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lunes, 21 de febrero de 2022

Fundaciones Religiosas. Provincia de Cuenca

Archivo Histórico Provincial de Cuenca. Documentación sobre nobleza. Mª de la Almudena Serrano Mota Directora del AHP de Cuenca José Mª de Francisco Olmos Decano de la Facultad de Ciencias de la Documentación. UCM, 2015

Fundaciones conventuales y monásticas

Convento de Dominicos de Villaescusa de Haro fundado por Sebastián Ramírez de Fuenleal, a mitad del siglo XVI

 

Real Convento de Agustinos calzados de Castillo de Garcimuñoz

Fundado por el infante don Juan Manuel.

Real Convento de Agustinos, en Castillo de Garcimuñoz, por el famoso escritor y político don Juan Manuel, señor de Villena e hijo del Infante Don Manuel,

La documentación más antigua conservada de esta institución en el Archivo Histórico Provincial de Cuenca es del año 1420, una Relación de capellanías y censos a favor del convento, en la que constan muchísimos datos geográficos, topográficos y onomásticos, además de un dato muy importante de ubicación precisa de la mezquita de moros, junto a otra documentación muy importante de posterior con confirmación de posesiones por Juan Pacheco, marqués de Villena.

En este convento estuvo el que fuera declarado santo, Tomás de Villanueva, que se contienen en un documento de Cayetano Cano, prior del convento, sobre que «se ha desplomado un lienzo de pared de las celdas en donde vivió Santo Tomás de Villanueva».

https://www.agustinos.es/orden-san-agustin/santos-agustinianos/santo-tomas-de-villanueva

Fundación de los Condes de Priego. El monasterio del Rosal de monjas Franciscanas Concepcionistas

http://palomatorrijos.blogspot.com/search/label/Priego

Fue fundado en 1533 por el presbítero don Hurtado de Mendoza, hijo de los segundos condes de Priego, Pedro Carrillo de Mendoza y María de Quiñones, en cuya casa quedaría residido el patronato del mismo.

Expedientes de profesión,

Mariana Ruiz de Alarcón, del año 1694

Licencia dada por Federico de Caççia, arzobispo de Milán (1693-1699), para que Josefa de Sandoval y Toledo, hija de Pedro de Sandoval y Toledo y María Álvarez de Toledo, entrase por pupila.

Fundaciones de los Marqueses de Villena

La Colegiata de Belmonte fue construida a instancias de Juan Pacheco.

En el año 1507, en las mandas testamentarias del licenciado Diego de Villa, criado del marqués, una de ellas establece que los libros de su biblioteca sean tan excelsa iglesia, además de dejar dinero para la compra de nuevos ejemplares.

Diego López Pacheco, tercer marqués de Villena y consorte de Moya, usando del derecho de patronazgo que tiene sobre la Colegiata quiere dar a Felipe Sánchez una canonjía en la dicha Colegiata de Belmonte, en el año 1551.

Diego López Pacheco (1506-1556), III duque de Escalona, escribano mayor de los reinos de Castilla y León y caballero del Toisón de Oro. Casó el 11 de marzo de 1525 con Luisa de Cabrera, sucesora del marquesado de Moya, con descendencia.

Diego López Pacheco y Enríquez (Escalona, 1503-Escalona, 7 de febrero de 1556), III marqués de Villena, III duque de Escalona, III conde de Xiquena, VI conde de San Esteban de Gormaz, señor de Belmonte y marqués consorte de Moya. Fue escribano mayor de los reinos de Castilla y León, caballero del Toisón de Oro y además, participó en las guerras que Carlos I de España sostuvo con Francia.

Era hijo de Diego López Pacheco y Portocarrero, II marqués de Villena y II duque de Escalona, y su esposa Juana Enríquez de Velasco, que era hija, a su vez, de Alonso Enríquez de Quiñones, III almirante de Castilla. Contrajo matrimonio con María Luisa Cabrera Bobadilla y Mendoza, III marquesa de Moya, y con ella tuvo tres hijos:

Francisco, que sucedió en los títulos.

Juana Pacheco de Cabrera, que se casó con Pedro de Zúñiga-Avellaneda y Bazán, V conde de Miranda del Castañar.

Inés Pacheco, que se casó con su primo Diego Fernández Cabrera y Bobadilla, III conde de Chinchón.

En 1821 se hizo un traslado de cuatro cláusulas notariales a favor de la Colegiata de Belmonte, de «un libro empergaminado cuyo título en la cubierta es de la Memoria que fundó Pedro Suárez», con del testamento y codicilo que otorgó en Belmonte, en 1671, Pedro Suárez de Figueroa, comprensivo de la memoria que fundó.

Monasterio de Franciscanas Concepcionistas. Convento de San Miguel Arcángel. Belmonte

En 1646, una Carta de privilegio concediendo un juro de 14.960 maravedíes situados en las alcabalas del marquesado de Villena.

En el año 1628 se inicia un pleito ejecutivo a instancia de Alonso Collada, confesor y vicario del monasterio, contra Jerónimo Pacheco y Guzmán, vecino de Belmonte, y que luego fue corregidor y justicia mayor, sobre el pago de la dote de dos hijas monjas. Jerónimo Pacheco y Guzmán testa en Belmonte en 1679. Fue alcalde de Belmonte de 1551 a 1560.

