martes, 29 de septiembre de 2015

Monasterio de La Encarnación. Ávila. Las Edades del Hombre, 2015




Conmemoración de la visita de Juan Pablo II en 1982


Cruzando el río Adaja y camino del Humilladero de los Cuatro Postes. Estupendas vistas de la ciudad amurallada. 

Según la tradición fue aquí donde, siendo niños, Teresa de Jesús y su hermano Rodrigo fueron detenidos por su tío cuando proyectaban viajar a tierras de infieles para morir martirizados y donde la santa, quitándose las sandalias, pronunció la famosa frase "De Ávila, ni el polvo".

Cuando Teresa es "despachada" de la ciudad por sus divergencias a la hora de entender la expresión de la religiosidad, paró en su marcha de la ciudad allí mismo y, mirando hacia Ávila mientras se quitaba las sandalias y las sacudía, dijo: "De Ávila, ni el polvo"



El Monasterio de la Encarnación se funda en 1478 en el interior de la ciudad amurallada, siendo a principios del S.XVI cuando el convento carmelita se traslada a las afueras de la ciudad, construyéndose el monasterio sobre unos terrenos adquiridos al Cabildo y que, anteriormente, había sido el cementerio judío.

El 4 de abril de 1515, día en que la Santa fue bautizada, se inaugura, aún sin concluir, el monasterio, configurado con cuatro naves que cierran un patio central, con claustro de dos plantas. A finales del S.XVI, la celda que ocupó Teresa de Jesús se destina a oratorio, ideándose construir una capilla, la cual no quedará inaugurada hasta 1717. La configuración actual de la capilla de la Transverberación es a base de cuatro arcos torales y cúpula de media naranja.

En el XVIII se transformó el interior de la primitiva iglesia dentro de una estética barroca. La planta es de cruz latina, con una sola nave cubierta con bóveda de cañón y cúpula con pechinas y linterna. Altares y retablos pertenecen también al gusto barroco. En la fachada meridional del monasterio destaca la gran espadaña, obra de 1715.

Este Monasterio es uno de los lugares esenciales de la vida de Teresa de Ávila, donde permaneció casi ininterrumpidamente desde 1535 hasta 1574. Cuando Teresa de Cepeda, sin permiso paterno, ingresa en la Orden del Carmen, el monasterio era uno de los más poblados de la ciudad. Contaba con un número muy elevado de bienes, y al igual que en otros muchos, la vida de convento no era rigurosa, existiendo diferencias sociales muy acusadas entre las monjas. En La Encarnación recibe los consejos de Francisco de Borja, de Juan de la Cruz y de Pedro de Alcántara, y desde aquí se preparará la Reforma del Carmelo.

El Convento alberga un museo teresiano. Una de las obras más sobresalientes es un dibujo realizado por Juan de la Cruz que representa a Cristo en la Cruz.

Fue declarado Monumento Nacional en 1983.




Cerca de La Encarnación se encuentra la iglesia de san Andrés. Románica y uno de los templos más antiguos de la ciudad.

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