domingo, 27 de enero de 2019

Despoblados de las villas que integran el actual municipio de Campos del Paraíso. Cuenca


Despoblados de las villas que integran el actual municipio de Campos del Paraíso[1]
           
Los cinco pueblos que integran este Municipio desde el año 1980 ya estuvieron unidos en el sexmo[2] llamado del Campo formando parte de la Tierra de Huete hasta la ruptura de esta comunidad de villa y tierra a lo largo del siglo XVI al adquirir estas aldeas la categoría jurídica de villa[3].
            
Huete está en las tierras limítrofes con la Alcarria de Guadalajara y Cuenca. La Ciudad de Huete es la puerta de entrada a esta comarca, que geográficamente es una penillanura con una altitud medía de unos 1.000 metros en la cuenca del río Cigüela; afluente del Tajo. Las tierras de La Alcarria formaron el llamado Infantazgo de Huete que tras pasar por distintos señores ajenos a la ciudad de Huete fueron propiedad desde la segund mitad del siglo XV de los Mendoza que serán por ellos duques del Infantado. El Infantado fue creado por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII dentro de la Tierra y Común de Huete.
            
Tenemos que imaginar el poblamiento de estas tierras con unas características muy distintas a las actuales. A diferencia del paisaje actual, los asentamientos humanos presentan hasta el siglo XIX una geografía de pequeñas poblaciones dependientes de la existencia de recursos de agua; fuentes, pozos, manantiales, ríos y arroyos de caudal y tamaño variable, o de la proximidad a vías de comunicación como fueron las antiguas calzadas romanas y luego los caminos de trashumancia de La Mesta. Estos asentamientos fueron perdiendo población al desaparecer la actividad económica a la que debieron su existencia a lo que se unió la crisis económica y demográfica que se vive en Castilla desde el siglo XVII. A ello añadir los trazados de nuevas vías de comunicación que propiciaron el aislamiento de muchos de ellos que pierden habitantes teniendo que ser ya considerados despoblados en el siglo XVIII. Los pocos habitantes que permanecen van pasando al pueblo del que dependen que por distintas razones se convierte en el aglutinante de la población de su zona de influencia.
            
Evidencias de este poblamiento disperso son los yacimientos cuya datación se remonta a la edad de los metales, que se mantienen como lugar de habitación por su localización en las inmediaciones de las calzadas romanas y en las de las veredas pastoriles- luego vías de trashumancia- que comunicaban las importantes ciudades romanas de las tierras conquenses con los puertos del mediterráneo y las ciudad del interior de la meseta. Estas ciudades estaban rodeadas de villas de recreo[4] y de explotaciones agrícolas y ganaderas que llevaban el espacio de la ciudad más allá del recinto propiamente urbano, y que son en algunos casos origen de lugares y aldeas al desaparecer a lo largo del siglo III las estructuras de romanización.
            
En el mapa de la provincia de Cuenca el municipio de Campos del Paraíso y los despoblados que se citan ocupan tierras localizadas en un triángulo prácticamente equilátero cuyo vértice norte es la ciudad romana de Ercávica-Cañaveruelas-, el sureste la de Valeria- Las Valeras actuales- y el suroeste la de Segobriga y los restos del asentamiento prerrománico de Fosos de Bayona junto a Villas Viejas. Los lados de este triangulo serian los itinerarios de las calzadas romanas que las comunicaban. Estos despoblados, fueron hasta el siglo XIX lugar de paso de las vías de trashumancia del ganado lanar de la Cañada Conquense incluida en la Gran Cañada Manchega. En este triangulo situamos el ya citado municipio de Campos del Paraíso, el de Huete y gran parte de las localidades que hasta el siglo XVI formaron parte de la comunidad de villa y tierra de esta Ciudad.

En el área señalada se encuentran importantes minas de Lapis Specularis, Espejuelo, en Huete, Torrejoncillo del Rey, Valparaíso de Abajo, Olmedilla del Campo y Carrascosa del Campo. El Lapis Specularis es un yeso selenítico que los romanos utilizaron para cubrir los vanos de las ventanas, a modo de cristal, entre otros usos relacionados con la arquitectura. Muy apreciado gracias a que era fácil de manipular y se podía cortar en finas capas, Plinio el viejo afirma que el Lapis Specularis de mayor calidad de todo el imperio era el que se extraía en la Hispania Citerior, "en el entorno de 100.000 pasos de la ciudad romana de Segóbriga", lo que equivaldría a algo menos de 150 kilómetros. Así se llama, 100.000 pasos entorno a Segóbriga, la iniciativa cultural que quiere poner en valor turístico las minas romanas de espejuelo de la provincia de Cuenca.



Desde el siglo XIV está documentada la existencia de distintos despoblados en las tierras del municipio de Campos del Paraíso[5]. Tenemos noticias de los de Amasatrigo, Castillejo[6], Centenaya, Cifuentes, Gascones, La Olmeda, Pulpón, San Pedro, Torrejón, Villaverde, Villalba del Campo, Villapando o Villalpando, Villava, Valdejudíos, y Venta de la Carrasca- citada ésta en las crónicas de los reyes Alfonso VII y Alfonso VIII como aldea de la Tierra de Huete, y posiblemente foco alrededor del cual se origina Carrascosa-. En el término de Loranca los parajes conocidos como Los Casares y El Villar en las inmediaciones de los Pozos de La Fuente y La Pila unidos por el llamado Vallejo de La Pila revelan restos de poblamiento que se trasladaría al actual emplazamiento. Denominados despoblados algunos mantuvieron trazas de poblamiento con mayor o menor número de vecinos hasta principios del siglo XX. Como sabemos, formaron parte del alfoz o comunidad de villa y tierra de la ciudad de Huete con jurisdicción que abarcaba hasta su reconquista las tierras luego del alfoz de Cuenca y sobre algunas situadas más allá del Tajo que serían luego territorio del Infantado primero señorío de la Corona, luego de los señores de Albornoz y por último de sus duques a finales del siglo XV[7]. Huete llegaría a tener jurisdicción sobre 78 poblaciones[8] que a lo largo del siglo XVI fueron adquiriendo la categoría de villas eximiéndose así de su tutela jurisdiccional y pasando a ser titulares de sus bienes comunales rigiéndose por su propio Concejo.