Francisca de Céspedes y Oviedo fue prometida a Francisco de Hinestrosa familiar del Santo Oficio que falleció antes de casarse. Más tarde casó el 3 de marzo de 1646 en la Colegiata de Belmonte con Jerónimo Pacheco y Guzmán viudo de Andrea de Haro. Padre de María y Teresa en su primer matrimonio y con descendencia también en el segundo matrimonio.

Es una de las joyas de Belmonte, se encuentra en el casco histórico de la localidad que tiene el reconocimiento de Bien de Interés Cultural, y hace unas fechas vio cómo se hundía una parte de la cubierta. Se trata de un edificio del Siglo XVI que pertenecía a la congregación de las Concepcionistas Franciscanas que abandonaron en 2007 y que fue vendido a un particular. Una venta que no llegó a concretarse porque en el registro sigue apareciendo la congregación religiosa como propietaria.

La Catedral de Cuenca y el Linaje Carrillo de Albornoz

Donación hecha por Gil de Albornoz, arzobispo de Toledo y Chanciller mayor de Castilla, y sus hermanos Alvar García y Fernando Gómez, al Deán y Cabildo de Cuenca de los molinos del Castellar y el batán y heredades de Chillarón, en 1345, y la aceptación por el Deán y Cabildo de la Iglesia de Cuenca de dicha donación

Venta de tierras otorgada por Juan Carrillo de Albornoz, vecino de Barajas de Melo, por juro al licenciado Orozco de Santa Cruz y la venta otorgada por Gómez Carrillo de Albornoz, señor de la casa de Albornoz.

Huete. Fundaciones de los Parada y vinculaciones en los conventos de Benedictinos, Dominicos, Franciscanos, Justinianas y Jesuitas en las diferentes parroquias y en el Cabildo de curas de Huete.

http://palomatorrijos.blogspot.com/search/label/Huete

Carta para Alonso de Parada sobre un envoltorio de cartas y una carta de cambio, del año 1525

Año 1529. Apeo de tierras que entregó al monasterio de Monsalud Gaspar Hernández de Parada en su hacienda de Garcinarro, cuando el Parada compra la villa de Alocén en pago de la villa.

Pagaré de Marcos de Parada, de 16 florines y medio de oro del cuño de Aragón, en 1534.

La documentación del monasterio de Monsalud también nos ofrece datos interesantes, como la intervención, en 1537, de Alonso Méndez de Parada, como procurador del Cardenal de Santa Cruz, Francisco de Quiñones y Enríquez, franciscano, que toma posesión en nombre de éste, en el cargo de abad.

http://palomatorrijos.blogspot.com/search/label/C%C3%B3rcoles

Mayorazgos que fundó Alonso Fernández de Parada, en 1602

Memorias y Obras pías, como la establecida por María Ana Méndez de Parada, a principios del siglo XVII.

El convento de Justinianas de San Pedro de Huete fue fundado por Marcos de Parada, y en él profesaron muchas descendientes de la familia, como el caso de María Antonia de Parada y Heredia, de la que se conserva el auto sobre su profesión en el convento de Justinianas de ese lugar, en el año 1700.

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Expediente para dar licencia de profesión a María de la Concepción de Parada, hija de Gaspar de Parada y Beatriz de Amoraga, en 1721.

En el año 1725, se dio licencia y comisión, en virtud de breve apostólico, para que Teresa de Parada, hija de Sebastián de Parada y Mariana de Parada, pudiera estar siete años en el convento como seglar, para su mayor decencia y recogimiento»

En 1736 se pidió licencia para mantener de seglar en el convento a otra parienta suya, Teresa de Parada y Otazo, hija de Vicente de Parada Hinestrosa y Francisca de Otazo, desde los siete a los doce años quien, finalmente, profesó, adoptando el nombre de Teresa de San Joaquín, y en 1756 otorgó una escritura traspasando en sus padres sus bienes y la legítima.

Entrada en el convento como seglar, «por causa de su educación», de María Agustina de Parada, hija de Marcos José de Parada, señor de Huelves y Torrejón y patrón del convento, y de Catalina de Heredia y Parada

Inventario y partición de bienes tras la muerte de Alfonso de Parada y Mendoza, 1753, hermano del II conde de Garcinarro.

 

domingo, 20 de febrero de 2022

El Mayorazgo de los marqueses de Moya. Cuenca

 El Mayorazgo de los marqueses de Moya

Fundaciones de conventos o monasterios, como el de Dominicos de Carboneras de Guadazaón, Trinitarios de Tejeda, Franciscanas Concepcionistas y Franciscanos de Moya por los primeros marqueses de Moya, Andrés de Cabrera y Beatriz de Bobadilla.

 

Archivo Histórico Provincial de Cuenca. Documentación sobre nobleza. Mª de la Almudena Serrano Mota Directora del AHP de Cuenca José Mª de Francisco Olmos Decano de la Facultad de Ciencias de la Documentación. UCM, 2015

Se instituyó por autorización de los Reyes Católicos a Andrés de Cabrera y Beatriz Hernández de Bobadilla, según Carta de privilegio otorgada en Tortosa, el 2 de marzo de 1496, que confirmaron Carlos I y su madre, Doña Juana, así como posteriormente Felipe II.

