El Real Alcázar de Sevilla, es un conjunto de edificios palaciegos rodeados por una muralla, situados en la ciudad de Sevilla. Su construcción se inició en la Alta Edad Media. En su realización se han empleado a lo largo de la historia diferentes estilos, desde el islámico de sus primeros moradores, al mudéjar y gótico del periodo posterior a la conquista de la ciudad por las tropas castellanas. En sucesivas reformas se han añadido elementos renacentistas y barrocos.
Los Jardines suponen una parte fundamental del Alcázar. Están dispuestos en terrazas, de vegetación verdeante, multitud de naranjos y palmeras, con fuentes y pabellones.
Estos jardines forman un conjunto integrado por,
Jardines de Mercurio
Jardín de Troya o del Laberinto
Jardín de la Danza o de las Damas
Jardín de las Flores
Jardín de la Galera
Jardines del Príncipe
Jardín del Chorrón
Jardín de la Alcubilla
Jardín inglés
Jardín de la Cruz
Cenador del León o del naranjal o de la alcoba, con la fuente del León.
Jardín del Marqués de la Vega Inclán, Comisario Real de Turismo.
Jardín de los poetas, construido entre 1956 y 1958 por Joaquín Romero Murube
El origen del Alcázar, lo podemos situar en la época del primer califa andaluz Abd al-Rahman III, quien sobre un antiguo asentamiento romano y más tarde visigodo, extramuros de la ciudad, donde al parecer estuvo la basílica de San Vicente Mártir y fuera enterrado San Isidoro, decide edificar su Alcázar en el año 913, después de la revuelta contra el gobierno de Córdoba.
El recinto de "Dar Al-Imara" (Casa del Gobernador) dispuso de planta sensiblemente rectangular con unas dimensiones de 120 x 180 m, de cuyos lienzos de piedra aún quedan importantes paños.
Durante el siglo XI, el segundo de los reyes taifas, Al-Mutamid, amplía hacia poniente las primitivas estructuras palatinas y levanta su nuevo Palacio llamado "Al-Mubarak" (La Bendición), con entrada por donde hoy se encuentra el arquillo de Mañara o de la Plata. Según los textos árabes, en el centro de Al-Mubarak existía el gran salón "at-Turayya" (Zoraya, la Constelación de los Pléyades), donde tres siglos más tarde el rey cristiano Pedro I aloja el actual Salón de Embajadores en la Construcción de su Palacio Mudéjar.
Desde su construcción inicial árabe, el conjunto incluía varios recintos, como la Casa de los Príncipes, viviendas que en el siglo IX iban desde la Plaza del Triunfo hasta el Barrio de Santa Cruz.
El primitivo palacio islámico es de la misma época que la Alhambra de Granada, se amplió con la vivienda de los emires en el siglo XI, también en el siglo XII se siguió fortificando y añadiéndole estancias como el Alcázar o Palacio de las Bendiciones, un siglo después los almohades sumaron más patios y palacios. Actualmente solo se conserva del Palacio Islamico el Patio del Yeso.
Tras la toma de la ciudad por el rey Fernando III en 1248, se convirtió en alojamiento real, su hijo Alfonso X el Sabio llevó a cabo las primeras reformas tras la conquista, ordenando en 1254 la construcción de tres grandes salones en estilo gótico.
En 1364, Pedro I de Castilla decidió construir el denominado Palacio Mudéjar, que se convirtió en el primer palacio de un rey castellano que no estaba protegido tras los muros y defensas de un castillo, y alcanzando el aspecto mudéjar que hoy conserva y asombra por su riqueza y ornamentación.
En 1366 cuando estuvo terminado el nuevo palacio, comenzó una guerra civil que enfrentó a Pedro I con su hermanastro Enrique II, y que terminaría con la muerte de Don Pedro en 1369, por lo que no parece que el rey Pedro, pudiera disfrutar el nuevo palacio por mucho tiempo.
El Palacio de Pedro I es considerado el más completo ejemplo de la arquitectura mudéjar en España. Posteriormente se levantaron también la Capilla Gótica, el apeadero, el Patio de la Montería y los Grutescos de los jardines.
Con el descubrimiento de América en 1492 se marca el inicio de la Edad Moderna. Sevilla se convierte en el primer puerto de salida europeo hacia América. En los Reales Alcázares se crea la Casa de Contratación, en 1503, para administrar y controlar todo el tráfico entre Castila y América, regulando asi las relaciones judiciales y científicas con América. Esto convirtió a la ciudad en un centro multicultural que ayudó al florecimiento de las artes, en especial la arquitectura, la pintura, la escultura y la literatura.
Del siglo XVI son los Apartamentos Reales, con salas redecoradas en el siglo XVIII y el Salón del Emperador, con azulejos del siglo XV y tapices flamencos. Vermondo Resta construye el Zaguán y Apeadero y se ordena el Patio de la Montería, centrando su actividad en la remodelación de los jardines.
La época de mayor esplendor del Alcázar coincide con el siglo XVIII. Es la etapa borbónica, construyéndose la Armería Real y el Salón de Tapices del holandés Van der Borchst de traza clasicista. Carlos V celebró aquí su boda con Isabel de Portugal.
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