La Ribera fue el centro económico de la ciudad entre los
siglos XIII y XV.
Los grandes mercaderes edificaron en él sus grandes
palacios, como los que todavía se conservan en la calle de Montcada.
Existen dos sectores muy diferenciados: la Ribera y el
Borne. Actualmente este último ha tomado tal relevancia que a veces se usa como
sinónimo de todo el barrio de la Ribera.
El Born antiguamente era llamado la Ribera del Riego Condal,
en referencia al cauce, hoy imperceptible y antiguamente la Villanueva o
Villanueva de Mar. Se encuentra delimitado por el Paseo de Picasso, la calle de
la Princesa hasta la calle del Riego, el Paseo del Borne, Sant María de Mar, el
Pla de Palau y la avenida del Marqués de la Argentera.
Como elementos arquitectónicos más destacados del barrio se
pueden destacar los siguientes:
La lonja gótica, de la cual se conservan el Salón de
Contrataciones y la Sala de los Cónsules bajo una fachada neoclásica del siglo
XVIII. Se encuentra situada entre las plazas de Antonio López y el Pla de Palau
pero en sus mejores tiempos estaba situada a la orilla del mar.
La basílica gótica de Santa María del Mar, construida como
muestra del poder económico de los habitantes del nuevo barrio.
El barrio perdió importancia cuando el centro económico de
la ciudad se desplazó hacia el barrio de la Merced y el nuevo puerto durante el
siglo XVI.
La mitad del barrio de La Ribera fue demolido en 1714,
después de la derrota catalana durante la Guerra de Sucesión, para construir la
fortaleza de la Ciudadela y la gran explanada defensiva a su alrededor.
La Ciudadela fue derribada a su vez en el siglo XIX y las
explanadas volvieron a ser urbanizadas, construyéndose en ellas el parque de la
Ciudadela y el antiguo mercado del Borne.
1 Cascada monumental 2 Kiosco de música 3 El Mamut 4 Lago artificial 5 A los voluntarios catalanes 6 Parlamento de Cataluna 7 Desconsuelo8 IES Verdaguer 9 Iglesia de la ciudadela 10 Estatua equestre al General Prim 11 Entrada del parque zoológico 12 La dama del paraguas 13 Umbráculo 14 Museo de geología 15 Hivernáculo 16 Castillo de tres dragones
El Parque de la Ciudadela fue durante muchos años el único
parque de la ciudad de Barcelona. Fue construido en los antiguos terrenos de la
fortaleza de la ciudad, a imagen y semejanza del Jardín del Luxemburgo de
París.
Está situado en el barrio de Ciutat Vella, en el triángulo
comprendido entre la Estación de Francia, el Arco de Triunfo y la Villa
Olímpica, entre el paseo Pujades, el paseo Picasso y la calle Wellington.
Dispone de diez accesos y tiene una extensión de 17,42 hectáreas, sin contar el
Zoo de Barcelona.
En el parque se ubica el antiguo Arsenal de la Ciudadela,
sede actual del Parlamento de Cataluña.
El 11 de septiembre de 1714, tras un asedio de más de 13
meses, Barcelona caía en poder del ejército del rey Felipe V, que para mantener
la ciudad bajo un firme control construyó esta ciudadela o fortaleza, la más
grande de Europa por entonces, con forma de estrella, de donde toma su nombre
actual el parque y el barrio de la Ciutadella circundante.
La Ciudadela fue parte integrante de un conjunto militar
para dominar plenamente la ciudad de Barcelona, en el que, junto a la Ciudadela
propiamente dicha, se construyó el Castillo de Montjuïc, en la montaña homónima
que domina Barcelona desde la altura. La construcción de la Ciudadela se
encargó al ingeniero militar de origen flamenco Joris Prosper Van Verboom,
realizándose entre 1716 y 1718.
Para su construcción fue necesario derribar parte del Barrio
de la Ribera, que no sería trasladado a la Barceloneta hasta tres décadas más
tarde. Se derribaron 1.200 casas, así como los conventos de San Agustín y Santa
Clara, y se desvió el Rec Comtal.
El General Prim decretó la donación de la Ciudadela a la
ciudad de Barcelona.
Durante la Revolución de 1868 se procedió a la demolición de
la Ciudadela, comenzando con el derribo de la torre de San Juan, prisión
militar situada en la plaza de armas de la Ciudadela. De la fortaleza original
quedaron sólo la capilla, actual Parroquia Castrense, el palacio del
gobernador, actualmente un instituto de educación secundaria, el IES Verdaguer,
y el arsenal, actual sede del Parlamento de Cataluña.
Con motivo de la Exposición
Universal de 1888, el alcalde Francisco de Paula Rius y Taulet encargó la
urbanización del parque a Josep Fontserè, en los terrenos de la Ciudadela
derribada, en plena apertura de Barcelona al mundo internacional.
Fontserè proyectó unos amplios jardines para esparcimiento
de los ciudadanos, bajo el lema «los jardines son a las ciudades lo que los
pulmones al cuerpo humano». Se inspiró en jardines europeos como los de William
Rent en Inglaterra, André Le Nôtre en Francia, o las villas de recreo de Roma y
Florencia, y junto con la zona verde proyectó una plaza central y un paseo de
circunvalación, así como una fuente monumental y diversos elementos
ornamentales, dos lagos y una zona de bosque, además de diversos edificios
auxiliares e infraestructuras, como el Mercado del Borne, un matadero, un
puente de hierro sobre las líneas de ferrocarril y varias casetas de servicios.
Fontserè contó con la colaboración del joven Antoni Gaudí,
que intervino en el proyecto de la Cascada Monumental, uno de los puntos
neurálgicos del parque. Gaudí realizó el proyecto hidráulico y diseñó una gruta
artificial debajo de la Cascada. El monumento destaca por su profusión
escultórica, en la que intervinieron varios de los mejores escultores del
momento: destaca el grupo escultórico de hierro forjado La Cuadriga de la
Aurora, de Rossend Nobas, así como El nacimiento de Venus, de Venanci
Vallmitjana; el frontón es obra de Francesc Pagès i Serratosa. Otras esculturas
son: Anfítrite, de Josep Gamot; Neptuno y Leda, de Manel Fuxà; y Dánae, de Joan
Flotats. Asimismo, Rafael Atché realizó los cuatro grifos que expulsan agua por
la boca, en la parte inferior del monumento.
Varios de los edificios construidos para la Exposición se han
conservado: el restaurante conocido como Castillo de los Tres Dragones y
antiguo Museo de Zoología, obra de Lluís Domènech i Montaner, de estilo
neogótico pero con unas innovadoras soluciones estructurales que apuntaban ya
al modernismo, especialmente por la utilización del hierro y el ladrillo visto;
el Hibernáculo, obra de Josep Amargós, realizado en hierro y vidrio siguiendo
el ejemplo del Crystal Palace de la Exposición de Londres de 1851; el Museo
Martorell de Geología, de Antoni Rovira i Trias; y el Umbráculo, de Josep
Fontserè.
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