viernes, 29 de noviembre de 2019

Quemada. Burgos

PARENTESCO Y PATRIMONIO EN LA BAJA Y MEDIA NOBLEZA CASTELLANA EN LA PLENA EDAD MEDIA (C. 1200-C. 1250). 

IGNACIO ÁLVAREZ BORGE.  Universidad de La Rioja.

LA FAMILIA DE VELA GARCÍA
Vela García era nieto de Ordoño Pérez.

Vela Garcia es padre de García Ordóñez  que tiene un hijo llamado también Vela García que casa con una Teresa.

García Ordóñez tiene dos hermanas llamadas Urraca y Sancha.

García Ordóñez y sus hermanas Urraca y Sancha Ordóñez, son conocidos por las relaciones que mantuvieron con los Monasterios de La Vid y Gumiel de Izán, Monasterio de San Pedro[1].

El  Vela, hijo de García Ordoñez, tiene una hermana llamada Urraca García, como su tía paterna.

García Ordóñez casó con Urraca Bermúdez y su hijo Vela García con Teresa y su hija Urraca García con Pedro Núñez de Guzmán.

La mayor parte del patrimonio  de García  Ordoñez se encontraba en la ribera del Duero y tuvo importantes relaciones con los principales monasterios de la zona, el de La Vid y el de Gumiel.  

García Ordóñez y sus hermanas Urraca Ordóñez y Sancha Ordóñez tuvieron heredades en Villanueva de Gumiel y en Moriel Díaz que dieron a Johannes y a sus hijos en 1196.

Posteriormente el rey Fernando III compró esas heredades a Johannes y las cedería al monasterio de La Vid en 1228, con el consentimiento de Urraca 

García, hija de Garcia y Urraca, que tenia ciertos derechos sobre ellas.

García Ordóñez tuvo también heredades en Hontoria de Valdearados[2]. Fue probablemente el señor de la villa de Quemada.

Quemada pasó después a manos de Urraca García, la hija de García Ordóñez, y de su esposo Pedro Núñez de Guzmán. .Urraca Garcia hija de Garcia Ordoñez, heredo Quemada en 1226, caso con Pedro Núñez de Guzmán  que muere en  1266. Era hijo de Nuño Pérez de Guzmán.

Urraca Bermúdez, la esposa de García Ordóñez,  tuvo heredades en Villanuño, Villateresa y Mañalecos, también en la zona del Esgueva; heredades que después, en 1246, estaban en manos de su hija Urraca García quien las vendió, junto a su marido, al monasterio de Gumiel

El hijo varón de García Ordóñez, Vela García, también tuvo intereses en la zona de la ribera del Duero y  en la zona de Muñó. En 1205 vendió heredades en San Román al monasterio de Arlanza. Vendió también algunas heredades en la zona de Muñó a García Fernández de Villamayor: en 1216 las heredades de Vilviestre de Muñó que tenía con su hermana Urraca y en 1222 las de Villaldemiro y Arenas, heredada de sus abuelos Ordoño Pérez y Urraca.  En la ribera del Duero  tuvo collazos y heredades en Villalobón, en la zona de Roa, y también en Gumiel y en Espinosa de Cervera.  Algunas de estas propiedades las  vendió al monasterio de San Pedro de Gumiel.  También tuvo heredades en Toledo y en Algurilla, cerca de Fuensalida en Toledo, que vendió a la orden de San Juan por 350 maravedís en 1209; vendió estas heredades junto a su hermana Urraca García, de manera que parece claro que se trata de bienes heredados de sus padres.

Conocemos el nombre de la mujer de Vela, Teresa, puesto que figura junto a él en algún documento, pero no tenemos otros datos sobre la familia de Teresa, ni sobre los hijos de ambos, si es que los tuvieron.

Pero sí están bien documentados su hermana Urraca García y el marido de ésta Pedro Núñez de Guzmán[3], hijo de Nuño Pérez  que se desenvolvía entre los círculos de la nobleza media y de la alta nobleza.  En Castilla su patrimonio se concentraba en las zonas entre el Esgueva y el Duero y algo más al sur en las zonas de Aza y Montejo, no lejos del propio lugar de Guzmán, cerca de Roa, del que tomaron su apellido.

Por herencia de su padre García Ordóñez, Urraca García tenía heredades en Torregalindo y en Fuentenebro, en la zona de Aza.  Su marido, Pedro Núñez también tenía bienes en Torregalindo procedentes de su propia herencia o adquiridos por él en algún otro momento.
En 1246, Pedro Núñez y Urraca García vendieron por 130 maravedís al monasterio de San Pedro de Gumiel las heredades que tenían en Villanuño, Villateresa y Mañalecos. Son heredades que habían pertenecido  a la madre de Urraca, Urraca Bermúdez.

