Cerro de San Juan
Castillo del marqués de Villena
En el borde superior el castillo del marqués de Villena y en línea recta hacia abajo de la foto el Cerro de San Juan.
La fortaleza del Caballero de Garcimuñoz
“La fortaleza del
Caballero de Garcimuñoz, descubierta en el Cerro de San Juan, se construiría a
partir de la asimilación cristiana que sucedería entre la toma de Zafra de
Záncara en 1179 y la de Alarcón en 1184”.
Las últimas excavaciones a las afueras de
Castillo de Garcimuñoz, en el Cerro de San Juan, donde se encuentran las ruinas
de la primitiva iglesia de San Juan Bautista de la segunda mitad del siglo XIII
han sacado a la luz los restos de lo que podría ser la fortaleza del Caballero
de Garcimuñoz y, en consecuencia, el origen cristiano de la localidad.
En el Cerro de San Juan se veía lo que
parecía una muralla pegada a lo que era el ábside de la antigua iglesia de San
Juan Bautista, junto a la muralla de don Juan Manuel.
La primitiva iglesia de San Juan Bautista
de la segunda mitad del siglo XIII se menciona en las Relaciones Topográficas
de Felipe II de fines del siglo XVI. Los restos del Castillo del Caballero
Garcimuñoz se encontrarían anulados por la iglesia de San Juan Bautista.
La iglesia de San Juan Bautista se hunde
en 1630 y la nueva iglesia bajo la misma advocación se levanta en el castillo
de don Juan Manuel
Según noticias históricas parece
que se levantó en el último cuarto del siglo XII. De ser cierta la existencia
de este castillo del Caballero Garcimuñoz el origen del pueblo deja ser leyenda.
Este enclave, amurallado, sería el origen de
la actual poblacion de Castillo de Garcimuñoz, que cuenta con otro castillo que
fue levantado por el infante don Juan Manuel en donde se sitúa la fortaleza
islámica de Hamal y sobre este construye el marqués de Villena el suyo.
En el período de ocupación musulmana estas
tierras se llamaban al-Marg Hamal
En 1172 estaba ocupado por los cristianos
cuando las tropas almohades del sultán Abú Yaqúb Yusúf, que se dirigían hacia
la ciudad de Huete, lo tomaron por sorpresa, mataron a sus hombres y
esclavizaron a mujeres y niños.
En el año 2008 Joaquín Parerisas realizó
una excavación en el castillo de don Juan Manuel, levantado sobre la fortaleza
musulmana de Hamal, que yace debajo del que construyó don Juan Pacheco, pero
los resultados obtenidos (una blanca del rey Juan II, dos juegos de alquerque,
cerámica valenciana, unas cañerías de agua y las paredes de piedra y yeso de un
alcázar cristiano) no aportan datos novedosos.
En el año 2010 Sonia López Melón excava la
entrada al castillo de don Juan Pacheco y en la entrada encuentra restos del
alcázar de don Juan Manuel, posteriormente el arqueólogo Michel Muñoz halla en
diversos sitios del mencionado alcázar restos de tapial calicastrado, todo lo
cual induce a pensar que los restos más antiguos del alcázar pueden ser del
siglo X.
En 1177, el rey Alfonso VIII conquista la
ciudad de Cuenca.
En 1179, dos años después, es probable que
también conquistara este emplazamiento musulmán, después de la toma de Zafra de
Záncara.
El Caballero García Muñoz, que acompañaba
al rey, y que confirma tres de sus documentos (uno en 1167 y dos en 1179),
debió ser nombrado alcaide del Castillo y encargado de su repoblación, de aquí
que a la población, en lo sucesivo, se la conozca como Castillo de Garcimuñoz.
La repoblación de Alfonso VIII se realizó con gentes provenientes de
Extremadura y Burgos.
El Caballero García Muñoz parece que
levanta su propia fortaleza en el cerro llamado de San Juan. Recibe este nombre
por encontrarse aquí hasta el primer
tercio del siglo XVII la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Esta
iglesia se levanta en la segunda mitad
del siglo XIII aprovechando el enclave de la fortaleza del Caballero García
Muñoz
En 1184, Alfonso VIII toma Alarcón a cuyo
alfoz perteneció Castillo de Garcimuñoz durante 138 años.
Alfonso X el Sabio nombra a su hermano, el
infante Don Manuel, Adelantado Mayor de Murcia y le otorga el señorío de
Villena, en sus inicios formado por tierras de Alicante y Murcia. De este modo
surge un señorío particular, el señorío de Villena, cuyos territorios en
tiempos de su hijo don Juan Manuel fueron tan extensos como un reino.
