernando y su madre la condesa Estefanía hicieron una donación a la Orden de Calatrava de unas viñas y huertos en Allariz.
- Ramiro Ponce, también fue alférez del rey Fernando II a principios de 1160.En 1180 donó al monasterio de Sandoval el lugar de Villamoros que el emperador Alfonso VII había dado a su padre.
- María Ponce (m. c. 1192). La condesa María pudo haber casado en dos ocasiones: primero con Diego Martínez de Villamayor; y en segundas nupcias, antes del año 1173, con el conde gallego Rodrigo Álvarez de Sarria. Ambos se separaron de mutuo acuerdo; el conde Álvaro fundó la Orden de Montegaudio y ella se retiró al monasterio de Carrizo junto con su madre y llegó a ser la primera abadesa de este cenobio.
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- Sancha Ponce, esposa del conde Pedro García de Aza, también llamado Pedro García de Lerma por ser tenente de dicho lugar, miembro de la Casa de Aza y nieto del conde García Ordóñez. Tuvieron tres hijos, entre ellos Gonzalo Pérez de Aza, abad de Santa María de Husillos en Palencia.