viernes, 18 de diciembre de 2009

La Hoya del Infantado. El Ducado de las Cinco Villas del Estado del Infantado. Guadalajara.

Micer Gómez de Albornoz, Señor de Albornoz, compra el territorio del Infantado por 30.000 ducados, aproximadamente un millón de maravedíes-30 florines de oro -.


Hacia mediados del siglo XIII, en 1252, Alfonso X “el Sabio” creó el señorío del Infantado, villas de Alcocer, Viana, Cifuentes, Palazuelos, Peñas de San Pedro (posteriormente San Pedro Palmiches), Salmerón, Valdeolivas, y Millana, Azañón, Valdeolivas y otros lugares y lo dona a su amante Mayor Guillén de Guzmán, hermana de Pedro de Guzmán; adelantado Mayor de Castilla, madre de su hija Beatriz


"Duque de las Cinco Villas del Estado del Infantado", Señorío del Infantado, villas de Alcocer, Viana, Cifuentes, Palazuelos, Peñas de San Pedro (posteriormente San Pedro Palmiches), Salmerón, Valdeolivas, y Millana, Azañón, Valdeolivas y otros lugares

En 1471, Enrique IV, para recompensar a Don Diego Hurtado de Mendoza, II marqués de Santillana y hermano del Gran Cardenal Mendoza, por los gastos que había hecho en la guarda y servicio de la reina y de la princesa Juana le concedió las tres villas del Infantado, Alcocer, Salmerón y Valdeolivas. Casa el que será I duque del Infantado con una prima segunda del Condestable y su hijo el que será II duque del Infantado con una hija del Condestable.

Era el Condestable el propietario de las tierras del Infantado como herencia de sus primas segundas las dos últimas señoras de Albornoz y del Infantado y de las que fue desposeído tras su ejecución regresando a la propiedad Real. No extraña pues que la recompensa Real a los Mendoza sea la tierra del Infantado. "Por cuyos servicios el año de 69 le dio y hizo merced este Príncipe al Marqués de las tres villas del Infantadgo co(n) sus anaxos, q(ue) son Alcozer, Salmerón, Valdeolivas, por los gastos q(ue) avía hecho con la Princesa doña Juana, que la tenía en su poder en Guadalaxara, o porque la jurasse por Princessa de Castilla (...)"

A don Diego Hurtado de Mendoza quisieron en 1475 los Reyes Católicos ennoblecer más y en Toro el 22 de julio de 1475, expidieron un privilegio por el cual, y en consideración de los grandes servicios que a don Diego Hurtado de Mendoza y su casa debía la real corona, le concedieron el título de “Duque de las vuestrasvillas de Alcocer, Salmerón e Valdeolivas, que se llaman del infantado”, diciendo del duque en el mismo privilegio que era el principal grande y caballero de estos reinos. "Por ende, é por hazer principio a las dichas mercedes, é mirando a vuestro buen esfuerço, y animosidad, é buen seso, é entendimiento, é autoridad, avemos acordado e deliberado de vos fazer e fazemos Duque de vuestras villas de Alcocer, Salmeron e Valdeolivas que se llaman del infantado, e queremos e nos plasce que de aqui adelante para toda vuestra vida seades llamado e intitulado e vos llamedes e intituledes Duques del Infantado e despues de vos aquel o aquellos que vuestra Casa e mayoradgo hereden para siempre. El I duque del Infantado y su hermano el gran Cardenal ayudarían en 1476 a ganar la decisiva batalla de Toro. El I duque del infantado muere en 1479, por lo que disfruta poco de su ducado. El II duque muere en el año 1500. Cuando es concedido el ducado del Infantado ya viven los que serán II y III titular, este último había nacido en 1461 y morirá en 1531.

Para indemnizar a la legítima dueña del Infantado, Juana de Luna Pimentel, nieta del condestable, hija de Juan de Luna y Pimentel, heredero del Condestable, y por lo tanto sobrina de la II Duquesa, le fue concedida por juro de heredad, entre otros beneficios, la villa de Requena No es mala indemnización cuando está casada Juana con el II marqués de Villena, Diego López Pacheco.

