La Huerta de la Priora, luego Jardín del Rey, del monasterio de Santo Domingo ocupaba parte de los terrenos que son ahora la plaza de Oriente y se extendia hasta ocupar igualmente parte de los terrenos inmediatos a la plaza de Isabel II como es el caso de la calle de Arrieta. Parte de esta Huerta ya convertida en Jardín del Rey con Felipe II fueron cedidos por Felipe III al monasterio de la Encarnación tras su fundación en 1611.
Primero fue conocida como Huerta de la Reina, por la quinta
de recreo que mandó construir Alfonso VIII para su esposa doña Leonor.
Posteriormente, Fernando III el Santo regaló la huerta a la priora del convento
de Santo Domingo, de ahí su segunda denominación de Huerta de la Priora.
Con las reformas llevadas a cabo por Felipe II, quedó dentro
del recinto del Alcázar al ser ampliado éste.
Era el Jardín del Rey. Estaba compuesta de todo tipo de árboles frutales
y de numerosas fuentes. En 1598 un médico -Honorato Pomar- de Felipe III creó
aquí unos jardines destinados al cultivo de plantas medicinales.
La Plaza de Oriente se sitúa
frente al Palacio Real y está
presidida por la estatua ecuestre de
Felipe IV. Es una plaza rectangular de
cabecera curvada, cuyo trazado es
de 1844, diseñada por Narciso Pascual y Colomer. Uno de sus
principales impulsores fue el rey José I, quien ordenó la demolición de las
casas medievales situadas sobre este
solar. Los Jardines o Huerto de la Priora del Real Monasterio de la
Encarnación, se integró dentro de la plaza.
Son ahora los Jardines del cabo Noval que ocupan la parte septentrional de la Plaza de
Oriente. La parte central de la laza de Oriente, propiamente la Plaza, y parte de los Jardines de Lepanto, que
ocupan el sur de la Plaza, fueron el Jardín del Rey y la Casa del Tesoro que se
levanta en parte sobre terrenos de este Jardín.
El Real Monasterio de la Encarnación fue fundado en 1611,
por Felipe III y Margarita de Austria.
El edificio se debe a los arquitectos Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la
Madre de Dios.
Los Jardines o Huerto de la Priora de la Encarnación fueron
el resultado de la remodelación emprendida a principios del siglo XVII, en los
terrenos situados al norte y oeste del Real Alcázar de Madrid, a raíz de la
fundación del Real Monasterio de la Encarnación en el año 1611. Podemos decir
que el Rey cede una parte de su jardín para jardín de La Encarnación.
Situados en el lugar que hoy ocupan los Jardines del cabo
Noval, dentro de la Plaza de Oriente, el recinto estaba gestionado por el
citado convento. En los años 1809 y 1810, el rey José I ordenó la expropiación
y destrucción del Huerto de la Priora, así como el derribo de las manzanas de
edificios existentes en sus inmediaciones, con objeto de crear una gran plaza
monumental al este del Palacio Real. Este proyecto no pudo materializarse hasta
el reinado de Isabel II, cuando fue concluido el trazado definitivo de la
actual Plaza de Oriente.
Las tapias de su huerto lo separaban de los jardines del
Alcazar. Felipe IV manda construir el conocido como Paredón de Valdanú para
cierre de estos jardines y sobre él se levanta un pasadizo que permitía acceder
al convento desde el Alcazar. Conocido como pasadizo de La Encarnación se
decoró con cuadros y tapices. Este paredón parece que fue levantado con restos
de la derribada puerta de Valdanú y de la torre de Alzapierna. Muy cercanos a
La Encarnación estaban el monasterio de Santo Domingo el Real y el de Los
Ángeles que ocupan terrenos de la actual plaza de Santo Domingo, extendiéndose
el primero hasta la actual plaza de Isabel II antes de los Caños del Peral.
En este plano de Witt de 1635 vemos el pequeño jardín del
monasterio de La Encarnación, Huerta de la Priora de la Encarnación, tras la
Casa del Tesoro, levantada ocupando parte del Jardín del Rey, hasta 1598 Huerta
de la Priora de Santo Domingo, y el pasadizo que desde la Casa del Tesoro iba a
La Encarnación.
