Los iberos o íberos fue como llamaron los antiguos escritores griegos a la gente del este y del sur de la península ibérica para distinguirlos de los pueblos del interior.
Fueron mencionados por Hecateo de Mileto, Heródoto,
Estrabón, Avieno y Diodoro Siculo citándolos con estos nombres.
Geográficamente, Estrabón y Apiano denominaron Iberia al
territorio de la península ibérica.
Aunque las fuentes clásicas no siempre coinciden en los límites geográficos precisos ni en la enumeración de pueblos concretos, parece que el idioma es el criterio fundamental que los identificaba como iberos desde el punto de vista de griegos y romanos, puesto que las inscripciones en idioma ibérico aparecen a grandes rasgos en el territorio que las fuentes clásicas asignan a los iberos: la zona costera que va desde el sur del Languedoc-Rosellón hasta Alicante, que penetra hacia el interior por el valle del Ebro, por el valle del Segura, gran parte de La Mancha meridional y oriental hasta el río Guadiana y por el valle alto del Guadalquivir.
Desde el punto de vista arqueológico actual, el concepto de cultura ibérica no es un patrón que se repite de forma uniforme en cada uno de los pueblos identificados como iberos, sino la suma de las culturas individuales que a menudo presentan rasgos similares, pero que se diferencian claramente de otros y que a veces comparten con pueblos no identificados como iberos
Los íberos fueron autóctonos de la península ibérica ya que la cultura ibérica nació y se desarrolló en dicho territorio en un proceso que comenzó en torno al siglo VI a. C. y finalizó con la romanización de los mismos.
Los pueblos ibéricos se encuentran en la primitiva población del Bronce Final que habitaban las tierras en las que se desarrolló su cultura: «los íberos no llegaron a nuestras tierras de parte alguna porque ya estaban aquí».
No se sabe detalladamente el origen de estos pueblos del Bronce Final aunque hay varias teorías
que intentan establecerlo:
Una hipótesis sugiere que llegaron a la península ibérica en el periodo Neolítico, y su llegada se data desde el quinto milenio antes de Cristo al tercer milenio antes de Cristo. La mayoría de los estudios que adoptan esta teoría se apoyan en evidencias arqueológicas, antropológicas y genéticas estimando que los iberos procedían de las regiones mediterráneas situadas más al este.
Otros estudios han sugerido que los iberos inicialmente se habrían asentado a lo largo de la costa
oriental de España y, posiblemente, más adelante se propagaron por parte de la
península ibérica llegando a expandirse también a otras regiones mediterráneas
como el sur de Francia y el norte de África.
Otra hipótesis alternativa afirma que formaban parte de los
habitantes originales de Europa occidental y los creadores/herederos de la gran
cultura megalítica que surge en toda esta zona, una teoría que los estudios
genéticos ha descartado, por cuanto el perfil genético de los linajes paternos
entre los iberos es solo estepario no hay trazas de ninguno de los linajes
paternos de tiempos del Neolítico o anteriores a la llegada de los
descendientes de las estepas que llegan a la península hacia el 2500 a. C. Los
iberos serían algo similares a las poblaciones indoeuropeas del primer milenio
antes de Cristo de Irlanda, Gran Bretaña y Francia, aunque estas presentan
otros linajes paternos paleoeuropeos que no vemos aún entre los iberos. El
perfil genético paterno de los iberos es casi el mismo que el de los vascos de
entonces, y algo diferente al de los celtíberos. Posteriormente, los celtas
cruzarían los Pirineos en dos grandes migraciones: en los siglos IX y siglo VII
a. C.
La hipótesis más verosímil que actualmente siguen los principales ibericistas es la de un origen en la Cultura de los Campos de Urnas (portadores también de linaje paterno estepario). Esta hipótesis considera que el parentesco entre las lenguas ibérica, vasca y aquitana debería traducirse en términos históricos y culturales en algún factor común que justificaría la expansión de esta familia lingüística en un amplio territorio en pocos siglos. Así pues, se postula que esta familia de lenguas procedería de una capa demográficamente invasiva que formaría parte de la cultura de Campos de Urnas, puesto que en la península ibérica el área de difusión de esta cultura coincide básicamente con el territorio de difusión de la lengua ibérica, además de la costumbre de cremar a los difuntos y guardar sus cenizas y restos de huesos quemados en urnas.
https://www.ateneovalencia.es/los-iberos-su-origen-y-sus-asentamientos-en-la-comunidad-valenciana/
Hay diversas opiniones en cuanto al origen de su nombre. Se dice que fue dado por el río Iberus, que correspondería al Tinto o al Odiel, y también por su homonimia con el río Ebro. Los griegos también llamaron iberos a un pueblo de la actual Georgia, conocido como iberia caucásica.
https://www.march.es/es/madrid/conferencia/iberia-antes-roma-pueblos-que-habitaron-peninsula-ii-iberos
https://canal.march.es/es/coleccion/iberos-797
https://www.devolucio.cat/xpoferens/04.html
https://www.vitoria-gasteiz.org.es/LA-PROBLEMATICA-DEL-ORIGEN-DE-LOS-IBEROS-SEGUN-LA-SECUENCIA-GENETICA-DE-LOS-RESTOS-HUMANOS.htm
https://vocesdebronceyhierro.es/archivos/3066
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