La Muralla de Coria es un magnífico ejemplar de arquitectura militar romana.
El perímetro de la muralla se contruyó según los preceptos de los conquistadores latinos, perfectamente adaptado a los desniveles topográficos del entorno. El muro tiene una anchura que sobrepasa en ocasiones los 4 metros y su altura oscila entre los 10 y los 14 metros.
Protegida legalmente con la categoría de Bien de Interés Cultural.
En época musulmana, siglo VIII, convertida en Medina Cauria o Alkarika, destaca como foco importante de resistencia y rebeldía contra los emires y califas de Córdoba.
Durante la reconquista la zona pasará de manos cristianas a musulmanas sucesivamente, destacando durante este tiempo la toma de la ciudad, en 1142, por el rey Alfonso VII, que restabalecerá su obispado. A principios del siglo XIII, Alfonso IX de León le concede sus fueros.
En el siglo XV, Enrique IV, la hizo cabecera de condado, concediéndola a Don Gutiérrez de Cáceres y Solís quien, en unión de su hermano Don Gómez, la empeñó por cierta cantidad de dinero al Duque de Alba que, en 1470, se queda con ella con el título de marquesado.
Puerta del Sol o de San Pedro. Puerta original de la muralla romana, flaqueada por torres. Da paso a la plaza del Ayuntamiento.
Puerta del Rollo. Es el paso desde la plaza de la Picoata al conjunto histórico-artístico de Coria. Abierta en el siglo XIV.
Puerta de La Guía por la imagen de la Virgen de la Guia. Reformada en el siglo XVI.
Armas de los Alba, marqueses de Coria, en la Puerta de La Guía.
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