lunes, 3 de octubre de 2011

Puerta Cerrada.



Los mozárabes se asientan en la colina de las Vistillas la misma que luego ocuparían los moriscos o mudéjares tras ka Reconquista afines del siglo XI. Es la colina de las Vistillas el primer asentamiento de población en Madrid. Los árabes ocupan la colina situada al otro lado del arroyo de San pedro donde levantan la atalaya.



La Plaza de Puerta Cerrada está formada por la intersección de las calles de la Cava Baja, del Nuncio, de Segovia, de San Justo, de la Pasa, de Gómez de Mora, de Cuchilleros y de Latoneros, que configuran, siguiendo la dirección de las agujas del reloj, sus lados meridional, occidental y septentrional. Al este se sitúa la calle de Tintoreros, que comunica con la Plaza de Segovia Nueva, a la que confluyen las calles de Toledo, de Concepción Jerónima y de la Colegiata.


La Plaza toma su nombre de una de las puertas de la desaparecida muralla cristiana de Madrid, que estuvo emplazada en este enclave durante la Edad Media y el Renacimiento. El citado acceso se llamó inicialmente Puerta de la Culebra, en alusión al relieve de dragón instalado en su frontal. Esta puerta fue clausurada ante los continuos delitos que tenían lugar en su interior, formado por varios recovecos que facilitaban el escondite de ladrones y asaltantes.


Desde entonces empezó a ser conocida como Puerta Cerrada, nombre que perduró una vez que la puerta medieval fue derribada. Su demolición se produjo en el año 1569, con ocasión de la entrada en la ciudad de Isabel de Valois, esposa de Felipe II.


Estaba flanqueda por la Torre del Vinagre, posiblemente destruida en 1647.


En el lugar que actualmente ocupa la plaza, se encontraba el punto de inicio del viaje del agua del Alto Abroñigal.


Construido a comienzos del siglo XVII ante el aumento de la población madrileña y la necesidad de agua que se produjo tras el establecimiento definitivo de la Corte en Madrid por Felipe III el año 1606.


Fue construido en 1614. Nacía en Canillas, a 4 metros de profundidad cerca del Arroyo del mismo nombre, el Arroyo del Abroñigal, hoy tapado por la M-30 en su tramo este. Con una longitud de unos 15 kilómetros, entraba en la villa por la llamada casa del Relator Ávila, tras la Huerta de los Recoletos Agustinos, entre el actual Paseo de Recoletos y la calle de Serrano, donde hoy se encuentran la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico, distribuyendo las aguas a la Villa
desde ese punto. En las obras recientes de la calle Serrano aparecieron restos del viaje y de la cerca de Felipe IV que se han dejado perder.


EL único pozo de bajada accesible está localizado en la calle de las Huertas esquina calle del León, en el Barrio de las Letras. Llegaba hasta la calle de Atocha.


Abastecía 9 fuentes públicas atendidas por 217 aguadores, y a 85 fuentes particulares.

La parroquia de San Pedro el Viejo, una de las más antiguas de Madrid ya que sus primeras referencias escritas datan del siglo XIII, fue erigida en sus inmediaciones y posteriormente trasladada a un nuevo edificio, sito en la calle del Nuncio, su actual ubicación unos metros al suoeste.


Aparece citada en el Fuero de 1202. En un principio, estuvo ubicada cerca de la fuente de Puerta Cerrada, trasladándose a su emplazamiento actual de la calle del Nuncio en tiempos de Alfonso XI, tras la toma de Algeciras a los musulmanes en 1345.

Conocida durante el Antiguo Régimen como San Pedro el Real, en el arreglo de 1891 perdió su rango parroquial en favor de la iglesia de la Paloma, convirtiéndose en anejo de la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo. A partir de ese momento, la Paloma adoptó el nombre de San Pedro el Real, con lo que esta centenaria iglesia empezó a ser conocida como San Pedro el Viejo, nombre con el que en la actualidad se la continúa conociendo.


Otro de los monumentos que estaban situados en la plaza era una fuente del siglo XVIII de la que sólo se conserva el grupo escultórico de Diana cazadora, que actualmente preside la Fuente de la Cruz Verde, en la plaza del mismo nombre.

La Plaza de Puerta Cerrada es, en realidad, un ensanche viario, configurado en el siglo XIX tras el derribo de varios edificios. Al igual que la vecina Plaza de Segovia Nueva, con la que conforma un espacio continuo, presenta un contorno irregular y desarticulado, acentuado por la confluencia de numerosas calles.


La plaza se encuentra presidida por una cruz de piedra realizada en 1738.


Los edificios del contorno fueron construidos en los siglos XIX y XX, con excepción del Palacio Arzobispal, del XVIII, que, en uno de sus ángulos, da la plaza a través de la calle de San Justo.


En los números 4 y 6 de la plaza, existen diferentes lienzos de la muralla cristiana de Madrid, integrados dentro de la estructura de varios inmuebles. Se trata de uno de los vestigios más importantes de esta construcción militar, pues conserva elementos arquitectónicos como el adarve y el pretil. También hay restos de un torreón. Ni el lienzo ni la torre son visibles al público.



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