lunes, 23 de mayo de 2011

La Tierra de Huete y los Vázquez de Acuña.

En 1474, Lope Vázquez de Acuña "el Viejo", I duque de Huete,  adquirió rentas en la tierra de Huete y otros lugares al recibir de Isabel Álvarez, priora del monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid donde había profesado una de sus hijas que llegaría a priora, y donde profesará también una de sus nietas, el traspaso de una merced de 20.000 maravedíes hecha por Enrique IV el 20 de diciembre de 1472. Lope Vázquez pidió que se los situaran en las rentas de las alcabalas de Huete: 2.000 en los heredamientos, 3.000 en las alcabalas de Carrascosa, 3.000 en las de Palomares, 2.000 en las de Villar del Águila, 5.000 en las de Torrejoncillo, 2.000 en las de Horcajada, 2.000 en las de Valparaíso y 1.000 en las de Valparaíso de Yuso-de Abajo. El traspaso de la merced se hizo en el monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid el15 de marzo de 1474; el privilegio fue librado en Segovia, el 28 de marzo 1474.

Desde 1477 a 1499, año de su muerte, Lope Vázquez de Acuña tuvo que litigar por la posesión de determinadas propiedades, rentas y vasallos que poseía en vida de Enrique IV al concluir la guerra civil castellana y ponerse al servicio y obediencia de la reina Isabel tras haber apoyado tanto él como su hermano Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo, a Juana “la Beltraneja”. Los monarcas habían acordado con él en las capitulaciones que recuperaría todo lo que tenía y poseía públicamente antes de que comenzara la guerra civil en 1469 por la sucesión al trono de Castilla. 

Lope Vázquez pertenecía al Consejo Real y suplicó que le restituyeran las heredades que poseía “en linde e término de la dicha çibdad de Huete”, una merced de 1465. La reina Isabel ordenó al concejo de Huete en 1477 que no consintiera que Lope Vázquez fuera despojado de la posesión del dicho heredamiento, aunque este debate prosiguió hasta 1479, cuando el Consejo Real decide que Lope Vázquez de Acuña debe renunciar a sus bienes en Albendea, aunque no acata esta sentencia. La merced de Albendea, dada por Enrique IV en Madrid el 25 de marzo de 1465, eran los “bienes asy muebles como rayses” que Pedro Nieto había de heredar y los había perdido por una disputa con su padre Juan Sánchez Nieto. 

También reclamó en 1477 algunos lugares como Huelves, Torrejoncillo-luego del Rey-y el despoblado de Valdejudíos en tierras de Carrascosa del Sexmo del Campo , dehesa que indebidamente había sido ocupada por el concejo de Huete. Enrique IV le hizo merced de la dehesa de Valdejudíos, que estaba en término de Huete. En julio de 1479 el noble solicitó que, a causa de los movimientos que existían en el reino, no le habían restituido las dehesas y heredamientos que reclamaba; se refiere, en concreto, “a la dehesa que se dise Valdejudíos e otras dehesas e heredamientos en la çibdad de Huete e su tierra”,  alegó que poseían “por suyos e como suyos los términos de Valdejudíos, aldea e lugar despoblado de la dicha çibdad. Eran Valdejudios y Navehermosa, esta en tierras de Loranca también en el Sexmo del Campo, ya de su abuela materna Urraca de Albornoz. Acuña continuaba reclamando en 1497 la devolución de algunas heredades en Carrascosa y el término de Valdejudíos, que algunos labradores de Huete tenían ocupados.

En 1477, Lope Vázquez presentó una suplica ante la reina Isabel por las cantidades de maravedíes, trigo, ganado y otras cosas que tenía en algunos lugares del obispado de Cuenca como era Carrascosa, Pineda y Naharros, y que no  querían devolverle pese a sus requerimientos. Era Naharros señorío de la mujer de Lópe Vázquez de Acuña, Maria de Mendoza de los señores de Cañete.

En 1480 el concejo de Mazarulleque, aldea de Huete, presentó una relación en el Consejo Real sobre ciertos contratos que había firmado con el fin de conseguir el dinero necesario para rescatar varios vecinos presos por Lope de Acuña "el Mozo", hijo de Lope Vázquez de Acuña, I duque de Huete. 

En 1480, Fernando de Gaona, vecino de Huete, también reclamó que Lope Vázquez le había ocupado vna heredad e casas e otras cosas a ella anexas que él poseía por justos y derechos títulos en  la jurisdicción de Huete. También en este año de 1480 el I duque de Huete vende una tierra en Jarandilla, aldea de Huete, “que es donde dizen La Rinconada, que linda con el arroyo Vindel de una parte y del camino que viene de Vindel a Alcantud”, a Diego Carrillo Hurtado de Mendoza, conde de Priego, su pariente. El precio  ascendía a 4.000 maravedíes. 

Estaba Jarandilla, que puede ser Arandilla del Arroyo,  ya en tierras ahora de Guadalajara junto a Aldendea y Valdeolivas y no lejos de Priego.

Arandilla del Arroyo está junto al río Vindel, a 5 kilómetros de Valdeolivas y Albendea y a seis de Alcantud.







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