Con autoridad pontificia de Inocencio VIII
otorgada en 1485, Francisco Álvarez de Toledo y Zapata, canónigomaestrescuela de la Catedral de Toledo fundó el Colegio de Santa Catalina, hacia el año 1490.
Su sede estuvo, en primer lugar, en unas casas junto a la
parroquia de San Andrés; pasados unos cuatro años, se instaló en el domicilio
propio del fundador, que estaba próxima al edificio que hoy ocupa el Seminario
Menor.
A principios del siglo XVI, esta casa del fundador con otras dos más, la
del conde de Balcázar, Alonso de Sotomayor y la de María Velasco, mujer
del Almirante Alonso Enríquez, se fusionaron y reformadas constituyeron un solo
edificio, donde vivieron los colegiales hasta los primeros años del siglo XIX en
que la Guerra de la Independencia lo devastó.
En el año 1819 el patrono del Colegio y
pariente del fundador, conde de Cedillo, Antonio López de Ayala y Álvarez de
Toledo, cedió a los colegiales su propia casa, que estaba inmediata a las
arruinadas, y es en la que hoy está el Seminario Menor.
Desde el año 1845, en que se suprimió este
Colegio de Santa Catalina, el edificio reformado sirvió como casa de vecindad.
El año 1917 el Cardenal Arzobispo de Toledo, don Victoriano Guisasola y Menéndez, compró esta casa al Conde de Cedillo, la
rehabilitó y fundó en ella un Colegio de Vocaciones Eclesiásticas bajo el patrocinio
de San José,
"a fin de
ayudar y favorecer las vocaciones eclesiásticas… que sea fecundo y próspero y
redunde en bien de la virtud y la ciencia", según se lee en la placa
conmemorativa de la escalera principal de nuestro Seminario Menor. El 13 de
marzo del año siguiente, se entregaba su dirección a la Hermandad de Sacerdotes
Operarios Diocesanos.
El 13 de agosto de
1925, el Cardenal Arzobispo de Toledo, don Enrique Reig y Casanova,
erigió este colegio de Ssan José en Seminario Menor bajo la protección del santo
obispo limosnero, Tomás de Villanueva.
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