lunes, 26 de octubre de 2020

Los condes de la Concepción y los marqueses de Casal de los Griegos.

 Los condes de la Concepción y los marqueses de Casal de los Griegos. 


Los marqueses de Casal de los Griegos son descendientes de Juan Álvarez de Toledo, hermano del contador de Juan II de Castilla llamado Alonso Álvarez de Toledo.

Título otorgado a D. Pedro Ximénez de Enciso y Zúñiga, veinticuatro y maestrante de Sevilla y caballero de la Orden de Santiago. Rehabilitado en 1995 por Dña. Paloma Pineda y Peláez. Corresponde a los apellidos Ximénez de Enciso y Pineda.


Informe sobre el proceso y condena post morten, como judaizante, ante el Tribunal de la Inquisición de Toledo, de Mayor Álvarez, madre de Alonso Álvarez de Toledo, Contador Mayor del Reino, y sobre su anulación posterior por invalidez de los testigos, con lo que se devuelve la honra a ascendientes y descendientes. A petición de Suero de Vega, para su ingreso en la Orden de Alcántara. 

Archivo Histórico Nacional. Griegos, C 6, D.18-19. Fecha creación, 1650-01-01. 

Familia González-Maldonado, condes de la Concepción. Que suceden a los Llopis al comprarlo por no tener heredero en la familia Llopis.

Familia Llopis, condes de la Concepción. Dicho título le fue concedido en 1790 a Ignacio Llopis Ferris, regidor noble de la capital del reino de Valencia en 1775, como merced tras su asistencia como Diputado a las Cortes de 1789; fue el primer fiscal de la Audiencia de Extremadura entre 1790 y 1794.  

https://www.desdeelrincondeademuz.com/2013/03/maria-peinado-peinado-natural-de-la.html


Marquesado de Casal de los Griegos. 

El marquesado de Casal de los Griegos fue creado el 27 de febrero de 1627 por Felipe IV, en el Reino de Nápoles a favor de José Pedro Ximénez de Enciso y Zúñiga. Su actual titular es Paloma Pineda y Peláez Casares. Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios Españoles. Instituto Salazar y Castro, Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 

Contiene el traslado por Francisco Aguilar, escribano de Guadalajara, a petición de Claudio Quiñones Guzmán, en nombre de Esteban Pacheco Zúñiga, del informe absolutorio de Manuel Pantoja, secretario de la Inquisición de Toledo. Guadalajara, 17 de agosto de 1621. Documento 19.


En 1849, muere en Madrid Don José González-Maldonado Martínez Bermúdez.
Tenía posesiones en El Palmar por su enlace con María Concepción Leis y Pacheco y ésta a su vez los heredó de sus abuelos maternos Pedro Pacheco y Joaquina Tizón.
Don José fue quién apostó por la apertura de pozos mineros a partir de 1840 en la cercana sierra del Puerto de la Cadena para la extracción del mineral conocido como galera.

Su hijo mayor llamado Cesáreo fue el primer conde de la Concepción.

Correspondencia dirigida al Conde de la Concepción [Cesáreo

González Maldonado] por el administrador Narciso Nicolás sobre la vendimia en las propiedades de Guadalajara. Acompaña informe de las rentas que pagan los colonos en el año 1874. GRIEGOS, C.2, D.283-284.

Documentos relativos a la demanda interpuesta por Cesáreo González Maldonado, [V] conde de la Concepción, ante el Juzgado de Primera Instancia de Guadalajara, sobre la adjudicación de los bienes pertenecientes al vínculo fundado por Francisco Enríquez de Zúñiga, en la que se dirime la propiedad de la heredad llamada El Francés, en El Sotillo (Guadalajara), que reclama el demandante. GRIEGOS, C.9, D.59-72. Fecha creación: 1853-01-01, Madrid,  -  1869-01-29, Madrid .

Contiene:

Documentos 59-63. Correspondencia de entrada y minutas de salida

Documento 64. Copia simple del escrito de demanda

Documento 65. Informe del letrado. (1964, Enero, 29)

Documento 72. Informe del Administrador Agustín Cerrada sobre labores extraordinarias realizadas en la heredad de El Francés entre 1849-1852.

La residencia de verano de los condes fue la finca de la Pinada, El Palmar- Murcia-llamada también la Pinada de Tizón, en honor al regidor murciano que mucho tiempo atrás adquirió los terrenos.
Luego fue residencia de doña Concepción de Pineda y González-Maldonado, hermana de la Condesa doña Isabel, heredera de don Cesáreo al no tener este descendencia.

Concepción estaba casada con el escritor don Manuel Pérez-Villamil y por eso a la finca también se la conocía popularmente como la Pinada de Villamil.

http://laasomada.eu/2018/11/29/el-palmar-en-el-siglo-xix/ 


José Pedro Ximénez de Enciso y Zúñiga, I marqués de Casal de los Griegos.

Su padrePedro Ximénez de Encisofue Familiar del Santo Oficio de la Inquisición.

Diego Ximénez de Enciso, Diego Jiménez de Enciso y González de Herrera, II marqués de Casal de los Griegos

Casó con Francisca Fernández de Santillán.

Rehabilitado en 1926 por:

Ramón de Pineda y Pineda (.-1959), IV marqués de Casal de los Griegos.

Casó con Feliciana Díaz-Agero y de Ojesto, III marquesa de Rifes, V condesa de Malladas. Le sucedió:

Luis de Pineda y de Pineda (.-1958), V marqués de Casal de los Griegos, marqués de Santa Genoveva, conde de la Concepción.

Casó con Ana María de Peláez e Igual. Le sucedió, por rehabilitación su hija.


Rehabilitado en 1995 por:

Paloma Pineda y Peláez Casares (1934-2016), VI marquesa de Casal de los Griegos, hija del V marqués. Casó con Mariano de Pineda y Díaz-Agero.


Casó Diego Jiménez de Enciso el 19 de abril de 1677 en la iglesia del Salvador de Sevilla con Francisca Hermenegilda Fernández de Santillán y Villegas (Sevilla, 21 de diciembre de 1651-Madrid, 18 de julio de 1706), hija de Ana Mencía de Villegas (bautizada en el sagrario de la catedral de Sevilla; hermana de Fernando de Villegas, marqués de Paradas, contador de la Casa de la Contratación de Sevilla, se le devolvió la blanca de la carne, gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela) y de Francisco Fernández de Santillán, marqués de La Motilla (bautizado en la iglesia del Salvador de Sevilla, poseedor de los mayorazgos de los Santillanes, Quesada, etc., se le devolvió la blanca de la carne y fue alcalde de la Hermandad del Estado Noble); hermana del general Diego Fernández de Santillán y del gobernador Pedro Fernández de Santillán, ambos caballeros de la Orden de Santiago. 

Fruto de este matrimonio nació en Sevilla, el 16 de noviembre de 1684, José Ramón Jiménez de Enciso y Fernández de Santillán, que por permiso fue bautizado en la iglesia de San Pedro por ser sus padres parroquianos de la de la Magdalena, fue caballero de la Orden de Calatrava y el 29 de octubre de 1700, el rey Carlos II le concedió la merced de conde del Paraíso del Lomo del Grullo. El 6 de abril de 1701 premurió a su padre y no dejó descendencia, por lo cual Diego Jiménez de Enciso acumuló este título nobiliario que había sido concedido a su hijo junto al de marqués del Casal de los Griegos, merced que fue concedida el 27 de febrero de 1627 a su abuelo José Pedro Jiménez de Enciso y Zúñiga, hermano del dramaturgo Diego Jiménez de Enciso.  

El matrimonio tuvo además dos hijas: María Teresa —que sucedió en las mercedes y mayorazgos paternos— y María Francisca Jiménez de Enciso y Santillán.