La historia de la Hoya del Infantado comienza con la reconquista en los últimos años del siglo XI. Llevada a cabo por el capitán Alvar Fañez, lugarteniente del Cid Campeador. El territorio quedó
bajo el control de los llamados Comunes de Villa y Tierra, primero de Zorita y posteriormente de Huete, donde se mantuvo, a efectos de jurisdicción y aprovechamientos comunales de pastos, durante bastantes años.
Alfonso VII, en 1154, donó estos lugares en señorío a los Obispos de
Sigüenza, pero al ser conquistada Cuenca en 1177 por Alfonso VIII, este rey
incluyó la zona del valle del Guadiela en la diócesis de Cuenca recién creada,
volviendo a quedar sus pueblos bajo señorío real.
En 1252 cuando el Infante don Manuel, hermano del Alfonso X “el Sabio”, hizo donación de las villas de Alcocer, Viana, Cifuentes, Palazuelos, Azañón, Valdeolivas y otros lugares a doña Mayor Guillén de Guzmán después de separarlos de la jurisdicción realenga de Atienza. Doña Mayor
Guillén, hermana de Pedro Guzmán —adelantado Mayor de Castilla— tuvo una hija con Alfonso X, Beatriz de Portugal, a quien dejó todas sus propiedades. Se crea así, un gran señorío en estas tierras de la Alcarria que comprende los lugares de Peñas de San Pedro, posteriormente San Pedro Palmiches; Salmerón; Valdeolivas; Alcocer y Millana junto a varias aldeas que conformaban concreta comarca en el valle del río Guadiela, siendo denominada desde entonces Hoya del Infantado. Alfonso X confirmó a estos lugares en el uso de su antiguo Fuero, común al de Huete.
A la muerte de Beatriz, reina de Portugal, heredó el señorío su hija doña Blanca, abadesa del monasterio de Las Huelgas, quien decidió en el 1312, venderlo al infante don Juan Manuel. No pudiendo éste cumplir con las condiciones de la compra, doña Blanca vende, junto con otro grupo de villas de la propiedad heredada, algunas de las que vendiera a don Juan Manuel al su primo el infante don Pedro, hijo de Sancho IV y de María de Molina. Esto despierta la ira de don Juan Manuel, que ya había pagado 250.000 maravedíes de adelanto. Esta ira se manaifiesta en las algaradas que promovió en Huete, Guadalajara e Hita; cosa no extaña en él.
El maestre de Calatrava actuó de juez en el conflicto y las villas del Infantado pasaron a la propiedad de don Juan Manuel, mientras que el resto, entre las que se incluían Viana y Cifuentes pasaron a propiedad de Don Pedro.
En 1367, figura en la compañía y corte del conde de Trastamara, futuro Enrique II, Alfonso de Aragón, conde de Denia y Ribagorza, hijo del infante Don Pedro de Aragón y nieto del rey Jaime II, a quien el Trastamara hiciera marqués de Villena, título confirmado en época próxima por las Cortes de Burgos, dándole las villas de Cifuentes, Salmerón, Alcocer, Valdeolivas Escalona y otras. De este pasaron a su hijo el infante Don Pedro, nuevo marqués de Villena que murió
prematuramente antes que su padre Alfonso, de forma que este mantuvo su jurisdicción sobre los estados de Villena. Aunque posteriormente Enrique III “el Doliente”, hijo de Juan I y nieto de Enrique II, revocó todos los títulos y honores que le habían concedido sus predecesores al no cumplir las labores de tutoría sobre el futuro rey Juan II que le fueron encomendadas. De forma que fueron vendidas a Micer Gómez de Albornoz casado con Constanza de Villena, nieta o sobrina del don Juan Mnauel, en la segunda mitad del siglo XIV.
“El rey Don Enrique, por galardonar é pagar aquellos que le ayudaron a cobrar
el Reyno, partió con ellos de esta manera (...)La tierra de Don Juan Manuel dió
al conde de Denia, é el Marquesado, é Alcocer, é Salmerón, é Valdeolivas: esto
le compró Micer Gómez de Albornoz del algo que ovo del Cardenal Don Gil,
que era su pariente"
.
En las Cortes celebradas en Toro en 1371, la reina Doña Juana, mujer de Don Enrique, e hija de don Juam Manuel confirmó y aprobó la compra hecha por el dicho Gómez de Albornoz al marqués de Villena por el precio de 30.000 ducados o francos de oro, 30 florines de oro, diciendo la reina que hacía la aprobación.
“Sepan cuantos esta carta vieren, como yo Doña Johana por la Gracia de Dios,
Reynaa de Castiella y de Leon, con licencia y otorgamiento y consentimiento
del Rey Don Enrique, mio Señor, por quanto so cierta que vos Micer Gomez,
fijo de Don Alvar García de Albornoz, Mayordomo Mayor del dicho Señor rey,
comprastes de Don Alfon Marqués de Villena, Conde de Ribagorça y de Denia
y de sus procuradores con su poder en su nombre, los lugares de Alcocer y
Salmerón y Valdoeolivas y sus términos, con la jurisdicción alta y baja y señorío
y mero y mismo Imperio por treinta florines de oro: lo qual hiciestes con licencia
y otorgamiento de dicho Señor Rey y con mi voluntad y consentimiento y
placentería, por quanto los dichos florines fueron para la redención del dicho
Marqués, de lo qual el dicho Rey, mio Señor, y yo tenemos grant carga, por
quanto fue preso en servicio del dicho Señor Rey, y mío, y en defendimiento
del Regno. Por ende, yo así como Reina y Señora é así como heredera de los
bienes de don Johan, mío padre, que Dios perdone, cuyos fueron los dichos
logares que vos comprastes, de mi cierta saabiduría y de mi propia voluntad
confieso en la dicha compra que vos feciestes de los dichos logares de Alcocer,
Salmerón y Valdeolivas y sus términos. E si algún derecho yo avía y me
pertenescía en ellos en cualquier manera, y por cualquier razón, renuncio por
pleyto y posstura que vos fago, y passolo en vos, para que ayades los dichos
bienes y la dicha compra de dellos ficiestes firme y estable y sana para siempre
jamás para vos y para aquellos que de vos vinieren o quien vos quisiéredes. E
renuncio el beneficio de la ley de Valeyamos que es fecha a favor de las
mugeres, seyendo cierta y certificada del beneficio de dicha ley. E prometo por
mí e por mis herederos y para agora e para siempre jamás de no ir ni venir
contra la dicha compra que vos feciestes de los dichos logares, ni contra parte
dello, por mi ni por otre en algunt tiempo, ni por alguna manera. E juro a Dios y
a Sancta María tener e guardar e complir todo lo sobredicho y de no ir ni venir
contra ello, ni contra parte dello, por mí, ni por otra, según dicho es. E porque
esto sea firme y estable divos esta mi carta. Septiembre, Era de 1409 años. Yo
LA REINA, Gonçalo Gómez. Regina Castellae elegionis sigillum donna Ioana
dii gratia."
A este le siguió en el señorío su hijo Juan de Albornoz y luego la hija de este, María de Albornoz, casada con el misterioso personaje Don Enrique de Villena “el Nigromantico”, nieto materno de Enrique II, conde de Cangas y Tineo, dueño y señor en sus castillos de Torralba y Cifuentes.
El matrimonio de Doña María con el de Villena fue muy desdichado:
“Puesto que por causas ocultas se metió ella en un convento, aunque después
salió de él para unirse otra vez con su marido, bien que nunca reinase entre
ellos ningún asomo de cordialidad ni de sosiego, por que el atendía más al
estudio de las artes astrológicas que a los dulces placeres del hogar
doméstico. “
Doña María de Albornoz no tuvo descendencia , heredando su hermana Beatriz que casó con Diego Hurtado de Mendoza, I señor de Cañete. María de Albornoz por causas no bien conocidas
hizo donación a favor del condestable Álvaro de Luna, su primo segundo, y pariente más próximo de las villas de Albornoz, Beteta, Torralba, Alcocer, Salmerón, Valdeolivas y otras que tenía en el obispado de Cuenca. El rey no aprobó la cesión hasta el 4 de agosto de 1438.
Valdeolivas, Alcocer y Salmerón pertenecieron al condestable, puesto que, en el mismo mes de junio de 1453, no muchos días después de ser ajusticiado el valido, su hijo don Juan recibía del rey el título de conde de San Esteban de Gozmaz y muchas villas y lugares, entre ellas Alcocer, Salmerón y Valdeolivas, con las pertenencias, jurisdicciones y ventajas con que su padre las había gozado, concesión que en 2 de diciembre de 1455 confirmó Enrique IV generosamente. El mismo monarca concertó unas capitulaciones de avenencia con la condesa de Pimentel, viuda del condestable, sobre la inquietud que por el rey se había hecho en las haciendas de la misma señora, de su hija María y de su nieta Juana de Luna, conviniendo las contratantes en que de dichas pertenencias quedarían en poder del rey, hasta que Juana cumpliese doce años, varias villas y castillos, entre ellos Alcocer, Salmerón, Valdeolivas y otras. Se firmó el concierto en San Esteban a 4 de mayo de 1459.
No se cumplieron las capitulaciones, y así lo prueba el hecho de que en 1471 el rey Enrique IV, para recompensar a Diego Hurtado de Mendoza, segundo marqués de Santillana y hermano del Gran Cardenal Mendoza, por los gastos que había hecho en la guarda y servicio de la reina y de la princesa Juana la Beltraneja, que tenía en su poder en nombre del monarca, le concedió las tres villas del Infantado, bien que para indemnizar a su legítima dueña, la nieta del condestable, le diese por juro de heredad la villa de Requena y otros beneficios. Pero no debemos olvidar que los dos primeros duques del Infantado casan con dos mujeres de la familia Luna.
"Por cuyos servicios el año de 69 le dio y hizo merced este Príncipe al Marqués
de las tres villas del Infantadgo co(n) sus anaxos, q(ue) son Alcozer, Salmerón,
Valdeolivas, por los gastos q(ue) avía hecho con la Princesa doña Juana, que
la tenía en su poder en Guadalaxara, según escrive Gerónimo de Zurita en el
libro 18 de sus Anales, o porque la jurasse por Princessa de Castilla (...)"
A quién en 1475 los Reyes Católicos quisieron ennoblecer más la merced, y en Toro a 22 de julio de 1475, expidieron un privilegio por el cual, y en consideración de los grandes servicios que a Diego Hurtado de Mendoza y su casa debía la real corona, le concedieron el título de “Duque delas vuestras villas de Alcocer, Salmerón e Valdeolivas, que se llaman del infantado”.
"Por ende, é por hazer principio a las dichas mercedes, é mirando a vuestro
buen esfuerço, y animosidad, é buen seso, é entendimiento, é autoridad,
avemos acordado e deliberado de vos fazer e fazemos Duque de vuestras
villas de Alcocer, Salmeron e Valdeolivas que se llaman del infantado, e
queremos e nos plasce que de aqui adelante para toda vuestra vida seades
llamado e intitulado e vos llamedes e intituledes Duques del Infantado e
despues de vos aquel o aquellos que vuestra Casa e mayoradgo hereden para
siempre"
El primer duque del Infantado y su hermano el gran Cardenal ayudarían en 1476 a ganar la decisiva batalla de Toro.
El título completo es "Duque de las Cinco Villas del Estado del Infantado", destacando entre esas villas las de Alcocer, Salmerón y Valdeolivas. La divisa de los duques es "Dar
es señorío, recibir es servidumbre"
.

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