 

Documento conservado con el resto de la valiosísima documentación del Archivo del convento de Dominicos de Carboneras de Guadazaón, fundación de los primeros marqueses de Moya, Andrés de Cabrera y Beatriz de Bobadilla. Como las cláusulas testamentarias del segundo marqués de Moya, Juan Fernández de Cabrera y Bobadilla, que otorgó testamento en 1533. Tambien en el Archivo Histórico Nacional, Nobleza. Ducado de Frías.

 

Los primeros marqueses de Moya vincularon el señorío de Chinchón, junto con los oficios perpetuos de alcaide y guarda mayor de los Reales Alcázares de Segovia y tesorero de su casa de moneda, en un mayorazgo que fundaron en cabeza de Fernando de Cabrera y Bobadilla, su segundo hijo varón, que en 1520 fue creado primer conde de Chinchón.

 

Recordemos que Enrique IV entregó la villa de Moya a Andrés de Cabrera en 1463, aunque la resistencia de los habitantes impidió que pudiera tomar posesión de la misma hasta 1475, cuando la Reina Isabel confirmó la donación, elevando a su buen vasallo a marqués de Moya en 1480.

 

            El convento de Dominicos de Carboneras de Guadazaón es fundación de los primeros marqueses de Moya. Convento de la Santa Cruz.

 

Los marqueses, en el año 1506, donan al convento el término y heredamiento de Aliaga, cerca de Carboneras de Guadazaón, con todos sus términos, dehesas, prados, pastos, abrevaderos, ejidos, aguas corrientes y estantes… Ceden el señorío y propiedad del heredamiento, reservando para ellos y sus sucesores el uso y facultad del cerro donde está edificada la fortaleza de Aliaga.

 

La marquesa de Villena y tercera marquesa de Moya, Luisa de Cabrera y Bobadilla, casada con Diego López Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, manda que se traigan los cuerpos de sus padres a este monasterio de Santa Cruz, en 1556 y una Comisión, en el año 1599, se ocupa del cumplimiento de la cláusula testamentaria para traer al convento los cuerpos de los segundos marqueses de Moya, Juan Fernández de Cabrera y Bobadilla y Ana de Mendoza, hija del primer duque del Infantado, su mujer, y cómo se trajeron los cuerpos de los segundos marqueses de Moya y su traslado.

 

Juan Fernández de Cabrera y Bobadilla, segundo marques e Moya

 

Hijo de Andrés de Cabrera (mayordomo, consejero y tesorero del rey Enrique IV de Castilla y luego de la reina Isabel I, que fue uno de las personas más influyentes del reinado de los Reyes Católicos) y de Beatriz de Bobadilla, consejera y persona muy próxima a la reina Isabel. Estos dividieron su casa en dos mayorazgos; el hijo mayor, Juan, heredó el marquesado de Moya y el segundo hijo, Fernando, heredó el condado de Chinchón. Gonzalo Fernández de Oviedo (Batallas y Quincuagenas, manuscrito 359 de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca) indica: "Muy bien conosçí yo a don Johan de Cabrera, segundo Marqués de Moya e buena persona fue e muy suelto seyendo mançebo" (fol. 579). Al preguntarle el interlocutor del diálogo qué quiere decir, explica: "dançaba e baylaua bien e con mucha lijereza e soltura". Explica que después de que heredó se hizo más reposado y que era muy buena persona, muy religioso y de gentil conversación. El cronista dice que se casó con Ana de Mendoza, hija del primer duque del Infantado don Diego Hurtado de Mendoza (dama de la reina Isabel) "la qual fue un poco visoja, o turna [turnia, bizca] de un ojo, e no estaua mal, pues que con todo eso fue una de las gentiles damas que ovo en Castilla en su tiempo. Esta dama murió pronto, dejando solo una hija, Luisa Cabrera de Bobadilla, a quien su padre casó con el conde de San Esteban de Gormaz, que sería el III marqués de Villena, Diego-López Pacheco y Enríquez. Por temor a que su padre volviera a casarse y peligrara la herencia del marquesado de Moya, el viejo Marqués de Villena exigió que Juan de Cabrera "se hiziese de Orden e fuese profeso", así que accedió y murió poco después. Parece deducirse del manuscrito de Batallas y Quincuagenas que eligió para profesar la Orden Tercera Franciscana.

 

Gonzalo Fernández de Oviedo comenta que algunos nobles criticaron la decisión de Juan de Cabrera de casar a su hija con Diego López-Pacheco con el heredero del Marqués de Villena, pues aunque era un muy buen matrimonio (de hecho reconoce que es “uno de los señores que más renta tiene en Castilla”) podría haber optado por casar a su hija con su primo, Pedro Fernández de Cabrera y Bobadilla, II conde de Chinchón, y así se habrían vuelto a unir las casas de sus abuelos, los primeros marqueses de Moya. Pero señala que las relaciones entre Juan Cabrera y su cuñada, Teresa de la Cueva, viuda desde 1522 de su hermano Fernando, no eran buenas.

 

Respecto al carácter de don Juan, Fernández de Oviedo dice de él que era: de muy gentil espíritu e biuo entendimiento, sabio e callado, e quando hablaua era poco e sentençioso".

