Debe su nombre este barrio madrileño a la ciudad francesa de Chambéry, capital de la alta Saboya francesa. Organizado administrativamente en seis barrios, Gaztambide, Arapiles, Trafalgar, Almagro, Ríos Rosas y Vallehermoso. Su interés arquitectónico radica en la extraordinaria abundancia de edificios modernistas, neogóticos y neomudéjares.
En la edad media, las tierras de este distrito pertenecieron a la orden del Temple hasta su disolución a principios del siglo XIV. Después pasarían a formar parte del concejo de Fuencarral. Eran tierras de bosques utilizadas por la Corte para realizar cacerías. Con Carlos I se empieza a talar los bosques convirtiéndolos en dehesas y posteriormente en tierras de secano y eriales, a excepción de algunas huertas cercanas a arroyos, como los de San Bernardino, la Castellana, Cantarranas y Maudes. Las huertas de Santa Engracia, Eloina y la huerta de España se explotarán hasta principios del siglo pasado. En 1625 el rey Felipe IV manda levantar una tapia o muro alrededor de Madrid quedando los terrenos, que hoy denominamos Chamberí, a las afueras o extramuros de Madrid. A partir del siglo XVIII estos espacios rústicos comienzan a cambiar su función agrícola con la construcción de paseos arbolados. En 1820 se produce el deslinde entre los antiguos términos municipales de Fuencarral y Madrid, aumentando considerablemente las dimensiones de Madrid. A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX el sector agrícola pierde importancia y empiezan a aparecer las primeras industrias, entre las cuales destaca la dedicada a la fabricación de ladrillos y tejas. Es en este momento cuando empiezan a construirse las primeras casas para alojar a los trabajadores y se trazan paseos y arbolados. Entre los paseos que se construyen destaca el camino de Hortaleza, actual calle de Luchana, el del Cisne, actual calle de Eduardo Dato y el de las Delicias de Isabel II, actual Paseo de la Castellana. El ambiente de esparcimiento alrededor de éstos paseos, propicia la aparición de quintas de recreo como la del marqués de Santiago en la actual Plaza de Chamberí.
Se dice que durante la ocupación de las tropas francesas de Napoleón en España, se formó un campamento militar en lo que actualmente sería la plaza Chamberí que ellos llamaron «Chambèry», y que de ahí vino a tomar el nombre tan madrileño barrio. Las historias cuentan que los mismísimos Daoiz y Velarde junto con una pequeña milicia formada por madrileños del barrio y alrededores se enfrentaron a los soldados de este «cuartel» subiendo desde Malasaña y Tribunal por la actual calle Luchana durante los sucesos del día 2 de Mayo. También, que por encontrase estas tierras a escasos metros del palacio Real la reina María Gabriela de Saboya, esposa de Felipe V, le gustaba pasear por los extramuros de la Puerta de Santa Bárbara, con la sierra de Guadarrama al fondo. Esos parajes le traían recuerdos de Chambéry, ciudad de la parte alta de la Saboya, cerca de Turín su ciudad natal. De ahí le viene el nombre al barrio de Chamberí.
Tras la desamortización de los bienes eclesiásticos con Mendizábal, la mayor parte del terreno pasa a manos del Estado y de particulares, y su trazado entra en los diversos planes del ensanche de madrid durante los siglos XIX y XX. Como se trata de un área parcialmente ocupada, el trazado de sus calles no es tan regular como en el Barrio de Salamanca. Además, debido a la existencia de industrias y cementerios, su composición social es muy variada.
El arrabal de Chamberí en 1850 tenía 20 calles y 188 casas no crece hasta que quitan la valla o la tapia, en el año 1868. El aspecto de Chamberí en la segunda mitad del siglo XIX, se parece a cualquier pueblo cercano a la gran ciudad.
Embajada de Italia, ya en el distrito de Salamanca.
Es una de las zonas de Madrid con la estructura urbanística mejor definida. Las manzanas de esta zona son cuadradas y sus calles son paralelas o perpendiculares entre sí. Los barrios del distrito de Salamanca son Recoletos, Goya, Lista y Castellana. El conjunto de estos cuatro barrios forma lo que tradicionalmente se ha conocido como Barrio de Salamanca, con independencia de la actual configuración del distrito.
Durante los 42 años de su vida que estuvo establecido en Madrid, el marqués de Salamanca, desarrolló la intensa carrera empresarial y financiera que le valió su renombre.
Al regresar de su primer exilio se ingresó cerca de 300 millones de reales al arrendar durante cinco años al Estado su monopolio sobre el negocio de la sal. Esta cantidad era el doble de todo lo que había ganado desde la obtención de dicho monopolio.
En el sector de la construcción destaca por el hoy llamado barrio de Salamanca en la primera fase del ensanche de Madrid proyectado por Carlos María de Castro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario