Río Tambre
Rodrigo
Álvarez de Asturias y sus descendencias
Miguel
García Mijares, 1893
Rodrigo
Álvarez de Asturias,
Señor de Noreña, del Castillo de Aguilar entre los ríos Navia y Purcia, y de
los territorios llamados tambien de Aguilar, de Llanes, San Jorge y San Antolín,
primer Conde de Asturias y su Gobernador supremo desde el año de 980 al 998,
que obtuvo esta autoridad despues que dejaron de serlo D. Ramiro, D. Alfonso
Froilaz y D. Ordoño como personas reales, cuyo cargo cedió el rey D. Ordoño el
segundo al trasladar su corte de Oviedo a León.
Tenía
entonces D. Rodrigo dos hijos llamados Munio Rodríguez Can, conocido más bien
por el Conde Muñazan, que fue fundador del Monasterio de San Antolín de Bedón,
y Nuño Álvarez de quien viene la descendencia de los Álvarez de Asturias; y una
hija que se llamó Dª. Teresa Núñez, y fue madre del Cid Campeador.
La
dinastía reinante en Castilla desde el siglo XIV es la de los Trastamara que
adopta este nombre pues su primer monarca Enrique II es conde de Trastamara.
Tras Tamaris Más allá del (río) Tambre y hace referencia al Condado de Trastámara, en la provincia
de Galicia.
Desemboca en la Ría de Muros y Noya.
En la época romana, el río era
conocido como Tamaris, que fue el origen del nombre de la dinastía de los
Trastámara.
Hereda
este título de su ayo el conde de Trastamara con el que se cría y educa el
príncipe Enrique que es hijo de los amores adúlteros de Alfonso XI de Castilla
con su amante la dama Leonor de Guzmán.
El
príncipe Enrique recibe en herencia de Rodríguez Álvarez de Asturias, que muere
sin hijos, y es el ayo del que será Enrique II, tierras en Asturias y es
nombrado a los seis o siete años por su padre Alfonso XI de Castilla conde de
Trastamara en el año 1340.
Pedro
Álvarez de las Asturias (m. Valladolid, 1286), aristócrata astur del siglo
XIII, ricohombre de Castilla y mayordomo mayor de Sancho IV de Castilla.
Pedro
era hijo de Alvar Díaz de las Asturias, también conocido como Alvar Díaz de
Noreña, ricohombre e importante magnate asturiano, tenente en Siero, Nava,
Aguilar, y otros lugares, uno de los más importantes miembros de la Casa de
Nava de su generación.
Su
madre fue Teresa Pérez Girón, hija de Pedro Rodríguez Girón y de su
esposa Sancha Pérez de Lumiares, hija del noble portugués Pedro Alfonso Viegas
de Ribadouro y de Urraca Alfonso, hija ilegítima del rey Alfonso I de
Portugal.
Sus
abuelos paternos fueron Ordoño Álvarez de Noreña y Elvira García de Braganza, hija del noble
portugués García Pérez de Braganza y de su esposa Gotiña Suárez de Tougues.
Pedro
tuvo tres hermanos:
Alfonso, Mayor la esposa de Diego Gómez de Castañeda, y el cardenal Ordoño
Álvarez.
Pedro
Álvarez de las Asturias fue merino del adelantado mayor del Reino de León. A
partir del enfrentamiento entre Alfonso X y su hijo, el futuro Sancho IV, logró
un gran ascenso social. Apoyó a Sancho, quien ya como rey le recompensó con
varios oficios palatinos y lo nombró su mayordomo mayor. Además, en 1285, el
rey donó a Pedro la villa de Tiedra y su torre así como el realengo de
Villavellid, Pobladura y Castromembibre, Valladolid, con la martiniega, yantar y demás derechos reales de estos lugares
que posteriormente fueron heredados por su hija Teresa y después por el hijo de
Teresa y su marido, Tello Alfonso de Meneses.
