De la casa-palacio de los duques de Osuna en las Vistillas podemos decir que fue una de las mejores con que contaba Madrid pereteneciente a la nobleza afincada en la capital de la Corte.
Partiendo de una primera construcción propiedad de la duquesa de Pastrana ya en 1573 , reformas y añadidos dieron lugar al palacio en donde los Osuna vivieron hasta la quiebra de la Casa Ducal.
La primera construcción de esta casa palacio, que en el siglo XVIII pertenecía a la duquesa del Infantado, aparece en el plano de Texeira. Podemos ver la disposición de la vivienda con patios rectangulares con fuentes en el centro. No falta una huerta con varias hileras de árboles, un pilón y una fuente.
En el siglo XVIII los duques del Infantado quisieron agrandar la zona de la huerta queriendo disponer de mejores jardines. Los problemas de agua se solucionaban con pozos abiertos en los patios y en la huertas. Para esta ampliación los Infantado compraron a Madrid en 1777, y tras la tasación hecha por Ventura Rodríguez, una fanega y media contigua a la «casa y jardín de las Vistillas», en la manzana 124, que les costó 1.350 reales de vellón. Las tierras vendidas pertenecían a los propios del concejo de Madrid y estaban colindantes a la pared de la huerta del convento de San Francisco e incluían el barranco conocido como de San Francisco. En 1791 se quisieron hacer nuevas compras. En 1806 el Duque compra a Madrid «todo el terreno conocido por el nombre de las Vistillas de San Francisco», lo que hoy llamamos plaza y jardines de Gabriel Miró —popularmente, jardín de las Vistillas—, y que a comienzos del siglo XIX se conocía como el «Cerro de las Vistillas».
En 1777, los Infantado-Salm-Salm trasladaron su residencia familiar a París donde se instalan en el hotel del príncipe de Salm-Salm. La estancia de los Infantado fuera de España había dura 13 años. A su regreso a España Pedro y su hermano Mariano de Alcántara de Toledo tienen una formación intelectual y social que les distanciaba tanto de la aristocracia española como de la mayor parte de la élite dirigente española. Retornaban a Madrid para gestionar un inmenso patrimonio señorial, dirigir los asuntos familiares e incorporarse al lugar público que su origen le reservaba en la sociedad y en la política.
En Madrid ocupan el palacio que sus padres habían construido en las Vistillas a partir de unas casas que sus antepasados, los duques de Pastrana, poseían desde finales del siglo XVI. No viven ni en el viejo palacio de los Mendoza en Guadalajara, ni tampoco el caserón que al lado de la iglesia de San Andrés había sido la residencia madrileña habitual de la familia desde 1606. Se eligió el palacio de las Vistillas, con amplios jardines en terraza con vistas al Manzanares, cuyo acondicionamiento fue dirigido por la madre del duque, la princesa de SalmSalm.
En 1847, Mariano Téllez Girón es duque del Infantado, duque de Osuna y conde-duque de Benavente y solicita licencia municipal para mejorar los jardines del palacio de las Vistillas. La respuesta la dio don Ramón de Mesonero Romanos, quien reconociendo el derecho que le asistía, buscaba, sin embargo, conciliar los intereses particulares del Duque con los planes de mejora y embellecimiento de la ciudad, que en esos momentos preparaba el Ayuntamiento. Por ello, Mesonero Romanos, conociendo las intenciones del Duque de Osuna sobre rebajar el cerro de las Vistillas a la altura de su palacio, aproximadamente hasta el nivel que estos jardines tienen hoy, para formar allí «una glorieta o jardín con su verja de hierro y paseo público a su alrededor », le ruega al de Osuna que le envíe el plano de su proyecto, elaborado por el arquitecto de la Casa de Osuna, que en aquel momento era Martín López Aguado, a fin de «ponerlo todo de acuerdo con los planes de mejora de aquellos barrios», y muy en especial del citado cerro, que ofrecía entonces una «desagradable vista». a comienzos del siglo XX se hizo a espaldas del Seminario Conciliar u nuevo plantío de árboles.
En el periodo comprendido entre 1845-1850 Mesonero Romanos fue concejal del ayuntamiento de Madrid. Su Proyecto de mejoras generales, leído en la sesión de la Corporación municipal el día 23 de mayo de 1846, supone una auténtica remodelación del Madrid de la época. Años más tarde redactó nuevas Ordenanzas municipales que rigieron largo tiempo.
