Palacio de Anglada. Fachada de la calle Serrano. Levantado por Juan de Anglada hacia 1875.
En la manzana comprendida entre las calles del Marqués de Villamagna y José Ortega y Gasset estuvo el palacio de Anglada. Vistas del hotel Villamagna en la avenida de la Castellana, donde tenia su fachada principal el Palacio.
La puerta del jardín del palacio de Anglada es ahora la puerta de Odonell del Parque del Buen Retiro. Del Jardín quedaron en La Castellana los dos cedros que podemos ver delante del hotel Villamagna,, construido sobre los terrenos que ocupaban el Palacio. El derribo de este Palacio en el año 1962 podemos considerarlo una auténtica catástrofe en la sucesión de hechos de este tipo ocurrida en Madrid. Díez años más tarde se levanta el Hotel.
El Palacio de Anglada fue levantado alrededor de un gran patio cerrado, al estilo árabe que entonces estaba de moda. Su calidad era tan alta y las escayolas imitando las formas de la Alhambra de Granada tan perfectas, que impresionaba a los visitantes. En torno a él se distribuían las distintas dependencias, dormitorios, comedor, despachos, gabinetes, tocadores… Además, los mejores pintores y escultores participaron en la decoración interior. En la buhardilla se hallaban las habitaciones destinadas a la numerosa servidumbre que solían tener este tipo de personajes y que realmente necesitaba el cuidado de un palacio de tales dimensiones, y tan costoso. Pero, antes de que terminara el siglo, Anglada se arruinó, y el Banco Hipotecario se hizo cargo del edificio.
En junio de 1895 se abrió al público para una exposición de arte que alcanzó gran notoriedad en la prensa de la época debido a las maravillas que mostraba. Posteriormente, el edificio permaneció cerrado hasta que en los comienzos del siglo XX pasó a ser propiedad del marqués del Genal y sus sobrinos los marqueses de Larios.
El Palacio de Anglada fue levantado alrededor de un gran patio cerrado, al estilo árabe que entonces estaba de moda. Su calidad era tan alta y las escayolas imitando las formas de la Alhambra de Granada tan perfectas, que impresionaba a los visitantes. En torno a él se distribuían las distintas dependencias, dormitorios, comedor, despachos, gabinetes, tocadores… Además, los mejores pintores y escultores participaron en la decoración interior. En la buhardilla se hallaban las habitaciones destinadas a la numerosa servidumbre que solían tener este tipo de personajes y que realmente necesitaba el cuidado de un palacio de tales dimensiones, y tan costoso. Pero, antes de que terminara el siglo, Anglada se arruinó, y el Banco Hipotecario se hizo cargo del edificio.
En junio de 1895 se abrió al público para una exposición de arte que alcanzó gran notoriedad en la prensa de la época debido a las maravillas que mostraba. Posteriormente, el edificio permaneció cerrado hasta que en los comienzos del siglo XX pasó a ser propiedad del marqués del Genal y sus sobrinos los marqueses de Larios.
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