Tras los Vela, padre de
hijo, el condado de Álava lo encontramos en poder de Álvaro Herraméliz
Al morir Munio Vela joven, ateniendo sus hijos todavía adolescentes
hubo de hacerse cargo del condado un pariente suyo, el cual sin duda es Álvaro
Herrameliz. Si hemos de creer a las genealogías del Códice de Roda, el conde
depuesto o muerto dejó tres hijos de su esposa Belasquita: Lope, Aznar y
Sancho. Sabemos por el códice de Meyá que el conde Munio Vela tuvo tres hijos
de un matrimonio con Velasquita, cuyos nombres son Aznar Muñoz, Sancho Muñoz y Lópe
Muñoz.
En el 929 se
cita a Álvaro Herramélliz como conde de
Álava. Hijo de
Herramel. Mencionado en el cartulario de Valpuesta como conde de Lantarón. Casado
con doña Sancha de Navarra, viuda de Ordoño II de León, Afín a la corte Navarra
del rey Jimeno Garcés. A su muerte, doña Sancha se casa con Fernán González.
Los
Cartularios de Valpuesta son una serie de documentos del siglo XII que, a su
vez, son copias de otros documentos, algunos de los cuales se remontan al siglo
IX, si bien la autenticidad de algunos de ellos es discutida.
Aunque
se desconocen los límites de ese condado medieval y éstos probablemente no
coincidan con los del actual municipio de Lantarón formado por la fusión de los
municipios de Bergüenda y Salcedo., sí que se cree que el castillo que daba
nombre al condado se encontraba en una peña situada entre los pueblos de Sobrón
y Bergüenda dentro de los límites del moderno Lantarón. También existía otra
torre defensiva en Alcedo. Condado situado en las inmediaciones de la actual
ciudad de Mirando de Ebro. «Las
ruinas parecen atestiguar que el castillo y el pueblo de Lantarón estuvieron
junto al término de Castrejón, en Bachicabo. Ignacio Alonso Martínez, Lantarón: Fortaleza y Condado.
Según las Genealogías de Roda, Álvaro Herraméliz,
que es citado como Albaro Harramelliz de Alaba, era esposo de la infanta
Sancha, hija del rey Sancho I Garcés de Pamplona Esta infanta había estado
casada con Ordoño II y posteriormente, en terceras nupcias, se casó con Fernán
González. En el transcurso de la abdicación de Alfonso IV en favor de su
hermano Ramiro II (noviembre del 931) y de su posterior arrepentimiento y
rebelión (primavera del 932), Álvaro deja de ser conde Álava. Es muy probable
que Álvaro Herramélliz apoyara a Alfonso IV pues era su cuñado: su esposa
Sancha era hermana de Ónega, esposa de Alfonso IV. La consecuencia lógica es
que cuando Alfonso IV fue apresado de nuevo, Ramiro II desposeyó del título
condal a Álvaro Herramélliz y se lo concedió a un nuevo conde: Fernán González,
conde de Castilla. Desde este momento y hasta la partición del condado a la
muerte de Sancho III de Pamplona, el condado de Álava será gobernado por los
condes de Castilla. Álvaro Herramélliz murió en algún momento entre los años 932
y 935. El 5 de agosto del 935 existe un documento en el que Fernán González
firma ya junto con su esposa (Fredinando Gundissalbiz, Dei gratia comes, et
uxor sua domna Sancia) y dos hijos: Gonzalo Fernández y Sancho Fernández. Luego
si en el 935 ya tenía dos hijos con Fernán Gonzalez, seguramente enviudó en
torno al año 932 o 933. Del
matrimonio de Álvaro Herramélliz y Sancha se supone, aunque sin datos
fidedignos, que nacieron estos hijos citados en la documentación real de León: Herramel
Álvarez, Fortún Álvarez y Vela Álvarez. Enemistados con su padrastro, Fernán
González, y que junto a los Vela, descendientes de Vela Jiménez y sus posibles
parientes, crearían un partido anticastellano en León.
Tas Álvaro Herraméliz es Fernán González y su descendencia hasta Sancho
III el Mayor los que tienen el título de Conde de Álava quitándoselo a sus
parientes los Vela.
A
partir de 1024 los documentos presentan a Sancho III el Mayor de Pamplona
reinando también en Álava a través de su tenente, el conde Munio González, a
quien sustituirá Fortún Iñiguez, también vinculado a Navarra. Con el conde Álvaro
Díaz concluye la soberanía navarra en Álava, pues en 1076 acaeció el asesinato
de Sancho IV el de Peñalén, crisis aprovechada por Alfonso VI de Castilla para
incorporar a su reino La Rioja, parte de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Sin
embargo, esta incorporación fue sólo temporal.