Pedro Núñez y Urraca habían vendido al monasterio también la villa de Quemada de la que eran señores  y a cambio el monasterio les había entregado las heredades que tenía en las villas de Montejo, Milagros, Santa Cruz, Pardilla, Tamarón y Aranda,

El incumplimiento de alguna de las cláusulas de la venta ocasionó que Pedro Núñez demandara al monasterio heredades en Vadocondes y que se posesionara de las de Baños de Valdearados, dando lugar a un pleito con episodios violentos e incluso con muertes.

El pleito fue sometido a juicio del infante Alfonso, luego Alfonso X el Sabio. La sentencia dictada por el infante Alfonso obligaba a deshacer la venta anterior, renunciando

Pedro Núñez a las heredades de Vadocondes y conservando las de Baños por en sus días. Además obligaba al monasterio a revender la villa de Quemada a Pedro Núñez y a su mujer por 3.500 maravedís, aunque el monasterio pudiera conservar en ella algunos derechos que se concretaban en el derecho de recoger tres cargas de leña diarias y en pastos para 300 ovejas[4].

En 1246, Pedro Núñez reclamó tambien heredades en Vadocondes  al monasterio de Gumiel, aunque se le obliga a renunciar a ellas. Propiedades vendidas  por 100 maravedís en 1240.

En 1253, Pedro Núñez  intercambia con el monasterio de Gumiel sus heredades en Milagros y reciben a cambio las que el monasterio tenía en Santa Cruz y en Tamarón, Burgos.

Este matrimonio no sólo tuvo conflictos con el monasterio de Gumiel, sino también con otros próximos como el de La Vid. 

Pedro Núñez de Guzmán y su mujer Urraca García tuvieron también propiedades en Caleruega, igual que otros miembros de la familia Guzmán, donde su antepasado Domingo había levantado un hospital y donde después el rey fundaría en 1266 un monasterio de monjas de la Orden de Predicadores.
El rey querrá entregar la villa al monasterio y para ello tendrá que adquirir todas las heredades y divisas que en ella tenían sus diviseros.  Urraca García, ya viuda, entregó al rey sus bienes y derechos en la villa, mientras que su hijo, Juan Pérez de Guzmán, hará lo propio directamente con el monasterio. Aunque en 1248 Urraca ya había vendido al obispo de Osma otras heredades en Caleruega para la iglesia y hospital de Santo Domingo de esa villa.

En otras zonas del reino, se conocen propiedades de Pedro Núñez de Guzmán en Toledo y también consta que recibió un donadío menor en el Repartimiento de Sevilla.

Del hijo de Pedro Núñez y Urraca García, Juan Pérez de Guzmán, conocemos que tuvo heredades también en Boadilla del Camino y en Vega de Doña Olimpa, en la actual Palencia, y más al sur en las zonas del Esgueva y el Duero tuvo heredades también en Villajimeno; heredó de su padre la villa de Quemada y fue señor también de Cilleruelo de Abajo y de Gumiel del Mercado.

Juan Pérez de Guzmán  muerto en 1285, heredo la propiedad en 1266.

Juan fue señor de Roa y de Gumiel del Mercado, Pedro Núñez de Guzmán II, hijo de Juan, fue señor de Quemada entre 1285 y 1308. Aparece relacionado con el Monasterio de San Pedro de Gumiel en varios documentos. Pedro Núñez había defendido al Monasterio en guerras pasadas y tenía la encomienda de defenderlo de caballeros, vasallos y concejos que según el Monasterio entraban abusivamente en sus posesiones.

El rey Fernando IV (1295-1312) en 1308 toma para sí Quemada que pasa a ser solariego de Ruy Perez, señor de Sasamón y de su mujer Urraca Fernández, que vivían en Palencia. Ruy fue despensero mayor (superintendente económico) del rey. Ruy Perez, vendió el señorío de Quemada a la reina Maria de Molina, en 1319. Maria Alonso Portocarrero, mujer de Alvar Díaz de Haro, recibió por donación de la regenta Dª Maria de Molina (abuela de Alfonso XI), el señorío de Quemada, en 1319.