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El condado del Paraíso fue creado por Carlos II el 3 de mayo de 1700, Real Despacho de 29 de octubre del mismo año, con la denominación de conde del Paraíso del Lomo del Grullo y vizconde previo de Benagila, a favor de José Ramón Ximénez de Enciso y Fernández de Santillán, caballero de la Orden de Calatrava y primogénito de los marqueses del Casal de los Griegos en Nápoles, en atención a su calidad y méritos. Tanto él como los siguientes titulares se denominaron siempre y exclusivamente condes del Paraíso.

José Ramón Ximénez de Enciso y Fernández de Santillán (1684-1701), I conde del Paraíso, caballero de la Orden de Calatrava, fallecido muy joven a los diecisiete años de edad. Sin descendientes. Le sucedió su heredero, su padre:

Diego Ximénez de Enciso, Águila y Herrera (1657- ), IV marqués del Casal y II conde del Paraíso, señor de Laguna, alcalde mayor de sacas y cosas vedadas de la ciudad de Sevilla y su arzobispado y obispados de Cádiz y Badajoz y lugares de sus partidos, Lepe, Ayamonte y la Redondela, alcaide perpetuo del castillo y fortaleza de Salobreña, alcalde mayor de Sevilla, gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela y Santiago de Caracas (1688 a 1692), maestre de campo desde 1690, consejero de capa y espada del Consejo de Indias desde 1704-1706, gentilhombre de cámara de Carlos II, caballero de la Orden de Santiago, maestrante de Sevilla.

Casó con María Francisca Fernández de Santillán y Villegas (1651-1706), hija de los I marqueses de la Motilla. Le sucedió su hija:

María Teresa Ximénez de Enciso y Fernández de Santillán (1685- ), V marquesa del Casal y III condesa del Paraíso.

Casó con Fernando Antonio Tous de Monsalve y Jalón (1673- ), III conde de Benagiar, teniente de alcaide del castillo de Triana por el duque de Medina Sidonia, caballero veinticuatro y alcalde mayor de Sevilla, alcalde de la Santa Hermandad de Sevilla por el estado noble, caballero de la Orden de Calatrava. Sin descendientes.

Casó con Pedro Spinola Camacho de Villavicencio (1670- ), VIII señor de Barbaina, patrono del hospital y capilla de San Blas de Jerez de la Frontera, alcalde mayor de sacas y cosas vedadas de la ciudad de Sevilla y su arzobispado y obispados de Cádiz y Badajoz y lugares de sus partidos, Lepe, Ayamonte y la Redondela, coronel del Regimiento de las Órdenes, caballero de la Orden de Santiago. Le sucedió su hija:

Joaquina María Spinola Camacho y Ximénez de Enciso (1709-1727), IV condesa del Paraíso, fallecida muy joven a los diecisiete años de edad.

Casó con Juan José Rodríguez de la Milla y Fernández de Córdova (1698-1771), III marqués del Saltillo, provincial perpetuo de la Santa Hermandad, alcalde mayor de sacas y cosas vedadas de la ciudad de Sevilla y su arzobispado y obispados de Cádiz y Badajoz y lugares de sus partidos, Lepe, Ayamonte y la Redondela. Le sucedió su única hija:

Antonia María Rodríguez de la Milla y Spinola (1726-1762), V condesa del Paraíso, IX señora de Barbaina, patrona del hospital y capilla de San Blas de Jerez de la Frontera. Sin descendientes. Le sucedió:

Nicolasa María de Herrera, Ximénez de Enciso y Tovar (1741-1792), VI condesa del Paraíso, poseedora del mayorazgo fundado por el jurado Diego Simón Ximénez de Enciso y su mujer Ana de Santa Ana Merino, abuelos del I marqués del Casal. En su testamento otorgado en 1792 deja heredera a su alma por no tener herederos forzosos, ascendientes ni descendientes, que conforme a derecho la deban heredar (era hija única de Francisco Antonio de Herrera Ximénez de Enciso, alcalde mayor de sacas de la ciudad de Sevilla y su arzobispado, y de Francisca María de Tovar y Ureña; nieta paterna de José de Herrera y de Micaela Ximénez de Enciso).

Casó con don José Alonso Montesinos, Moreno, Dávila y Toro (1732- ), poseedor del mayorazgo fundado por el capitán Alonso Gil Moreno en Cádiz y Aguilar de la Frontera. En sus capitulaciones matrimoniales en 1765 se obliga a ganar Real Cédula para entrar al goce y posesión del título de conde del Paraíso que posee su mujer y a litigar la restitución de los derechos a la vara y judicatura de sacas de lana del arzobispado de Sevilla, Badajoz, Ayamonte, Huelva y Lepe que corresponden a su mujer por sus mayorazgos. En Antequera en 1784 se le notificó la orden del Real Consejo y Cámara de Castilla para que sacara la carta de sucesión en el título de Castilla de su mujer. Sin descendientes.

 Rehabilitado en 1918 por:

María de las Mercedes Castillejo y Sánchez Teruel (1864-1951), VIII marquesa de Montefuerte y VII condesa del Paraíso, hija de los III condes de Floridablanca, grandes de España, y VII condes de Villa Amena de Cozvíjar (sexta nieta de la tía del I conde Ana Urraca Fernández de Santillán y Villegas, mujer de Juan Ortiz de Zúñiga y Caballero de Cabrera, I marqués de Montefuerte2​).

Casó con José María Márquez y Márquez (1859-1927), abogado, cuatro veces diputado a Cortes por Motril por el Partido Conservador, consiguió del Gobierno la aprobación de la construcción del puerto de Motril, delegado social de Agricultura de Andalucía Oriental del Ministerio de Fomento, vocal de la comisión permanente del Consejo Superior de Fomento, dos veces senador del Reino por Granada, consejero de gobierno del Banco de España, miembro de la comisión permanente de la Asociación General de Ganaderos, miembro de la Sociedad General de Agricultores, gerente de la Sociedad de Electricidad Seccitana, caballero de la Orden de Santiago, hermano mayor de la Hermandad del Refugio de Granada y hermano de la Real Hermandad del Refugio de Madrid. Le sucedió su hijo:

Juan Bautista Márquez y Castillejo (1896-1955), VIII conde del Paraíso, abogado, caballero de la Orden de Alcántara, caballero de honor y devoción de la Orden de Malta y del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña. Sin descendientes. Le sucedió su sobrino, hijo de su hermano primogénito José María Márquez y Castillejo, IX marqués de Montefuerte, y de su mujer María del Rosario Patiño y Losada, IV duquesa de Grimaldi, grande de España:

Fernando Márquez y Patiño (1924-2015), IX conde del Paraíso, ayudante de campo de los ministros del Ejército Castañón de Mena y Coloma Gallegos, coronel del regimiento de Caballería Sagunto núm. 7 de Sevilla, general jefe de la brigada de Caballería Jarama, gobernador militar de Salamanca, programa de Alta Dirección de Empresas del I.E.S.E., vicepresidente del Real Club de Golf Sotogrande, caballero de la Orden de Calatrava, cruz, placa, encomienda y gran cruz de la Orden de San Hermenegildo, cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco de primera clase.

Casó con Natalia de Amilibia y Periquet (1925-2009), hija de José María de Amilibia y Machimbarrena y nieta paterna de los VI marqueses de la Paz. Le sucede el hijo de ambos:

Fernando Márquez y de Amilibia (1951-2019), X y actual conde del Paraíso.



viernes, 23 de octubre de 2020

En torno a Uclés. Cuenca

 

LA IMAGEN DEL PODER NOBILIARIO EN CASTILLA. EL ARTE Y LAS ÓRDENES MILITARES EN EL TARDOGÓTICO. OLGA PÉREZ MONZÓN. Universidad Autónoma de Madrid, 2007

 La drástica reforma emprendida en el conjunto a partir del siglo XVI promovida más por un “deseo de modernidad” que de “necesidad” otorga un gran protagonismo a las fuentes documentales para evocar el pasado medieval de Uclés.