La incorporación de
Castillo de Garcimuñoz al señorío de Villena y así al patrimonio del Infante
don Juan Manuel ocurrió al mismo tiempo
que Alarcón, a cuyo alfoz pertenecía.
Alarcón y su tierra,
compuesta por 62 aldeas, pasan a formar parte del señorio de Villena por
privilegio otorgado en Cuellar en 1297 y que se confirma con el tratado de
Torrellas de 1304.
Don Juan Manuel habitó
gran parte de su vida en el alcázar de Castillo de Garcimuñoz, en cuya torre
tenía sus tesoros, según su testamento y fue aquí donde escribió gran parte de
su obra literaria. Alcázar que se levanta en el lugar donde estaba la fortaleza
musulmana de Hamal. Es muy probable que naciera en Garcimuñoz su hija Constanza, esposa de
Pedro I de Portugal, que murió en Santarém en 1345, a los 29 años de edad, de
puerperio, pocos días después de haber alumbrado a su hijo Fernando, que sería
rey de Portugal con el nombre de Fernando I.
El 3 de octubre de 1322,
don Juan Manuel eximió a la aldea de la jurisdicción de Alarcón y la declaró
villa independiente.
El señorío de Villena tiene cuatro núcleos
importantes: Alarcón, Chinchilla, Villena y Castillo de Garcimuñoz,
En 1348 muere Don Juan Manuel y le sucede
su hijo Don Fernando, que fallece en 1351, probablemente envenenado. El señorío
lo hereda su hija Blanca siendo una niña, por lo que éste queda bajo la tutela
del caballero don Íñigo López de Orozco. Doña Blanca muere en Sevilla en la
corte de Pedro I el Cruel en 1360, probablemente envenenada, para que el
marquesado regrese a la corona.
Doña Juana Manuel, otra hija de don Juan
Manuel, casada con Enrique de Trastamara, luego Enrique II, reclama sus
derechos al marquesado. Por este y otros motivos se desencadena la guerra entre
los hermanastros Pedro I y Enrique de Trastamara. Terminada la guerra civil,
don Enrique concedió el marquesado de su esposa a don Alfonso de Aragón en 1367
para recompensarle por los servicios prestados durante la contienda, ya que
cayó prisionero en la batalla de Nájera luchando a favor de don Enrique.
Desde la subida al trono de Enrique II, el
Castillo irá pasando de la Corona a la nobleza sucesivamente hasta 1436, año en
que no pasa a la corona castellana, sino al del rey de Navarra, Juan I. Dicho
rey logra un compromiso matrimonial entre su hija, la infanta Blanca, y el
príncipe heredero de Castilla, el futuro Enrique IV. En la dote se incluye el
marquesado de Villena hasta la celebración de la boda, que tendría lugar
después de cuatro años, Garcimuñoz y otras villas debían ser administradas por
el rey de Navarra, pero Alarcón se negó a ello por lo que el territorio se
administró desde Garcimuñoz, lugar de residencia del gobernador del mismo mosén
Diego Fajardo.
Posteriormente, el rey dona la villa de
Garcimuñoz a don Rodrigo de Villandrando, conde de Ribadeo, en agradecimiento
por sus servicios, aunque éste nunca llegará a tomar posesión de la villa a
pesar de sus continuas reclamaciones.
En 1445 la situación política era
complicada. Algunos nobles no aceptaban ni la autoridad del rey Juan II ni la
de su valido, Don Álvaro de Luna. Poco a poco va emergiendo la figura de don
Juan Pacheco, que tiene una gran influencia sobre el príncipe Enrique, el que
será Enrique IV. Gracias a la intercesión del príncipe Enrique, Juan II nombra a
don Juan Pacheco marqués de Villena en 1445. Don Juan Pacheco, paulatinamente
va adquiriendo una gran cantidad de tierras y villas, unas por donación de la
Corona, otras por permuta y otras por compra, hasta lograr recomponer el
antiguo señorío de Villena de don Juan Manuel. En 1449 el rey Juan II le
permuta los castillos de Chinchilla y Garcimuñoz por la plaza de Medellín, con
lo que el marqués afianza sus dominios, puesto que ambos castillos están
estratégicamente situados dentro del señorío de Villena.
Don Juan Pacheco construyó
una nueva fortaleza en Garci Muñoz, sobre el antiguo alcázar de yeso de don
Juan Manuel.
