Casino de la reina
El Casino de la Reina estaba en la confluencia de la Ronda de Toledo con la calle de Embajadores, frente a la Fábrica de Tabacos. Se traza sobre la Huerta del Clérigo Bayo de los monjes de la cercana parroquia de San Cayetano entre 1817 y 1818, se convirtieron en un bello jardín con el que Madrid obsequió a Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VII, con motivo del embarazo de la reina. Pintado en 1818 Vicente López para decorar el techo del salón del pequeño palacete o casino de los jardines. Esta pintura podemos verla en el Museo del Prado. Fue construido por Antonio López Aguado.
La reina no pude disfrutarlo porque muere durante la gestación ese mismo año.
Fernando VII contrajo matrimonio en cuatro ocasiones:
A los jardines se accedía a través de una entrada monumental, abierta sobre la Ronda de Toledo, inspirada en la que flanquea uno de los accesos al Jardín del Príncipe en Aranjuez. Podemos verla ahora en la entrada a los jardines del Retiro en la Plaza de la Independencia, frente a la Puerta de Alcalá.
Fernando VII contrajo matrimonio en cuatro ocasiones:
Las cuatro esposas de Fernando VII.
- En 1802 casó con su prima María Antonia de las Dos Sicilias (1784-1806), hija de Fernando I de las Dos Sicilias y María Carolina de Austria. María Antonia sufrió dos abortos, y no hubo descendencia.
- En 1816 Fernando casó en segundas nupcias con su sobrina Isabel de Braganza, Infanta de Portugal (1797-1818), hija de su hermana mayor Carlota Joaquina y Juan VI de Portugal. Murió por una cesárea mal practicada, que causó también la muerte a su única hija.
- En 1819 casó por tercera vez con María Josefa de Sajonia (1803-1829), hija de Maximiliano de Sajonia y Carolina de Borbón-Parma. No tuvieron descendencia.
- Finalmente, en 1829, casó con otra de sus sobrinas, María Cristina de las Dos Sicilias (1806–1878), hija de su hermana menor María Isabel de Borbón y Francisco I de las Dos Sicilias. Tuvieron dos hijas:
- Isabel II (1830-1904), reina de España (1833-1868).
- Luisa Fernanda (1832-1897), infanta de España, casada con el duque de Montpensier.
A los jardines se accedía a través de una entrada monumental, abierta sobre la Ronda de Toledo, inspirada en la que flanquea uno de los accesos al Jardín del Príncipe en Aranjuez. Podemos verla ahora en la entrada a los jardines del Retiro en la Plaza de la Independencia, frente a la Puerta de Alcalá.
Hubo antes otro jardín desde 1809 que perteneció al que fuera Ministro de Justicia con José Bonaparte don Manuel Romero, que hace una casa-palacio que se pudo acondicionar para obsequiar a la Reina.
El diseño del jardín responde en líneas generales a un planteamiento romántico y paisajista con elementos barocos de calles rectas y regularmente entrecruzadas. Madoz en su Diccionario recoge una noria para extraer el agua tomada de varias minas, así como otros viajes de aguas dulce y gorda que surtían las fuentes y aseguraban el riego. Conocemos asimismo que había dos invernaderos, uno de ellos cerrado con cristal, emparrados, un templete de madera en alto sobre el dique que contenía el agua que alimentaba la ría, un cenador chinesco, construido ya en 1844, otro albergando unos canapés, grutas, pérgolas, asientos y mesas rústicas y estatuas copias de obras clásicas.
Fue el Casino sede del Museo Arqueológico, levantándose después el edificio de la Escuela de Veterinaria que ocupó el Instituto Cervantes, perdiéndose el jardín histórico.
La calle del Casino y el Parque actual nos recuerdan el lugar en el que estuvo El Casino de la Reina.
la Puerta de la Independencia, en la Plaza del mismo nombre, frente a la Puerta de Alcalá. Se construyó en el año 1885 por José Urioste. Tiene dos grupos de columnas de estilo dórico sobre las que descansan amorcillos. Dichas columnas se encontraban en el jardín del Casino de la Reina en el barrio de Embajadores.
la Puerta de la Independencia, en la Plaza del mismo nombre, frente a la Puerta de Alcalá. Se construyó en el año 1885 por José Urioste. Tiene dos grupos de columnas de estilo dórico sobre las que descansan amorcillos. Dichas columnas se encontraban en el jardín del Casino de la Reina en el barrio de Embajadores.
La entrada principal, en la actual Ronda de Toledo, coincidía con el lugar donde se encontraba la Cerca que aún rodeaba la villa, en el tramo procedente de la Puerta de Toledo hasta el Portillo de Embajadores, en la glorieta del mismo nombre. Esta puerta se trasladó en 1885 a la Plaza de la Independencia siendo acceso a los jardines del Retiro.
Ocupa ahora sus dependencias el Centro Social Comunitario Casino de la Reina del ayuntamiento de Madrid. En 1808, fueron arrebatadas estas tierras por José Bonaparte quién las cedió a su Ministro de Justicia Manuel Romero.
Los terrenos se denominaron “Huerta de Romero” y en el año 1809 se iniciaron las obras de construcción de un palacete y espacio ajardinado.
Tras la marcha de los franceses, el Ayuntamiento de Madrid compró el recinto por 900.000 reales con el fin de regalárselo a la reina Isabel de Braganza – esposa de Fernando VII – por haber fijado los reyes su estancia en Madrid y con motivo del embarazo de la reina. Este acontecimiento se realizaba el 25 de Abril de 1817 con una gran fiesta en el palacete que comenzó a llamarse Casino de la Reina. Destacaban los techos pintados por Juan Gálvez y Zacarías González Velásquez que actualmente se encuentran en el Museo Romántico y sobre todo, el cuadro pintado por Vicente López “Alegoría de la donación del Casino a Isabel de Braganza”, actualmente en el Museo del Prado.
Dos años más tarde (1819) la reina Isabel de Braganza fallecía y su hija también lo hacia a los pocos meses de edad. Estos acontecimientos dan un vuelco en el uso y destino inicial de los terrenos. Se mantienen las obras al ser considerado un Real Sitio, de esta forma se finaliza en 1820 la puerta de entrada al recinto. Dicha puerta se trasladó en 1885 a la Plaza de la Independencia siendo acceso a los jardines del Retiro (actualmente se mantiene su ubicación en dicho lugar).
La reina Isabel II inauguró, en las dependencias de Casino de la Reina, el primer museo arqueológico de Madrid, que más tarde tuvo que cambiar de ubicación al quedarse el recinto pequeño para albergar la expansión de dicho museo.
El resto de los años hasta la actualidad, ha tenido diversos usos, desde asilo de personas mayores, hasta casa cuna de las mujeres cigarreras que realizaban su trabajo en la fábrica de tabacos ubicada en la Glorieta de Embajadores. Con el paso del tiempo tanto el palacete como el espacio exterior sufrió un proceso de abandono y deterioro hasta que en 1997 se declaró Lavapiés Área de Rehabilitación preferente, iniciándose los proyectos necesarios que culminaron en el año 2001 en el Centro Social Comunitario “Casino de la Reina”.
Cerca del Portillo de Embajadores hubo una Huerta, conocida como Huerta de Bayo, que desde el siglo XVII fue propiedad de los monjes de San Cayetano.
En 1867 Isabel II donó la posesión al Estado.
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