 Dignidades santiaguistas eligieron el templo del convento de Uclés como ámbito fúnebre.

Las capillas de Juan Hurtado de Mendoza y de los priores Juan de Velasco[1] y Hernando de Santoyo, junto con la del maestre Manrique, se alineaban en el hastial del evangelio, el único espacio disponible debido a la situación meridional del claustro.

Todas corresponden al siglo XV, se cubren con bóvedas de crucería o techumbres de madera y se aderezan con retablos, imágenes, alhajas y sus correspondientes bultos funerarios.

La capilla Mendoza tenía una bóveda de crucería simple de una clave y un retablo dedicado a la Pasión y Nuestra Señora del Rosario.

La de Juan de Velasco, una bóveda de terceletes de nueve claves y un retablo de San Miguel.

La de Hernando de Santoyo una techumbre de madera con sus vigas pintadas y un retablo de la Concepción, trasladado a mediados del siglo XVI a la sacristía.

 

La principal fue la del maestre Rodrigo Manrique, comendador de Segura y conde de Paredes. El ámbito fúnebre estaba centralizado por una tumba de alabastro con bulto funerario y epitafio alrededor de la tapa sepulcral señalando sus victorias militares y la fecha de su fallecimiento, 1476. Poco más sabemos de este sepulcro que, desde los primeros años del siglo XVI, figuraba en el centro del presbiterio. El abandono de la capilla Paredes, en el lado del evangelio, coincide con su empleo como escenario de las tomas de posesión santiaguistas documentándose tres sillas destinadas a este cometido en su recinto. Pensamos que estos usos podían verse entorpecidos por el monumento tumular procediéndose a su traslado a la cabecera del templo. Los órganos del coro llevaban su rúbrica heráldica: «… órganos pequeños bien obrados que el conde don Rodrigo Manrique maestre de la dicha horden, dio a la dicha iglesia». Archivo Histórico Nacional, OOMM, libro 1063c, folio 3.

JUAN ZAPATA ALARCÓN. EL ANTIGUO CONVENTO DE UCLÉS (1468-1528).

 https://www.researchgate.net/publication/290995770_El_antiguo_convento_de_Ucles_1468-1528_Caracteristicas_espaciales_y_evolucion_arquitectonica_La_iglesia_y_sus_capillas_funerarias

El archivo general de la Orden de Santiago en Uclés. Historia de su emplazamiento y fábrica (1170-1872). María del Pilar Calzado Sobrino, 2012.

El archivo aún permanecía custodiado en la cámara del castillo cuando ocurrieron los disturbios por el Maestrazgo de la Orden.

Al morir el Maestre Juan Pacheco, en el año 1474, los Reyes Católicos lograron que el Papa les concediese la administración temporal de la Orden (el Maestrazgo no pasaría a la corona hasta 1499).

Las casas de San Marcos y Uclés convocaron Capítulo de forma independiente y eligieron sendos Maestres: Alonso de Cárdenas en León y Rodrigo Manrique en Castilla. Por esto, la Orden se dividió. Rodrigo Manrique luchó al lado de los Reyes en Alcaraz, en contra de Alonso de Cárdenas y del Maestre de Calatrava. Uclés estaba en poder de Alonso de Cárdenas, por lo que Rodrigo Manrique lo cercó. Finalmente, el alcaide entregó la fortaleza, que había sufrido grandes daños. “(…) cercaron la fortaleza y convento de Uclés, y con ingenios y pólvora derribaron los edificios; y finalmente se apoderaron de esta casa”.

 

II CONGRESO DE HISTORIA DE ALBACETE, año 2000. AURELIO PRETEL MARÍN. La guerra sucesoria de los Reyes Católicos (1475-1480) y sus repercusiones dentro del Marquesado de Villena.

 

AURELIO PRETEL MARÍN LA CONSOLIDACIÓN DE UNA OLIGARQUÍA. LINAJES DE ALBACETE A FINALES DE LA BAJA EDAD MEDIA, 2001.

 

Sancho de la Plaza que acompaña a Alfonso de Cárdenas, Comendador Mayor de la Orden de Santiago y luego Maestre[2],  en su huida a Aragón  parece ser el padre de Miguel Sánchez de la Plaza que era natural de Tribaldos y escudero del prior Juan de Valencia en 1460.  

Pedro de la Plazuela era escudero tambien del prior Juan de Valencia en la misma fecha. Llegando a ser alcaide de Uclés en 1476.

Los hermanos Juan y Fernando de Torremocha también servían al prior Juan de Valencia en 1443 y 1445,

Su descendiente Diego de Torremocha fue criado del prior Fernando de Santoyo en 1495 y su secretario.

Martín Sánchez  de Villar de Cantos, cabecilla isabelino en Albacete, casa primero con una hija de Juan Soriano, que ya fue mayordomo del marqués Juan Pacheco y siguió al servicio de su hijo. Otra hija de Juan Soriano se había casado con Gonzalo de La Plazuela, vecino de Chinchilla e hijo del señor de Carcelén, linaje que asciende con los Pacheco.

Martín Sánchez de Villar de Cantos casa en segundas nupcias con una Barrionuevo, de un linaje importante, aunque pechero, que asciende en Chinchilla tras el triunfo de los Reyes Católicos.

Juan Soriano fue mayordomo del príncipe Enrique (1448), de Juan Pacheco (1450-1452) y después de su hijo Diego López Pacheco.

 Pedro de La Plazuela fue caballero, al parecer de origen villano, que se avecindó en Chinchilla en 1440. Tal vez fue hijo o hermano de Alonso González de La Plazuela, conocido servidor de Juan Pacheco, o de Juan González de La Plazuela, alcaide de Villena y Jorquera, a quien sucedería en este último cargo. Pedro vivió en Chinchilla y con la protección del marqués de Villena compró el señorío de Carcelén. Como comendador y alcaide de Uclés, se negó a obedecer a Rodrigo Manrique, diciendo "que no conoscia otro maestre sino al marqués de Villena”. Atacado por fuerzas de Manrique, que contó con ayuda de su yerno, don Pedro Fajardo, y tomó fácilmente la indefensa villa, rendiría el castillo después de un largo cerco, en el que los ejércitos de los dos contendientes pugnaron por entrar en la plaza cercada.

Pedro de La Plazuela sería asesinado junto a Miguel Ruiz de Tragacete por vecinos de Jorquera e Iniesta hacia 1476.

Martín Sánchez de Cantos -o de Villar de Cantos- casó con una hija del secretario de éste Juan Soriano, que tenía otra hija casada con Gonzalo de Plazuela, en la guerra civil se puso claramente a favor de los reyes, sublevando la villa de Albacete en colaboración con otros vecinos, y protagonizando alguna acción de guerra (luego magnificada) junto con su cuñado, el hidalgo Álvaro de Montoya, casado con su hermana Catalina de Cantos.

Aquello le valió convertirse no sólo en uno de los hombres más ricos de Albacete (de hecho, ya lo era con anterioridad), sino en el factótum de la villa en el último cuarto de este siglo. Una segunda boda con una Barrionuevo aún contribuirá a esta posición. Ver

 A. Pretel Marín. La consolidación de una Oligarquía. Linaje de Albacete a finales de la baja Edad Media, 2001.

Hacia el año 1338, Don Juan Manuel separó las tierras de Montealegre y Carcelén, para entregarlas a su hijo Don Sancho Manuel, para asegurar la independencia económica de su hijo y un medio de vida y que se ocupara de la repoblación y organización del cultivo de estos territorios, lo cual hizo con musulmanes del vecino reino valenciano.