A su muerte, recibió sepultura en el
convento de San Francisco en Valladolid.
Pedro
Álvarez de las Asturias casa con Sancha Rodríguez de Lara, hija de
Rodrigo Álvarez de Lara —hijo ilegítimo de Álvaro Núñez de Lara y de Teresa Gil
de Osorno— y de Sancha Díez de
Cifuentes, hija de Diego Froilaz y de su esposa Aldonza Martínez de Silva,
quien antes de su matrimonio fue amante de Alfonso IX de León de quien tuvo
descendencia.
De este matrimonio nacieron,
Pedro Álvarez de las Asturias,
fallecido antes del 6 de febrero de 1298 y sepultado en el monasterio de San
Bartolomé de Nava.
Rodrigo
Álvarez de las Asturias, debido a la temprana muerte de su hermano
Pedro, sucedió a su padre «en todos sus derechos y bienes». Se mandó a enterrar
en el monasterio de San Vicente de Oviedo. Enrique II fue prohijado en su
nacimiento por Rodrigo Álvarez de las Asturias heredó al año siguiente, a
la muerte de este, su señorío del condado de Noreña. Su padre le concedió más
tarde el condado de Trastámara y los señoríos sobre Lemos y Sarria, en Galicia,
y las villas de Cabrera y Ribera, con lo que le constituyó un grandísimo e
importante patrimonio en el noroeste de la Península.
Teresa Álvarez de las Asturias,
casada con Alfonso Téllez, hijo del infante Alfonso de Molina y hermano de la
reina María de Molina, heredó de su padre la villa de Tiedra.
De
los dos hermanos, Pedro y Rodrigo Álvarez de las Asturias, fue tutor, por
mandato del rey Sancho IV, el noble Suer Alfonso Beltrán, según consta en un
documento expedido el 19 de febrero de 1294. El 6 de febrero de 1298, Rodrigo
Álvarez de las Asturias, «con el consentimiento y por el mandato de don Suer
Alfonso Beltrán», testamentario de su difunto hermano Pedro, donó varias
heredades el monasterio de San Bartolomé de Nava donde su hermano Pedro había
recibido sepultura.
Rodrigo Álvarez
de Asturias
Adelantado mayor de León y Asturias,
rico hombre de Castilla, señor de Noreña, Gijón, Avilés, Trastamara y otras
villas, y del muy antiguo solar de los Álvarez, descendiente de los Infantes D.
Ordoño el ciego y doña Cristina. Como había servido al Rey D. Fernando cuarto, le dió este monarca a Ribadesella y
Nava con otras mercedes, siendo también Señor de Colunga por compra a Don
Alonso Beltrán.
Rodrigo Álvarez de Asturias casa con Isabel de la
Cerda, nieta del infante D. Fernando de la Cerda que pretendía el reino, de
quien vienen los duques de Medinaceli.
En una señora llamada doña Sancha,
tuvo un hijo llamado Alvar Díaz, que murió en días de su padre, y dejó otro
hijo que se llamó Pedro Álvarez de Asturias y fue valeroso y esforzado capitán,
que murió en la guerra de Algeciras, herido de una saeta en la cabeza, por
encima de una capellina.
Rodrigo Alvarez de las Asturias por
testamento de 6 de Agosto de 1331 instituyó por heredero al Infante don
Enrique, hijo del Rey Alfonso el onceno
y de doña Leonor de Guzmán.
Dejó Rodrigo Álvarez de Asturias cuantiosas
limosnas a todos los monasterios y malaterías- edificio
destinado en otro tiempo a hospital de leprosos- que existían desde
Valladolid a Oviedo: muchas misas, mandas de castillos y señoríos, y grandes
haciendas.
Rodrigo Álvarez de Asturias falleció
en 1333. Su cuerpo fue enterrado en el Monasterio de San Vicente, Oviedo, del
que fue comendero, en un sepulcro labrado, joya del gótico asturiano, hoy en el
Museo Arqueológico de Asturias.
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