Por lo que
se refiere a lo que podríamos denominar como infraestructuras productivas estas
se limitaban a los molinos de harina y aceite que existían en Carrascosa,
Valparaíso de Abajo y Valparaíso de Arriba.
En la villa de Carrascosa
funcionaban seis molinos harineros de harina, tres de viento y tres de agua, y
dos molinos de aceite.
En la villa de Valparaíso de Abajo
funcionaban dos molinos harineros de harina y uno de aceite. Las ruinas de los
molinos se rastrean en el mapa topográfico nacional MTN50-608, en los parajes
denominados La Hontanilla, Puente del Molino Derribado y entre el Castillejo y el
Carrizal.
En las Respuestas Generales de
Valparaíso de Arriba se recoge la existencia de un molino de aceite, pero sus
ruinas no se pueden rastrear.
A modo de comparación diremos que en
la ciudad de Huete se declaró la existencia de 13 molinos.
En Carrascosa funcionaban tres molinos harineros de viento. Las actividades
de dos de ellos eran atendidas por el mismo molinero, Diego Martínez, al que se
le regula por su trabajo en estos dos molinos una utilidad de 1.500 reales al
año. El tercer molino suponía para su molinero, Lucas Carriazo, la utilidad de
600 reales anuales.
Los molineros que se
ocupaban de los molinos de agua eran los vecinos llamados Manuel Genovés,
Julián Valenciano y Francisco García Pasamanero. El primero y el segundo tenían
una ganancia anual de 1.000 reales y el tercero de 1.500.
Los pueblos de Castilla
tenían pocas instalaciones que puedan ser consideradas industriales, si
exceptuamos los obradores o talleres artesanales. “En el término y jurisdicción
de la villa” se localizaron seis molinos harineros, tres de agua y tres de
viento, y dos molinos de aceite.
Los molinos de agua eran de una piedra y se estaban reedificando.
Estos molinos se situaron en el paraje de "Vega de Valjudios", “a
unas dos leguas cortas de la población”, siendo propiedad del presbítero de la
villa don Pedro Guerrero, de José Albendea y de Gregorio de Torres. Este molino
aun lo encontramos localizo en el MTN50-608 y en el
SIGPAC y cerca del despoblado de Valdejudíos.
Los molinos de agua
producían una renta anual a su propietario de 25 fanegas de trigo y los de
viento, inmediatos a la población, una renta cada año de 20. Doña María Magdalena
Fernández era dueña de dos de estos molinos y don Pedro Ruiz Alarcón dueño del
otro.
Dentro de la población
existían dos molinos de aceite "con
solo un Arte" y de cada uno de ellos su propietario, José del Horno y
Cirilo de la Plaza, podía obtener una renta anual de 70 reales.
Ruinas del Molino de Torres
Casas del despoblado de Valdejudíos
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