El hijo de don Juan Pacheco, Diego López
Pacheco, se puso a la cabeza de la oposición a la subida al trono de Isabel la
Católica, junto al arzobispo de Toledo Don Alfonso Carrillo. En esta guerra
sucesoria tras la muerte de Enrique IV juegan un papel importante las villas de
Belmonte, Alarcón y Castillo de Garcimuñoz, que eran el último reducto del
marquesado de Villena, tras caer Almansa, Chinchilla y la mayoría de las villas
del marquesado de Villena. Los reyes enviaron a Jorge Manrique y a Pedro Ruiz
de Alarcón como capitanes de las Hermandades de Toledo, y a Pedro Fajardo,
Adelantado de Murcia, a conquistarlas. Luchando contra las fuerzas del capitán
del marqués don Pedro de Baeza, Jorge Manrique fue herido por una lanzada que
le dieron debajo de los riñones, al cruzar un ribazo, a tres kilómetros del
castillo de Garcimuñoz en el camino de la aldea de La Nava. Enterado del
acontecimiento, don Diego López Pacheco, haciendo gala de su espíritu
caballeresco, le envió sus propio cirujanos, (maese Rodrigo y Mestre Lorencio)
pero Jorge Manrique, murió poco después (24-4-1479) en la cercana villa de
Santa María del Campo Rus, donde tenía instalado su campamento y fue enterrado
en Uclés junto a su padre, el maestre de la orden de Santiago, Rodrigo
Manrique.
Castillo de Garcimuñoz hasta el siglo XVII
tenía bajo su jurisdicción las aldeas de Pinarejo, La Nava, Torrubia del
Castillo, Don Benito, Ucero, Villafranca, La Almarcha y La Puebla. Con La
Almarcha en 1687 comenzó la emancipación que después prosiguió Pinarejo (1765)
y Torrubia, el resto de las aldeas terminaron desapareciendo.
El 1 de marzo de 1480 firma en Belmonte la
segunda concordia con los Reyes Católicos. Con ello termina la contienda y
también la importancia guerrera del Castillo de Garcimuñoz.
El patrimonio de
Don Diego López Pacheco sufrirá una importante merma en su señorío, sólo le
quedaron: Alarcón, Belmonte, Garcimuñoz y Zafra en Cuenca, Alcalá de Júcar y
Jorquera en Albacete y Jumilla en Murcia.
Posteriormente, la tercera esposa de don
Juan Pacheco, doña María de Velasco, reclamó para sí y para su hija Mencía la
villa de Castillo de Garcimuñoz, como compensación por la dote, arras y bienes
gananciales. Después de haber logrado el permiso de los Reyes Católicos
(Toledo, 24-5-1480) se firmó con Pedro Díaz Soto (Escalona, 22 de junio de
1480), apoderado de doña María de Velasco y su hija, la permuta de Castillo de
Garcimuñoz y un juro de heredad de 45.000 maravedíes por la villa de
Riaza.2425 Los Reyes Católicos confirmaron esta permuta en Toledo el 22 de
julio de 1480.26
Posteriormente seguirá siendo importante
como villa del marquesado de Villena, que por compromisos matrimoniales viene a
juntarse con el ducado de Frías.
Hasta el primer tercio del siglo XIX, los
marqueses de Villena son los señores efectivos de la villa, poniendo Corregidor
en ella y cobrando las alcabalas. Es con la ley del 3 de mayo de 1823, cuando
desaparece la jurisdicción de los señoríos y los tributos pasa a cobrarlos la
hacienda pública en lugar del marqués, quien termina vendiendo sus pertenencias
en Castillo de Garcimuñoz.
Por cuanto respecta al castillo, en una
crujía del mismo se comienza a construir en 1663 la iglesia de san Juan
Bautista que se inauguró el 7 de junio de 1708. En estas obras los lienzos y
torres del castillo sirvieron de cantera para construir la iglesia y fueron la
causa de la destrucción del castillo. Gracias a esta reutilización ha podido
llegar a nuestros días, aunque en su mayor parte en estado semirruinoso. El
patio de armas posteriormente fue alquilado por el cura párroco don Manuel
Rufino Ximénez (24-3-1835) al marqués de Villena y duque de Frías Bernardino
Fernández Pacheco para su utilización como cementerio, a causa de la
prohibición del gobierno de continuar enterrando en las iglesias.
No es cierto que los Reyes Católicos
mandaran desmochar sus torres y sus lienzos, pues en la Relaciones de pueblos
del obispado de Cuenca, realizadas en 1579 en tiempos de Felipe II, se dice:
"El remate es de muy hermosas almenas de sillería de piedra franca sobre
obras muertas.
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