viernes, 7 de mayo de 2010

Escuelas Pías de San Antón. Madrid





Escuelas Pías de San Antón, calle de Hortaleza, 69. Fueron un instituto religioso, regentado por los padres escolapios, en la manzana entre las calles Hortaleza, Santa Brígida y Farmacia, sobre una superficie de 5.878,06 metros cuadrados. El complejo contaba con un convento de los padres escolapios y una iglesia, dedicada a San Antón, actual parroquia del mismo nombre.

Tras el éxito docente que supusieron las Escuelas Pías de San Fernando, la orden de los padres escolapios decidió en 1753 abrir un segundo colegio en Madrid. Gracias a una donación de Fermín de Vicuña, seis religiosos del colegio de las Escuelas Pías de San Fernando compraron unas casas en la calle de San Mateo donde inauguraron el antiguo Colegio Calasancio el 12 de junio de 1755. Posteriormente se trasladaron a la calle de Hortaleza y luego a la calle de Fuencarral.

El 2 de mayo de 1793 se verificó la cesión a los padres escolapios de un antiguo hospital de leprosos que se encontraba vacío desde agosto de 1787 y que había sido regentado por los clérigos regulares de San Antonio Abad, orden suprimida por el papa Pío VI, que se encontraba en las proximidades del Colegio Calasancio. El 5 de julio de 1794 tomaron posesión del antiguo hospital siendo rector el padre Hipólito Lerén, y el colegio pasó a llamarse Colegio de las Escuelas Pías de San Antón, popularmente conocido como Colegio de los Escolapios de San Antón.
Lo más significativo del hospital era su iglesia, realizada por Pedro de Ribera en 1753. Sin embargo, el antiguo hospital fue objeto de una profunda reforma llevada a cabo por el arquitecto Francisco de Rivas entre 1794 y 1832 para adaptarlo a su nueva función, lo que se hizo a costa de despojar de la típica decoración barroca de Pedro de Ribera a la iglesia. Rivas construyó también el edificio del colegio y del convento.

En el exterior del edificio la fuente diseñada por Ventura Rodríguez, conocida como Fuente de los Delfines, realizada entre 1770 y 1772 y reformada en 1900, en el chaflán entre las calles Hortaleza y Santa Brígida. La forman dos delfines enlazados, tallados en piedra. Cuando los escolapios plantearon la reforma del hospital, se encontraron con el problema de la existencia de la fuente y la obligación de respetarla. El resultado fue la forma achaflanada de esta parte del edificio, con un edículo que cobija la fuente.

Durante la Guerra Civil el colegio fue convertido en cárcel, la cárcel de San Antón o Prisión Provincial de Hombres número 2. Posteriormente, el edificio fue devuelto a los escolapios, quienes recuperaron su destino como colegio hasta 1989. Fue abandonado en 1995 y adquirido por el ayuntamiento de Madrid en 1999. El conjunto de iglesia y colegio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1995.

El conjunto ha sufrido varios incendios que han dejado el edificio del colegio bastante mal parado, si bien los tesoros de la iglesia de San Antón no se han perdido.

Desde el año 2007, se encuentra en rehabilitación tanto la iglesia como el colegio por un acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, COAM, por el que se les cede el edificio como sede y museo del COAM durante 75 años. En contrapartida el COAM deberá rehabilitar el edificio dotándolo de una serie de servicios municipales como una escuela infantil, una biblioteca, una piscina cubierta, un patio central ajardinado y un centro de mayores.

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