Oporto y el Duero. Portugal.

Desembocadura del río Duero.

Oporto, en portugués Porto, es la segunda ciudad más importante de Portugal después de Lisboa. Como muchas ciudades europeas, Oporto es una ciudad antigua que cuenta con un amplio patrimonio histórico, aunque durante las últimas décadas ha sido sometida a una amplia modernización. Desde muy antiguo hay una pugna entre Lisboa y Oporto. Dicen que esta ciudad tiene un cierto aire británico, desde que se asentaron aquí los comerciantes de vino ingleses. Se dice que Lisboa se divierte, Coimbra canta, Braga reza y Oporto trabaja. Su Centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Dista de la frontera española con Galicia unos 140 kilómetros. Los orígenes de Oporto están muy ligados a Morro da Sé (Colina de la Catedral), por encima del río Duero, donde se han identificado las ruinas de una antiguo asentamiento. Los romanos dieron un gran impulso a la ciudad, que fue elevada al estado de diócesis durante el periodo Visigodo. La ciudad sufrió grandes reveses tras las invasiones moriscas, siendo reconquistado el territorio por Vimara Peres a finales del siglo IX. El nombre original de la ciudad fue Cale y posteriormente Portucale, del cual se derivó el nombre de Portugal. Doña Teresa, madre del primer Rey de Portugal, donó la tierra de Oporto al Arzobispo D. Hugo, quien le otorgó su primer fuero a la ciudad en el año de 1123. El desarrollo de la actividad comercial motivó la progresiva urbanización del área de la ribera y, a finales del siglo XIV, la ciudadela estaba rodeada por una segunda muralla. El comercio con el exterior aumentó, no sólo hacia los puertos del norte, sino también hacia la zona del Mediterráneo. El control de los recursos de la ciudad, especialmente los beneficios del puerto, fueron el origen de un enfrentamiento entre el Obispo y la Corona. La construcción de la Casa de la Aduana en 1324 supuso un fuerte revés a los intereses del Obispo. En el año 1405 Juan I transfirió la jurisdicción de la ciudadela a la Corona.