Hijo de TERESA CARRILLO DE ALBORNOZ.
Señora de Paredes, Portilla y Valtablado del Río y de LOPE VÁZQUEZ DE ACUÑA, I señor de Buendía y Azañón, Ricohombre de Castilla.
Armas de los Carrillo de Albornoz.
Armas de los Carrillo
Armas de los Acuña.
De Alonso de Carrillo sabemos por Alonso de Palencia, en sus crónicas de Enrique IV, que buscaba la piedra filosofal y en ello gastaba gran parte de sus importantes rentas.
"El arzobispo de Toledo, don Alonso Carrillo, procuró e hizo grandes gastos y excesivos en hacerse alquimista, y daba grandes sueldos a los que lo entendían".
"Formaban parte de la corte de los Príncipes [Fernando e Isabel] dos personajes a quienes Palencia califica de turbulentos;
era el uno Fray Alfonso de Burgos, y el otro se llamaba
Alarcón, el primero alcanzó cierta fama y autoridad como predicador y sirvió a los Príncipes como intermediario en algunas
negociaciones: el segundo era personaje mucho más embrollado, pues aunque se decía de la ilustre familia de los Alarcones
de Cuenca, había corrido mucho mundo y hacía profesión de
alquimista y aun de mágico; en este concepto le tenía con grandes consideraciones en su casa el Arzobispo de Toledo [Alonso
Carrillo], que confiaba en que Alarcón le hallaría la piedra filosofal, no necesitando menos aquel prelado para sus prodigalidades".
"El alquimista siguió teniendo gran ascendiente en su ánimo
[del Arzobispo] pagando al fin sus culpas, tiempo adelante, degollado en Zocodover de Toledo"
Cuando los Reyes Católicos se hicieron con el poder, al morir Enrique IV en diciembre de 1474, rápidamente chocaron sus intereses. Carrillo no aceptaba el tratamiento autoritario de éstos.
En la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) Carrillo se integró en el bando liderado
por el rey de Portugal que apoyaba los derechos al trono castellano de su
sobrina la princesa Juana contra Isabel la Católica.
La guerra fue larga y cruel, pero a principios de 1479 una
ofensiva de los Reyes Católicos derrotó definitivamente a los portugueses y
obligó a Carrillo a someterse y aceptar guarniciones reales en todas las
fortalezas que controlaba, para poder continuar como arzobispo de Toledo.
Murió semipreso, pobre y arruinado por su afición a la Alquimia, en su Palacio arzobispal de Alcalá de
Henares el 1 de julio de 1482.
Escudo de Alfonso Carrillo de Acuña en su sepultura en la catedral de Alcalá de Henares.
En 1482 muere el Arzobispo dejando como heredero a su hijo Zoilo Carrillo Acuña, conde de Aústa/Agosta-Augusta/ en Sicilia, casado con María de Peralta, que fue condesa de Santisteban de Lerín y señora de Marcilla, Peralta, Funes, etc.
Es el arzobispo padre-natural de:
Lope Vázquez de Acuña.Troylos Carrillo, conde de Agosta. Casó en 1467 con Juana de Peralta, hija de Mosén Pierres de Peralta, Conde de San Esteban de Lerín, Condestable de Navarra, y de Ana de Brabante. Con sucesión en los marqueses de Falces.
Pedro de Peralta y Ezpeleta (Mosén Pierres de Peralta "el joven") 1421-1492
Primer conde de Santisteban de Lerín, barón de Marcilla, señor de Peralta, Funes, Cárcar, Andosilla, Marcilla, Falces, Undiano, Azagra y Caparroso
Era hijo de Pedro Martínez de Peralta y Ruíz de Azagra, también conocido como Mosén Pierres de Peralta "el viejo", y de Juana de Ezpeleta y Garro, hija del barón de Ezpeleta de la familia de los señores de Ezpeleta y Gallipienzo y hermana de mosén Beltrán de Ezpeleta, primer vizconde de Val de Erro.
Mantuvo estrechas e importantes relaciones con los reyes católicos y con la casa de Aragón, recibiendo poderes de parte de ellos a través de su amigo y consuegro Alfonso Carrillo de Acuña para acordar el matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón.
Fernando el Católico le concederá en 1513 al nieto de éste Alonso Carrillo de Peralta, el marquesado de Falces consolidando su poderío sobre toda la comarca. La familia residió por cinco siglos en el Castillo palacio de Marcilla, desde la construcción de éste por su padre Pierres Viejo.
Hasta 1936 se mantuvo en poder de los marqueses de Falces en el Castillo de Marcilla, la espada Tizona del Cid, la cual fue entregada por los reyes católicos a don Pedro de Peralta y Ezpeleta en agradecimiento a sus servicios prestados a causa de su matrimonio.
El primer Carrillo de quien se tiene noticia es:
Rui Díaz, que residía en Burgos en tiempos de Alfonso VII,
el Emperador, y que fue padre de García Ruiz, que vivió en los tiempos de
Sancho III, el Deseado, y procreó a Gómez García (que otros llaman Gómez Ruiz),
que fue Señor de Quintana, Ormaza, Mazuelo y otros lugares en tierra de Burgos,
como consta en el libro del Becerro. Se halló en la conquista de Cuenca, y en la Concordia celebrada
entre los Reyes de Castilla y Aragón, y posteriormente capitaneó a las gentes
de Burgos en la batalla de la
Navas de Tolosa. Tuvo dos hijos en su mujer doña María
Rodríguez, los cuales le acompañaron en la citada acción de guerra, algunos
autores dicen que son éstos los dos hermanos a los cuales se les denominó los
Carrillos por el mucho amor que se tenían y, en efecto, son los primeros así
apellidados: Alonso Gómez Carrillo, que sigue; y Gómez García Carrillo.
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