"Perla de Sefarad".
Además, es de las pocas ciudades de España que ostenta el título de “mariana” debido a la gran devoción que se le profesa a su patrona, María Santísima de Araceli.
Esta fue nombrada Patrona en 1851 y Alcaldesa Perpetua en 1955.
Su nombre proviene del hebreo Eli ossana אלי הושענא, /Dios nos salve", nombre con el cual fue llamada originalmente por los judíos, mientras que los musulmanes la denominaban اليشانة Al-Yussana.
Se trata de la principal población en términos demográficos y económicos de la provincia tras la capital y está situada en un importante nudo de comunicaciones de carreteras.
El término se emplaza al sur de la provincia de Córdoba, en una posición estratégica entre las comarcas de la Subbética, la Campiña Sur y el curso medio del Genil.
A cambio de unos terrenos, fue adquirido en 1342 por la
amante del rey Alfonso XI, Leonor de Guzmán, que también había adquirido el castillo
de Cabra, precisamente en este último lugar nació su hijo ilegítimo con el
monarca, el que sería el futuro Enrique II.
Leonor mantuvo la propiedad del castillo hasta su fallecimiento en 1351, cuando regresó a la Corona.
En 1371 el rey
Enrique II lo donó a Juan Martínez de Argote y este, cuatro años más tarde, a
su hija María Alfonso de Argote, que
había contraído matrimonio con Martín Fernández de Córdoba, alcaide de los
Donceles, quedando ya unido a este linaje familiar.
https://www.laopiniondecabra.com/ampliar.php?sec=especiales&sub=colaboraciones&art=1670
Viudo de María Alfonso de Argote en 1399, Martín Fernández volvió a contraer matrimonio con Beatriz de Solier, hija de Arnao de Solier.
Se ignora el año exacto de su fallecimiento.
Se sabe que en 1416 otorgó testamento en el que designaba a su primogénito, Diego, hijo de su primer matrimonio, como heredero de los señoríos de Chillón, Aznaharón y Lucena y destinaba la villa de Espejo al segundo, llamado Gonzalo, y la alcaidía de los Donceles a Alfonso, el mayor de los hijos de su segundo matrimonio.
Este reparto del patrimonio, aunque más tarde fuese modificado con la cesión de Espejo al primogénito, fue la causa de graves discordias que surgieron entre los herederos tras la muerte del progenitor.
De su primer matrimonio tuvo tres hijos: Diego, Gonzalo y Juan Martínez, mientras que del segundo fueron siete: Alfonso, Carlos, Pedro, Fernando, Inés, Marina y Juana.
Diego López de Haro es de su primer matrimonio con su parienta Leonor de Ayala, hija de los I condes de Fuensalida, padre de Aldonza de Haro que casa con Pedro Laso de Castilla.
Era hijo de Diego Fernández de Córdoba de Biedma, señor de Chillón, Ciudad Real, desde 1370, de quien heredó el título de alcaide de los Donceles del rey.
En 1382 contrajo matrimonio con María Alfonso de Argote, señora de Espejo y Lucena, que había heredado dichas villas de su padre Juan Martínez de Argote, hacia 1375.
De esa forma, Martín Fernández pudo unir a su señorío de Chillón los ya citados de Espejo y Lucena, aumentando su poder en pocos años de manera espectacular.
En los primeros años del siglo XV, ya viudo, contraería segundas nupcias con Beatriz de Solier, fruto de las cuales nacieron, al menos, ocho hijos, entre los que destacan Pedro de Córdoba y Solier, que fue arcediano de Castro y posteriormente obispo de Córdoba, y Fernando y Jorge Solier, comendadores de El Moral y Cabeza de Buey, respectivamente, protagonistas de la famosa venganza que inmortalizara Lope de Vega.
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