“Luego
que se juntaron los impresores, y mercaderes de libros de Madrid, tomaron la
laudable determinación de formar una compañía, por la cual se facilitase el
caudal necesario para hacer impresiones en el Reyno y privar a los extranjeros
en parte de las muchas ganancias que sacaban con las que nos introducían para
nuestros uso”.
En 1787 obtuvieron autorización real para montar un
taller propio en el que podían imprimir y así evitar la importación de Libros.
Estaba aquí el
Portillo de Fuencarral de la cerca de Felipe IV, llamado así aunque su verdadero nombre era Portillo
de Santo Domingo con el que se correspondía y que cerraba el arrabal de Santo Domingo junto al convento del mismo nombre, muy cerca de la Gran Vía en su confluencia con la Plaza del Callao. Ubicado en la calle de San Bernardo, prolongación de la calle de Santo Domingo una vez cruzada La Gran Vía, a la altura de la calle
de Santa Cruz de Marcenado. Construido por Juan de Mora en 1642 y derribado en
1867.
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