 

Don Juan Manuel tuvo dos hijos ilegítimos con Inés de Castañeda, hija de Diego Gómez de Castañeda, I señor de las Hormazas, y de Juana de Guzmán:

 

Sancho Manuel de Villena (1320-1347),2​ adelantado mayor de Murcia, alcaide de Lorca, señor de Carcelén y de Montealegre y ricohombre de Castilla.

 

Enrique Manuel de Villena (1337-Peñafiel, 1390). Contrajo matrimonio con Beatriz de Sousa. Fue el I conde de Seia, I señor de Cascais, IV señor de Montealegre en Albacete, III de Belmonte en Cuenca y de Meneses-Meneses de Campos- en Palencia.

 Los herederos de Doña Constanza, hija de Sancho Manuel, venden sus dominios y, en el 1453 Pedro de la Plazuela, alcalde de Jorquera compró Carcelén.

 En 1516, Don Gonzalo de la Plazuela (hijo de Pedro de la Plazuela) fundó el mayorazgo de Carcelén, el cual durante esta época tenía unos niveles de población bajos y sus características no favorecían un desarrollo de la actividad agrícola al estar rodeado de la poderosa villa de Jorquera, donde residían los titulares del Mayorazgo.

 En 1591, don Cristóbal de la Plazuela era el señor de la villa y agregó algunas tierras al mayorazgo que había heredado de su familia.

 Hacia 1727, el ultimo heredero de la familia de la Plazuela, Don Joseph Bernardo Coello de Rivera Sandoval y la Plazuela, conde La Ventosa, fallece sin descendía, iniciándose una nueva pugna por la titularidad del señorío de Carcelén.

 https://es.calameo.com/books/000266401abd515e6fcc5

 El condado de La Ventosa fue creado por Felipe III mediante Real Decreto del primero de mayo de 1617 y Real Despacho de 20 de mayo de 1618 a favor de Pedro Coello de Ribera y Zapata de Cisneros, caballero de Calatrava, octavo señor de Villarejo de la Peñuela, Cabrejas y Valmelero[3], y señor de La Ventosa, mitad de Caracena y de Carcelén y Valdeganga[4] en Albacete por derecho de su mujer, su sobrina segunda, Constanza de Sandoval y Coello. Los condes tenían casa abierta en La Ventosa[5], en Cuenca y en Madrid.

 El concesionario del condado de La Venosa, señor de Villarejo de la Peñuela, Cabrejas y Valmelero, estaba casado con Constanza de Sandoval y Coello, décima señora de la villa, castillo y jurisdicción de La Ventosa, mitad de Caracena del Valle y señora de  Carcelén y Valdeganga en Albacete, novena nieta de Alfonso Ruiz de Sandoval que fue primer señor de La Ventosa desde 1340 por privilegio de Alfonso XI a quien sirvió en Tarifa. Unos años antes de la creación del condado de La Ventosa fue creado el marquesado de Caracena del Valle por Felipe III el 12 de febrero de 1606 a favor de Juan Alonso de Sandoval, señor de Caracena del Valle[6].

 Juan Bautista Hurtado de Sandoval y Quiñones, séptimo señor de las villas de La Ventosa, señor en parte de Caracena y Guarda Mayor se la Ciudad de Huete y su Tierra, muere en 1546. Casa con Francisca Sánchez de Cuenca y Pisa, vecina de Huete,- que se la encuentra como hija del segundo conde Priego por lo que sería tía materna de su marido-; originaria del Reino de Galicia. Padres de Gutiérrez de Sandoval, sucesor en la Casa como octavo titular de La Ventosa, de Juan Hurtado de Sandoval que casa en Cuenca con María de Tamayo, de Hurtado, de Pedro, Fernán y de Elvira de Quiñones que casa y sin descendencia con su pariente de los Montalbo llamado Fernando de Ribera y su sobrino materno por los Sandoval que es el séptimo señor de Villarejo de la Peñuela en la Tierra de Huete y de Cabrejas y Valmelero en la Tierra de Cuenca, Regidor Perpetuo de Huete y casa después con Luisa Zapata, hermana del conde de Barajas[7], de María, Mencia y Catalina monjas en el Rosal de Priego, y de Isabel de Sandoval-Sánchez de Cuenca y Pisa- a Isabel la encontramos con los apellidos Sanchez de Cuenca y Pisa que serian los de su madre en otras genealogías de los señores de La Ventosa-que casa con su pariente por los Montalbo Perafán de Ribera[8], sexto señor de Villarejo de la Peñuela, Cabrejas y Valmelero, y son los padres de diez hijos. Entre ellos Constanza de Sandoval que casa con su tío materno el octavo señor de La Ventosa y Fernando de Ribera Coello Sandoval que casa en primeras nupcias con su tía materna Elvira de Quiñones, hermana de Isabel la madre de Fernando. Hermano de Constanza y de Fernando es Alonso de Ribera Coello y Sandoval, señor de Moncalvillo, cuya hija Isabel funda el convento de Carmelitas Descalzas de Huete de San José en 1588, traslado a Cuenca en 1603[9].   Fernando de Ribera Coello Sandoval que muere en 1580 y es enterrado en la iglesia de Villarejo de la Peñuela y su segunda mujer Luisa Zapata, hermana del primer conde de Barajas, son padres de Pedro Coello de Ribera Sandoval Zapata, señor de Villarejo, Cabrejas y Valmelero, primer conde consorte de La Ventosa por su matrimonio con Constanza de Sandoval, su sobrina segunda por los Sandoval, décima señora de La Ventosa, hija de Juan de Sandoval, noveno señor de La Ventosa, y de su mujer y pariente por los Coello del señorio de Montalbo llamada Luisa Coello de Mendoza y de la Plazuela, hija de Violante Coello, hija del cuarto señor de Montalbo, que casa con Cristóbal de la Plazuela, señor de Carcelén y Valdeganga en Albacete. Con sucesión en los condes de La Ventosa, señores en parte de Caracena, señores de Villarejo de la Peñuela, Cabrejas y Valmelero y de Carcelén y Valdeganga. Recordemos que una hija de los cuartos señores de Montalbo y tía materna de Luisa Coello de Mendoza y de la Plazuela casa con casa como se ha escrito antes con su pariente Diego de Guzmán y son los padres del cuarto señor de Cervera. Carcelén fue en el siglo XV del primer señor de Villarejo de la Peñuela, hermano del cuarto señor de Montalbo que recibe de su madre el señorio de la Villarejo de la Peñuela en la Tierra de Huete con Cabrejas y Valmelero en la Tierra de Cuenca.          

Juan de Sandoval, noveno señor de La Ventosa, señor en parte de Caracena y Guarda Mayor de la Ciudad de Huete y su Tierra. Casa con su prima de los Coello de Montalbo Luisa Coello y de la Plazuela. La encontramos como hija de Violante Coello, hija de los cuartos señores de Montalbo, que casa con Cristóbal de la Plazuela, señor de Carcelén y Valdeganga. Lope de Haro dice que es hija de Francisco Coello de Mendoza y de Luisa de Salazar

 Juan de Sandoval y Luisa Coello de Mendoza, novenos señores de La Ventosa, son padres de Constanza y de Luisa. Constanza de Sandoval, décima señora y primera condesa de La Ventosa, señora en parte de Caracena, señora de Carcelén y Valdeganga por derecho de su madre. Casa con Pedro de Ribera Coello Sandoval Zapata, su tío segundo como primo hermano del padre de Constanza de Sandoval. Pedro de Ribera Coello Sandoval Zapata es el octavo señor del Villarejo de la Peñuela, Cabrejas y Valmelero y por su mujer señor de La Ventosa, señor en parte de Caracena, señor de Carcelén y Valdeganga y luego primer conde de La Ventosa. Francisco Coello de Mendoza, hermano de Luisa Coello de Mendoza, casa con Luisa de Salazar, señores de las villas de Carcelén y Valdeganga en Albacete. Padres de María Coello de Mendoza que es prima hermana de Constanza y deja a su prima Carcelén y Valdeganga.

En 1733 Don Francisco Verástegui de Baldua y la Plazuela, señor de Alpera, se acredita como legítimo heredero y añade Carcelén a su señorío de Alpera.

 En 1727, el ultimo heredero de la familia de la Plazuela, José Bernardo Coello de Rivera Sandoval y la Plazuela, ultimo conde La Ventosa de la línea principal y tercer nieto de los primeros condes, fallece de niño. Se inicia pleito por la titularidad del señorío de Carcelén. En el 1733, Francisco Verástegui de Baldua y la Plazuela, señor de Alpera en Albacete, se acredita como legítimo heredero y añade Carcelén a su señorío de Alpera. Gonzalo de la Plazuela, fundó Vínculo y Mayorazgo de Carcelén en 1516 en virtud de facultad Real de 1515, en cabeza de su hijo único Cristóbal y sus descendientes legítimos, y por falta de estos, su sobrino don Francisco Berástegui, hijo de su hermana Isabel que casa con Pedro de Verástegui, Alcayde de Chinchilla. Carcelén fue en el siglo XV como ya se ha escrito del primer señor de Villarejo de la Peñuela que es el bisabuelo paterno del primer conde de La Ventosa.

 Carcelén, siendo una villa cuya única fuente de riqueza era la agropecuaria y que sus mejores tierras pertenecían a los señores, provocó que el descontento ciudadano fuese en aumento, hasta que en 1773 la población inicia un pleito para autorizar que los vecinos pudieran comprar la jurisdicción de la villa, lo que hace que los vecinos pudieran ser al fin dueños de sus propios destinos, a pesar de que las mejores tierras siguen quedando en mano de la casa nobiliaria.

 En 1833, se establece una nueva división administrativa del territorio nacional, donde Carcelén queda integrada en la actual Albacete.

 Francisca de Montealegre y Novoa, hija del comendador Juan Ruiz de Montealegre y de Teresa de Novoa, casó con Francisco de Verástegui, capitán del marqués y señor de las salinas de Fuentealbilla. Su hijo Pedro, que fue alcaide de Chinchilla, y luego de Ayllón, y después de la guerra será gobernador y capitán por el marqués en Belmonte, Alarcón y demás posesiones que éste mantenía en aquel obispado, estaría casado a finales de siglo con Isabel de La Plazuela.

 Otro Pedro Verástegui casaría más tarde con Mencía de Mendoza, hija de Francisco Pacheco, señor de Minaya, y de su esposa María de Alarcón, y otro, o el mismo, con Margarita de Calatayud, hermana del señor de El Provencio.

 Un Francisco Verástegui será corregidor por el marqués de Villena en las tierras que éste conservaba todavía a comienzos del siglo XVI.

 El Martín de Verástegui que tiene acostamiento en Albacete en 1506 pudiera ser un hijo o un hermano de éste, aunque sin duda alguna sería un segundón de poca posición.

 Pedro de Verástegui cedería las salinas a Felipe I1, recibiendo a cambio el señorío de Alpera y un juro de 2.000 ducados en Sevilla.

 Los Verástegui fueron capitanes y alcaides del marqués de Villena y muy relacionados con los pequeños nobles al servicio de éste.

 Uno de ellos, probablemente Francisco de Verástegui, casado con Francisca de Montealegre y Novoa, nieta del bachiller Miguel Ruiz de Tragacete, señor de Montealegre, fue agraciado por parte de Pacheco con las rentas de las ricas salinas de Fuentealbilla, pero perdió la vida en el Cerco de Uclés peleando con las tropas de don Pedro Fajardo y Rodrigo Manrique. Francisca de Montealegre, viuda de Juan de Guzmán, contrajo nuevas nupcias con Francisco de Verástegui, hombre de Diego López Pacheco, marqués de Villena

 Aún en la misma guerra, su hijo Pedro, casado con la hija de Pedro de La Plazuela, señor de Carcelén, que fue alcaide de Uclés y será asesinado por su fidelidad al marqués de Villena, será alcaide en Chinchilla por un breve período a comienzos de 1479, pero fue perdonado y pudo conservar las citadas salinas, que se convertirán en propiedad familiar.

 http://palomatorrijos.blogspot.com/2018/03/compra-del-senorio-de-montealegre-por.html

 

JUAN DE MONTEALEGRE, COMENDADOR DE ALEDO. EDUARDO MÉNDEZ APÉNELA

 

http://palomatorrijos.blogspot.com/2016/03/pacheco-y-castillo-en-la-manchuela-de.html

 Un Juan de Barrionuevo, puede que sea el Juan de La Encina Barrionuevo que en 1488 asiste a la jura de los privilegios municipales por los Reyes Católicos.

 De Juan de Barrionuevo sabemos que adquirió propiedades en Pétrola y en Vete, donde sus descendientes fundarán mayorazgos.

 Francisco Barrionuevo tomará vecindad en Chinchilla el 28 de septiembre de 1493, y se declarará vecino llano.

 A comienzos del siglo XVI sabemos de Juan de Barrionuevo, que tiene acostamiento en la villa de Almansa en 1506, y a Tomás de Barrionuevo que es arrendador de tercias en Chinchilla.

 Desde fines del XV, los Barrionuevo están entre las principales familias de Chinchilla, donde Juan actuará como representante del concejo en la corte, aunque será acusado de varias corruptelas y de malversación de los dineros públicos por la comunidad de hombres buenos pecheros

 http://palomatorrijos.blogspot.com/search?q=Barrionuevo

 

 



[1] La Estatua yacente del prior Juan de Velasco, natural de Tarancón y contemporáneo de los Reyes Católicos, se encontraba en el panteón, pero en la actualidad está en la iglesia conventual. Juan de Velasco fue prior de Uclés  de 1472 a 1492. Pedro de Velasco, comendador de Reina en 1440, logró colocar como prior de Uclés a su hijo Juan de Velasco en torno a 1472. Juan de Velasco fue prior de Uclés (1472-1492), habiendo sido antes soprior de Montalbán (14641472). Su hermano Pedro de Velasco fue alcaide de Belinchón, nombrado por Rodrigo Manrique, para pasar después a comendador de la Zarza, donde se mantuvo su hijo del mismo nombre entre 1494 y 1513. Se documenta, además, a Alonso Martínez de Velasco como cura de Villamayor en 1494, aunque desconocemos su parentesco con los anteriores Poder y parentesco en la nobleza santiaguista del siglo XV. Miguel Rodríguez Llopis, 1996. Don Juan de Velasco debió nacer hacia 1420 y murió en 1494, se le ha venido considerando como natural de Tarancón pero bien pudiera ser natural de Santa Cruz de la Zarza. Ayuntamiento de Santa Cruz de la Zarza. Fundación de la iglesia de Santiago.

[2] Señor de la Puebla del Maestre. Córdoba u Ocaña, c. 1423 – Llerena (Badajoz), 1.VII.1493. Último maestre de la orden de Santiago. No cabe duda de que el papel del maestre y de su orden constituyó una contribución decisiva a la victoria final de 1492; por ello, Fernando el Católico le concede la villa de la Puebla del Maestre y otras. Fue el último gran servicio que el maestre prestó a los reyes. Murió en Llerena en julio de 1493 a la edad aproximada de setenta años. Inmediatamente después, la corona asumió la administración del maestrazgo, como de hecho ya había ocurrido con el de Calatrava y enseguida tendría también lugar con el de Alcántara. Alonso de Cárdenas, de su matrimonio con Leonor de Luna, dejó una sola hija, Juana de Cárdenas, que contrajo matrimonio con Pedro de Portocarrero, señor de la villa de Moguer y de Villanueva del Fresno. Fue su única hija legítima. Tuvo, además, otros dos hijos naturales: Pedro de Cárdenas, comendador de Hornachos, y Leonor de Cárdenas. Rodrigo Martínez de Luna Albornoz. Gran Castellán de Amposta en Aragón y prior de San Juan en Castilla y León tuvo con María de Tordesillas: 1º a Juan Martínez de Luna, Prior de San Juan. 2º a Rodrigo Martínez de Luna,  Arzobispo de Santiago. 3ª a Doña Juana que en 1442 renunció en favor de su tío paterno Don Álvaro de Luna, padre del Condestable, todos sus derechos para después de su muerte. 4ª Leonor Martínez de Luna casó con Don Alonso de Cárdenas, último maestre de Santiago.

Juan Martínez de Luna III (p. m. s. XIV-1383), I señor de Cornago, de Illueca, Alfaro, Jubera, Almonacid, Cañete y Pola. Era hijo de Juan Martínez de Luna II y María Pérez de Gotor. Tenía tres hermanas, entre ellas Contesina y Eva, y un hermano, Pedro de Luna, que luego se convertiría en el antipapa Benedicto XIII de Aviñón. Participó en la expedición contra Cerdeña y la guerra contra la república de Génova, pero también mantuvo importante vínculos en el reino de Castilla. En 1367 estuvo en la batalla de Nájera junto a Enrique de Trastámara, pretendiente al trono castellano, pero cayó prisionero en manos de las tropas de Pedro I y fue trasladado a Sevilla junto con otros nobles. Tras la victoria del trastámara, que subió al poder como Enrique II, recibió las villas de Alfaro, Cornago, Jubera y Cañete. Al poco tiempo, además, lo hizo su mayordomo. Murió en 1383, al igual que su esposa, y los restos de ambos fueron sepultados en la capilla de san Pedro Mártir de Calatayud. Contrajo matrimonio en dos ocasiones. Con Teresa Ximenes de Urrea, hija de Juan Fernández de Urrea, señor de Biota, y de Sibilia de Anglesola. Falleció en 1355. Tuvo por hijos a Juan —alférez del infante Fernando—, Jimena y María, los cuales heredarían la mayor parte del patrimonio familiar.

Con Teresa de Albornoz, sobrina de Gil Carrillo de Albornoz, cardenal y legado en los Estados Pontificios. Tuvo por hijos a Pedro —arzobispo de Toledo—, Rodrigo Castellán de Amposta y Álvaro, señor de Juvera y padre del futuro condestable Álvaro de Luna. Un documento de 1389 y situado en el Archivo de la Audiencia de Zaragoza, habla de otros tres hijos: Martín, Teresa y Violante. Para Francisco de Moxó, además, habría que sumar a la lista a Aldonza. Este historiador también cree que el matrimonio con Teresa de Albornoz tuvo lugar en torno a 1367, siguiendo las estimaciones de fray Justo Pérez de Urbel, quien lo había situado en un rango que iba desde 1359 hasta dicha fecha.

[3] Doña Luisa Zapata, hermana del primer conde de Barajas, que casó con D. Fernando de Ribera Cuello, Señor de Villarejo de la Peñuela, de quien tuvo á D. Pedro Cuello de Ribera que sucedió en la casa y estado de Villarejo, primer Conde de la Ventosa por merced del Católico Rey D. Felipe III, y á D. Juan Zapata de Ribera. Esta es la ascendencia de Doña Luisa Zapata. Juan Zapata Osorio, quinto Señor de las villas de Barajas y el Alameda, hijo primogénito y sucesor de Joan Zapata y de doña Leonor Osorio Cuello-natural de Jaén-, su mujer casó con doña Maria de Cisneros, su prima hermana, hija de don Juan Giménez de Cisneros y de doña Leonor Zapata, su mujer, y de su matrimonio tuvo ocho hijos, que son los siguientes: D. Francisco Zapata de Cisneros, que sucedió en la casa y fue primer conde de Barajas; D. Gabriel Zapata, D. Juan, D. Pedro, D. Benito, D. José; doña Leonor Zapata, que casó en la ciudad de Avila con Pedro Álvarez Serrano, de quien tuvo á D. Alvaro Serrano y á D. Juan Serrano Zapata, y á D. Vicente Zapata; y doña Luisa Zapata, que casó con D. Fernando de Ribera Cuello , Señor de Villarejo de la Peñuela, de quien tuvo á D. Pedro Cuello de Ribera, que sucedió en la casa y estado de Villarejo, primer Conde de la Ventosa por merced del Católico Rey D. Felipe III, y á D. Juan Zapata de Ribera. Diccionario histórico, genealógico y heráldico de las familias ilustres de la monarquía española. Luis Vilar y Pascual. 1859-1866. Luis Vilar y Pascual fue cronista y rey de armas de la reina Isabel II.

[4] La campana restaurada más antigua y valiosa de la iglesia parroquial de la Purísima Concepción de Valdeganga se llama Santa Teresa y data del año 1640, es de bronce y fue donada por el primer Conde de la Ventosa.

[5] En lo alto de la población se puede ver lo que queda del castillo llamado Castel-Caído. Sólo quedan restos de sus cubos circulares en las esquinas y algo de sus muros. En la plaza permanece el Rollo o Picota de Justicia del XV ó XVI sobre una basa de gradas.

[6] Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios Españoles. Instituto Salazar y Castro, Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

[7] Los señores del Villarejo de la Peñuela y su palacio renacentista. Dimas Pérez Ramírez. Archivero diocesano de la catedral de Cuenca.

[8] Testamento de Perafán de Ribera, vecino de Huete, marido de Isabel de Sandoval, nombrando sus herederos legítimos a sus hijos Perafán, Hernando, Constanza e Isabel de Ribera. Archivo Histórico de la Nobleza, 1583. PRIEGO, C.2, D.40.

[9] En el año 1603, la venerable madre Isabel de San José funda el convento de Carmelitas Descalzas de Cuenca. A este convento se traslada el de Carmelitas de Huete fundado en 1588 tambien por la madre Isabel de San José. Isabel de San José nace en Moncalvillo el siete de marzo de 1562 y es hermana del venerable padre fray Alonso de Jesús María, carmelita descalzo en 1586 y tres años menor, fallecido en 1638. Isabel de San José es la primogénita de Alonso de Ribera Coello y Sandoval, tío paterno del primer conde de La Ventosa, y de su mujer Juana Hinestrosa y Guzmán, señores de Moncalvillo, y de las casas de La Ventosa y Lerma. Era sobrina de siete monjas que habían profesado en el convento de clarisas de Huete, llamado de la Misericordia, también fundación de los Sandoval. Isabel de Sandoval, luego Isabel de San José como heredera de sus padres estaba acordado su matrimonio con su primo hermano Juan de Sandoval, hermano del primer conde de La Ventosa, hermanos lo dos de la que será madre María de Cristo. Isabel  no aceptó por tener determinado hacerse religiosa. En 1588, conseguidas las licencias, se fundan las Carmelitas Descalzas de Huete en unas casas que pertenecían a la familia de la fundadora situadas cerca de la ermita de San Gil. La madre de la fundadora, Juana Hinestrosa y Guzmán, ya viuda y de edad avanzada, estaba en Moncalvillo al cuidado de María de Sandoval, prima hermana de Isabel, luego monja con ella con el nombre de María de Cristo. En el año 1603, ingresa en el Carmelo de Cuenca la madre de Isabel de San José. El convento de Carmelitas Descalzas de Cuenca estaba junto a la iglesia de San Pedro de Cuenca, ahora  Ronda Julián Romea. Fue  Adquirido por la Diputación y restaurado por completo. Ahora es sede del Museo de Arte Contemporáneo Antonio Pérez y de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El convento del Carmelo Descalzo de Cuenca se encuentra ahora en la carretera de Cuenca a Nohales. En el Carmelo de Cuenca entraron dos hermanas del segundo conde de La Ventosa y de su hermano el tercer titular, María y Ana, y otras dos del señor de Villares del Saz, sus parientas. María toma el nombre de María del Espíritu Santo. Murió de edad temprana, abreviando en pocos años muy crecidos ejemplos; dejó mucho en el siglo y tan de veras que no conoció al mundo sino para despreciarlo, pues fue religiosa la más humilde y olvidada de sí misma. Ana, que con el nombre de Agustina también entró en el Carmelo de Cuenca, y enfermando gravemente en el noviciado quiso su hermano el conde sacarla para que en su palacio se curase mejor, porque la amaba mucho, pero a los pocos días murió. Isabel de San José Murió el veintiséis de enero de 1648, a los ochenta y cinco años y sesenta de carmelita. Isabel de Ribera Sandoval e Hinestrosa, natural de Moncalvillo, que en 1588 fundó el convento de Carmelitas Descalzas de Huete y después lo trasladó a Cuenca, donde murió con fama de santidad. Reforma de los descalzos de nuestra señora del Carmen. Fray Manuel de San Jerónimo, 1710.

martes, 20 de octubre de 2020

Cervantes y el Contador Alonso Álvarez de Toledo

 

Juan Alfonso de Cervantes, comendador de Malangón en la orden de Calatrava,

 

Y a este sucedió Alonso Gomez Tequetiques de Cervantes, que casó con Doña Berenguela Osorio, rama de la casa de los marqueses de Astorga.

 

De este matrimonio nació Diego Gomez de Cervantes, que fue el primero que asentó su casa en Andalucía, y casó con Doña María Garcia de Cabrera y Sotomayor. Ambos consortes reedificaron la capilla mayor de Santa María en la villa de Lora, donde yacen sepultados, y donde se conserva actualmente su generosa sucesión.

 

Entre los hijos que tuvieron fue uno Fr. D. Rui Gomez de Cervantes, gran prior de la orden de San Juan que dejó una larga posteridad,

 

Pero quien continuó la casa directamente fue Gonzalo Gomez de Cervantes, que casó con Doña Beatriz López de Bocanegra, hija del almirante de Castilla Micer Ambrosio de Bocanegra, señor de Palma[1]. Fundaron estos la capilla de Jesús en la parroquia de Todos los Santos de Sevilla año de 1416 y en ella el sepulcro en que descansan. Tuvieron, entre otros hijos, al cardenal D. Juan de Cervantes, que luego arzobispo de Sevilla, donde murió a 15 de noviembre de 1453; a Fr. D. Diego Gomez de Cervantes, gran prior de la orden de San Juan,

 

Continua la Casa, Rodrigo de Cervantes el sordo, que casó con Doña María Gutiérrez Tello, de ilustre alcurnia, y propagó la línea directa por medio de Juan de Cervantes su hijo, veinticuatro de Sevilla y guarda mayor del rey D. Juan II que casó con la conversa Doña Aldonza de Toledo, cuyos padres Alfonso Álvarez de Toledo, contador del rey Juan II de Castilla, y Doña Catalina Núñez de Toledo fundaron el monasterio de Santa Clara de Madrid. Parece que este Juan de Cervantes renunció la renta que tenia de por vida en sus hijos, según una carta que escribió al misino rey Don Juan en Sevilla a 12 de marzo de 1452.

 

Hijo mayor de este matrimonio fue Diego de Cervantes, comendador en la orden de Santiago, que casó con Doña Juana Avellaneda, hija de D. Juan Arias de Saavedra, llamado el Famoso, segundo señor de Castellar y del Viso, y de su muger Doña Juana de Avellaneda, rama ilustre de la casa de los condes de Castrillo. Por este enlace se descubre el origen de haber usado muchos de la familia de Cervantes del apellido Saavedra juntamente.

 

Entre los varios hijos de estos consortes se cuenta á Gonzalo Gomez de Cervantes, corregidor de Jerez de la Frontera, proveedor de armadas en 1501, que casó con Doña Francisca de las Casas y propagó la línea directa que luego pasó a Nueva-España;

 

y a Juan de Cervantes, que según nuestras conjeturas es el abuelo de Miguel de Cervantes, y corregidor de Osuna por nombramiento del conde de Ureña después del año 1531. Siendo esto así, por las razones que manifestaremos,

 

Se sigue a Juan de Cervantes su hijo Rodrigo de Cervantes, que casó con Doña Leonor de Cortinas: y ellos tuvieron cuatro hijos, Rodrigo, Miguel, Doña Andrea y Doña Luisa.

 

Este Juan de Cervantes, el corregidor de Osuna, padre de Rodrigo de Cervantes, y abuelo del célebre escritor del Quijote[2].

 



[1] Libro de privilegios de la encomienda de Tocina, 1242-1692. José María Carmona Domínguez.

[2] Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra. Luis Astrana Marín. Siete volúmenes. 1948-1958

El Temple

 Los orígenes de los templarios se remontan al año 1119

En este momento los señores, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer, que capitaneaban a un grupo de caballeros francos acuartelados en Jerusalén, decidieron poner en marcha una fraternidad. Cuyo objetivo sería vigilar y proteger las rutas de peregrinaje desde la costa mediterránea a Jerusalén, abarcando su área de acción y protección desde allí hasta las tierras de Jericó. Así, tras recibir la autorización del patriarca de Jerusalén y de jurar los votos monásticos de pobreza, castidad y obediencia, los caballeros obtuvieron el reconocimiento oficial de la iglesia cristiana durante el concilio de Nablús, en enero del año 1120.

En un principio, los templarios llevaron el voto de pobreza a su máxima expresión, ya que sólo se nutrían de las limosnas que recibían de algunos señores nobiliarios, de peregrinos, de monasterios, etc. Con el tiempo y gracias al apoyo de monarcas como el rey Balduino II de Jerusalén, muchos príncipes y reyes europeos se decidieron a prestar su ayuda a la orden recién nacida. Progreso al que también ayudó la larga peregrinación en busca de apoyos y limosnas, llevaba a cabo por Hugo de Payns, durante los primeros tiempos de la orden, por diferentes regiones del viejo continente. Orden que día a día comenzaba a ser mejor vista tanto por el poder político como por el eclesiástico, pues había sido el patriarca de Jerusalén quien la había certificado canónicamente.

Así, durante el siglo XII la orden del Temple comenzó a prosperar sin pausa. Uniéndose a ella un buen número de hombres, especialmente en Europa. A los que se les prometió el perdón de Dios a sus pecados a través de una vida dedicada a la defensa de este en el campo de batalla. No hizo falta mucha insistencia para la captación de nuevos miembros en una Europa donde primaba la miseria. Siendo además la orden, cobijo para muchos segundones de la nobleza sin acceso a la herencia y para caballeros errantes del viejo continente. Fue el rey Balduino II quien les entregó, “la mezquita al-Aqsa en Jerusalén, que la leyenda popular identificaba con el templo de Salomón, para que se convirtiera en su cuartel general, y es de este edificio de donde tomaron su nombre” .