La Casa del Tesoro fue un complejo arquitectónico, destinado
a diferentes servicios, que constaba de dos recintos principales: las Casas de
Oficios y las cocinas nuevas.
Sus obras, que comenzaron en 1568, en tiempos de Felipe II,
se realizaron a partir de un diseño que contemplaba inicialmente una
construcción independiente, pero que finalmente fue anexada a la fachada
occidental del Alcázar, del tal forma que existía comunicación directa entre
ambos núcleos.
En el siglo XVII, se levantó un pasadizo que unía la Casa
del Tesoro con el Real Monasterio de la Encarnación, para que los reyes
pudiesen acceder directamente desde palacio al citado edificio religioso.
La Casa del Tesoro llegó a albergar la Biblioteca Real,
antecedente de la Biblioteca Nacional, por iniciativa del rey Felipe V. El
complejo, que sobrevivió al incendio del Alcázar de 1734, fue demolido por
orden de José I, que pretendía crear una gran plaza junto a la fachada oriental
del Palacio Real.
Los sótanos, pavimentos y restos de muros del edificio
fueron descubiertos en el siglo XX durante las obras de remodelación de la
Plaza de Oriente. Pese a su importancia histórica, los vestigios fueron
destruidos.
Los intentos de la monarquía hispánica por crear un Real
Jardín Botánico se remontan al reinado de Felipe II (1556-1598), quien mandó
establecer un jardín botánico en Aranjuez. Su hijo y sucesor, Felipe III (1598-
1621), creó nada más subir al poder un jardín de plantas medicinales en la
Huerta de la Priora, cerca del antiguo alcázar madrileño.
El Huerto de la Priora del monasterio de la Encarnación o Jardín de la Priora de la Encarnación sufría las inundaciones de las aguas
procedentes del arroyo del Arenal de San Ginés y de los derramadero de la
fuente de los Caños del Peral.
Vemos que la plaza de Oriente ocupa los jardines que fueron
huertas primero del monasterio de Santo Domingo y luego jardines del Alcázar.
Lindaban las huertas y jardines del Alcázar con el huerto y jardines del
monasterio de La Encarnación que como los jardines del alcázar pasan a ser la
plaza de Oriente.
Tenemos así que parte de la plaza de Oriente fueron los jardines de
la Priora, primero de la Priora de Santo Domingo y luego de la Priora de la
Encarnación.
En la Huerta de la Priora de Santo Domingo había una fuente
llamada Caños de la Priora. Esta Priora
era la de Santo Domingo el Real, y la fuente estaba dentro de los jardines de
Palacio , ó huerta de la Priora, llamada asi porque en lo antiguo fue de aquel
convento, y se llamaba los Caños de la Priora. No lejos de ellos estaban los
Caños del Peral. Y los Caños de Leganitos.
Estaba la fuente de la Priora en la actual calle de
Arrieta. En 1590 fue trasladada al
llamado Jardín del Rey cuando Felipe II amplia el Alcázar cogiendo la Huerta de
la Priora para jardines del alcázar, el
Jardín del Rey.
En Madrid el campo
de Leganitos estaba al nordeste , dando
vista al rio Manzanares , y era muy frecuentado de la gente para coger el sol en el invierno,y el
fresco en el verano: era un sitio no solo despoblado, sino con barrancos y
derrumbaderos ,y quando intentaron poblarle , se escribio un romance , que
empieza:
Al campo de Leganitos,
Que en virtud del hazadon
Afirman que ha de ser calle:
Todo lo puede hacer Dios:
Donde las fieras harpias
Del vil linage buscon
Solamente por tomar
Salen á tomar el sol.
Fabricaronse en aquel
sitio fuentes con muchos caños, llamados vulgarmente Los Caños de Leganitos, y
eran de una agua tan delgada y estimable , que se cantaba en Madrid:
Viento del Sotillo,
Luna del Prado,
Agua de Leganitos,
Vino del Santo.
Sol de Leganitos,
Luna del Prado,
Bayles del Sotillo,
Vino del Santo.
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