En la Edad Media el Cabildo de
Sevilla tuvo su sede en unas casas del Corral de los Olmos, lugar que hoy es la
Plaza de la Virgen de los Reyes. En siglo XV, con el descubrimiento de América
y la importancia y riqueza que va adquiriendo la ciudad, se decide crear una
nueva sede del Cabildo, más amplia y de mayor calidad. Se decide colocar el
Ayuntamiento de Sevilla en la Plaza de San Francisco, que era lugar céntrico y
comercial, delante del convento que le daba nombre y enfrente de la Audiencia.
Este primer edificio constituye
una de las muestras más notables de la arquitectura plateresca. La obra se
inicia en el año 1526, celebrándose cabildo por primera vez en el nuevo
edificio en 1556. La comienza Diego de Riaño, a quien se le encargó que labrara
una construcción de piedra, duradera y con fachadas a la Plaza Mayor ante el
desaparecido convento de San Francisco. A la muerte del Maestro le sucede en
las obras el cantero y aparejador Juan Sánchez.
El edificio ocupa el sector
meridional del actual Ayuntamiento, con el "Arquillo" que comunicaba
con el compás del monasterio franciscano.
En la planta baja se sitúan la
sala del Apeadero (acceso al edificio), con elementos híbridos entre el gótico
y el plateresco; el antecabildo con la escalera, y el Cabildo bajo o Sala
Capitular, con una magnífica bóveda casetonada. Junto al Arquillo, y sin
comunicación con las anteriores, está la sala del Juzgado de Fieles Ejecutores.
La escalera desemboca en el vestíbulo de la planta alta. Aquí están la
Biblioteca, desde la que se accede a la Sala Capitular alta, cubierta de
artesonados de madera, y la sala del Archivo.
Hacia 1560 se decide ampliar el
edificio, con una nueva construcción que se extiende hacia el norte. Era una galería
porticada de dos pisos, que actualmente no se conserva.
Durante el siglo XIX el Convento
de San Francisco sufrió una ocupación militar, dos incendios y la
exclaustración de la "desamorización de Mendizábal", con lo que
estaba casi en ruinas. Una vez derribado el convento en 1840, los terrenos
pasaron a propiedad municipal. En 1852 se encarga al arquitecto municipal
Balbino Marrón que realice un proyecto para el nuevo Consistorio. El primer
proyecto se aprueba por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando al año
siguiente, pero no puede ser llevado a cabo por problemas económicos del
Ayuntamiento. Un segundo proyecto se aprueba en 1855; las obras sufrieron
continuas interrupciones y el proyecto tuvo varias reformas a cargo de Miguel
Galiano y Demetrio de los Ríos. En la parte de la Plaza de San Francisco hubo
que derribar las logias del siglo XVI por ruina, y se decidió hacer una fachada
que prolongase el edificio plateresco; sin embargo la decoración de este sector
nunca llegó a terminarse y hoy podemos ver la fachada con los bloques de piedra
preparados para ser tallados (lo que se denomina "en sólido capaz").
La fachada principal que da a la Plaza Nueva se culminó en 1867, y la
decoración del Salón Colón en 1871, con lo que se puede considerar por
concluida la obra.
Esta sede fue reformada, tras el
derribo del convento de San Francisco, en el s. XIX, siendo trazada una nueva
fachada principal orientada a la Plaza Nueva, de corte neoclásico. A su vez se
reorganizó el interior, alrededor de dos patios y una gran escalera.
Bien de Interés Cultural, el
Ayuntamiento de Sevilla está catalogado como Monumento desde 1931.
La Plaza de San Francisco de
Sevilla es uno de sus espacios más antiguos y emblemáticos.
Se encuentra en el casco
histórico de la misma, junto al ayuntamiento.
La Plaza de San Francisco era ya
en el siglo XVI el corazón de la ciudad, actuando como plaza mayor.
En ella se encontraban ubicados
los principales poderes civiles.
En esta plaza se celebraron los famosos autos
de fe de la Santa Inquisición, las diversas fiestas de toros y cañas, y al
igual que en la actualidad constituía uno de los lugares principales en la
conocida como carrera oficial de las procesiones de Semana Santa y Corpus
Christi.
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