Con el paso de la décadas, la orden del Temple se hizo con un gran número de propiedades en diversas regiones de Occidente –desde Inglaterra, norte de Francia, Languedoc, hasta el norte de la Península Ibérica o Italia, entre otros–, así la orden puso en marcha una amplia red de fincas a nivel internacional, la cual rápidamente fue reorganizada en commanderies regionales. Finalmente, en enero de 1129, en el Concilio de Troyes se confirmó la fundación de la orden del Temple y se estableció su Regla. Tomando como modelo un panegírico de San Bernardo de Claraval, De laude novae militiae. Donde se anteponía el nuevo caballero de la fe –disciplinado, obediente, temeroso de Dios y sirviente de Cristo– al clásico caballero mundano –encarnador de la malicia, avaricioso, desorganizado, ávido de riquezas y glorias mundanas–. Sin embargo, estas afirmaciones se correspondían más bien con una idealización del caballero, la cual distaba rotundamente de la imagen real.

En otro orden de cosas, los miembros de estas órdenes contaron con una vestimenta y un equipamiento característicos, diferenciándose del caballero mundano por su austeridad absoluta, puesto que en sus vestiduras no había sitio para la ornamentación. Estos atuendos se caracterizaban por ser de un único color: hospitalarios con hábito y manto negro, y templarios con manto y hábitos blancos, símbolo de pureza. Ambos, además, en un principio lucieron un equipamiento militar similar: cota de malla que cubría al caballero desde la cabeza hasta las rodillas en la mayoría de los casos; casco en forma de cono, que cubría toda la cabeza a excepción de la cara, casco que con el tiempo fue evolucionando hasta cubrir también la cara; espada de doble filo; escudo en forma de cometa; una lanza larga para las cargas; y caballo de combate, generalmente un destrero.

Sólo necesitaban lo mínimo para combatir, valiéndose de su destreza y su fe en Dios más que de la fuerza de las armas. Algo que les llevó a ocupar en el combate las posiciones más arriesgadas, encabezando generalmente la vanguardia. Protegiendo y custodiando, además, la retaguardia durante las largas marchas por Tierra Santa. Siempre en competencia con la otra orden, ya que ambas se disputaban la salvaguarda de los puestos más delicados de la columna para mayor gloria de Dios y de la orden, algo que llevó a que ambas se turnaran en las posiciones y en el ejercicio de estas funciones defensivas. Todo ello, acarreó que estos monjes-guerreros fueran vistos por muchos monarcas como auténticos fanáticos religiosos, pero fanáticos útiles que todos querían contar entre las filas de sus contingentes militares, ya que eran temidos por el rival y su coraje ganaba batallas.

Además, el desorden del campo de batalla pocas veces les hacía mella, pues los miembros de las órdenes rara vez perdían su organización y rectitud, a pesar de contar entre sus filas con mercenarios y voluntarios reclutados por ellos mismos, y puestos bajo su bandera por un cierto período de tiempo.

Los freires eran dirigidos por los maestres, quienes se ponían al frente de cada uno de los escuadrones en los que se dividían los caballeros a la hora de entrar en combate. 

La cohesión de estos caballeros en la lucha, todos uniformados y bajo una misma bandera sacralizada, influyó en los ejércitos venideros y sus modelos futuros, sentando las bases para los ejércitos de época moderna. Tras los escuadrones citados anteriormente se situaban los escuderos, quienes se encargaban de correr tras el escuadrón y auxiliar a los caballeros tras la carga –especialmente en el caso del Temple. Esta forma de guerrear, a través de escuadrones a la carga, fue característica de ambas órdenes militares, al igual que jamás desfallecer en la lucha mientras la bandera de la orden permaneciese izada.

La prosperidad y el poder del que gozaron estas órdenes acabó inspirando a otros, llevando a su imitación y al nacimiento de nuevas órdenes en distintos reinos. Así, durante el siglo XII surgieron en Castilla varias órdenes militares nuevas para defender las fronteras peninsulares del empuje islámico, tenemos aquí: la de Calatrava (1164) y la de Alcántara (1176). También, León y Portugal siguieron los pasos de su reino vecino, surgiendo la orden de Santiago (1170) y la de Avis (1176) respectivamente.

Desde mediados del siglo XII y a lo largo del siglo XIII, tanto hospitalarios como templarios se convirtieron en poderosas corporaciones eclesiástico-militares, cuya fuerza e influencia a nivel global alcanzó una proporción formidable. Sus riquezas y sus éxitos en el campo de batalla, les aportaron un significativo poder político y militar, que se podía igualar al de muchos barones francos de Tierra Santa e incluso comparar, sobre todo en la Europa Central del siglo XIII, al de muchos de los principales señores.

Hospital y Temple se acabaron convirtiendo en organizaciones internacionales de gran prestigio y mando, contando a su cargo con una enorme cantidad de tierras, señoríos y riquezas. 

El Temple se consolidó en Francia como uno de los pilares principales de poder junto a la Iglesia y la Monarquía capetina, llegando incluso a custodiar y controlar el Tesoro francés. Ostentando una gran combinación de poderío religioso, económico, político y militar que no gustó a las grandes esferas de poder, las cuales comenzaron a alimentar oscuras, heréticas y satánicas leyendas sobre el Temple. Con el único objetivo de socavar su autoridad y tener una excusa válida que precipitara su final.

Caída en desgracia que tuvo lugar durante el siglo XIV, a causa del corrupto proceso judicial llevado a cabo por el rey Felipe IV de Francia contra la orden del Temple. Algo que según la leyenda le costó caro al monarca, ya que justo antes de morir abrasado en la hoguera, el último gran maestre de la orden, Jacques de Molay, maldijo al rey y a todo su linaje Capeto. Poniendo como consecuencia en marcha la famosa maldición de Felipe IV de Francia.

No obstante, aunque la orden del Temple fue destruida completamente tras el proceso judicial y el ajusticiamiento anterior, algunos testimonios modernos alimentan la leyenda de que la orden sobrevivió, manteniéndose latente y oculta durante siglos. Es más, durante el siglo XVIII se llegaron a citar los nombres de algunos de los maestres templarios que comandaron la orden en la clandestinidad.

Cuentan dichas leyendas y mitos, como muchos de los monjes-guerreros que consiguieron eludir la muerte, en los años siguientes a la eliminación del Temple, intentaron reagruparse en la clandestinidad y poner en marcha conspiraciones contra la Corona de Francia y contra el Papado. Destacando entre estos monjes conspiradores, Juan de Longwy, sobrino de Jacques de Molay.

También, algunos historiadores modernos han dado veracidad a ciertas crónicas que narran como numerosos grupos de estos templarios en la clandestinidad se dedicaron a guerrear en contiendas internacionales, como es el caso de la batalla de Bannockburn (Siglo XIV). Batalla enmarcado en la Guerra de Independencia que mantuvo Escocia frente al Reino de Inglaterra. Contienda de la que han aparecido ciertas narraciones que cuentan como algunos templarios se pusieron a las órdenes del rey escocés Roberto Bruce en Bannockburn, dejando a un lado sus insignias y vestimentas cruzadas, optando en esta ocasión por hábitos completamente negros para entrar en combate, junto al contingente escocés. Logrando estos caballeros con sus cargas acabar con los arqueros ingleses, siendo sus acciones de gran ayuda para encumbrar a la victoria al contendiente escocés frente al inglés en junio de 1314.

La orden del Hospital permaneció latente –aunque terminó ramificándose–, tras el fin del Temple, haciéndose cargo de parte de las posesiones extirpadas a dicha malograda orden. 

El Hospital continuó atento a las necesidades de los peregrinos y los enfermos, al mismo tiempo que siguió vigilante y combativo contra la proliferación del islam, ya que una nueva a amenaza islámica comenzaba a cernirse sobre la Cristiandad, el poderoso Imperio Otomano.