El cementerio de Montmartre, oficialmente Cementerio del Norte,
Se inauguró en 1825.
Por su tamaño es la tercera necrópolis parisina después del cementerio de Père Lachaise y del de Montparnasse.
Su superficie es de 11 hectáreas y está atravesado por el puente metálico de Caulaincourt, construido en 1888.
Sus numerosos árboles (arces, castaños, tilas y tuyas) hacen de este lugar un espacio propicio para pasear, a pocos pasos de la basílica del Sacré-Cœur.
El cementerio cuenta con 20 000 concesiones.
Entre los personajes célebres sepultados en él destacan Stendhal, Émile Zola, Gustave Moreau, Berlioz, Sacha Guitry........
Butte Montmartre. Colina de Montmartre
El cementerio de Montmartre se encuentra ubicado al oeste del Butte, 20, avenue Rachel 75018, cerca de la Plaza Cliché, se encuentra construido sobre una vieja mina y mantiene sus puertas abiertas desde el 1 de enero de 1825.
La ciudad de París compró en 1798 al señor Aymé un terreno de un poco más de una hectárea. La finalidad era ofrecer a la población de una parte de la orilla derecha un cementerio decente. Bautizado “Campo de reposo” o “Cementerio bajo Montmartre”, rápidamente demostró ser insuficiente.
En aquel entonces, este espacio se parecía a un pequeño valle en medio de tres colinas arboladas y resultaba muy agradable para sus contemporáneos.
En la reestructuración del barrio de 1818 a 1824, se acondicionó un nuevo cementerio, diez veces más amplio, que se convirtió en el actual cementerio de Montmartre.
El cementerio tiene una superficie de 11 hectáreas coloridas con mas de 700 árboles. Antiguamente en el siglo XVIII en el lugar que ahora ocupa el cementerio estaba ocupado por una cantera de yeso, en los años de la Revolución Francesa este lugar era usado para depositar los cuerpos de las víctimas de las revueltas.
En el siglo XVIII el terreno del cementerio se hallaba fuera de los límites de la ciudad de París y permitía acceder a las canteras de yeso de la colina de Montmartre.
En el siglo XVIII, los terrenos ocupados por el cementerio
actual daban acceso a las canteras de yeso, muy numerosas en este sector.
En la Revolución, estas
explotaciones abandonadas sirvieron de fosa común para las víctimas de las
revueltas, entre las cuales figuraban algunos guardias suizos muertos en las
Tullerías el 10 de agosto de 1792.
Esta necrópolis, recibía los cuerpos de una buena parte de
los parisinos que ya no podían ser enterrados en la capital, después del cierre
de todos los cementerios intra-muros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario