- Diego Pardo casa con Catalina Acevedo. Padres de Ares Pardo que casa con Guiomar Tavera, nieta de Juan Rodriguez Tavera y Marina de Deza.
- Padres de Diego Pardo de Deza, casa con María Saaveda, y padres también del cardenal Tavera. Por la hermana del Cardenal los Medinaceli serán los propietarios del Hospital Tavera de Toledo.
- Juan Pardo de Tavera.
- El cardenal Tavera nace en Toro, Zamora, el 16 de mayo de 1472. Muere el 1 de agosto de 1545 en Valladolid.
Hospital Tavera. Toledo
Formado en Leyes y Teología, sobrino del obispo Diego de Deza, fue Rector de la Universidad de Salamanca a principios del siglo XVI y Consejero de la Inquisición española.
En 1514 fue nombrado obispo de Ciudad Rodrigo. En esta época trabajó cerca de la Corte de Carlos V y obtuvo de su mano el obispado en la diócesis de Osma de la que fue obispo solamente en el año 1524.
Presidió el Consejo de Castilla y la Chancillería de Valladolid. Su dedicación a la Corona le permitió llegar como arzobispo a la diócesis de Santiago de Compostela, al tiempo que presidía las Cortes de Toledo y las de Valladolid en 1525.
Accedió al cardenalato en 1531 y tres años más tarde se le destinó a la archidiócesis primada de Toledo. Renunció al Consejo de Castilla para hacerse cargo del puesto de Inquisidor general en 1539.
Su mayor obra en Toledo fue el Hospital de San Juan Bautista, primer gran edificio del renacimiento clásico que se construye en Castilla, que fue concluido años después de su muerte.
Murió en Valladolid, donde celebraba las exequias de la princesa María Manuela de Portugal, primera mujer de Felipe II y su prima hermana, muerta al dar a luz al infante Carlos. Había pedido ser enterrado en el Hospital por él fundado, pero su capilla funeraria aún no estaba terminada, así que durante unas semanas su cuerpo reposó en la Catedral de Valladolid. A fines de agosto de 1552 sus restos fueron trasladados finalmente a Toledo y descansan en el magnífico mausoleo realizado por Alonso de Berruguete en mármol de Carrara.
A su muerte en 1546 dejó en herencia toda su fortuna a los pobres y enfermos del Hospital. Pedro Salazar de Mendoza, administrador del Hospital de Tavera, encargó a El Greco un retrato del fundador que seguramente realizó después de 1608 a partir de la máscara mortuoria del Cardenal y la efigie de su sepulcro, realizada por Berruguete en 1557. Salazar buscaba resaltar la grandeza de quienes habían contribuido a la grandeza de la iglesia toledana. Por este motivo fue probablemente este administrador quién encarga a Luis Tristán, a partir de 1613 cuando regresa de Italia, un nuevo retrato del cardenal fallecido hace más de medio siglo atrás.
Diego de Deza. (Toro, Provincia de Zamora, 1443 – Sevilla,
9 de junio de 1523) fue un fraile dominico que alcanzó los cargos de arzobispo,
inquisidor general de la Corona de Castilla y
Nació en Toro en 1443 en el seno de una noble familia de
ascendencia gallega, iniciando sus estudios en la Universidad de Salamanca. Tras
su finalización, fue nombrado prior del convento dominico de San Esteban, para,
a continuación, entre los años 1477 y 1486, simultanear sus labores priorales
con la enseñanza de Teología como profesor y catedrático de dicha universidad.
En 1486 fue nombrado tutor del príncipe Juan, hijo de los
Reyes Católicos, y se introdujo en la vida de la Corte, renunciando a su
cátedra. En 1487 fue nombrado obispo de Zamora y en 1494 de Salamanca. El
príncipe residió con él y en esta ciudad contrajo la enfermedad que le llevaría
a la muerte, en octubre de 1497. En 1498 fue nombrado obispo de Jaén, y entre
1500 y 1504 ocupó el obispado de Palencia, siendo nombrado posteriormente arzobispo
de Sevilla, cargo que ocupó desde 1504 hasta 1523, cuando falleció durante el
viaje de ida a su toma de posesión como Arzobispo de Toledo.
Como prelado, destacó por el interés en elevar el nivel
cultural del estamento eclesiástico y en fortalecer su disciplina, así como por
su actividad sinodal: convocó el Concilio de Salamanca de 1497 y el de Palencia
de 1500, cuyos capítulos reflejan sus preocupaciones reformistas. Sin embargo,
los cargos que poseía en la Corte, a los que en 1500 se añadieron los de
capellán mayor, confesor real y Gran Canciller de Castilla, le impidieron
residir en las sucesivas diócesis que regentó. En 1497, tras la publicación de
la bula Quanta in Dei Ecclesia y mediante la concesión del breve Alias ex
certis, el Papa le encomendó la reforma de la Orden de los dominicos; mediante
el breveAlias ex vobis (14 de noviembre de 1499), fue encargado junto con
Cisneros y Francisco Desprats de la reforma de las comunidades mendicantes.
Algunos historiadores le atribuyen un papel decisivo como
mediador de Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos. Defendió ante los Reyes
las ideas de Colón, de quien fue amigo, y lo acompañó a Salamanca para
enfrentarse al claustro de la Universidad. Probablemente, a través de Deza se
produjo el contacto de Colón con el cardenal Pedro González de Mendoza.