 

 

Padre

Andrés de Cabrera, marqués de Moya (1430-1511)

 

Madre

Beatriz Fernández de Bobadilla (1440-1511)

 

Consortes e hijos

 

Ana de Mendoza

 

Hija. María Luisa Cabrera Bobadilla y Mendoza, III marquesa de Moya († 1556). Casada el 11 de marzo de 1525 con Diego López-Pacheco Enríquez de Quiñones, conde de San Esteban de Gormaz y luego III marqués de Villena, III duque de Escalona, III conde de Xiquena.

 

            Los marqueses de Moya también fundaron el convento de Trinitarios calzados de Tejeda, en Garaballa. Ahora un Hotel.

 

            https://www.monasteriodetejeda.com/origenes.html

 

“Cuenta las crónicas que el 14 de agosto de 1205 en un día de sofocante e intenso calor, las brisas de Levante refrescaron y dieron paso al atardecer lento y pausado. En las riberas de fresca hierba que bañaban el río Ojos de Moya, no lejos de Garaballa se hallaba un pastor de nombre Juan que se dispuso a dar gracias al Altísimo por haber transcurrido la jornada sin tropiezos ni desdichas cuando de repente todo el valle se iluminó de una potente luz, en el centro de de la frondosidad de uno de los tejos que allí crecían se apareció una Señora que con su tierno infante en el regazo le dijo entre otras cosas que los monjes que llevaban una cruz blanca y roja (Trinitarios) le construyeran en ese lugar un templo para adorarla…”

 

El complejo de Nuestra Señora de la Tejeda consta de un edificio conventual y de la iglesia. El primero de ellos está compuesto por dos claustros. El primero, donde se ubica la entrada, se compone de dos alturas con arcos de medio punto. El segundo se localiza en el lado sur, junto a las dependencias. Es de estilo barroco, con su planta cuadrada decorada con cuatro arcos y cubierta con bóveda de lunetos. La iglesia se ubica entre los citados claustros.

 

La imagen de la Virgen de Tejeda fue encontrada por un pastor en un tejo (1205), de ahí su nombre, aunque a día de hoy se tienen dudas entre este lugar y una cueva cercana. Con la llegada de los Trinitarios Calzados se construyó la iglesia y el convento cerca del lugar donde se halló, junto al río Ojos de Moya.

 

El edificio actual cuenta con dos claustros, uno abierto del S.XVII y otro barroco, cerrado, de dos plantas y con un patio central, donde podrá perderse y disfrutar de sus interminables pasillos y muros antiquísimos. Un lugar ideal donde meditar y leer disfrutando del silencio solamente interrumpido un par de veces al día por el sonido de las campanas de la iglesia de Nuestra Señora de Tejeda.

 

Una riada del río Ojos de Moya arrasó el complejo en el año 1516, salvándose afortunadamente la talla. Por esta razón en 1517 la Comunidad de Tejeda compró unos terrenos que formarán el solar del actual monasterio, pero en su actual localización. A finales de siglo se terminó el convento, pero las obras del santuario continuaron más de doscientos años.

 

Grandes momentos de esplendor ha vivido el lugar, comenzando su cuesta abajo en el siglo XIX con la Desamortización de Mendizábal. En 1927 un incendio provoca la destrucción de la imagen, a excepción de su cabeza. Marco Pérez fue el encargado de realizar la nueva talla. Siguieron los momentos complicados en la Guerra Civil, tiempo en el que fue saqueado el santuario, aunque la imagen pudo ser puesta a salvo de nuevo.

 

            Luisa de Cabrera y Bobadilla, dejó mandado en su último testamento que se comprase y señalase una renta anual de 32.000 maravedíes y se diese a este convento de Tejeda para que la lámpara de plata que había dado al convento ardiese de día y de noche, delante del Santísimo Sacramento de Nuestra Señora de Tejeda, y así se comprase el aceite necesario con los 32.000 maravedíes que dejaba de renta anual.

 

Viendo la comunidad que el marqués de Moya, Francisco Pacheco de Cabrera y Bobadilla, hijo y heredero de doña Luisa y, también, marqués de Villena y duque de Escalona desde 1556, no cumplía la manda y disposición testamentaria hecha por su madre, se presentó un pedimento en el Consejo Real de Castilla, y éste, por su provisión y auto, mandó al marqués cumpliese lo dispuesto y mandado por su madre, en 1565, noticiándosele en persona, que respondió que estaba pronto a cumplirlo, de manera que en el año 1572 se pusieron capitales en Moya para el cumplimiento de esta memoria99 .

Cláusulas del testamento del segundo marqués, Juan Fernández Cabrera y Bobadilla, como las de la tercera marquesa, Luisa de Cabrera, hecho en 1533

El convento de Franciscanas Concepcionistas de Moya también es fundación de doña Luisa, tercera marquesa de Moya.

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Testamento de María Francisca Pacheco de la Cueva Cabrera y Bobadilla, con las cláusulas referentes al enterramiento y rentas que deja a los monasterios, entre ellos, el de Franciscanas de Moya, en el año 1780.

