En 1202, el obispo de Cuenca San Julián hizo donación de su heredad nombrada de Peantes, en Huete, a la Mesa Capitular de la Catedral de Cuenca.
En Huete hay Palacio del Obispo de Cuenca. Ya lo había en 1307 y fue quemado. En 1387 el obispo tenía una capilla dedicada a Santa Justa junto a donde estuvo el Palacio, inmediato a la muralla, junto al cerro del Castillo.
El palacio que vemos en la actualidad está construido en la parte baja de la población junto a la carretera a Carrascosa
El día 19 de julio la ciudad de Huete celebra el día de sus patronas históricas, Santas Justa y Rufina, intercesoras en la victoria de los cristianos ante los musulmanes en 1172, hito histórico en la reconquista de Huete.
En 1338, el obispado de Cuenca gasta 100 maravedies en hacer una casa en Peantes, cerca de Huete, con bodega y cocina
En el año de 1688 hizo reconocer la Santa Iglesia a todos los poseedores de las hipotecas de la heredad, que llaman de Peantes en el término y jurisdicción de la Ciudad de Huete, por haber sido agregada por San Julián a la comida y vestido de los Señores Canónigos.
Por intervención de San Julián se vieron libres de la peste Burgos, Málaga, Sevilla y Lorca en el siglo XVII.
En 1388, al casarse Catalina de Lancaster con su primo segundo Enrique III, Juan I de Castilla, padre de Enrique III, regala de por vida a la
madre de esta su prima hermana y duquesa doña Constanza de Castilla, hija de Pedro I el Cruel, la villa de Huete con todos sus
derechos. Huete pasa a su hija Catalina de Lancaster pues
en su testamento otorgado el 17 de agosto de 1415, se titula Señora de Huete; y á ella como tal
se debió la creación de la junta de Los Veinte, que allí había, compuesta de diez nobles y diez
hombres buenos.
Constanza de Castilla
Enrique IV dio también á su hermana
Doña Isabel la Católica la ciudad de Huete para sus alimentos: y últimamente poseyó este
Señorío con el título de Duque Lope Vázquez de Acuña por merced del mismo Enrique IV, en
1474; pero dos años después le echó de allí, por SS. AA. Don Fernando y Doña Isabel, el célebre
Juan de Robles y quedó incorporada Huete á la Corona, de donde no volvió á salir.
El rey don Alfonso dio por armas y blasón a Cuenca una estrella de plata
sobre un cáliz de oro, en campo rojo.
Se cree que la estrella fue en memoria de haberse puesto el cerco a Cuenca
el día de los Reyes, y el cáliz por la misma causa,
o por ser el distintivo de San Mateo, en cuyo día se ganó,
por cuyo motivo dicho Santo es patrono de la ciudad,
y el día de su festividad, en la procesión pública,
el regidor decano del Ayuntamiento de la ciudad lleva
la misma bandera del rey don Alfonso con que fue conquistada
y se guarda en la Santa Iglesia Catedral,
y sólo se saca este día, el del Corpus y su octava.
Concedió a Cuenca dicho rey el privilegio de tener voto
en las Cortes del Reino, otras muchas mercedes y fueros.
Estrechada
la Ciudad de Cuenca, y con pocas esperanzas de nuevo socorro, se rindió al Rey
Don Alfonso de Castilla el día 21 de Septiembre, que entró en ella
triunfante y desde luego premió algunos
de los que le habían servido siendo de
los primeros el Maestre de Calatrava don Martín Pérez de Siones y su Orden y
después el de Santiago en el día primero de Octubre. Dióle las Casas del Moro
Aben-Mazloca, que estaban en el mismo Alcázar de la Ciudad. Mas le dio lo de la
Albufera que era entre, la Ciudad, y donde ahora está el Hospital en Huecar,
poco antes de unirse con Xucar. Mas le dio cierta Plaza junto al Puente, y Rio
Xucar, después de unido con Huecar, que es donde ahora están el Hospital, y la
Casa de la Moneda. Más le dio otros, dos Solares cerca de otros ya dados a la
Orden de Calatrava, cuyo sitio se ignora. De forma que a nuestra Orden se le
dio allí luego lo mejor de Cuenca, en el Alcázar, y en lo que el Rey pudo
llamar Plaza.
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