En Huete a finales del siglo XIII vivían unas ciento
cincuenta familias de judíos en el
barrio de Atienza.
Desconocemos en qué lugar en las inmediaciones del castillo de Huete se hallaba la sinagoga.
Desconocemos en qué lugar en las inmediaciones del castillo de Huete se hallaba la sinagoga.
Restos musulmanes son el castillo, la alcazaba de
Wabda, y la mezquita sobre la que se
edifica la Iglesia de Santa María de Atienza.
Desde el siglo XIV viven en este
barrio los Sandoval, señores de la Ventosa, y los Coello, señores de Montalbo. Tambien
tiene los Sandoval y los Coello casa fortaleza en el lugar de su señorío.
Los Sandoval tendrían
lugar de enterramiento en Santa María de Atienza. Su cripta familiar podía estar en el ábside, único resto del templo que se conserva y hace
poco restaurado.
El cerro del
castillo de Huete fue ocupado desde época prehistórica.
Se han encontrado restos de
la Edad de Bronce que dan cuenta de un posible asentamiento prerromano en la
zona.
Ptolomeo ya citaba en su Geografía un asentamiento celtibero a la que
denominó Istonium.
Una de las posibles ubicaciones de este castro celtibero
pudiera ser el cerro de Alvar Fáñez, aunque no está del todo claro.
En el siglo VI a.C. los romanos emplazaron en la cima del
cerro su Julia Opta (significa
recinto fortificado o plaza fuerte), dando constancia del carácter fortificado
del asentamiento, del cual aún queda algún resto. Este asentamiento romano tuvo
cierta importancia debido a la explotación del yeso especular, muy abundante en
la comarca.
A finales del siglo V d.C. los visigodos gobernaban la
ciudad, pero apenas dejaron legado en la antigua Opta.
En el siglo VIII los bereberes llegaron a la antigua Julia
Opta, y sobre sus restos el rey taifa de Sevilla, Al-Mutamid, fundó en el siglo
IX la alcazaba de Wabda (río),
importante enclave geoestratégico desde el que se domina una amplia zona hasta
la sierra de Altomira al oeste, el valle del río Mayor hacia el norte hasta las
alcarrias de Sacedón, la entrada hacia la serranía conquense al este y los
primeros cerros de la Manchuela al sur.
En 1150 las tropas del rey Alfonso VII de Castilla tomaron
Wabda, dando lugar a la ubicación actual de Huete, cuyo poder se disputarían
los Castros y los Lara en 1164, recayendo la batalla en favor de los últimos.
La Alcazaba sufrió reformas a lo largo del siglo X, quedando
convertida en el castillo de la Luna. Todavía este castillo tendría un último
cometido en 1174 cuando los almohades sitiaron a Huete en el castillo,
resistiendo el pueblo y produciendo así la huída de los sitiadores.
La lejanía cada vez mayor de la linde entre los reinos
cristianos y los musulmanes dejaron en un segundo plano el castillo, que ni
siquiera fue reconvertido en vivienda de nobles, cayendo en el incipiente
abandono en el cual se encuentra en la actualidad.
Enrique IV lo donó
a Lope Vázquez de Acuña, pero la población volvió a posesión real en época de
los Reyes Católicos.
La antigua ciudad
medieval se encontraba a media ladera.
En el siglo XV-XVI
la población ocupará la zona baja.
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