La historia de los enanos se remonta a los años 80 cuando los polacos en la ciudad se unían manifestándose contra el régimen comunista. Dado que no podían portar ninguna consigna política algunos de los manifestantes optaron por disfrazarse de enanos, de esta manera, alzaban su voz sin portar consigna alguna y sin riesgo alguno de pasar por la cárcel.
Wroclaw decidió encargar algunas esculturas de bronce como recuerdo de estos hechos, y dada la gran aceptación que tuvo, cada vez más empresas privadas fueron encargando uno personalizado y es por ello hoy en día nos los encontramos por todos sitios y se han convertido en una de las señas de identidad de la ciudad.
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