Pedro Alcántara de Toledo y Salm-Salm (1768-1841), XIII duque del Infantado, heredó también los demás títulos como hijo del anterior Duque. Tuvo una educación relativamente ilustrado-enciclopédica al uso de la época, aprendió idiomas en París y ciencias de su preceptor el naturalista Antonio Cavanilles. Conoció Francia, Bélgica y Alemania. Tras 13 años en el extranjero, regresó debido a la Revolución Francesa y se alojó en su palacio en Las Vistillas. En las Vistillas instaló sus colecciones científicas y su madre, la princesa de Salm-Salm, realizó considerables reformas. Era amante de la ópera.
Fue militar en las campañas de Cataluña (1793) y Portugal (1800). Era uno de los favoritos de Fernando VII desde la "Conspiración de El Escorial" en 1807. Acompañó a Fernando a Bayona y tras un breve apoyo a José Bonaparte al lograr volver a España luchó en la Guerra de la Independencia presidiendo la Junta que intentó defender Madrid de Napoleón infructuosamente. Napoleón no quiso alojarse en Madrid y se alojó en el palacio nuevo del duque del Infantado en Chamartín, desde dónde dictó sus célebres decretos en los primeros días de Diciembre de 1808. Pedro fue derrotado por los franceses en Uclés (1809) y apartado del mando militar por la Junta. Mientras, sus bienes fueron confiscados por José Bonaparte. El Duque fue enviado como embajador español a Londres en 1811, desde donde protegió al Empecinado. Vuelve en junio de 1812 para presidir la tercera Regencia hasta 1813.
Expuso a Fernando VII sus reservas respecto a derogar la Constitución de 1812. Fue Presidente del Consejo de Castilla de 1814 a 1820 y Caballero del Toisón de Oro en 1819. Es apartado de la corte en el Trienio Liberal. Fue presidente del Consejo de Regencia en 1823 y presidente del Consejo de Ministros de 1824 a 1826. Era lo que se llamaba un "realista moderado". Aceptó como heredera del trono a Isabel II y no aceptó las ofertas del pretendiente carlista en 1834. Es de destacar que sus muchos adversarios políticos reconocen su honradez en política.
Mantuvo adrede su soltería, aunque tudo dos amantes estables. Tuvo hijo y dos hijas, sobreviviéndole Manuel y Sofía, hijos de Manuela Lesparre, a los que legitimó.
Retirado de la política y la Corte desde 1826, sus últimos años fueron oscuros y tristes, enfermo mental y encerrado en Madrid y Paris por su médico Vieta y su antigua amante Josefa Montenegro, para apoderarse de sus bienes. Liberado, muere en Madrid en 1841.
Como a partir de 1836 solo el 50% de los antiguos mayorazgos debía ir a una sola sucesión y el otro 50% quedaba libre, dejó a su hijo mayor Manuel de Toledo Lesparre, legitimado en 1825, como heredero universal de sus bienes libres debido a la temprana muerte de su hermana. El resto fue a su sobrino-nieto Pedro de Alcántara Tellez Girón y Beaufort (1810-1844), XI duque de Osuna, donde de Benavente y ahora XIV duque del Infantado. Su testamento fue impugnado y constituyó el juicio de testamentaría nobiliaria mas importante del siglo. Manuel de Toledo, su nieto- hijo de su hija Sofia Lesparre-, llegaría a ser, con el tiempo y diferentes pleitos, duque de Pastrana y Extremera.
Pedro es el último Infantado de la Casa Mendoza.
2 Junio 2011
en 1882 murió Mariano Francisco Tellez-Giron y Beaufort, duque de Osuna, hermano de Pedro, se titula duque del Infantado.
María Leonor Crescencia Catalina Salm-Salm (Frankfurt, 1842), conoció a su primo por la casa de Salm Salm Mariano Téllez Girón, XII duque de Osuna, con quien se casó en 1866 en Baden Baden (Alemania), centro termal muy de moda. Mariano, a sus cincuenta y dos años, era héroe militar condecorado, había ocupado distintos cargos públicos y había sido diplomático en Londres, París y Rusia, acostumbrado a un alto nivel de vida. Su joven esposa contribuyó a dilapidar su fortuna. Durante los últimos años de su vida, el duque fue acosado por los pretendientes a la herencia de sus títulos y por las deudas. Una vez muerto el duque, Leonor se vio privada de la pensión. Marchó entonces a Beauraing, donde contrajo matrimonio con otro primo suyo, el duque de Cöy-Dulmen. Entre las numerosas leyendas que recorrieron entonces España, se contaba que la princesa de Salm-Salm marchó al castillo belga llevando consigo la mayor parte de joyas, obras de arte y pertenencias. Una noche, todos aquellos objetos debidamente asegurados en miles de reales, ardieron junto al castillo en un misterioso incendio.
2 Junio 2011
en 1882 murió
Mariano Francisco Tellez-Giron y Beaufort, duque de Osuna, hermano de Pedro, se titula duque del Infantado.
María Leonor Crescencia Catalina Salm-Salm (Frankfurt, 1842), conoció a su primo por la casa de Salm Salm Mariano Téllez Girón, XII duque de Osuna, con quien se casó en 1866 en Baden Baden (Alemania), centro termal muy de moda. Mariano, a sus cincuenta y dos años, era héroe militar condecorado, había ocupado distintos cargos públicos y había sido diplomático en Londres, París y Rusia, acostumbrado a un alto nivel de vida. Su joven esposa contribuyó a dilapidar su fortuna. Durante los últimos años de su vida, el duque fue acosado por los pretendientes a la herencia de sus títulos y por las deudas. Una vez muerto el duque, Leonor se vio privada de la pensión. Marchó entonces a Beauraing, donde contrajo matrimonio con otro primo suyo, el duque de Cöy-Dulmen. Entre las numerosas leyendas que recorrieron entonces España, se contaba que la princesa de Salm-Salm marchó al castillo belga llevando consigo la mayor parte de joyas, obras de arte y pertenencias. Una noche, todos aquellos objetos debidamente asegurados en miles de reales, ardieron junto al castillo en un misterioso incendio.
A mediados del siglo XX los duques del Infantado y Osuna adquieren la casa de la calle de don Pedro 1, junto a la Carrera de San Francisco. Como la demás propiedades de las Casas ducales son objeto de subasta a su ruina y en 1945 Isabel Falguera y Moreno, condesa de Santaigo, esposa de Joaquín de Arteaga Echagüe, XVII duque del Infantado, compra la casa para su residencia por 780.000 pesetas. En 1997 es vendida por los Infantado a la Fundación San Pablo-CEU.
El palacio del marqués de Santiago, hoy desaparecido, estaba en la Carrera de San Jerónimo.
El 16 de enero de 1837, abrió sus puertas el primer casino de Madrid en el entonces número 2 de la calle de la Visitación, en unas dependencias del piso principal del Café del Sólito, como una asociación de recreo para gente elegante y escogida. En 1840 el casino se trasladó a la vecina calle del Príncipe, junto al Teatro de la Comedia, debido al número creciente de sus socios, entre los que se encontraban los apellidos más ilustres del siglo XIX madrileño. Poco tiempo estuvo aquí pues el diccionario de Pascual Madoz de 1848 nos cuenta que se había vuelto a mudar a la Carrera de San Jerónimo, 29, instalándose en los pisos principales de la casa del marqués de Santiago, y nos describe su reglamento, sus gastos, los 400 reales de cuota que debían satisfacer los socios anualmente, sus lujosos salones y mobiliario, e incluso nos cuenta que tenía una fonda que daba servicios de comida a cualquier hora de la noche.
La casa que fue de los Lasso de Castilla, primos de los Infantado, fue la primera residencia en Madrid cuando ya tarde, en 1606, los Infantado se instalan en la Corte madrileña. Un enorme caserón lleno de ruidos y leyendas que en 1574 compra María Mendoza y Fonseca, quién a su muerte en 1614, lo deja a su heredero Íñigo Hurtado de Mendoza, V duque del Infantado. En el siglo XVII, fue ampliado el Palacio, anexionando una plaza que existía, junto a la de la Paja. El edificio fue de los duques del Infantado, hasta el siglo XIX, cuando al quebrar la Casa de Osuna e Infantado, fue subastado y adquirido por el marqués de Cubas arquitecto, quien lo derribó en 1882. En su solar construyó varios edificios de viviendas.