Entre el año 1839 y 1842, y sucedida la desamortización de bienes eclesiásticos, se entabló un expediente a instancia de doña María Manuela Kirkpatrick y Grevigné, condesa viuda de Montijo y Miranda del Castañar, y marquesa viuda de Moya sobre pleito pendiente acerca de la devolución de los bienes, rentas y alhajas de las monjas de Moya, trasladadas al convento de Villanueva de la Jara, por haber sido primitiva donación de la Casa, de los patronos. Además, en ese expediente se aporta un dato muy importante sobre el destino final del Archivo del convento, que es como sigue: «Todos los documentos fueron quemados por los franceses en la Guerra de la Independencia. Las pocas escrituras que quedaron se entregaron a Zacarías Jiménez, vecino de Moya»

Contra Manuel Ruescas sobre corta de pinos, entre 1864 y 1866, siendo parte actora la por entonces marquesa de Moya, Eugenia de Montijo, emperatriz de los franceses.

Escritura notarial de redención de censo sobre el rédito anual que la emperatriz de los franceses, condesa de Teba, como marquesa de Moya, pagaba al Hospital de Santa Cruz, de niños expósitos de Toledo.

Eugenia de Palafox Portocarrero y Kirkpatrick o María Eugenia de Guzmán y Portocarrero, más conocida como Eugenia de Montijo (Granada, 5 de mayo de 1826-Madrid, 11 de julio de 1920), fue una aristócrata española y emperatriz consorte de los franceses como esposa de Napoleón III. Fue XII condesa de Baños y XIX condesa de Teba.

María Francisca Pacheco de la Cueva Cabrera y Bobadilla era hermana de Felipe López Pacheco y de la Cueva, XII duque de Escalona, marqués de Moya, último varón de la familia Pacheco Cabrera, a cuya muerte (1798) el marquesado de Moya pasó por línea femenina a los duques de Peñaranda y condes de Miranda (a través de Juana Pacheco de Cabrera, hija de la III marquesa de Moya, que casó con Pedro de Zúñiga Avellaneda y Bazán, conde de Miranda y marqués de la Bañeza, para poco después recaer en los condes de Montijo.

Informe Legal y memorial ajustado del pleito entre Felipe López Pacheco, Marqués de Bedmar, y Manuel Pacheco Téllez Girón como marido de la marquesa de Villena, sobre sucesión en los mayorazgos de Belmonte (Cuenca), Villena (Alicante), Escalona (Toledo), San Esteban de Gormaz (Soria) y sus agregados. Osuna. Caja 2466. Documento 1 y 2.

Memoria testamentaria de Felipe Lopez Pacheco, marqués de Villena. Archivo: Archivo Histórico de la Nobleza.1799.

Sobre Felipe López Pacheco hay 39 documentos en el Archivo de la Nobleza.

María Francisca Pacheco de la Cueva Cabrera y Bobadilla estuvo casada con Rafael Santos de Zúñiga y Girón, marqués de la Bañeza, hijo del IX duque de Peñaranda, con quien no tuvo sucesión. 

María Francisca Pacheco de la Cueva Cabrera y Bobadilla era hermana de Felipe López Pacheco y de la Cueva, XII duque de Escalona, marqués de Moya, último varón de la familia Pacheco Cabrera, a cuya muerte (1798) el marquesado de Moya pasó por línea femenina a los duques de Peñaranda y condes de Miranda (a través de Juana Pacheco de Cabrera, hija de la III marquesa de Moya, que casó con Pedro de Zúñiga Avellaneda y Bazán, conde de Miranda y marqués de la Bañeza, para poco después recaer en los condes de Montijo.

María Francisca Pacheco de la Cueva Cabrera y Bobadilla estuvo casada con Rafael Santos de Zúñiga y Girón, marqués de la Bañeza-muerto en 1762-, hijo del IX duque de Peñaranda, con quien no tuvo sucesión. Madre en su segundo matrimonio  en Madrid 8 Nov. 1768, con Felipe Antonio Palafox y Croy D’havre. Nacido 3 Jul. 1739 y fallecido el 24 Oct. 1790 VII .Teniente General de los R. Ejércitos,  Coronel de Infantería , Mariscal de Campo de los reales ejércitos gentilhombre de Cámara de S. M., Caballero de la Orden de Carlos III VII Marques de Ariza de Cipriano Portocarrero y Palafox, conde de Montijo, conde de Miranda del Castañar, marqués de Moya, etc., y madre de Francisca de Sales Portocarrero y Kirkpatrick, condesa de Montijo, que casará con el duque de Alba en 1844; y de María Eugenia de Guzmán y Portocarrero, condesa de Teba y marquesa de Moya, que casará en 1853 con Napoleón III, emperador de los franceses, tradicionalmente conocida como Eugenia de Montijo, por el título nobiliario de su padre, del que sin embargo ella nunca fue titular.

13-enero-1762 † Don Rafael López de Zúñiga Girón Ayala, Marqués de La Bañeza, Gentilhombre de Cámara de S. M., natural de Madrid, casado con doña María Francisca Pacheco de la Cueva. Padres, don Antonio López de Zúñiga y Ayala, Conde de Miranda, Duque de Peñaranda, y la difunta doña María Teresa Girón Toledo y Portugal. Hermano, don Pedro de Alcántara López de Zúñiga, Coronel del regimiento de Infantería de Saboya. Cuñado, don Felipe Pacheco, Marqués de Bedmar. P. 8 ante Lorenzo de Terreros. ł en la iglesia parroquial de San Martín. (San Martín, 20-273 v.).

https://ufdcimages.uflib.ufl.edu/FI/HU/00/32/21/00001/2012_09_09_17_45_08.pdf. Marqueses de La Bañeza


María Francisca Pacheco de la Cueva Cabrera y Bobadilla es viuda desde 1839 de Cipriano Portocarrero y Palafox, conde de Montijo, conde de Miranda del Castañar, marqués de Moya, etc., y madre de Francisca de Sales Portocarrero y Kirkpatrick, condesa de Montijo, que casará con el duque de Alba en 1844; y de María Eugenia de Guzmán y Portocarrero, condesa de Teba y marquesa de Moya, que casará en 1853 con Napoleón III, emperador de los franceses, tradicionalmente conocida como Eugenia de Montijo, por el título nobiliario de su padre, del que sin embargo ella nunca fue titular.

13-enero-1762 † Don Rafael López de Zúñiga Girón Ayala, Marqués de La Bañeza, Gentilhombre de Cámara de S. M., natural de Madrid, casado con doña María Francisca Pacheco de la Cueva. Padres, don Antonio López de Zúñiga y Ayala, Conde de Miranda, Duque de Peñaranda, y la difunta doña María Teresa Girón Toledo y Portugal. Hermano, don Pedro de Alcántara López de Zúñiga, Coronel del regimiento de Infantería de Saboya. Cuñado, don Felipe Pacheco, Marqués de Bedmar. P. 8 ante Lorenzo de Terreros. ł en la iglesia parroquial de San Martín. (San Martín, 20-273 v.).

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sábado, 19 de febrero de 2022

María Isidora Sandoval y Sandoval, señora de Castillejo del Romeral. Marquesa de Caracena del Calle. Cuenca



María Isidora Sandoval y Sandoval, señora de Castillejo del Romeral, casa en segundas nupcias con su primo en sexto con séptimo grado por los Sandoval el cuarto conde de La Ventosa, José Bernardo Coello de Ribera. Son padres de un hijo que muere de niño en 1727 por lo que se rompe la sucesión en el condado de La Ventosa en la línea principal. Sigue en el marquesado de Caracena y señorio de Caracenilla un hijo de su primer matrimonio con el tercer marqués de Villabenazar, Antonio Urbina y Sandoval. Es el cuarto marqués de Caracena del Valle y cuarto marqués de Villabenazar. Casa con María Antonia de Velandia y Araciel, sexta marquesa de Tejada de San Llorente, natural de Medina del Campo. Tienen sucesión que se continúa hasta el presente.


 http://palomatorrijos.blogspot.com/2022/02/los-sandoval-la-ventosa-caracena-del.html

martes, 15 de febrero de 2022

Medinilla. La Peraleja. Cuenca

A fines del siglo XVI la parroquia de La Peraleja y de su despoblado de Medinilla pertenecían a la Mayordomía de Huete, es decir esta parroquia en lo que a sus recursos económicos se refiere era supervisada desde ciudad de Huete[1].

 Peraleja y su despoblado de Medinilla tenían 230 vecinos a fines del siglo XVI[2]

Este despoblado ya no se cita en 1848 en el Atlas histórico, geográfico y estadístico de España y sus provincias de José Antonio Elías y de Aloy[3].

Medinilla se debía encontrar ente La Peraleja y Gascueña. 

A mediados del siglo XIII se le nombra como villorrio de Gascueña. En 1245 Fernando III  El Santo, de camino a Cuenca, pernoctó con su regio acompañamiento en Gascueña que en aquellos tiempos se llamaba  Venta de los Gascones , hospedándose en la ‘Casa de la Memoria’ llamada así desde entonces en virtud de este acontecimiento; en obsequio a la generosidad, lealtad y franqueza de sus habitantes, el Santo Rey la constituyó Villa, y en esta fecha tomo el nombre de Villa de Gascueña, y le concedió el privilegio de ’ exención de todo cargo, pecho y gabela no solo para los habitantes actuales, si no a cuantos vinieran después a residir aquí, de ahí que inmediatamente se anexionasen los villorrios de Medinilla, Preguezuelo, San Pedro, Los Villares, Montuenga y El Campillo, que la circundaban, formando así en poco tiempo una de las poblaciones mayores y más rica de la comarca[4].

 

            Decir que en el mapa topográfico ningún paraje de los alrededores de la Peraleja y de Gascueña aparece con el nombre de Medinilla como si suele ocurrir con otros despoblaos cuyo nombre se conserva. Solo podemos localizar Preguezuelo, donde hay restos de un castillo, Montuenga y Campillo que suponemos es el lugar donde se encuentra la ermita de la Virgen del Campillo, aunque ahora en el término municipal de Tinajas.

