miércoles, 23 de marzo de 2011

Señoras de Ledesma. Beatríz Pimentel. Salamanca.






Puente Beltrán de la Cueva.








Texto del Colaborador del BLOG Antonio Medina y fotos de Dora Rodriguez. A los dos muchas gracias por sus aportaciones.

BEATRIZ PIMENTEL - SEÑORA DE LA VILLA, y una “DEMANDA” AL MONARCA.

La infanta doña Beatriz Pimentel fue Señora de Ledesma en una doble vertiente: como “consorte” (al desposarse con el infante D. Enrique, que había heredado el Señorío de su madre Doña Juana) , y como “Señora de Derecho” como veremos más adelante.

Doña Beatriz Pimentel nace en Benavente (Zamora) en el año de 1416, hija de Don Rodrigo Alonso Pimente, II Conde de Benavente, y de Doña Leonor Enríquez de Mendoza.

De su infancia no sabemos nada, suponemos que pasaría sus días en la villa de Benavente, residencia habitual de sus progenitores. Tenía tres hermanos mayores que ella (D. Juan Alfonso, D. Alonso – 3º Conde de Benavente y Dª. Juana).

Si en el escrito anterior, comentábamos el malestar expresado por el primer Conde de Benavente por no haber podido contraer matrimonio con Doña Leonor Urraca, (la “rica-hembra”), los acontecimientos hicieron que una hija, y hermana, de “Conde de Benavente” contrajera matrimonio con un Señor de la Villa de Ledesma: El infante Enrique.

La donación de Ledesma por parte de Leonor de Alburquerque a su hijo D. Enrique tuvo lugar en 1418. D. Enrique Trastamara, infante de Aragón, había contraído matrimonio en noviembre de 1420 con la infanta Catalina, hermana del rey de Castilla don Juan II. Su ambición y viendo la posible debilidad del monarca, (además de sus territorios, unía otros muchos de su esposa), da un golpe de estado contra su cuñado (golpe de Tordesillas). Producto de este acontecimiento a D. Enrique le es confiscado Ledesma en 1422 por don Juan II, y se la entrega a Don Pedro de Estuñiga, prometiendo éste que devolvería la Villa al monarca, una vez que éste, le hiciera entrega de la ciudad de Plasencia. En 1441 recupera el monarca la villa de Ledesma, y entregándola nuevamente a D. Enrique de Aragón.

En el año de 1439, producto de un mal parto fallece la esposa del infante Don Enrique.

En el año 1443, habiendo recuperado el Señorío de Ledesma, (el 28 de marzo del año anterior, el infante envía una carta a la Villa, recogida por Martín Expósito, como “Señor” de la misma) don Enrique contrae segundas nupcias con doña Beatriz Pimentel, protagonista de este relato.

Garibay lo narra así: “Ávalos camarero del infante don Enrique yendo por doña Beatriz Pimentel hermana de don Alonso Pimentel Conde de Benavente, la llevó a Córdoba, donde el infante don Enrique estaba, con el cual casó en aquella ciudad”.

Desde su matrimonio, doña Beatriz es “Señora Consorte” de Ledesma. Y así desde Córdoba y con fecha de 10 de enero del año 1444, tenemos constancia de otra carta a la Villa que comienza diciendo: “Don Enrique, infante de Aragón y maestre de la Orden de Santiago, debido a que su villa y tierra de Ledesma…”

Vuelve a ser invadida Castilla por Navarros y Aragoneses en el año 1445, posicionándose el esposo de doña Beatriz a favor de estos, que son derrotados por el rey Juan II y sus nobles en la batalla de Olmedo.

Fruto de las heridas que le infieren en dicha batalla, en la retirada, fallece don Enrique en Calatayud. ”En esta ciudad falleció el infante don Enrique de la herida de la mano, de que le había sobrevenido una recia calentura, que dio fin a sus días, y con solemnes y llorosas exequias, fue puesto en la misma ciudad de Calatayud, en la capilla de don Juan de Luna de donde fue trasladado al monasterio de Poblet donde el rey don Fernando su padre yacía. Dexó a la infanta doña Beatriz Pimentel su segunda mujer preñada, la cual parió a don Henrique de Aragón, ya nombrado, llamado Infante Fortuna, que fue Duque de Segorve”.

Curiosamente, nos encontramos ante una viuda, que como en el caso de otras dos señoras anteriores de Ledesma, su esposo muere con anterioridad al nacimiento de su descendiente, (A la muerte de D. Sancho, padre de doña Leonor Urraca, su madre doña Beatriz se encuentra embarazada; El esposo de doña Margarita de Narbona – D. Pedro – fallece el mismo año del nacimiento de su descendiente: D. Sancho “el de la Paz”).

La villa retorna a la corona en 1445 tras la derrota final de los Aragoneses en Olmedo. Sin embargo esta vuelta al realengo no se presentó nada fácil, pues muy pronto una persona alegó derechos a la villa.

Y en este punto retomamos la historia de doña Beatriz de Pimentel, viuda del infante D. Enrique, que de acuerdo con Alfonso Franco, ésta presentó una demanda al monarca para tratar de recuperar Ledesma, aduciendo en esta reclamación que su esposo le había hipotecado la villa al pago de su dote de 50.000 florines y a la promesa de otros 25.000 florines en arras – en total 75.000 florines – cuando contrajo matrimonio con ella en 1444. Como no había recibido ni la dote ni las arras, la infanta había tomado posesión de la villa pocos meses antes de fallecer su marido.

Ahora se queja al rey porque, éste había ordenado secuestrar Ledesma, y este hecho le había causado gran daño, por eso en su demanda solicita de Juan II que le proveyere de justicia y se le restituyese, para que al menos, pudiese mantenerla hasta que le fuese pagada la dote por los herederos de D. Enrique.

Ante la presión de un hombre tan poderoso como el conde de Benavente, hermano de la viuda, el monarca se vio obligado a aceptar la petición, y en consecuencia en mayo de 1446 ordena a su criado Gonzalo de Ledesma que entregue la Villa a doña Beatriz, siempre que el propio Conde de Benavente, le diese seguridad bajo juramento de que no acogería en ella ni al rey Juan de Navarra, ni a sus secuaces.

Don Alonso Pimentel acepta la imposición real y, tras el juramento, envió a Ledesma al bachiller Alfonso Rodríguez Madrigal, para que en su nombre y en el de su hermana tomase posesión de la Villa.

(La toma de posesión tiene un gran interés: Madrigal ordenó al pregonero que hiciese saber, a todos los ciudadanos de Ledesma, la prohibición del juego de dados “so pena de perder los dineros que oviesen en juego” y de una multa de 600 maravedíes para la casa en que lo hiciesen, prohibiendo también el uso de armas en la villa “so pena de las perder y de yacer treinta días en la cadena”, otorgó la vara de la Justicia a Diego de Gaona, y abrió las dos puertas de la villa, la de la Puente y la de Caresas).

No sabemos cuánto tiempo permaneció doña Beatriz como “Señora” de Ledesma, ni en el catálogo de Alberto Martín, ni tampoco en el de los duques de Alburquerque, consta la fecha en que la Villa pasa de nuevo al realengo. Lo que sí es cierto es, que su hijo no heredó el Señorío sobre la Villa, y que la corona la recuperó antes del año 1462, pues el 20 de febrero de dicho año, Enrique IV la donó a don Beltrán de la Cueva.

Poco más conocemos de la protagonista de nuestra historia. No he encontrado relato histórico que haga mención a los años posteriores de doña Beatriz Pimentel.

Antonio Ponz, en su “Historia del Monasterio de Poblet”, reseña que a la muerte de Doña Beatriz en el año 1490, el Conde don Enrique, hijo de ésta, hizo trasladar su cuerpo este mismo año. Estuvo el cuerpo depositado debajo de los Arcos Reales al lado del infante D. Enrique (su esposo), y de Doña Catalina su primera mujer. En el año 1673 fue colocado el dicho infante con sus dos mujeres doña Catalina y doña Beatriz en el suntuoso sepulcro de alabastro.

Así pues, doña Beatriz reposa junto a su esposo, y la primera esposa de éste, en un mismo sepulcro en el monasterio de los Padres Bernardos de Poblet, en un sepulcro que su hijo mandó esculpir a don Pedro Antonio de Aragón.







Puente Romano. Puente Mocho.

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