En la trasera de esta Casa, calles Redondila y Mancebos, tuvieron los Infantado dos casas, una conocida como casa corredor. Fue construida en 1711 por el arquitecto Teodoro Ardemans por encargó del X duque y vino a sumarse a otras casas, inmuebles y palacio que ya poseía su linaje desde el siglo XVII junto a la parroquia de San Andrés.
Casa de los Arteaga, marqueses de Valmediano y duques del Infantado desde 1882, junto a la Carrera de San Francisco y Plaza de los Carros, calle de don Pedro 1. Sede ahora de la Fundación San Pablo- CEU. En la casa de enfrente nace Lina Morgan.
María Josefa de Arteaga y Silva Carvajal Téllez-Girón casa en 1857 Narciso de Salabert Pinedo Torres y Huici Feloaga Ponce de León Vargas O’Connor-Phaly (de Butrón y Múgica), VII marqués de la Torrecilla, marqués de Navahermosa, VIII marqués de la Torre de Esteban Hambrán, marqués de Valdeolmos, conde de Aramayona, conde de Ofalia, con sucesión en los marqueses de Torrecilla. Es hermana María Josefa de Andrés Avelino, XIX señor de la casa y palacio de Lazcano y XVI duque del INFANTADO.
El palacio del marqués de la Torrecilla estuvo situado en la calle Alcalá, junto a la Real Casa de la Aduana. Fue construido por Pedro de Ribera entre 1716 y 1731 como casa-palacio de don Félix de Salabert y Aguerri, por entonces marqués de Torrecilla y de Valdeolmos.
El edificio, respondía a las trazas del típico palacete madrileño. Estaba compuesto por piso bajo, tres plantas, y una portada principal de estilo barroco ornamental, que sigue las trazas de otras realizadas por Ribera.
Desde el siglo XIX, el edificio fue destinado a varios usos; hotel de la Compañía de Diligencias Peninsulares, sede del Círculo de Bellas Artes, y Centro Asturiano.
Durante la Guerra Civil, el tramo de la calle Alcalá en torno al Ministerio de Hacienda –en cuyos bajos estuvo la Junta de Defensa- fue muy bombardeado, por lo que varios de los edificios contiguos al del Ministerio quedaron destruidos, entre ellos, el palacio de la Torrecilla. Únicamente quedó en pie la fachada, que tuvo que ser protegida mediante una estructura de sacos terreros.
Después de la Guerra, y ante la necesidad de ampliar las dependencias del Ministerio de Hacienda, el solar del Palacio fue adquirido por el Estado, construyéndose en su lugar el edificio de ampliación del Ministerio de Hacienda, obra del arquitecto Miguel Durán Salgado, quien conservó la portada del antiguo palacio.
El edificio, respondía a las trazas del típico palacete madrileño. Estaba compuesto por piso bajo, tres plantas, y una portada principal de estilo barroco ornamental, que sigue las trazas de otras realizadas por Ribera.
Desde el siglo XIX, el edificio fue destinado a varios usos; hotel de la Compañía de Diligencias Peninsulares, sede del Círculo de Bellas Artes, y Centro Asturiano.
Durante la Guerra Civil, el tramo de la calle Alcalá en torno al Ministerio de Hacienda –en cuyos bajos estuvo la Junta de Defensa- fue muy bombardeado, por lo que varios de los edificios contiguos al del Ministerio quedaron destruidos, entre ellos, el palacio de la Torrecilla. Únicamente quedó en pie la fachada, que tuvo que ser protegida mediante una estructura de sacos terreros.
Después de la Guerra, y ante la necesidad de ampliar las dependencias del Ministerio de Hacienda, el solar del Palacio fue adquirido por el Estado, construyéndose en su lugar el edificio de ampliación del Ministerio de Hacienda, obra del arquitecto Miguel Durán Salgado, quien conservó la portada del antiguo palacio.
El origen del título del Infantado se sitúa en la concesión hecha por los Reyes Católicos a D. Diego Hurtado de Mendoza y Figueroa, ricohombre de Castilla, en 1475, cuando ya ostentaba los títulos de II marqués de Santillana y II conde del Real de Manzanares. Es Grande de España y corresponde a los linajes Mendoza, Sandoval, Silva, Toledo, Téllez-Girón y Arteaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario