sábado, 18 de mayo de 2013

Portugal


Iglesia de Rendo en el camino de Sabugal a Vilar Formoso.



A pocos kilómetros de Sabugal está Alfaiates con una fortaleza de frontera que merece una visita.

En el siglo XVIII hubo un proyecto de convertir Alfaiates en una moderna plaza fuerte de trazado Vauban, al modo de la cercana Almeida, pero la idea no llegó a realizarse.

La población debió desarrollarse entre finales del s. XII y principios del XIII, con la repoblación leonesa. Fue Alfonso X el Sabio quien, encontrando la población destruida y deshabitada, la reconstruyó, otorgándole sus primeros fueros, y erigió la primera fortaleza. De este período datan la iglesia de la Misericordia y el pelourinho local.

En 1297, por el Tratado de Alcañices, Alfaiates pasó a integrar el territorio portugués, junto con las restantes poblaciones fortificadas de las ribera del Côa. El rey don Dinis con firmó entonces el fuero alfonsí, realizando también amplias reformas en la trama urbana, siguiendo la estructura de las bastides francesas del siglo XIII: trazado ortogonal de las calles y del caserío de la villa, adaptado a la topografía del terreno, cercado por un lienzo envolvente de murallas, derruidas en 1912, y vigilado por un castillo en el flanco más desprotegido de la población.
Alfaiates conoció un nuevo impulso demográfico y económico durante el reinado de don Manuel I, que otorgó al entonces concelho una nueva carta foral en 1513 y reformó y amplió la fortificación. Un proyecto ulterior de ampliación de las murallas a finales del siglo XVI quedó interrumpido a raíz de la crisis sucesoria de 1580 y la subsiguiente unión dinástica de Portugal con los reinos españoles.


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