Calle de San Bernardo, 79.
Se trata del Monasterio de benedictinos de Nuestra Señora de Montserrat, fundado por Felipe IV en 1642 para acoger a los monjes castellanos que vinieron de Montserrat durante la sublevación de Cataluña.
En un principio, el convento se situó en la quinta del Condestable de Castilla situada en las inmediaciones del arroyo Abroñigal, y allí estuvieron los religiosos hasta que en 1704 fueron trasladados al presente edificio situado en la calle de San Bernardo, y que todavía estaba en fase de construcción.
En 1836, con la exclaustración, el convento se convirtió en Casa-Galera y cárcel de mujeres, quedando únicamente su iglesia como templo. Posteriormente, y tras acoger temporalmente a las religiosas del Caballero de Gracia, el convento pasó de nuevo a la Orden de los benedictinos, convirtiéndose en Priorato del Monasterio de Santo Domingo de Silos, función que continúa desempeñando actualmente.
En cuanto al edificio, a pesar de que fue trazado en 1668 por el arquitecto de la Villa, Sebastián Herrera Barnuevo, no fue hasta 1720 cuando finalizaron las obras. Aparte de Herrera, intervinieron en su construcción una larga lista de importantes arquitectos como Gaspar de la Peña, Juan de Torija, Pedro de la Torre, Francisco Aspur, y Pedro de Ribera, a quien durante muchos años se le atribuyó la construcción total del edificio, pero que en realidad únicamente realizó la decoración de la portada y una de las torres.
Declarado Monumento Nacional el 19 de agosto de 1914, fue restaurada en 1983 por la Dirección General de Bellas Artes.
Frentre a este templo, el CONVENTO DE LAS SALESAS NUEVAS.
Se trata del segundo monasterio que las religiosas de la Orden de San Francisco de Sales abrieron en Madrid tras su establecimiento en la ciudad en 1748; por esta razón, este segundo monasterio es conocido por el nombre de las `Salesas Nuevas`.
El convento, fue fundado en 1798 por doña María Luisa Centurión y Velasco, marquesa viuda de Villena y Estepa, sobre unas casas de su propiedad que había adquirido el 18 de junio de 1794 a don Ángel de Carvajal, Zúñiga y Lancaster, duque de Abrantes y Linares.
En cuanto al edificio, durante mucho tiempo se desconoció su autor y su fecha de construcción, pero recientes publicaciones lo adjudican al arquitecto neoclásico Manuel Bradi, quien supuestamente lo construyó entre 1798 y 1801. La iglesia, que en palabras de Madoz es pequeña pero linda, consta de un salón rectangular sin capillas. La fachada, por su parte, presenta cuatro pilastras toscanas de granito sobre un zócalo, sobre las que se sitúa un frontispicio triangular. Encima de la puerta, decorada con un frontón semicircular, se sitúa un relieve que representa a San Francisco de Sales fundando la orden junto con Santa Juana Fremiot.
Por último, decir que en 1836 con motivo de la exclaustración, el convento fue transformado en edificio de la Universidad Central, trasladándose las religiosas a las Salesas Reales, en donde estuvieron hasta que en 1843, la Universidad se trasladó al antiguo Noviciado de jesuitas, por lo que pudieron regresar a su antiguo convento.
A escasos metros de estos dos lugares se encuentre el convento de las Comendadoras de Santiago.
Plaza de las Comendadoras s/n.
Situado en la plazuela a que da nombre, este monasterio de religiosas de la Orden Militar de Santiago, fue fundado por Felipe IV en 1650 con la hacienda que para tal efecto había dejado en 1584, don Iñigo Zapata de Cárdenas, presidente del Consejo de Órdenes, y doña Isabel de Avellaneda, su mujer.
En cuanto al edificio, es obra de los arquitectos Manuel y José del Olmo, quienes, a pesar de que las religiosas ya estaban en Madrid desde 1650 -provenientes del convento de Santa Cruz de Valladolid-, empezaron las obras en 1667, prolongándose durante treinta años.
Del monasterio, lo más destacable es sin ninguna duda la iglesia, constituida por una planta de cruz griega, con las extremidades en semicírculo, y en el centro, una hermosa cúpula sobre pechinas y pilares achaflanados. En cuanto a la fachada, consta de un pórtico de ingreso formado por tres arcos de medio punto -muy del estilo de la Encarnación- flanqueado por dos torres. En la hornacina alta, es interesante el grupo escultórico que representa a Santiago Matamoros.
El conjunto fue enriquecido con la construcción en el ángulo nororiental del convento de una bella sacristía -conocida como la de los caballeros-, y que fue realizada por Francisco Moradillo en 1746 y 1753 como encargo del rey Fernando VI. Las dependencias del convento -que durante más de un siglo no fueron otra cosa que un conjunto de casas alrededor de la iglesia- fueron reorganizadas por Francisco Sabatini en 1773, quien le confirió su aspecto actual.
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