lunes, 24 de marzo de 2008

Catedral de Cuenca.

Fotos tomadas en septiembre de 2006.




La catedral de París, primera foto, se empezo a construir en el año 1136 durante el reinado de Luis VII yerno de Alfonso VII, siendo este nieto de Alfonso VI, al casar con Constanza de Castilla que sólo vive veinte años de 1140 a 1160. Alfonso VIII, sobrino de Constanza, casa con Leonor Plantagenet también conocida como Leonor de Inglaterra o de Castilla; reina de Castilla de 1170 a 1214. Séptima hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania es hermana de Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra, reyes de Inglaterra. Su madre antes de ser esposa de Enrique II estuvo casada con Luis VII del que se separa en 1152 después de tener dos hijas. Es así que Alfonso VIII casa con la hija de un segundo matrimonio de la mujer que fue primera esposa del marido de su tía Constanza.
Leonor, a la edad de 9 años, en septiembre de 1170, contrajo matrimonio en Burgos con Alfonso VIII, quien fue coronado a los doce años. El matrimonio sirvió como pacto para proteger la frontera pirenaica por lo que Leonor aportó como dote de boda el condado de Gascuña que Alfonso nunca pudo anexionar a la corona de Castilla. Numerosos caballeros gascones vinieron a la península para ayudar a su señor en la lucha contra los almohades que amenazan las tierras reconquistadas; Huete y Cuenca se vieron en serio peligro. Las razones de índole genealogica expuestas pueden explicar entre otras las coincidencias estructurales que guardan las fachadas de Notre Dame y Cuenca. Las relaciones familiares entre las Cortes de París y Castilla permiten suponer que aquí llegan no sólo soldados sino también artistas y puede ser posible y es fácil aventurar que un conocedor de la catedral parisina trabajara en Cuenca con los resultados a los que invita la comparación de las fotografías de ambas catedrales más si tenemos en cuenta la construcción de la catedral de Cuenca a inicitiva de Leonor.
La Catedral de Cuenca está dedicada a Nuestra Señora de Gracía cuya imagen según la tradición llevaba Alfonso VIII al entrar en Cuenca. En 1183, a iniciativa de la reina Leonor de Plantagenet, sobre el solar de la mezquita se comenzó la construcción de la catedral, consagrada por el obispo Ximenez de Rada en 1208. Es un edificio muy complejo, en el que apreciamos restos de transición del románico al gótico de finales del s. XII, otros del XIII con influencias normandas, y actuaciones del s. XV que le imprimen un cambio sustancial en la fisonomía de la catedral. Se ignora quién fue el maestro que trazó la catedral, pero era un gran conocedor de la arquitectura francesa de las escuelas borgoñona y normanda. Es el ejemplo más temprano del gótico en España; su planta es de cruz latina con tres naves y una sola en el crucero. El hundimiento en 1902 de la torre de Giraldillo afectó a la fachada del templo y se construyó la actual neogótica.
En su interior destaca el trifolio, de la primitiva construcción del XII, bella galería que discurre a media altura en los muros de las naves laterales, tiene una barandilla de tracería calada y supone una original solución para contrarrestar el empuje de las bóvedas. Resaltar igualmente la Torre del Ángel, obra excepcional de la primera fase de construcción; el transparente, obra barroca de Ventura Rodríguez, que contiene el altar y sepulcro de San Julián, realizado en mármol, jaspe y bronce dorado. La sacristía y la sala capitular, de los siglos XV y XVI, con importantes portadas, puertas artesonados y decoración, son de gran suntuosidad. En la sacristía se puede admirar una gran cajonera del s. XVIII, una Dolorosa de Pedro de Mena realizada en 1660, el retablo de la Virgen de la Leche del Maestro de Cuenca; un retablo de la Asunción de Martín Gómez y un Ecce Homo del artista local del s. XVII Cristóbal García. A la sala capitular se accede por una portada de bella decoración con una magnífica puerta atribuida a Berruguete; construida en octógonos, triángulos y trapecios, con una pintura en el centro del s. XVIII que le dan personalidad; en sus paredes encontramos una buena colección de pintura. El coro, situado inicialmente en el largo cuerpo del cabecero, fue posteriormente trasladado en 1576 por Egas de Bruselas al centro del crucero y, más tarde, ya en 1573, se trasladó a su emplazamiento definitivo, construyéndose este último en estilo neoclásico según proyecto de Fray Vicente de Sevilla. Lo más notable es la soberbia reja con primorosa crestería en el centro.
Al claustro se accede por el singular Arco de jamete, magnífica pieza de talla formada por dos altas columnas que enmarcan un arco decorado con figuras de apóstoles, sobre el que se sitúa un friso con la fecha de terminación: 1546. Se construyó entre 1577 y 1583 con trazas de Vandelvira y ejecutado por Andrea Rodi; ha sufrido numerosas reformas (la última en el s. XVIII). Es de forma cuadrada y tiene dos alturas con fábrica de sillaría.
Las innumerables capillas, construidas a lo largo de los siglos, presentan numerosas obras de interés. La capilla mayor está presidida por un altar trazado por Ventura Rodríguez. La última transformación realizada ha sido la colocación del conjunto de vidrieras ejecutado por importantes artistas contemporáneos: G. Torner, A. Bonifacio, H. Dechanet y G. Rueda.
El Palacio Episcopal es un edificio de grandes proporciones adosado a la Catedral; se comenzó su edificación en el s. XIII y se continuó en el XVI, siendo la portada del XVIII. Conserva en el interior un magnífico patio en el claustro del que arranca, a la izquierda, la escalera que conduce a las estancias del obispo; otras escaleras a la derecha llegan al importantísimo Archivo Diocesano. Ocupando un ala del claustro se encuentra el Museo Diocesano.



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