La restauración del reino pamplonés con García Ramírez en 1134 tuvo como
consecuencia que este monarca se intitulase rey de Pamplona, Álava, Vizcaya y
Guipúzcoa, correspondiendo la tenencia de estos tres últimos territorios a
Ladrón I, forjador del linaje alavés de Guevara, quien se consideró siempre
navarro y, de hecho, fue conocido como Ladrón de Navarra, aunque su vida
política se desarrollase en la corte castellana. Hacia 1136 Ladrón I entró en
vasallaje de Alfonso VII, lo que le separó de sus tenencias de Álava, Guipúzcoa
y Vizcaya, que pasarán temporalmente a manos de su hijo, Vela Ladrón, hasta que
retornó a la obediencia navarra hacia 1147. En 1179 Alfonso VIII y Sancho VI el
Sabio firmaron un tratado que fijaba la frontera entre Castilla y Navarra a lo
largo de una línea que, en el occidente de Guipúzcoa, desde el Cantábrico
remontaba el curso del río Deba y continuaba, ya en Álava, siguiendo los ríos
Bayas y Zadorra. Consecuencia del mismo fue que toda Álava quedase bajo la
soberanía navarra. Asimismo, el gobierno condal de la familia Guevara en esta
provincia se disgregó en una serie de tenencias cuyos titulares eran renovados
frecuentemente por el monarca navarro, siguiendo la costumbre de organización
administrativa feudal que imperaba en el reino pirenaico. La situación de
fortalecimiento navarro en el territorio cambió de manera radical con la
conquista efectuada por Alfonso VIII entre 1199 y 1200, quien previamente había
negociado con los nobles alaveses, descontentos con la política de los reyes
navarros de fortalecimiento del realengo y fundación de villas. A excepción del
territorio dominado por la Cofradía de Arriaga, de la que hablaremos poco más
abajo, toda Alava quedaba en manos de Castilla. La adhesión a esta monarquía
será ya definitiva, salvo el breve paréntesis abierto con motivo de la guerra
civil castellana del siglo XIV entre Pedro I y Enrique de Trastámara, durante
la que Carlos II de Navarra aliado de Pedro I retuvo, desde 1368 a 1373, las
villas alavesas de Vitoria, Salvatierra, Contrasta, Santa Cruz de Campezo y la
fortaleza de Alegría.
851. García Iñiguez
Hijo de Íñigo Arista.
Casó con Urraca de Gascuña.
Según la leyenda, estando
Urraca embarazada, ambos fueron muertos en Aibar.
Un noble alavés, Sancho Núñez
de Guevara, pudo rescatar el niño del vientre de Urraca, al que llamó Sancho y
mantuvo oculto hasta la renuncia al trono de su hermano Fortún Garcés.
Las cortes de Sangüesa lo
reconocieron como rey, quien apodó cariñosamente "Ladrón" a su
salvador, dando origen al apellido Ladrón de Guevara.
870. García Jiménez
Se dice que este caballero
reinó mientras Fortún estuvo prisionero de Mohammed I.
882. Fortún Garcés
Hijo de García Íñiguez.
Estuvo prisionero de Mohamed I
en Córdoba 20 años.
Es derrotado por los
musulmanes en Aibar. Renunció en Sancho Garcés.
905. Sancho Garcés I
Se desconoce su autentico
origen. Según la leyenda, fue rescatado por Sancho Núñez "Ladrón" de
Guevara del vientre de su madre, esposa de García Íñiguez.
Otras fuentes lo consideran
hijo del caballero García Jiménez.
926. García Sánchez I
970. Sancho Garcés II (Abarca)
Renovó las paces con Al-Hakem
II, pero después, aliado con leoneses y castellanos, tomó parte en las luchas
con Almanzor.
Contra Almanzor es derrotado
en Rueda, cerca de Simancas.
Se casó con Urraca, hija de
Fernán González, tuvo a García y a la Vascona, que contrajo matrimonio con
Almanzor.
994. García Sánchez II (El Temblón)
Estuvo sometido a Almanzor.
1000. Sancho Garcés III El Mayor
1025. Funda el monasterio de
San Juan de la Peña.
1029. Castilla se incorpora a Navarra. Anexión de Tierra de
Campos, en disputa con León.
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