En el siglo X el conde de Castilla Fernán González y su hijo García Fernández convirtieron a Covarrubias en la capital del Infantazgo de Covarrubias y cabeza de uno de los más importantes señoríos monásticos. Por este motivo esta población es conocida como «La cuna de Castilla».
Presenta un entramado urbano bien conservado, unido a un patrimonio monumental amplio, en la que destaca el Torreón de Fernán González, la única fortaleza castellana anterior al siglo XI que se conserva.
Turísticamente, forma con las vecinas localidades de Lerma y Santo Domingo de Silos el llamado Triángulo del Arlanza.
Al conde le gustaba descansar en esta villa, en el palacio que tenía su madre Muniadona.
A García Fernández, su hijo, se debe el engrandecimiento de Covarrubias. Dos años después de la muerte de Fernán, compra la villa de Covarrubias a los monjes de Valeránica, y funda el Infantado de Covarrubias el 24 de noviembre de 978, con lo que la villa se convierte en capital de un extenso territorio independiente, con jurisdicción propia en lo eclesiástico como en lo civil y penal gozando a su vez de exenciones tributarias privilegiadas. En un principio, sería disfrutado por su hija Urraca, la única con poder pleno sobre todo lo ubicado en tal demarcación: anulando la autoridad del Conde Soberano de Castilla o del mismo rey.
Como los dominios del Infantado se dispersaban por un área muy amplia (gran parte de las provincias actuales de Burgos, Santander, Álava, Logroño y Palencia) sus habitantes podían circular por toda Castilla con entera libertad. En sus comienzos, el infantado de Covarrubias comprendería setenta villas e iglesias, veinte monasterios, infinidad de caseríos, quintas, montes, prados, pozos de sal, etc.
El infantado atravesó una grave crisis a la muerte de doña Sancha, infanta de Covarrubias, y del rey de Castilla Sancho III. La vacante quedó vacía y Alfonso VIII confió al Arzobispo de Toledo la célebre institución. Pero Fernando III el Santo —nieto de Alfonso VIII— consumó la restauración a instancias de su madre doña Berenguela. Este soberano reunió los miembros separados, devolvió su autonomía primitiva y no habiendo en Castilla infanta, instauró en su gobierno al infante Felipe de Castilla.
Pero la aparición de la princesa Cristina de Noruega, hija del rey Haakon IV de Noruega, acabó con la vida religiosa de Felipe. Kristina, se supone había venido para casarse con el rey Alfonso X el Sabio —que no tenía descendencia con su esposa doña Violante, y ardía en deseos de repudiarla y tener un heredero—, pero a su llegada, la reina doña Violante iba a ser madre. ¿Qué hacer con la infanta noruega y con el pacto con el rey Haakon? Rápida y astutamente la dieron a elegir entre los hermanos del rey Alfonso, eligiendo ella —guiada por el propio rey— al infante Felipe, con quien se casa el día 31 de marzo de 1258 en Valladolid. Pero la dulce princesa nórdica, muere de melancolía en Sevilla, tras cuatro años de matrimonio, encerrada en su palacio, añorando los fiordos noruegos, y su vida en Tönsberg. Fue enterrada en la colegiata de Covarrubias, en un sepulcro gótico de piedra labrada con una arquería de 10 vanos y un friso superior de roleos.
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Puente sobre el Arlanza
Casa que se dice fue la de doña Sancha, la mujer del conde Fernán González. Situada frente al Torreón de Fernán González.
Fernán González se casó en 932 o a principios de 933 con Sancha Sánchez, hija del rey de Sancho Garcés I de Pamplona y de su esposa la reina Toda Aznárez, y viuda en primeras nupcias de Ordoño II de León y en segundas del conde alavés Álvaro Herraméliz.
El torreón de Doña Urraca o torre de Fernán González tiene la denominación de Bien de Interés Cultural. Según la leyenda en la torre habría estado encerrada Doña Urraca, hija del conde Fernán González.
Urraca Fernández (m. 1007) fue una noble castellana que se convirtió en reina consorte de León en dos ocasiones (951-956) y (958-960) y reina consorte de Pamplona en (970-994). Era hija del conde Fernán González y de Sancha de Pamplona.
Después de su fallecimiento, el cadáver de la reina Urraca fue sepultado en la colegiata de Covarrubias. En unas piedras pintadas de rojo y azul, bajo las siglas D.O.M. y las armas reales, aparece la siguiente inscripción esculpida en letras latinas en el siglo XVII:
DEBAJO DE ESTE ALTAR MAYOR, EN LA SEPULTURA DE LA MANO SINIESTRA, IACE DOÑA URRACA, MUGER DE DON ORDOÑO EL TERCERO, REY DE LEÓN. HIJA DEL GRAN CONDE FERNÁN GONZÁLEZ. FUE EN LA ERA DE MIL Y TRES Y EN LA DE EN MEDIO IACE LA YNFANTA DOÑA URRACA, HIJA DEL CONDE GARCÍ FERNÁNDEZ, A LA CUAL SU PADRE DIÓ ESTA YGLESIA E YNFANTAZGO DE COBARRUBIAS ERA 1016. E SUCEDIO EN EL POR TIEMPO LA YNFANTA DOÑA SANCHA, HIJA DEL EMPERADOR DON ALONSO, QUE YACE A LA MANO DERECHA. LA QUAL CON EL ABAD Y CAVILDO QUE ENTONCES ERAN POBLARON ESTA VILLA CON LOS FUEROS QUE AORA TIENE. ERA 1186.
Sus restos reposan en un sepulcro de piedra, colocado en el presbiterio de la colegiata. El sepulcro aparece cubierto con una tapa a dos vertientes y con el escudo de Castilla y León en los frentes del sepulcro.
La torre de «La Emparedada». Torre defensiva del siglo X, considerada como obra mozárabe, que enlazaría con la muralla que rodeaba la población. El recinto amurallado que rodea la torre albergó el Palacio del Abad de Covarrubias, que hoy es una propiedad privada. Su forma es piramidal truncada y su planta rectangular. Sus medidas son: 10 x 14 m de lado el rectángulo de la base y 7,5 x 11 m en su parte superior. La sensación de solidez que nos transmite no es sólo apariencia ya que se sustenta sobre muros de hasta cuatro metros de grosor en su base.
Por sus pequeñas saeteras los arqueros hacían blanco sobre el enemigo, mientras que desde los matacanes se arrojaba agua o aceite hirviendo. Si recorremos toda su altura, nos encontramos con una cubierta de teja roja, que no corresponde a su estructura original de almenas.
Se accede a la torre por medio de una escalera móvil, a través de una puerta a media altura, que forma un arco de herradura de dovelas desiguales. De este modo, en caso de ataque la escalera se retiraba y la fortaleza era inexpugnable. La torre presenta cuatro plantas y a cada una de ellas se accede desde la planta superior. A la inferior, se entra desde la primera planta a través de una trampilla de madera. Por lo que quizá fuera utilizada como prisión o como almacén. Cuenta la leyenda que la infanta doña Urraca fue emparedada aquí por su propio padre Fernán González, como castigo por sus amoríos con un pastor.
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