El lugar de la Alberca, aldea de los Excelentísimos Señores Duques de Alba, en la Diócesis de Coria.
El más crecido de todos, aunque
no pasa de quinientos vecinos, es la Alberca, aldea en otro
tiempo de Granadilla dentro del límite de Extremadura.
El caserío responde al tipo general de la Sierra de Francia. En las construcciones tradicionales se siguela técnica arquitectónica medieval del entramado, de otras regiones montañosas no sólo españolas sino de europeas, entre ellas las francesas del siglo XIV y XV de Normandía, Bretaña, Anjou.
Dinteles de las casas de La Alberca
...el nombre de Valdelaguna debió ser muy anteriormente, pues
con el actual aparece ya en la concordia firmada en 1267 con
su cabeza, por la cual eran llamados dos de sus hombres bue-
nos á las juntas concejiles para el reparto de impuestos, y se le
otorgaban una dehesa y unos castañares. Este derecho mandó
guardarle en 1353 el infante don Juan bastardo de Alfonso XI,
cuyas mercedes le confirmó en 1355 el rey don Pedro y en 1375
Enrique II. Á la par de Ledesma fué transmitida la Alberca y
país adyacente por don Sancho conde de Alburquerque á su hija
Leonor esposa de Fernando I de Aragón, y por ésta á su tercer
hijo don Enrique; pero al distribuir Juan II los despojos del infante, cupo esta parte de ellos á la poderosa familia de Alba que la retuvo constantemente.
En el capítulo XL de su libro de Fundaciones cuenta Sta. Teresa con su gracia habitual las dificultades que halló para fundar en Salamanca por ser muy pobre el lugar y la miedosa noche del día de Ánimas que pasó en la desbaratada casa sita entre la Alberca y la ermita de Las Batuecas.
Convento de Santo Desierto de San José de la Batuecas. El Desierto de San José se fundó en 1599 por el Padre Tomás de Jesús, en aquel entonces Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos de Castilla.
El monasterio se construyó en lo profundo del valle de Batuecas.
En 1836 los religiosos fueron expulsados, y el monasterio fue vendido y destruido, tanto por la mano del hombre como por un inmenso incendio que lo dejó en ruinas. En 1937 fue recuperado y restaurado por Santa Maravillas de Jesús, Carmelita Descalza, quien lo cedió de nuevo a los Padres Carmelitas en 1950, restaurando así la vida de Desierto contemplativo.
Peña de Francia
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