En 1353 el rey Pedro I (1350-1369) se opuso a los poderes establecidos por los nobles y la Iglesia, confiscando sus propiedades y donándolas a los señores de Castilla que habían sido fieles al reino. Quemada paso a ser solariego de los herederos de Juan Martínez Leiva, que había sido mayordomo de Juan Núñez de Lara. Isabel Sánchez de Leiva, hija de Juan Martínez Leiva, y Abadesa del Monasterio de Ntra. Sra. del Valle (Fuencaliente), obtuvo el solariego de Quemada, pasando por tanto a ser propiedad eclesiástica. En 1366, se hizo efectiva la venta de Quemada por la Iglesia al concejo de Aranda, previa autorización de la Abadesa de Las Huelgas, por un importe de ochenta mil maravedíes.



[1] El monasterio estaba situado en un valle pintoresco y fértil a unos 2 Km al este de la Villa de Gumiel de Izán. El terreno que lo circundaba, y el de la granja de Villaldemiro, formaba lo que se llamaba coto redondo. Este consistía en una vega, que atravesaba el río Gromejón y de varias colinas al oeste y al sur. Hay bastante terreno erial y monte arbolado de carrasco y roble en estado de abandono. Existían en el citado coto, dos molinos harineros. Dentro de lo que fueron sus lindes quedan algunos  restos romanos. Los daños sufridos en el edificio durante la invasión napoleónica de 1808 fueron incalculables. En 1822, el territorio que formaba el coto redondo fue vendido por el Estado a diversos vecinos de Aranda de Duero, que arrendaron las heredades y huertas a los vecinos de Gumiel de Izán. El edificio perteneció a los Bernardos hasta el 30 de diciembre de 1835, año en que fue suprimido con la exclaustración de sus cinco monjes; posteriormente fue vendido, como bienes nacionales, el 27 de julio de 1844 a don Jerónimo Zubizarreta por el precio de 192.100 reales. Hoy el monasterio ha desaparecido, y apenas se ven otros vestigios que algunos lienzos de la cerca o tapia que lo rodeaba. Fundado a finales del siglo XI.
[2] En 1222, el monasterio de La Vid les entregó a él y a su mujer, Urraca Bermúdez, en préstamo la casa que el monasterio tenía en Hontoria con las heredades a ella adscritas. A la muerte de García Ordóñez y su mujer la casa volvería a manos del monasterio con las mejoras realizadas. Pero García también se comprometía a entregar al monasterio todas sus viñas en Hontoria, le concedía comunidad de pastos con la villa de Quemada y derechos para el huerto y el molino del monasterio en el río de Quemada y también le entregaba sus collazos de Torregalindo para saldar una deuda de 780 maravedís con el monasterio.
El hecho de que den al monasterio pastos comunes con la villa de Quemada  nos lleva a pensar que García Ordóñez y Urraca Bermúdez fueron señores de Quemada. Ambos lugares, Hontoria de Valdearados y Quemada están próximos, al noreste de Aranda de Duero. La cesión en prestimonio de la casa de Hontoria, nos informa también de que García Ordóñez tuvo campesinos dependientes, collazos, en Torregalindo que se comprometió a entregar al monasterio de La Vid en 1222. Para 1226 ya había muerto García Ordoñez y esos collazos no estaban en manos del monasterio sino de su hija Urraca García y de su marido Pedro Núñez de Guzmán. Estos últimos dieron en 1226 al monasterio la heredad y los collazos que tuvo García Ordóñez en Torregalindo y en Fuentenebro, ambos lugares próximos en la zona de Aza.
[3] Mediante su matrimonio, Urraca enlazó con una familia más poderosa, los Guzmán, que forman un grupo familiar amplio, dividido ya en dos grandes ramas integradas por los descendientes de Nuño Pérez y de Guillén Pérez de Guzmán, ambos hermanos e hijos de Pedro Ruiz de Guzmán, mayordomo de Alfonso VIII.
[4] Se especifica también la forma de pago de esos 3.500 maravedís: 2.000 deberían ser entregados inmediatamente al monasterio por Pedro Núñez y Urraca García, y mientras no pagaran el resto, la villa la tendría en tenencia un monje del monasterio; ellos conservarían sus derechos sobre la villa, pero las rentas las recogería el monje y las entregaría al monasterio en limosna por el alma de don Pero Nunnez et de domna Urraca Garcia, hasta que no se pagara el precio total. Por otro lado, en la sentencia también se ordena a Pedro Núñez y su mujer que confirmen la avenencia hecha en un pleito anterior con el monasterio por razón de las heredades de Villanuño, Villateresa y Mañalecos, obligando al monasterio a entregarles cien cargas de pan anuales durante su vida.



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