 

 

 



[1] El concilio de Trento ante la importancia de los bienes materiales ve la necesidad de una persona encargada de la gestión de estos bienes. El máximo responsable de la administración económica de la parroquia era el mayordomo, figura encargada de la explotación de las propiedades, cobro de las rentas y control de los gastos, debiendo reflejar su gestión en diversos libros contables, cuyos datos eran luego vertidos por un notario en el libro de Quentas de Fabrica. Este libro era revisado periódicamente por el obispo o persona designada al efecto como era el visitador general. La administración, gestión y control de la parroquia eran desempeñados por el mayordomo y el obispo. El mayordomo era el máximo responsable de la administración económica de la parroquia, pudiendo ser clérigo o seglar. Entre las funciones del mayordomo se encontraban la explotación de las propiedades, cobro de las rentas y control de los gastos. Por su parte, el obispo o persona designada al efecto, supervisaba periódicamente la labor del mayordomo, emitiendo un dictamen sobre la misma y dictaba los mandatos necesarios, tanto en los aspectos relacionados con el culto como en los económicos. Mercedes Calvo Cruz y Candelaria Castro Pérez. El mayordomo y la contabilidad parroquial. Control y rendición de cuentas, 2005.

[2] Censo de población de las provincias y partidos de la corona de Castilla en 1591 elaborado por Tomás González Hernández, maestre escuela de la iglesia catedral de Plasencia y canónigo archivero de Simancas. Publicado en 1829. Canónigo, catedrático, archivero y escritor, comisionado por el rey Fernando VII para reordenar el Archivo General de Simancas, desordenado tras la ocupación francesa. Además de llevar a cabo esa misión, recopiló varias series documentales importantes, algunas de las cuales publicó y otras quedaron inéditas. Una de las más importantes fue el Censo de Población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI. Nace en 1780 y muere en 1833.

[3] José Antonio Elías y de Aloy. Jurista especializado en derecho foral y promotor fiscal de Barcelona. Nace en 1817 y muere en 1881.

[4] Plan de Acción Municipal de Gascueña. Ceder. Alcarria Conquense, 2021.

 

Molinos de la ribera del Júcar, y el río Rus, según el catastro de Ensenada. Siglo XVIII

 Molinos de la ribera del Júcar, y el río Rus, según el catastro de Ensenada










                                        Molinos Casas de Benítez. La Losa y La Losilla-Los Nuevos




                                                       La Losa


Villa de Alarcón (en la ribera del Júcar)


·                     Molino llamado del Inchidero, inmediato a la población, con cuatro ruedas, dos de ellas pertenecientes a los propios de la villa de Alarcón y dos ruedas propiedad de Juan Villanueva, vecino de Alarcón. Muele 400 fanegas, ochenta para el molinero

·                     Molino llamado de Vizcarra, a media legua de Alarcón, de tres piedras o ruedas, muelen la mitad del año; propiedad de Manuel Bermúdez y Salcedo. 180 fanegas para el molinero 36.

·                     Molino de la Noguera, distante media legua de Alarcón, muele con cinco piedras, once meses al año. Propiedad del Marqués de Valera. 550 fanegas, 110 para el molinero.

·                     Molino de la Losilla, distante tres leguas de Alarcón, con tres ruedas, muele tres meses al año. Propiedad del Marqués de Valera. 240 fanegas de trigo, 48 para el molinero.

·                     Molino de los Nuevos, distante de Alarcón tres leguas. Muele con cuatro ruedas tres meses al año. Pertenece a los propios de la villa de Villanueva de la Jara. 400 fanegas de trigo, ochenta para el molinero.

·                     Molino de Valdespinar, distante de Alarcón legua y media, con cuatro piedras que muele diez meses al año. 400 fanegas de trigo, ochenta para el molinero. Propiedad de don Diego Julián López de Haro, vecino de Ciudad Real, y a don Pedro de Buedo, vecino de Vara de Rey y otros vecinos de Alarcón, que tienen otro molino al otro lado de río Júcar, que muele con cuatro ruedas, ocho meses al año. 250 fanegas de trigo, al molinero 50

·                     Molino del Picazo, distante dos leguas. Muele con tres ruedas la mitad del año. Perteneciente a los propios de Alarcón. Muele 250 fanegas de trigo, 36 para el molinero

San Clemente (en el río Rus)

 



 Siete molinos en el río Rus, distantes una legua de San Clemente, con dos puestos de piedra. El molino de Rus, propiedad del Marqués de Valera; otro que llaman Blanco, propiedad de Juan Caballón presbítero; otro que llaman de la Talayuela, propio de Francisco Prieto Roldán; otro que llaman el Sedeño, propiedad de Miguel Sedeño, regidor; otro que llaman el Segundo, propio de Juan Muñoz Céspedes, vecino de Valladolid; otro que laman el Primero, inmediato a la villa, propio de la iglesia parroquial; otro que llaman de Cueto, propio de Ana María Rosillo, monja trinitaria. Todos ellos muelen entre 15 y 60 fanegas.

