Las taifas-"bando" o "facción"- fueron pequeños reinos en los que se dividió el califato de Córdoba a partir de la Revolución Cordobesa que depuso al califa Hisham II en 1009; aunque el califato no desapareció en ese momento.
En los años siguientes, en la llamada Fitna de al-Ándalus, el califato rivalizó con los primeros reinos de taifas, hasta que fue desterrado el califa Hisham III (de la dinastía omeya), lo que puso fin al califato en 1031.
Posteriormente, tras el debilitamiento de los almorávides y los almohades, surgieron los llamados segundos (1144 y 1170) y terceros reinos de taifas (siglo XIII).
Banu Di-l-Nun de Toledo. JP Martín-Cleto, 1999
La Dinastía Banu Di-l-Nun fue una dinastía bereber que reinó
en la Taifa de Toledo.
Eran una familia bereber de la tribu hawwara llegados a la península en tiempos de la conquista islámica.
Se establecieron en la cora de Santabariyya o Shant Bariya
(Santaver) (provincia de Cuenca) y en el proceso de arabización de los siglos
VIII-X cambiaron su nombre bereber de Zennún arabizándolo en Di-l-Nun.
Durante la segunda mitad del siglo IX llegaron a controlar gran parte de lo que actualmente es la provincia de Cuenca desde su centro de poder de Santabariyya (cercana a la ciudad romana de Ercávica).
Entre el territorio que controlaban estaba Uclés, Huete, Cuenca, Huélamo, Valera, Alarcón e Iniesta.
Por la especial orografía de la zona, estuvieron en continua
revuelta contra el poder emiral omeya, conservando cierta independencia, y
enfrentándose de manera periódica con los toledanos. En ese tiempo fueron uno
de los linajes más destacados de la Marca Media, citados por las fuentes por
sus alzamientos frente al poder emiral y por sus alternativas sumisiones.
Con Almanzor, para reforzar su poder, buscó alianza con los
señores fronterizos tanto con el señor de Zaragoza y, en el caso que nos atañe,
con los Banu Di-l-Nun.
Volvieron a su autonomía con la decadencia del Califato
durante el primer decenio del siglo XI: entonces, posiblemente, Abd al-Rahman
ibn Di-l-Nun logró que el califa omeya Sulaimán al-Mustaín (1009-10 y 1013-16)
le otorgase el nombramiento como señor de Santaver, Huete, Uclés y Cuenca,
llevando el título de Násir al-Dawla. Este Abd al-Rahman confió en 1018 a su
hijo Ismaíl el gobierno de Uclés en su nombre y que luego, lo envió a Toledo a
requerimiento de los toledanos insatisfechos con sus gobernantes.
Esta dinastía le dio los tres régulos a la Taifa de Toledo.
Estos régulos fueron:
Ismaíl al-Záfir (1023-1043)
Al-Mamún de Toledo (1043-1075), Hijo del anterior, aunque
tuvo que disputar al principio de su reinado el trono a su hermano.
Al-Cádir (1075-1080), Nieto del anterior, que también fue régulo de la Taifa de Valencia.
En los dominios de los Banu Zennun
Michel Muñoz y Santiago David Domíngue-Solera
La actual provincia de Cuenca responde, más o menos, a los límites de la
antigua Cora de Santavería islámica, una de las
demarcaciones de la Marca
Media o al-Tagr al-Awsat, que responde a lo
que fueran los antiguos obispados
visigodos de Ercávica, Segóbriga y Valeria. Los Banu
Zennun, nombre beréber
arabizado como Dil Nun, constituyen el
linaje que no sólo se hará con el control de la cora, sino
que también fundará el Reino Taifa de Toledo tras la caída del Califato.
Su presencia en la zona es muy
antigua según algunos autores, pues
se remonta a los inicios de la conquista musulmana
(Almonacid Clavería, 1988
y Villar García, 2002).
Pertenecían a la tribu de los Hawwara.
Mutarrif fundaría la alcazaba de Wabda (Huete) en el 908,
estableciéndola momentáneamente como capital de distrito.
Los antiguos mapas catastrales sitúan Alcázar del Rey
como encrucijada de caminos que comunican las citadas Wabda y Madintal Uklis,
Informe preliminar sobre la excavación del molino de viento de Alcázar del Rey, Cuenca.
Miguel Ángel Muñoz García y Santiago David Domínguez Solera
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