En 1498 recibió la bula de Alejandro VI que lo confirmaba
como Inquisidor General de Castilla y León y en 1499 la que hacía extensiva su
jurisdicción a los territorios de la Corona de Aragón. Pero compartió la
dignidad de inquisidor mayor con otros obispos nombrados en época de Torquemada
hasta 1504, en que asumió la presidencia única del Santo Oficio. En 1500 y 1504
amplió las disposiciones de 1484 que regulaban el funcionamiento de los
tribunales, contemplando nuevos casos que carecían de reglamentación y ordenó a
todos los oficiales de la Inquisición que hiciesen uso de la obra Directorium
Inquisitorum, de Nicolás Eimeric, editada en 1503. En 1504 ordenó confiscar los
escritos de Antonio de Nebrija por las declaraciones de éste en favor de la
intervención de los filólogos en la revisión de los textos de las Sagradas
Escrituras.
Como consecuencia de su interés por ampliar la jurisdicción
y poderes del Santo Oficio en todos los territorios dependientes de la
monarquía española, dispuso la instauración de la Inquisición en Sicilia en
1500 e intentó sin éxito establecer un tribunal en Nápoles en 1504. Se enfrentó
con fray Hernando de Talavera, quien se opuso a la introducción de los
inquisidores en el obispado de Ávila y posteriormente a la creación de un nuevo
distrito del tribunal en Granada, de cuya diócesis era regente. La actitud de
Talavera motivó el proceso que inició en su contra Diego Rodríguez de Lucero,
inquisidor de Córdoba, y las consiguientes protestas que contra este último
elevaron a Deza el marqués de Priego y el conde de Cabra. Deza, quien desde
1504 ocupaba la mitra de Sevilla, defendió la actuación de Lucero y le mantuvo
en su cargo, a la par que renunciaba a hacerse cargo del proceso de Talavera.
Su actitud ante el caso, que provocó desórdenes y revueltas en Córdoba, unida
al rigor que demostró en la persecución de los conversos, motivó la orden, en
1506, de Felipe el Hermoso de que se suspendiesen todos los procesos del Santo
Oficio que se hallasen en curso y subdelegase su cargo en el obispo de Catania,
Diego Ramírez de Guzmán.
Tras la muerte del monarca ese mismo año, Deza intentó
infructuosamente recuperar la dignidad de inquisidor general, ya que en 1507
Fernando el Católico nombró para el cargo al cardenal Cisneros.
A partir de esa fecha, Deza se dedicó a la organización
interna de la diócesis sevillana. En 1512 convocó un concilio provincial en el
que ordenó colocar públicamente en todas las parroquias de su jurisdicción
tablas en las que estuviesen escritos los principales artículos de la fe para
que los sacerdotes las leyeran y explicaran a sus parroquianos y contribuir así
a la formación religiosa popular, iniciativa considerada como de los primeros
impulsos dados al programa de enseñanzas desarrollado durante el siglo XVI. En 1515
estableció en la diócesis el estatuto de limpieza de sangre, con lo que el
sevillano se erigió en el segundo cabildo español en impedir la promoción de
los descendientes de judíos o conversos. En 1517 fundó en Sevilla el colegio
universitario dominico de Santo Tomás, equiparado en rango a los de Valladolid
y Salamanca.
Fue nombrado arzobispo de Toledo, pero no llegó a tomar
posesión de la sede episcopal, pues murió antes, el 9 de junio de 1523. No
obstante, Adriano VI promulgó las bulas que lo confirmaban en su dignidad. Sus
restos mortales se encuentran en un sepulcro situado en la capilla de San Pedro
de la Catedral de Sevilla.
Destacó como impulsor de numerosas obras en las diócesis que
rigió, especialmente las reformas y ampliaciones en el convento de San Esteban
de Salamanca, en la catedral e iglesias de Zamora, en la dotación de arte
mueble de la catedral de Palencia, con el encargo del retablo mayor a Felipe
Bigarny, y sobre todo en la catedral de Sevilla, cuyas obras alcanzaron un gran
desarrollo entre 1511 y 1518.
Pedro de Salazar y Mendoza (Toledo 1549 - Toledo 1629),
clérigo secular e historiador.
Emparentado con la Casa de Mendoza como tataranieto del
Cardenal Mendoza, emprendió la carrera religiosa. Estudió en la Universidad de
Salamanca, fue administrador del Hospital de San Juan de Toledo y canónigo
penitenciario de la Catedral de Toledo desde 1614. En ambos cargos actuó como
mecenas de El Greco, del que fue amigo personal. Fue un prolífico y erudito
escritor de crónicas, de historia, de linajes y de dignidades seglares de Castilla.
Su fama de genealogista le trajo también acusaciones de alterar la
documentación para probar linajes según el gusto del cliente.
Obras
Crónica del gran cardenal de España Don Pedro Gonçalez de
Mendoça,.... María Ortiz de Sarauia, Toledo. 1625. Referida a su tararabuelo.
Crónica de los Ponce de León, editada en 1620 con grabados
de Alardo de Popma sobre dibujos de Antón Pizarro.
Monarquía de España. J.Ibarra, Madrid. 1770-71. 3 tomos.
El glorioso San Idefonso, arçobispo de Toledo, primado de
las Españas. Diego Rodríguez, Toledo. 1618.
Origen de las dignidades seglares de Castilla y Leon....
Diego Rodríguez de Valdiuielso, Toledo. 1618. Reeditada en 1998 por la
Universidad de Granada.
Crónica de la provincia de Castilla. Cisneros, Madrid. 1977.
Chronica de el Cardenal Juan Tavera. Pedro Rodríguez,
Toledo. 1603.
Memorial de el hecho de los Gitanos..... ¿Toledo?, ¿1618?
Carta de Don Pedro Salazar de Mendoza a Diego Sarmiento de
Acuña. 1612.
Vida y sucesos prosperos y adversos de don fr. Bartolome de
Carranza y Miranda, arzobispo de Toledo. J.Doblado, Madrid. 1788.
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