Situado el alfoz de Huete en tierras limítrofes con los territorios musulmanes fueron abundantes las atalayas o torres vigías, que popularmente se conocen como castillos. Los almohades, que entran en España en 1145, hicieron peligrosas incursiones por estas tierras en los años 1172 y 1197. Las torres o atalayas permitían, en primer lugar, vigilar, y después, comunicarse las aldeas entre sí e informar a Huete, como cabecera de Villa y Tierra, de los posibles movimientos del enemigo. Las Relaciones Topográficas de Felipe II, aportan bastante información, en este sentido, de la presencia de estas torres a lo largo y ancho del sexmo; así, en Carrascosa del Campo, en el siglo XVI, había restos de fortificaciones en Muela del Pulpón, Cerro del Castillo, Castillejo; incluso dentro de la misma villa donde uno de sus barrios se llamaba El Castillo. Por otro lado, los términos actuales de los municipios que formaban el sexmo del Campo, están salpicados de topónimos que hacen referencia a este tipo de edificaciones: “Torrecilla” en Palomares del Campo; “La Atalaya” y “Los Torrejones” en Villar del Águila; “Cuarto de Torrecillas” en Villas Viejas; “Castillejo” y “Monte de Torres” en Carrascosa del Campo; “Torrejón” en Torrejoncillo del Rey; incluso los nombres de los municipios: Horcajada de la Torre y Torrejoncillo, son un ejemplo, en este sentido.




[1] El municipio es titular de un escudo de estilo español, adopta la forma de cuadrilongo, ligeramente redondeado en el inferior y cortado a dos partes, a la sombra de la corona real. En la parte superior sobre un fondo de gules (rojo) constan la flor de lis a la izquierda, el castillo en el centro (oro) y el león rampante. En la parte inferior sobre un fondo de oro, los símbolos de la riqueza de esta comarca. El 23 de Noviembre de 1992 la Real Academia de la Historia y el Ministerio de Cultura aprobaron el diseño de este Escudo.
[2] El sexmo es un distrito rural de carácter administrativo y fiscal en contraposición al de collacion que se refería al distrito urbano. Resultado de vivir en seis partes el territorio a poblar. La organización de las aldeas de un alfoz en sexmos tenía como finalidad la administración colectiva de los bienes comunales y sobre todo permitía a la cabeza de la Comunidad de Villa y Tierra, en este caso a Huete, una mejor administración en materia de tributos y su recaudación Al frente de cada sexmo se nombraba un sexmero; una de sus principales funciones consistía en recaudar, pero también eran quienes se encargaban de defender a la Tierra contra los atropellos que podían recibir de la ciudad. Su nombramiento correspondía a “los hombres buenos pecheros de la Comunidad de Villa y Tierra” de las aldeas del sexmo y no a la cabeza. El Sexmo del Campo lo formaron  las aldeas de Carrascosa, Villas Viejas, Fuente el Pez,  Amasatrigo, Valdejudíos, Villar del Águila, Torrejoncillo, Horcajada de la Torre, Olmedilla, Loranca, Villaverde y Palomares Valparaíso de Arriba, Valparaíso de Abajo.
[3] En el territorio de la provincia de Cuenca existieron, además de las comunidades de villa y tierra de las ciudades de Huete y Cuenca, las que tuvieron como cabeza las villas de Uclés, Alarcón, Moya y Cuenca que se fueron formando a partir de la reconquista de estas plazas fuertes.
[4] En el término de Torrejoncillo se encuentra el yacimiento de Quintanares villa romana de los inicios del Imperio que subsiste hasta finalizar la época romana como núcleo agrícola. Sus restos ofrecen teselas de mosaicos, fragmentos de terra sigillata y de ánforas, así como trozos de espejuelo utilizados como cierres de ventanales. Yacimiento que forma parte del amplio conjunto de enclaves romanos descubiertos en el término como son la calzada y las minas de espejuelo con los poblados a ellas asociados; una riqueza arqueológica poco divulgada.
[5] Su población a 1 de enero de 2007 es de 920 habitantes, sufriendo una pérdida lenta y gradual de población habitantes desde el año 2000 cuando su número era 1107.
[6] Con este nombre también se cita un despoblado en el término de Saelices del que nos ocuparemos.
[7] Las tierras de Cuenca y Huete en el siglo XV. José María Sánchez. Benito. Universidad de Castilla La Mancha. Cuenca. Año 1994.
[8] Juan Julio Amor Calzas. Curiosidades históricas de la ciudad de Huete. Ediciones Gaceta Conquense. 1987. p 34. Es obra de obligada lectura para el conocimiento de la historia, arte, vecinos y Casas ilustres desde sus orígenes hasta el siglo XX, con algunas correcciones y las necesarias salvedades derivadas de estudios posteriores.

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