·                     Molinos de viento contiguos a la villa de San Clemente. Uno de las monjas carmelitas descalzas, otro propio de don Pedro de Oma y otro más de Lorenza María Martínez, vecina de Villarrobledo



                                                        Molino Blanco

Sisante (en la ribera del Júcar)

Hay tres paradas de molinos

·                     Una que incluye dos molinos con siete piedras; uno, los intitulados molinos Nuevos, propiedad de Bernarda González Pacheco, vecina de San Clemente

·                     Otra intitulada el Batanejo, con cuatro piedras, perteneciente a don Diego Mesía Pacheco, señor de Minaya

·                     Otro llamado del Concejo, con cinco piedras, propiedad de la villa de San Clemente

La Losa (en la ribera del Júcar)

·                     Un molino a doce varas de la población, propiedad del señor de Valera, con cinco piedras

Villanueva de la Jara (en la ribera del Júcar)

 Molino del Picazo, dista dos leguas de la villa, con cuatro piedras

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  • Los molinos de La Losa que son 8 ruedas, con todo su heredamiento y término redondo, prados, ejidos, aguas corrientes de dentro de dicho término redondo. Con sus diezmos y premisas, como al presente lo tenemos y llevamos, y los han tenido y llevado los padres, abuelos y antecesores de mi el dicho Fernando el Castillo Hinestrosa.  
  • Que están en la mediación de la villa de S. Clemente y de la villa de Alarcón. Que tiene por linderos por la parte de abajo la peña Godra? que linda con los molinos de Alonso Pacheco, donde se juntan las peñas de un cabo y de otro. Y desde ahí sube hasta los alcores más altos que vierten al río por sus mojones. Y desde allí va por los dichos alcores hasta estar en término de la villa de Alarcón, donde está una rubiariza y unas peñas, y desde ahí baja al río de la parte de arriba hasta un mojón que está puesto junto al puente de Villara?. Con sus casas principales y de renteros que está junto al dicho molino. Un palomar de calicanto comenzado, todo dentro del término redondo que allí tengo.  

 

 

Joan González de Madrid, escribano público de Madrid

Joan González de Madrid, era hijo, quizás el primogénito, del escribano público Alfonso González documentado como escribano del concejo madrileño en la primera mitad del siglo XV, a quien su hijo sucedió en el oficio de escribano del Concejo. Unos meses antes de la muerte de su padre en 1477. Joan debió seguir la práctica habitual de ayudar a su padre en su oficio, lo que facilitaría, sin duda, el reconocimiento de su labor por parte del Concejo. A este fin es muy interesante la lectura de la carta de donación que, en 1468, Alfonso González otorgó en favor de su hijo Rodrigo de Madrid; el escribano, quizás para igualarlo con sus hermanos, como se deduce del testamento que en 1459 realizó su madre: le cedía casa en Madrid, tres aranzadas y media de majuelos, una cuba, tres tinajas, cuatro mil maravedíes en dinero y once mil por su casamiento A la trayectoria profesional del iniciador de la saga,

Alfonso Gonçález casó con Blanca Rodríguez y tuvo cuatro hijos: Joan, el primogénito que heredó la escribanía, Pedro, Catalina y Rodrigo. Sobre lo acomodado de su condición nos da una precisa idea el testamento de la madre fechado en 1459: «Mando que, por quanto al tiempo que casó catalina gonçalez mi fija, el dicho Alfonso gonçalez, mi marido, e yo la dimos en axuar y dineros e en una casa tienda veynte e tres mil maravedis,e asi mesmo dimos el dicho mi marido y yo a Joan Gonçalez, mi fijo, al tiempo que casó en paños e joyas para su muger e una mula e ciertas vinnas e heredat de tierras de pan levar en la torre del campo e en otras cosas fasta veyntee dos mill maravedis. E asi mesmo al teimpo que casamos el dicho Alfonso Gonçalez e yo (…) le dimos pannos e joyas para su muger e en una en en una huerta e tierras de pan levar en Canyllas e en un majuelo a la cuesta, en contia de quinçe mill maravedis. Mando al dicho Rodrigo mi fijo sea igualado con los dichos mis fijos de más e allende esta mejora que le yo hago…» 

El nombramiento de escribano del Concejo era vitalicio, y como tal ejerció Joan González hasta por lo menos 1487; no obstante, desde años atrás, se ayudaba de su sobrino, Antón Dávila, quien, presumiblemente a falta de hijos varones y tras ser nombrado escribano público y del número en 1484, tras eficaces gestiones de su tío ante el Concejo, le sucedió en el oficio, que desempeñó hasta bien entrado el siglo XVI. Su sucesor debía ser un pariente cercano; con lo que la transmisión del oficio, previo desempeño de la ayudantía, fue una práctica reiterada85, pues Gaspar Dávila, sin duda pariente de Antón, quien hacia 1520-22 aparece como escribano del número de Madrid, y como escribano del Concejo de la Villa

 El oficio de escribano en Madrid tenía asignado un salario anual, que pasó de quinientos maravedíes en 1398 a tres mil hacia 1480 hasta alcanzar los cinco mil a finalizar el siglo XV. El Concejo también se ocupaba de retribuir al ayudante del escribano con dos mil maravedíes de media anual. A este salario debían añadirse derechos a percibir por los actos documentados que ante él pasaban[1].

El escribano del concejo: semblanza de un oficio municipal en el Madrid de los Reyes Católicos. Carmen Losa Contreras, 2010. Alfonso, P. Rábade. Un letrado en el Madrid del siglo XV: el escribano Alfonso González, 1994.


[1] Carmen Losa Contreras. El escribano del concejo: semblanza de un oficio municipal en el Madrid de los Reyes Católicos. Anuario de la Facultad de Derecho, 2010.